Retrato en grecia egiptoy roma historia


 Egipto

La civilización del Egipto antiguo ha aportado una religiosidad elevada, avances científicos, especialmente en la medicina, y un arte de gran originalidad, aspectos que influyen en sus creaciones estéticas.

RELIGIÓN


 El culto a los dioses y las ideas sobre la vida de ultratumba impregnan todas las manifestaciones del arte egipcio y de manera más relevante su arquitectura, limitada a una finalidad religiosa y funeraria (templos y tumbas).

 Se explican como nacen los diferentes dioses y cómo se relacionan con los hombres. La revolución que EJNATON acomete en la XVIII Dinastía, al sustituir la pluralidad de dioses por uno superior y providente, ejerce un gran impacto en un arte más realista y humano.

INFLUENCIA DEL VIVIR AGRARIO


 Se trata de una civilización fluvial, de base agraria y la influencia de la economía agraria en las formas artísticas no es menor que la de la religión. En el mundo agrario nace la geometría, la medida, el catastro. Estos nuevos hábitos mentales enmarcan la arquitectura, su disposición de plan os cuadrangulares, su aparejo de losas geométricas y enriquecen los temas de la pintura, con plantas y flores, se introducen en los elementos arquitectónicos como lo vemos en lo capiteles con formas de flor de loto, de papiro…

MONARQUÍA DIVINA


 Desde que MENES unifica el Alto y el Bajo Egipto, el faraón tiene carácter sagrado, es un dios en la tierra, y la supervivencia en la vida de ultratumba depende de su proximidad. Sólo así se explica la existencia de un pueblo que vivió para construir las tumbas de sus reyes. Asombra la desproporción entre la magnitud de las pirámides y su función de simple tumba de la familia real. Las colosales construcciones se realizaron con precarios medios técnicos, exigió una mano de obra numerosa y un sentido colectivo de la disciplina, incompatible con otra estructura política menos centralizada.

GRECIA

DIMENSIÓN HUMANA


 Todas las manifestaciones culturales de Grecia están presididas por una preocupación por el hombre. Se trata de una cultura antropocéntrica. Las formas escultóricas plasman los aspectos visibles de la concepción ideal del hombre; los héroes homéricos de la La Iliada nos conmueven por sus sentimientos y debilidades; incluso los dioses están concebidos como seres afectados por las pasiones humanas (amor, celos, odios) e intervienen en las discordias entre sus protegidos.

ORGANIZACIÓN POLÍTICA: LA POLIS

 Frente a los grandes estados Orientales (Egipto, Mesopotámia..) el territorio griego se organiza en Ciudades-Estado. En la organización primitiva, La Koiné (aldea), se mantiene el  grupo de familias unidas por un tronco común. Las sucesivas invasiones de pueblos que entran en la península helénica obligan a buscar una organización más amplia y defensiva, la Polis.

 En principio la polis es solamente la parte alta de la ciudad, la frontera y el templo, y sus componentes forman una asociación de culto y de defensa; posteriormente engloba la parte baja donde se asientan los mercaderes. Cada polis se otorga su base económica y su régimen de gobierno, cuyos modelos son Esparta (polis de economía cerrada, agricultura y régimen aristocrático) y Atenas (polis de economía abierta, comercial y régimen democrático).

IDEAL POLITICO GRIEGO: LA DEMOCRACIA


Una serie de hombres públicos relevantes se esfuerzan en configurar para Atenas un régimen  político basado en la igualdad y el gobierno del pueblo. Algunos pensadores consideran la norma objetiva (ley) como una invención y un don de los  dioses. El ciudadano tiene el deber de colaborar en los asuntos públicos. Las instituciones democráticas, Asamblea del pueblo, Magistraturas, tribunales, exigen unos espacios para sus reuniones y funcionamiento y suscitan la necesidad de edificios públicos o, a veces, amplios lugares vacíos.

