Personajes del romancero gitano


Temas y símbolos


La poesía de F.G.Lorca es radicalmente simbólica y en esta obra los romances sólo pueden interpretarse a partir del conocimiento del significado de sus innumerables imágenes y metáforas. Se trata de metáforas significativas y esenciales en la construcción del universo mítico gitano.

Hay dos temas recurrentes en la obra: el amor y la muerte, a menudo indisociables, pero a veces tratados por separado. Junto a estos temas, aparece la pena, el mundo de dolor y “la Andalucía del llanto”. En definitiva, en el libro encontramos:

  • Amor frustrado: tema básico, asociado siempre a la pasión erótica, amor que no puede ser, deseo insatisfecho o amor truncado por la muerte.

  • Violencia y muerte: segundo gran tema que puede apreciarse en el primer y último romance:
    la luna inaugura el desfile de la muerte y lo cierra con la muerte del gitano violador. El final de los gitanos de Lorca resulta ser que todo cuanto ha creado resulta destruido por las fuerzas de represión.

  • Destino trágico: este tema va destilando la pena negra como un humor que todo lo impregna. Todos los personajes son seres al margen del mundo convencional y hostil y, por ello, marcados por la frustración y la muerte.


Sobre estos temas se construye la arquitectura de símbolos lorquiana:

  • la luna, representante de la muerte y la petrificación, portadora de dolor y tragedia. Es un símbolo cósmico, de nacimiento y muerte, que controla desde el cielo el mundo de los gitanos.

  • el viento, símbolo del erotismo masculino, de la violencia y de la destrucción.

  • el agua, como fuente de vida y regeneración, símbolo erótico de la fecundidad, pero también representa la muerte; así el pozo, es expresión de la pasión estancada; el mar es reflejo de la frustración erótica, elemento masculino.

  • la tierra, es la fuerza y la fertilidad. Simboliza el elemento femenino, la energía, la que espera ser engendrada.

  • el color verde, como símbolo del deseo prohibido que conduce a la frustración y a la esterilidad, y también símbolo de muerte.

  • el caballo representa la pasión desenfrenada y el instinto que conduce hacia la muerte. Es símbolo de deseo, de fuerza.

  • el toro, indomable, que acaba siendo sacrificado. Simboliza la ceremonia, el rito, que acaba con la muerte.

  • el espejo significa a veces el hogar y la vida sedentaria; en otras ocasiones se le asocia con otras representaciones metamórficas, como los ojos y la luna, ésta como gran espejo en el que se refleja el mundo. Se asocia también al agua, al cielo…

  • los metales son símbolo de la muerte, significado que se extiende a las cualidades sensoriales de lo duro, de lo helado y lo blanco.

  • el color negro se asocia a la muerte, a la tragedia, a las tinieblas, a la noche, al mal. El rojo por su parte a la sangre, a la muerte, pero también a la pasión amorosa, a la fecundidad…

  • las estrellas, los grillos, los gallos, los peces, los perros, el ruiseñor, frutos y plantas… recogidos en todo universo natural que actúa de testigo de las historias, que participa en ella, que indica presagios.

  • las referencias religiosas concretadas en figuras, imágenes cristológicas, ligan los romances a la tradición folklórica y religiosa del universo gitano y andaluz.

Hay que leer los símbolos como una revelación intuitiva que nos ayude a comprender y disfrutar mejor su poesía.











Espacio


El escenario de todos los romances se sitúa en esa Andalucía mítica y profunda que Lorca quiere recrear, mediante referencias precisas a lugares y paisajes. Considera su tierra natal como la expresión máxima de lo andaluz, por ese motivo sus romances son un itinerario poético por la geografía andaluza, cuyo paisaje poblado de olivares, caballos, cañaverales… forma un recorrido geográfico que permite estructurar la obra. Las tres ciudades andaluzas Granada, Córdoba y Sevilla, constituyen el triángulo sobre el que discurren las historias.

