La idea de progreso


PROGRESO Y DESARROLLO CAPITALISTA

INTRODUCCION

La idea de progreso es hija de la Modernidad y sobre todo de la etapa ilustrada francesa. Es un producto del optimismo y las creencias en la Razón. El marqués de Condorcer define el progreso, un proceso indefinido, acumulativo e irreversible, que llevará al hombre y la sociedad a cotas crecientemente más altas de racionalidad, moralidad y bienestar material. Por otra parte, progreso y desarrollo resultan conceptos muy próximos y encadenados, siendo anterior el primero (ilustrado, siglo XVIII) y vinculándose el segundo al proceso de industrialización y crecimiento económico del siglo XIX y del XX, con especial énfasis tras la Segunda Guerra Mundial.

LA IDEA DEL PROGRESO

A la providencia, sucedió el progreso como paradigma secular en una sociedad que condenaba todo lo irracional, sin embargo no se puede rechazar que en sí se trata de una construcción igualmente irracional.

A este respecto, una de las obras primerizas y más conocidas es la de J.B.Bury, La idea del progreso, señala que esta idea pertenece a ese tipo de ideas referentes a los misterios de la vida y son aprobadas o rechazadas no por su utilidad o perjudicialidad sino porque se las supone verdaderas o falsas.

Nicholas Timasheff junto con otros autores importantes sostenían la idea de progreso, el inevitable desarrollo de la sociedades humanas hacia etapas más elevadas y mejores. Frederick Le Play quien no cree en la evolución positiva y menos aun en el progreso, se inicia la ruptura del optimismo progresista.

El progreso consiste en la fe de las personas al futuro, confían que los avances tecnológicos garantizan el tiempo y les ayuda a conseguir logros útiles. Pero existe gente que cree que se trata de una confianza milagrosa en el futuro, ese actitud plantea que ese futuro se construye en cada momento.

Antonio Campilllo en Adiós al progreso analiza la idea del progreso, reconoce que la modernidad es el centro del progreso, de allí considere que la crisis de la Modernidad no es sino la crisis de esa idea. Él dice que el progreso se basa en la historia, en los cambios históricos, no en algo espiritual, o en una idea de lo particular a lo universal. Él sustituye la idea del progreso por la evolución.

CRISIS Y CAÍDA DE LA IDEA DE PROGRESO

El progreso supone los avances en la tecnología y en la ciencia, pero atrae la consecuencia de los guerras. Ante esa duda, el descreimiento afectó realmente en el progreso. Si esa novedad contradice la humanidad y la sociedad, acabará perdiendo reconocimiento social.

En el siglo XX no hubo avances en ciencia ni en la tecnología ni mucho menos la propaganda persistente del sistema socioeconómico. Los genocidios de los años 1930 y 1940, la Segunda Guerra Mundial y la tragedia nuclear impidió el optimismo al progreso. Millones de niños, poblaciones muertos o pasando hambre, sin embargo la cantidad de dinero que se invierte en resolver la pobreza ni llega la quinta parte de sus presupuestos militares conjuntos. Ya puede empezar a preguntar ¿permitiría la situación agrava para mantener la idea del progreso clásica?.

Ven que la acción científico
Tecnológico puede destruir la naturaleza, sus recursos y el equilibrio planetario, hasta poner peligro la propia supervivencia, las rebeliones contra el progreso más resiste, llamado movimiento ecologista que se acerca agresivamente con la naturaleza contradiciendo cualquier idea del progreso.

Jean-Jacques Rousseau iniciador de la crítica frente la idea del progreso dejó bien claro en Discurso sobre las ciencias y las artes de forma llamativamente simultánea con las más fervientes definiciones positivas, y concretamente la de Turgot.

Rousseau, sus graves objeciones al progreso en su expresión evolutiva científico-técnica tuvo lugar como respuesta al lema que la Academia de Dijon proponía. El lema proponía:«Si el restablecimiento de las ciencias y las artes ha contribuido a corromper o depurar las costumbres». Y su respuesta argumentaba:«el progreso de las ciencias y las artes no ha añadido nada a nuestra verdadera felicidad; ha corrompido nuestras costumbres y esa corrupción ha atentado contra la pureza del gusto…».

