Santo tomas de aquino + «relacion entre fe y razon»


3.1. Teología racional y teología revelada:

El texto de Sto. Tomas brinda una ocasión perfecta para rebatir las tesis de aquellos que se niegan a creer en Dios, o bien la de aquellos que no aceptan el argumento ontológico de San Anselmo, y se ampara en la idea de que la fe y la razón son dos entidades separadas. Diferenciándose en esto también de San Agustín y de buena parte de la patrística escolástica. Las vías pretenden argumentar en favor de la existencia de Dios, para ello utilizará la razón como instrumento lógico de su argumentación.
STO. TOMAS distingue perfectamente entre el conocimiento acerca de Dios que es objeto de la Razón (Teología racional, natural o filosófica) y el conocimiento de Dios objeto de la Fe (Teología revelada, sobrenatural o religiosa). Así, él tiene claro que verdades del tipo «Dios es Uno y Trino», «Dios se encarnó hombre», «Dios murió y resucitó», etc…. no pueden ser sabidas y demostradas por la Razón natural del hombre: solo pueden ser creídas; y en este sentido resultan objeto de Fe.
Ahora bien, Sto. Tomas, siguiendo a ARISTOTELES, sostiene que verdades como «Dios existe», y otras relativas a la esencia y atributos de Dios, sí son susceptibles de prueba o demostra¬ción racional: de ahí la posibilidad de una Teología natural, ra¬cional o filosófica que funcione como preámbulo o introducción a la Teología sobrenatural, revelada o religiosa.
En Tomas se dan una razón y una filosofía como preambula fidei. La filosofía posee su propia configuración y autonomía, pero no agota todo lo que se puede decir y conocer. Es preciso integrarla con todo lo que contiene la doctrina sagrada acerca de Dios, del hombre y del mundo. La filosofía brinda un conocimiento imperfecto sobre las mismas cosas, con respecto a las cuales la teología está en condiciones de aclarar, aspectos y propiedades específicas, en relación con la salvación eterna. La fe, pues, mejora la razón, al igual que la teología lo hace con respecto a la filosofía. La gracia no substituye la naturaleza, pero la perfecciona.
Lo cual significa dos cosas: primero que la teología rectifica la filosofía, pero no la substituye, al igual que la fe orienta la razón, pero no la elimina. Por lo tanto es necesario elaborar una filosofía correcta para que se haga una posible buena teología.
Existe una clara distinción entre la filosofía y la teología, o lo que es lo mismo, entre la razón y la fe. Esto se produce, porque hay unas verdades que son reveladas y solo se puede acceder a ellas mediante la fe y otras que son naturales y se pueden comprender mediante la luz de la razón natural. Los artículos de fe, como los dogmas o misterios, solo pueden ser creídos por fe. Sto. Tomas define la fe como un acto del entendimiento movido por la voluntad a la que Dios asiste mediante la gracia. Los artículos de fe son inaccesibles a la razón, nos resulta imposible comprenderlos, y por eso la teología se ocupa de su estudio. Un artículo de fe es la esencia de Dios, lo que Dios es. Nuestra inteligencia no puede alcanzar a comprender ni a conocer la esencia de un ser infinito y perfecto. 
Por otro lado, la razón se ocupa de investigar los entes, las cosas naturales; para ello parte de los axiomas, como las verdades evidentes en sí mismas, y sus conclusiones se mantienen en el ámbito de lo racional y lo natural.
Se debe encontrar la concordancia entre la razón y la fe. En este sentido, la filosofía puede apoyar a la fe en su comprensión de la verdad revelada. De ahí que T. Aquino afirme que la filosofía es ancilla theologiae, la sierva de la teología.
Este es el punto de conexión que nos permite llegar a los preámbulos de la fe. Estos son verdades que requieren de una demostración racional para la fe, la primera es la existencia de Dios. De esta forma se puede llevar a la razón en un proceso ascendente, hasta la revelación y después descender desde la revelación a las verdades naturales que estudia la razón.
Esta tesis invalida la teoría de la doble verdad que es inadmisible en la escolástica, si cualquier verdad de razón se contradice con una verdad de fe, siempre será falsa. Prevalece la verdad de la fe, frente a las limitaciones de la razón.
En tanto que para el agustinismo filosófico no hay separación entre filosofía y teología, entre razón y fe, pues ambas colaboran solidariamente en el esclarecimiento de la verdad: la razón sirve a la fe y la fe ilumina a la razón. La razón sola, sin la fe, no puede alcanzar la verdad (que es Dios). Su máxima expresión es credo ut intelligam. (Crees en la medida en que comprendes).
San Anselmo coge el principio agustiniano credo ut intelligam y lo lleva hasta sus ultimas consecuencias; no se trata de entender para poder creer (la necesidad de la razón) sino de la necesidad de la fe para poder conocer la verdad. Sin fe no se puede alcanzar la verdad. Sin embargo como veremos en el texto, para Sto. Tomas esta demostración no es valida porque parte de la esencia de Dios; Dios es evidente en sí mismo porque el predicado está incluido en el sujeto.

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