La Parte I concluirá en Cádiz, con la destrucción del mundo gitano actual. En la ciudad de los gitanos se descubren fachadas y ornamentos carácterísticos del pueblo mítico andaluz, que a su vez Lorca compara con la ciudad bíblica de Belén. En las dos primeras partes el espacio se llena de elementos simbólicos: la fragua, el mar, el cielo…

Se puede establecer un doble tratamiento del espacio: el espacio real y el espacio onírico. En el primero hallamos paisajes naturales propios de la tierra andaluza, con sierra, caminos, olivares, ríos, y las ciudades emblemáticas, sin olvidar las referencias a Albacete, Mérida o Jerez de la Frontera. En el espacio onírico descubrimos la vuelta al pasado, el recuerdo, el sueño. Cada uno de los romances constituyen así un viaje, y todos juntos configuran el recorrido poético de Lorca a través de la Andalucía del mito gitano.

Los escenarios próximos a la realidad se pueden clasificar en abiertos y cerrados. En los abiertos descubrimos a unos personajes que se sienten libres entre los aromas, los colores y los sonidos de una naturaleza que participa de la acción de cada verso y que se identifica con el sentir de cada protagonista. El espacio cerrado se representa cuando estos mismos personajes se ven sometidos a la autoridad o a la frustración, y en ese caso es un ambiente que se cierra, bien con la caída de la noche, bien espacialmente con lugares que oprimen, tales como el calabozo, la celda de un convento, la habitación donde yace un cadáver, etc. Como excepción a estos lugares se puede señalar la casa colonial en la que se refugia Preciosa cuando huye del viento. En uno y otro caso, la ambientación está cuidadosamente descrita y repleta de alusiones sensoriales: una brisa, una luz tenue, reflejo luna..

El tiempo en el Romancero Gitano no aparece de forma real, sino que es un tiempo simbólico, metafórico y abstracto. La figura del gitano se proyecta sobre un marco atemporal que parece simular un salto a otra época en la que el gitano era la figura libre, ajena a las leyes sociales establecidas, símbolo de un mundo y cultura primitivos, que ya no existen de la misma forma en el presente. Recorre la historia y busca las raíces y la cultura del espacio andaluz.



Estilo y métrica


Lorca alcanza con el Romancero un lenguaje inconfundible, original y evocador. Logra captar la intensidad vital y primitiva del mundo gitano. Para ello fusiona elementos tradicionales y vanguardistas.

Entre los rasgos tradicionales propios del subgénero y que Lorca renueva están: La vocación oral; los romances nacen para ser cantados y recitados y sufren una actualización; los personajes cobran vida. El ritmo está presente en el verso, se logra con recursos literarios como los paralelismos, el uso del estribillo, y la técnica del retorno. Asimismo, en la métrica vemos que la obra se divide en romances y el verso utilizado es el octosílabo, aunque también aparecen heptasílabos y hexasílabos.La rima es asonante en los pares y cambia de modalidad discursiva. Notamos un fragmentarismo en varios romances: se recurre a un comienzo abrupto, ‘’in media res’’ y a un final también abrupto e inesperado. Por último Lorca utiliza la alternancia de formas verbales, según quiere potenciar lo lírico, lo dramático o lo narrativo.

Además se diferencian varios estilos tales como el Realismo, en los acontecimientos de base realista que Lorca transforma; la antropomorfización, que consiste en humanizar animales, objetos y elementos; sensualismo y simbolismo.

Asimismo, Lorca emplea el cromatismo, los colores, y diversos recursos como metáforas, sinestesias e hipérboles de raíz surrealista, como en Romance Sonámbulo
. Otro rasgo es el hermetismo, propio de la vanguardia, que produce complejidad de interpretación y oscuridad como en Romance con lagunas
. Existe un equilibrio entre lo culto y lo popular con culturismos y elementos de lenguaje popular.

Finalmente, el estilo de Lorca acaba creando 3 niveles: el narrativo, una anécdota; el dramático, con diálogos y que se caracteriza por la teatralidad; y el lírico, con intervenciones exclamativas o interrogativas.

En resumen, la mezcla de los recursos tradicionales y nueves hace del Romancero Gitano uno de los libros más brillantes de nuestras letras. Lorca parte de lo real pero lo funde con su propio mundo interior.

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