Giotto los enterramientos de los banqueros Bardi y Peruzzi en la Iglesia de Santa Cruz imagen


-LA ESCUELA DE FLORENCIA: GIOTTO Y SUS SEGUIDORES.1267-1337)
Giotto viajó a los principales centros italianos del momento como Florencia, Asís, Padua, Milán, Bolonia, Roma, Rímini o Nápoles. Gracias a esta actividad y a sus seguidores, la influencia del estilo de Giotto se dejará sentir en toda Italia del Trecento. Seguidor en un primer momento de las pautas de Cimabue y la pintura florentina de finales del Duecento, pronto abandona en su pintura la maniera greca. La denominada “revolución pictórica” de Giotto anticipa muchas de las innovaciones pictóricas desarrolladas posteriormente en el Renacimiento como la preocupación por la tridimensionalidad de espacio, el carácter volumétrico de los personajes y los elementos que ocupan el espacio, y la importancia de los gestos de los personajes –tanto facial como corporalmente-, Además, encontramos en la obra de Giotto un gusto por los colores luminosos. El carácter narrativo de sus obras ayuda a complementar y a dotar de mayor riqueza figurativa a sus obras. Continuando lo iniciado por Cimabue, Giotto di Bondone rompe de forma definitiva con la maniera greca. Es el primero que copia de la naturaleza, con un gran dominio del dibujo y el uso de la luz y con una preocupación constante por el espacio, hasta el punto de lograr ciertas perspectivas. Giotto destacó también como arquitecto, siendo autor de obras como el Campanario de la Catedral de Santa María del Fiore de Florencia y, tal vez, de la Capilla Scrovegni de Padua. Aparte de la leyenda de la oveja, sabemos que entre 1293 y 1300 Giotto colabora con Cimabue y otros artistas en los frescos de la Basílica superior de San Francisco de Asís, y donde se destaca ya por sus escenas y la fuerza expresiva que otorga a San Francisco. En este ciclo Giotto despliega un estilo propio e innovador respecto al de su maestro, mostrando las principales carácterísticas definitorias de su pintura. Advertimos una decisiva preocupación por la profundidad espacial y arquitectónica y por el volumen de las figuras, creando una tridimensionalidad hasta ahora nunca vista, fruto de un Naturalismo renovado, que bien aderezado por la inclusión de gran cantidad de detalles. Así lo observamos en escenas del ciclo como la Aprobación de la Orden Franciscana por el Papa Inocencio III, donde sin embargo, no existe todavía una exacta relación de proporciones al parecer los personajes sobredimensionados con respecto al espacio que ocupan, o el Sermón a las aves Otras escenas del mismo ciclo a destacar son la Expulsión de los demonios de Arezzo), claro tratamiento “heroico” que recibe el santo, así como en las del Éxtasis o la Estigmatización… Su obra maestra es la Capilla Scrovegni de Padua o de la Arena, su obra magna y uno de los mayores logros artísticos de la pintura italiana de Baja Edad Media. Pintada entre 1303 y 1305 por orden del rico banquero Enrico Scrovegni para, se cree, expiar sus pecados de usura. Los frescos recubren por completo el interior de la única nave de la capilla con una serie de cuarenta escenas correspondientes a los ciclos de la vida de la Virgen y la Vida de Cristo en las paredes laterales, concluyendo el programa iconográfico en la pared occidental con un monumental Juicio Final. El conjunto se completa con un cielo estrellado con medallones en la bóveda; en la parte inferior de los muros grisallas de las personificaciones de las siete virtudes y los siete vicios. La sensación general es que la pintura transforma el interior de la capilla, convirtiéndolo en un espacio sacro, cargado de simbolismos. – El ciclo de la Vida de la Virgen cubre las partes altas de los muros. O Beso de San Joaquín y Santa Ana ante la puerta dorada de Jerusalén. O Nacimiento de la Virgen. O La Anunciación. O Los Desposorios de la Virgen María y San José.. 

