La crisis política, militar y social de 1917


La crisis de 1917


El mal reparto social de los beneficios del boom económico y la creciente inflación llevaron al estallido social y una profunda y compleja crisis en 1917. En ella podemos distinguir varios aspectos:

Crisis militar



El descontento entre los oficiales «peninsulares» ante los rápidos y, a veces inmerecidos, ascensos de los «africanistas» culminó con la creación de las Juntas de Defensa. El gabinete conservador de Eduardo Dato se plegó a la imposición de los militares y aceptó unas juntas que iban contra la disciplina militar y la subordinación del ejército al poder civil.

Crisis parlamentaria ría



Setenta diputados y senadores de la Lliga Regionalista, republicanos, socialistas e incluso algún miembro del partido liberal constituyeron en Barcelona una Asamblea Nacional de Parlamentarios que demandó un cambio de gobierno y la convocatoria de Cortes Constituyentes.

Crisis social:


la huelga general de 1917
Convocada en Agosto por CNT y UGT tuvo un amplio seguimiento en las ciudades y se saldó con un centenar de muertos y miles de detenidos.
La huelga general, sin embargo, trajo inmediatas consecuencias. Ante la amenaza de revolución obrera, las Juntas de Defensa abandonaron sus peticiones y apoyaron la represión contra los huelguistas. Por otro lado, la dimisión de Eduardo Dato y la formación de un gobierno de coalición con la participación de la Lliga Regionalista trajo la inmediata desactivación de la Asamblea de Parlamentarios.
La lucha social de clases se había convertido en el gran problema del país.
La crisis social y la lucha de clases en Barcelona
El fin de la I Guerra Mundial trajo una profunda crisis económica y social que inmediatamente desató una gran conflictividad social en Barcelona (1919-1921)
Las huelgas y protestas alentadas por los anarquistas se encontraron con una dura represión del nuevo gobierno de Maura, que contaba con el pleno apoyo de la burguésía catalana. Para contrarrestar la «acción directa» de los anarquistas, el sector más duro de la patronal creó el denominado Sindicato Libre, grupo de pistoleros que actuó con el apoyo policial. La aplicación de la «Ley de Fugas», pura y simple ejecución sin juicio de los detenidos exacerbó aún más el conflicto.
La respuesta anarquista llegó en 1921 con el asesinato de Eduardo Dato, presidente del gobierno. Dos años después, el líder anarquista Salvador Seguí murió asesinado.

La Descomposición del Sistema (1918-1923)



Se caracterizó por la fragmentación de los partidos políticos dinásticos y la inestabilidad gubernamental. Destacaba:
petición de autonomía para Cataluña
agitación social
desastre de Annual (1921) en la guerra de Marruecos
Tras la crisis de 1917 se intentó la formación de varios gobiernos de concentración nacional con los líderes de todos los partidos, excepto la izquierda y los republicanos. El entendimiento fue imposible y estos gobiernos se disolvían.
Los problemas de la reivindicación autonomista catalana pasaron al segundo plano a medida que la agitación social aumentó. Fue un fenómeno común en toda Europa debido a la resonancia entre la clase obrera La Revolución Soviética.
La agitación social se concretó en el instrumento del n º de huelgas, conflictos sociales y enfrentamientos armados entre algunos sectores obreros, reunidos en el Sindicato Único, y grupo de pistoleros al servicio de asociaciones patronales, el llamado sindicalismo libre.
Durante estos años se produjeron cientos de atentados: 1921 otro presidente de gobierno murió asesinado: Eduardo Dato
La situación española se complicó más en 1921 con el desastre miliar de Annual en Marruecos, las tropas españolas recibieron un golpe muy duro para los independentistas marroquíes, guiados por el caudillo Abd el-Krim. El ejército español tuvo que huir hasta Melilla y sufríó 12.000 bajas.
La ocupación española de Marruecos, desde comienzos del Siglo XX, representa una cuestión de honor para España, ya que era el único lugar donde todavía se constataba el colonialismo español tras las pérdidas de las posesiones de ultramar. En realidad esta ocupación era poco rentable económicamente y las cábilas bereberes, que conocían perfectamente el accidentado terreno, arremetían a la menor oportunidad contra los ocupantes españoles.
La derrota de Annual dividíó más a los políticos ya la opinión pública entre los partidarios y los detractores de la guerra. La investigación sobre las responsabilidades del desastre se plasmó en el llamado Informe Picasso: implicaba al gobierno, los militares y al mismo rey.
La acumulación de graves problemas que los gobiernos fueron incapaces de afrontar (Marruecos, la agitación social, las reivindicaciones nacionalistas y la regeneración del sistema político) junto con las críticas de las fuerzas republicanas y de izquierda, llevaron al régimen de la Restauración a su desaparición.

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