EL PENSAMIENTO :


Los griegos fueron los primeros que se plantearon una forma de pensar racionalista, es decir, que trataron de dar una respuesta razonable, lógica, no mitológica, a los interrogantes de la vida y de la naturaleza.

Este análisis racional griego constituyó una verdadera revolución y fue la base de la manera de pensar de los europeos a lo largo de la historia.

LA RELIGIOSIDAD


Más que de una religión con su teología y su estructura, en Grecia debemos hablar de religiosidad, es decir, de un sentimiento de relación con los dioses, que cada vez serán más parecidos a los humanos. No tenían dogmas, ni catecismo, ni predicación, ni siquiera clero (salvo en los oráculos de los santuarios). El culto a los dioses de la ciudad unía a sus ciudadanos, y lo mismo ocurría, en los grandes santuarios (Delfos, Olimpia…), con los griegos de todos los rincones del mundo helénico.

 Esta religiosidad dejó una huella enorme en el arte: por un lado, llenó las tierras de Grecia de santuarios y templos y, por otro, la temática religiosa exigió una determinada disposición de la arquitectura de los templos y se plasmó en los relieves que los decoran.

ANTECEDENTES:


 

CRETA


En el II Milenio A.C.  Creta por su situación privilegiada en un mar de rutas comerciales, es un solar de cultura que sirve de inspiración a los zonas continentales más próximas. Los palacios (Knossos, Faistos…) son de arquitectura compleja, basada en bloques aislados, no obstante ofrecen algún elemento común: un patio rectangular, grandes escaleras de acceso a los pisos superiores, tragaluces y carácter arquitrabado, horizontalidad. La columna de fuste disminuido hacia la base y su capitel con equino y ábaco, antecedente del estilo dórico griego.

 En escultura aparecen estatuillas de diosas, hombres desnudos, tallas de marfil…. E

 En  Los palacios las pinturas al fresco, con bajorrelieves de estuco reflejan los temas de la vida diaria. Loos pintores muestran su amor a la naturaleza y el sentido del movimiento del que carecía la escultura egipcia.

MICENAS


En el continente en Micenas y Tirinto aparecen las murallas ciclópeas, con grandes puertas como la de los leones y un tipo interesante de tumbas (Tumba de Agamenon).

                                                               Roma

Según la tradición, la ciudad de Roma fue fundada en el año 753 a.C. En sus inicios estuvo bajo la dominación  de los reyes etruscos y, tras la expulsión del último de estos en el año 509 a.C. se instauró la República. Desde entonces, Roma se lanzó a una expansión territorial que la llevó a dominar la península italiana, primero, y a partir del siglo II  a.C., todo el Mediterráneo.

 Con Augusto (30 a.C. – 14 d.C) comenzó la etapa política conocida como Imperio, aunque se mantuvieron las instituciones republicanas. El sistema político estaba organizado como una amplia red de ciudades que seguían el modelo de la capital, Roma, y que se relacionaban entre sí por un eficaz sistema de comunicaciones. La administración y el poder local lo acaparaban grupos oligárquicos, que ejercían las magistraturas y ocupaban los senados municipales.

 El Imperio necesitaba mantener un proceso permanente de conquistas, ya  que su funcionamiento dependía de las riquezas y esclavos que proporcionaban los nuevos territorios incorporados.

 Pero a partir del siglo III d. C. la situación se invirtió: habían cesado las conquistas y eran cada vez mayores las presiones de los “bárbaros” sobre las fronteras del imperio. El ejército, imprescindible para contener la amenaza exterior, se convirtió en el árbitro de la vida política y los generales, apoyados en sus legiones, disputaron entre sí para tomar el poder por la fuerza. Se inició así el proceso de decadencia del Bajo Imperio.

 Aunque en el siglo IV se restableció en parte el orden, la inseguridad interior provocaba el colapso del comercio y la ruina de muchas ciudades. El sistema urbano, base de la organización política y económica, se desmoronaba y el Imperio se hundía en una progresiva ruralización. La población tendió a buscar refugio en las propiedades rurales de los poderosos terratenientes, poniéndose a su servicio a cambio de una protección y una seguridad que el Estado, cada vez más débil, ya no podía garantizarles.