Encontramos su preocupación por la tridimensional del espacio, mayor madurez en el tratamiento de los volúMenes y los colores, como se aprecia en el claroscuro de los pliegues de las indumentarias. Individualización de las posturas y gestos de los personajes, como el semblante de los sacerdotes del templo que es serio y cabizbajo, el propio José, mirando a María, no muestra sentimiento alguno de alegría. La Virgen, sin mirar a José, coloca su brazo sobre el vientre, significando su embarazo y futura maternidad, de la que su esposo no es partícipe. – El ciclo dedicado a Cristo ocupa las dos franjas centrales de los muros. O La Visitación.O  La Natividad de Cristo. O La Crucifixión. O la Lamentación sobre el cuerpo de Cristo muerto.

Figura

14. En este lugar Giotto expresa el Naturalismo, el espacio y la luz, la armónía cromática y la expresividad de sus personajes que caracterizan a su pintura, así como el dramatismo de sus escenas. Aquí los gestos y expresiones de las figuras son extremos, exteriorizando plenamente su dolor y sufrimiento, sentimiento que comparten incluso los ángeles del cielo en esta escena, además, observamos el detalle de los ojos ovalados o «rasgados» en los personajes, muy propio del estilo de Giotto. – En la pared occidental encuentra la escena del Juicio Final, centralizada por la figura de Cristo Pantocrátor en una mandorla la ovalada, flanqueado por un cortejo de ángeles y los doce apóstoles. Debajo se representan los grupos de los salvados y condenados. Entre los salvados, en la zona inferior, se incluye la representación del comitente, Enrico Scrovegni, arrodillado y ofreciendo la capilla. Tras su estancia en Padua, Giotto regresa a Florencia para trabajar en la iglesia de la Santa Croce. En la Capilla Peruzzi aborda el tema de la Vida de San Francisco, aunque de forma más sintética y abstracta. En la Capilla Bardi dedica frescos a San Juan Evangelista y San Juan Bautista. También realizó temas marianos como su célebre Virgen con Niño y santos de los Uffizi. Más tarde se trasladará a Nápoles y Roma, época de la que sin embargo sólo queda un tríptico. En 1334 regresará a Florencia para trabajar en el campanile, que no verá acabado pues fallecerá en 1337. De su obra sobre tabla destaca la llamada Maestá di Ognissanti (1310), figura 15. La obra muestra a la Virgen con el Niño, sentada sobre un monumental trono con baldaquino, de factura gótica (pináculos, florones, etc.), flanqueada por dos grupos de ángeles y santos. Esta pieza supone una gran revolución en este tipo tradicional de tablas de la Virgen entronizada con el Niño, al mostrar una Virgen mucho más humana, del todo alejada de los parámetros bizantinos, así como por la preocupación espacial que demuestra al situar a los personajes en diferentes planos de profundidad. Son igualmente importantes el tratamiento rico y sutil de las vestiduras de la Virgen y el Niño, casi traslúcidas, y el preciosismo de los detalles y de los colores. También sobre tabla y dentro del grupo de sus últimas obras, encontramos el Tríptico del Cardenal Stefaneschi, de hacia 1330, en el que sobresale su preciosismo cromático y el perfecto cálculo de los espacios y volúMenes. La figura de Giotto aglutina a su alrededor a un gran número de discípulos que a su muerte, serán los continuadores de la escuela pictórica florentina. – Taddeo Gaddi, el más conocido. Se interesa por las arquitecturas, los efectos lumínicos y traza bellos escorzos en sus figuras. Su obra más destacada es el ciclo pictórico de frescos de San Joaquín  la Virgen que pinta para la Capilla Baroncelli de la Santa Croce, hacia 1328. Entre ellas encontramos la escena del El Abrazo de San Joaquín y Santa Ana ante la Puerta Dorada de Jerusalén, en la que observamos la fuerte influencia del estilo de Giotto, tanto la preocupación por los volúMenes y el tratamiento de los colores, como en el carácter de los fondos arquitectónicos y la importancia de los gestos y posturas. Encontramos también, rasgos propios de Taddeo como el tipo de rostros de las figuras, mucho más alargado, con la presencia del mayor número de personajes secundarios y de detalles paisajísticos. – Bernardo Daddi destaca por su Tríptico di Ognisanti y el Políptico de San Pancracio. – Maso di Banco. Entre su obra sobresalen los frescos dedicados al emperador Constantino y a San Silvestre en la capilla de este santo en la Santa Croce.

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