La temática modernista


La generación del 98 se desarrolla en un periodo de crisis a finales del Siglo XIX marcado por 3 circunstancias : El desastre del 98 donde España pierde sus últimas colonias (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) dejando al descubierto la decadencia del país, la deslegitimación del sistema político de la Restauración y la creciente conflictividad y el auge del anarquismo.
En este contexto se desarrollan dos movimientos: El Modernismo y la generación del 98.
Mientras que los autores de la generación del 98 se preocupan por los problemas de España y buscan darle una solución, los modernista buscan en la literatura una herramienta para huir de un mundo en crisis.
Desde finales del Siglo XIX se denominó modernistas a todos los autores que querían renovar el panorama literario anterior: se oponen al Realismo y a la poesía prosaica de finales del Siglo XIX (salvo Béquer y Rosalía de Castro).
En su origen era un término utilizado para los sectores más conservadores . Este movimiento surge en Latinoamerica con autores como José Martí y se consolida con Rubén Darío, sin embargo su vigencia no fue muy larga. Se relaciona con el mundo de la bohemia esto implica un rechazo hacia las normas sociales y morales y un sentimiento de desprecio hacia lo mediocre y vulgar tiene como modelos el Parnasianismo, el Simbolismo y el postromantacismo.
• El parnasianismo, fundado por los poetas franceses Gautier y Leconte de Lisle, busca la perfección poética desde el punto de vista formal ( “El arte por el arte”). Para estos autores la poesía no ha de buscar ninguna utilidad social si no que ha de bastarse a sí misma. Los temas carácterísticos de este movimiento son los mitológicos, la Edad Media o los ambientes exóticos
• El simbolismo, movimiento generado a partir de la obra de autores como Baudelaire, Verlaine o Mallarmé, se declaraba heredero de los parnasianos y abiertamente antiburgués. Pretende encontrar las significaciones profundas u ocultas de la realidad, es decir, lo que no vemos, aquello correspondiente a los estados de ánimo. Para lograr esto se recurren a los símbolos ( el atardecer simboliza la muerte, el agua la vida etc).
Sus temas rompieron con lo habitual y ,además, destaparon diversos tabúes al tiempo que escribían una poesía de gran elegancia con temas y paisajes exóticos o ambientada en épocas idealizadas del pasado.
Podemos considerar al poeta Charles de Baudelaire el precursor de este movimiento con Las flores del mal
• El movimiento posromántico de Rosalía de Castro y Béquer influyó con su subjetivismo en el Modernismo español.
En cuanto a las carácterísticas temáticas del Modernismo, debemos señalar el escapismo, es decir, la búsqueda del exotismo y la lejanía, como uno de los rasgos fundamentales del movimiento. También presenta una creencia en la armónía universal que solo el poeta puede percibir y reflejar. Esta visión del mundo convive con los sentimientos de tedio, melancolía, desconcierto o angustia ante la falta de sentido de la vida. Otro rasgo que cabe destacar es la sacralización del arte que, en la búsqueda, se ofrece como refugio ante el prosaísmo del mundo contemporáneo y al vació existencial. Por último cabe destacar la sensualidad, el hedonismo y la utilización de la simbología religiosa en contexto eróticos.
Desde el punto de vista formal, la escritura modernista se caracteriza por el preciosismo y la voluntad de renovación del lenguaje poético. Entre sus rasgos destacan la presencia de símbolos, el empleo de un léxico exquisito, la abundancia de referencia sensoriales, la búsqueda de musicalidad, las innovaciones métricas (alejandrino) y la pretensión de perfección formal.
Podemos considerar a Rubén Darío el máximo representante de la lítica modernista en lengua española. La publicación de Azul supone para muchos el comienzo del movimiento, en este se pueden reconocer algunos temas carácterísticos de este movimiento como pueden ser el deso de evasión, la búsqueda del ideal, el erotismo o la sacralización del arte. En su segundo libro, Prosas profanas Darío profundiza en algunos de los temas anteriores, juega constantemente con aliteraciones, sinestesias, paralelismos, encabalgamientos e infinidad de metáforas para lograr una densa perfección formal de origen sensual.


Por último, Cantos de vida y esperanza supone cierta inflexión en la trayectoria del autor.
Aparece reflexión existencial que se concreta en el desconcierto y angustia ante la certeza de la muerte o la imposibilidad de encontrar el sentido de la vida . También hay una reivindicación de lo español.

En cuanto a la lírica modernista española, destacamos en primer lugar a Manuel Machado. En su poemario Alma se aprecia la influencia de Darío y el parnasianismo francés; además aparecen rasgos propios de la tradicción popular andaluza. Sus poemas nos ofrecen delicadas escenas versallescas y orientales, exquisitas recreaciones de cuadros, esculturas y episodios del Romancero, así como estados de ánimo dominados por la apatía y el cansancio de la vida reflejan una estética decadente. Juan Ramón tendrá una primera etapa modernista en la que se incluyen poemarios como Ninfeas o Almas de Violeta.
Antonio Machado en su poemario Soledades utiliza también rasgos modernistas como el empleo de símbolos.
La poesía de Valle-Inclán se agrupa en claves líricas: con el primitivismo de los poemas de Aromas de Leyenda, el esperpento de los poemas de La pipa de kif o el decadentismo de El pasajero. Esta poesía modernista ya había sido tratada en poemas de temas exóticos llenos de juegos formales y versos cargados de sinestesias y sensualidad por: Ricardo Gil (La caja de música), Salvador Rueda ( Himno a la carne) y Manuel Reina (Poemas paganos).
Las sonatas de Valle-Inclán representan la cima de la prosa modernista. Son cuatro novelas breves que recogen las memorias del Marqués de Bradomín, cada una de las novelas corresponde a una estación que hace referencia a etapas destacadas. Entre ellas domina el Romanticismo decadente en el que las mujeres son enfermizas y los jardines descuidados pero hermosos. En el héroe se enfrenta la religiosidad y el erotismo.
Si bien el teatro que triunfaba en la época eran las obras cómicas de ambiente popular, también fue cultivado otro tipo de teatro escrito en verso. Eduardo Marquina cosechó éxitos como En Flandes se ha puesto el sol; al igual que los hermanos Machado La Lola se va a los puertos. Francisco Villaespesa extendíó el Modernismo al teatro en obras como El alcázar de las perlas.
El gran triunfador de esta época fue el premio nobel Jacinto Benavente. Sus obras destacan por la estructura
narrativa, el dialogo elegante, la réplica irónica y la técnica teatral en genera (La malquerida)
La estética modernista tuvo un amplio desarrollo en Cataluña donde Joan Maragall es su máximo representante con L’ oda infinita.

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