 El Bajo Imperio marca, por tanto, la transición al feudalismo medieval, aunque el proceso fue más acusado en Occidente que en Oriente. Por este y otros motivos, el emperador Constantino en el año 330 trasladó la capital a Bizancio, denominada en su honor Constantinopla (actual Estambul). Y en un último intento de salvar el imperio, Teodosio lo dividió a su muerte (395) entre sus dos hijos: a Honorio le asignó la parte occidental y a Arcadio la oriental. En el plano religioso, el Bajo Imperio representó también el triunfo del cristianismo, que, libre de persecución, salió de las catacumbas para convertirse en religión  oficial.

 Finalmente el año 476 el rey Odoacro depuso al último emperador romano de Occidente y este sector se desintegró en un mosaico de reinos germánicos. El sector oriental, conocido como Imperio Bizantino, sobrevivió aún casa mil años, hasta su caída en poder de los turcos en 1453.

ORIGENES DEL ARTE ROMANO

Los romanos eran prácticos y realistas, y esto se tradujo en un mayor interés por la perfección técnica del arte que por las cuestiones estéticas. El arte etrusco y el arte griego fueron  las principales influencias artísticas que recibió originalmente el arte romano.

EL ARTE ETRUSCO

Los etruscos estaban asentados en la región de Etruria (Toscana). Es un pueblo que rinde culto especial a los muertos y decora sus tumbas con deliciosos frescos, en los que se representan escenas alegres de la vida. En estas pinturas que poseen la frescura y la gracia de la pintura griega apuntan ya unas características genuinas, como son la caracterización de los tipos y la atención al retrato.

 El culto a los muertos les lleva a modelar las efigies de los difuntos que reposan semiacostados sobre los sarcófagos unas veces, y que otras son la tapa de unos recipientes llamados canopes (urnas cinerarias). En ellos la sensación de realismo de las cabezas es enorme, dando la impresión de que son perfectos retratos.

 Por primera vez aparece el retrato como realidad artística, y este sentido del retrato real no idealizado, pervivirá no sólo en la cultura romana sino que llegará hasta nuestros días. Los etruscos aportan también en arquitectura el empleo del Arco, importado posiblemente de Mesopotámia y la columna Toscana de fuste liso.

ARTE GRIEGO

Cuando Roma conquista Grecia a  partir del siglo II, cargamentos enteros de escultura, y aún de elementos arquitectónicos griegos, se trasladan a Roma. Con ellos llegan a  la metrópoli multitud de artistas griegos; unos van como esclavos pero otros acuden voluntariamente ante la nueva y poderosa clientela que, preferentemente, demandará copias de la gran estatuaria griega.

CARACTERES PROPIOS DEL ARTE ROMANO

 Tras un período de adaptación y maduración a partir del siglo I el arte romano es genuino. En arquitectura se da bastante pronto ya que la organización urbana, social y religiosa exigen nuevos planteamientos arquitectónicos y constructivos desconocidos por los griegos. La atención a la casa en la civilización romana hace que la decoración de sus muros con pinturas, generalmente al fresco, sea  cuestión de gran  importancia. De las pinturas griegas sabemos que se extiendan en lugares públicos y frecuentemente en exteriores, pero las pinturas romanas se encuentran principalmente en recintos domésticos. De este modo la iconografía es distinta y en Roma tiene una evolución particular bastante temprana y bien diferenciada de la griega.

 Sin embargo no ocurre lo mismo con la estatuaria romana, que sigue los modelos griegos durante casi toda su existencia. En todo caso hay que señalar una excepción: el retrato. La tradición etrusca de representar a los muertos como si estuvieran vivos, se conservó a través de las mascarillas de cera que los romanos guardaban de sus antepasados. Este interés por realismo, tan opuesto al idealismo griego, es la mayor singularidad que presenta la escultura romana, aunque no la única.



 

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