Con el romanticismo, que sitúa sus ideales bien lejos de los progresos acogidos por la Ilustración y reacciona contra la Razón triunfante y el intelectualismo, surge el pesimismo moderno, en una primera fase sentimental e irracional. No tardaría mucho en surgir la estremecedora obra Frankenstein fruto de la juvenil imaginación de Mary Shelley, en la que la ciencia ha de afrontar algunas de las más directas y terroríficas advertencias en relación con su arrogancia y temeridad.

Desde entonces, el progreso se ha hecho distinguir entre progreso científico-tecnológico y progreso humano-social. El primero es obvio, innegable, quedando cuales son los móviles de ese desarrollo científico-técnico, pero podemos reconocer un extenso patrimonio positivo en su evolución histórica.

Mucho menos obvio es el pretendido progreso humano-social, que es el que los pensadores críticos niegan, pero es el que valora y puede contradecir al progreso científico-tecnológico, en cuanto ese progreso no cumple su principal requisito: servir a las personas y la sociedad.

PROGRESO Y DESARROLLO: ORÍGENES IDEOLÓGICOS COMUNES

El origen y expansión de la idea de progreso tiene lugar más o menos simultáneamente con la consolidación de la Revolución Industrial y el auge del proceso productivo, lo que posteriormente se llamaría desarrollo económico. Progreso y desarrollo son ideales y objetivos afirmados en el mundo occidental desde la primera mitad del siglo XIX y que evolucionan llevados por el triunfo del capitalismo, primera en Gran Bretaña y luego en el continente. De todas formas, el término desarrollo no se empleará, con su significado económico, hasta ya entrad el siglo XX y se considera que fue el economista austro-norteamericano Joseph Schumpeter el primero en utilizarlo en su obra Theory of Economic Development. Término más comúnmente para el progreso hay civilización, evolución, riqueza y crecimiento.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el desarrollo se constituye en un concepto funcional de uso común, el presidente norteamericano Harry Truman aludió a que la mayor parte del mundo estaba subdesarrollada «consangrando» así el desarrollo como principal objetivo económico del mundo. A partir de ese momento, el proceso económico llamado desarrollo, el subdesarrollo genera diferencias socioeconómicas incesantes.

Debe quedar claro que esta configuración de la idea de desarrollo es un típico producto del mundo occidental no comparten el peño en explotar la naturaleza como medio habitual de supervivencia. También conviene tener en cuenta en las últimas décadas un movimiento de crítica al concepto, sobre todo, la crisis ecológica. Las variaciones de ese desarrollo con distintos adjetivos: social, humano, local, alternativo o sostenible.

Distinción de números conceptos que aparecen vinculados al desarrollo económico:

1. Crecimiento económico es el más burda y cuantitativa del proceso que se entiende comúnmente. La idea del crecimiento se relaciona con la evolución a lo largo de un tiempo durante el que se produce un incremento económico teniendo en cuenta solo el capital y no en que si esas actividades son positivas o negativas. Se suele medir por PNB, PIB. Otro concepto es el de RNB, que es la suma de rentas generadas en el proceso productivo.

2. Riqueza se refiere a existencias materiales: objetos, mercancías y derechos al disfrute de la propiedad colectiva. La riqueza humana consiste en las ganancias potenciales de los individuos y está relacionada con el capital humano.

3. Nivel de vida se refiere a la cantidad de vienen y servicios que consume. Se suele utilizar la renta monetaria para indicar este nivel. También depende del movimiento de los precios en general, los servicios básicos.

4. Bienestar depende del criterio que se adopte, puede ser un conjunto de percepciones subjetivas de un grupo o la valoración que haga un experto, en todo caso se relaciona con la distribución, es decir el reparto de la riqueza entre la población. El criterio más utilizado es la opulencia, que a su vez se relaciona con la distribución de la renta familiar en un país, o incluso por el reparto del PNB.

5. Calidad de vida, sinónimo de bienestar, también se lo relaciona con la idea de satisfacción general. Este concepto ha estado relacionada con el incremento de la toma de conciencia acerca de las consecuencias no deseadas del desarrollo económico, y singularmente del problema ambiental.

6. Prosperidad es un concepto que suele utilizarse en un entorno «técnico», una etapa de recuperación tras una crisis. Este concepto suele asemejar al de bienestar, la prosperidad remite a un sentimiento o una percepción, más a que a una realidad objetiva y mensurable, tenga más que ver con la Psicología y Sociología que con la Economía.

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