Cómo Internet Modifica Nuestro Cerebro: Reflexiones sobre ‘Superficiales’ de Nicholas Carr


Síntesis del libro Superficiales de Nicholas Carr

Publicado: 9 de febrero de 2012

McLuhan ya lo advirtió: los medios cambiarían no solo el mundo, sino también a sus habitantes, hasta tal punto que convertiríamos la tecnología en una extensión de nosotros mismos y de nuestra forma de pensar. Pero, ¿quién hubiera imaginado que nuestra manera de pensar se convertiría en una extensión de los medios y no al revés?

Capítulo 1: Hal y Yo

Los seres humanos estructuramos nuestro cerebro a través de la lectura de libros. En Occidente, leemos de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo. Sin embargo, con la invención de las computadoras e Internet, esto se ha ido modificando. La «generación Web», criada con la nueva tecnología, piensa de manera muy diferente. Incluso aquellos que no nacimos con Internet hemos cambiado: nuestra capacidad de concentración ha disminuido y ya no podemos sumergirnos en la lectura profunda como antes. Nos hemos vuelto seres más superficiales. «Googleamos» y revisamos la información rápidamente; los primeros párrafos suelen bastarnos. Los hipervínculos buscan por nosotros, ahorrándonos tiempo, pero, paradójicamente, haciéndonos menos eficientes en la retención y el análisis profundo.

Capítulo 2: Los Caminos Vitales

A pesar de lo que algunos pensadores y científicos creían, se ha demostrado que nuestro cerebro es muy plástico. Aunque esta plasticidad disminuye con la edad, nunca se pierde por completo. Esto significa que nuestro cerebro puede modificar sus redes y funciones neuronales, creando nuevos hábitos y alterando los viejos.

Freud descubrió que «las neuronas tienen núcleos centrales, o somas, que desempeñan funciones comunes a todas las células; pero también tienen dos tipos de apéndices a modo de tentáculos –los axones y las dendritas– que transmiten y reciben impulsos eléctricos. Cuando una neurona se activa, un impulso fluye del soma a la punta del axón, donde se desencadena la liberación de sustancias químicas llamadas neurotransmisores; estos afluyen a la barrera de contacto, hoy llamada sinapsis

Kandel, tras numerosos experimentos, descubrió que la sinapsis puede experimentar cambios con entrenamiento. Así, la repetición puede modificar las conexiones y hábitos neuronales y, por ende, nuestra manera de pensar, comportarnos, obtener información y percibir nuestro entorno.

Capítulo 3: Las Herramientas de la Mente

«Avanzamos de la representación de lo que vemos a la elaboración de lo que sabemos.»

Los avances tecnológicos no solo nos han acompañado a lo largo de la historia, sino que han modificado nuestra propia historia. La invención del mapa cambió la percepción humana del espacio y la forma de expresarnos: creamos palabras, nombramos el Norte y el Sur, los continentes, etc. Posteriormente, la invención del reloj nos dio una percepción diferente del tiempo, ahora medible, lo que transformó radicalmente nuestro pensamiento y comportamiento.

El ser humano posee un conjunto de capacidades influenciadas principalmente por la tecnología:

  • Las de fuerza y resistencia físicas.
  • La del alcance y sensibilidad de nuestros sentidos.
  • La que nos permite modificar la naturaleza.
  • Las tecnologías intelectuales.

Estas últimas tienen la capacidad de ampliar nuestras facultades mentales. Su función no es solo facilitarnos la vida, sino también cambiar nuestra sinapsis y, con ello, el conocimiento. El conocimiento «es lo que se recuerda, por lo tanto está limitado a lo que se puede retener en la mente». Y como nuestra mente cambia su capacidad de abstracción gracias a la tecnología, nuestra capacidad de conocimiento también se transforma.

Capítulo 4: La Página Profundiza

La historia del libro y la escritura ha recorrido un largo camino. Comenzó con dibujos en cuevas, se adaptó a tablas con escritura cuneiforme y, más tarde, los egipcios inventaron el papiro, facilitando el almacenamiento de conocimientos. Sin embargo, el papiro era caro, lo que llevó a la invención de tablillas de cera unidas y protegidas con cuero, el precursor del libro.

A medida que los libros evolucionaban, la lectura se volvió una actividad personal e íntima, aumentando la capacidad de concentración, la creatividad y otros elementos que fomenta. Pero con la llegada de Internet, esto cambió. Adoptamos la tecnología rápidamente: la computadora se convirtió en nuestra compañera e Internet en nuestra principal opción para almacenar y buscar información.

Capítulo 5: Un Medio de la Naturaleza Más General

«El único limitador de una máquina es su velocidad.» – Turing.

Inicialmente, la Web también enfrentaba el problema de la velocidad, lo que limitaba tanto a los usuarios como el contenido disponible. Con el tiempo, este problema se superó, y la Red se llenó de imágenes, texto, animaciones y velocidad. Esto ha ocasionado que pasemos más tiempo conectados (más de 19 horas semanales solo en computadoras). Mientras este tiempo aumenta, el dedicado a publicaciones impresas y los beneficios que estas ofrecían a nivel estructural cerebral han ido disminuyendo.

Internet transforma todo lo que absorbe, imponiéndole su formato y esencia. La velocidad y la cantidad de información que viaja por la Red son infinitas, tanto que no nos permiten detenernos. Saltamos de página en página, tocando la información solo de manera superficial. Sin embargo, somos adictos; nos encanta. Su éxito ha sido tal que las empresas crean productos relacionados con Internet (smartphones, laptops, reproductores de música conectados, etc.). Mientras tanto, periódicos, universidades y bibliotecas desaparecen del mundo físico para renacer en el digital.

Capítulo 6: La Viva Imagen del Libro

La computadora ha evolucionado hasta ser portátil, pero aún no supera la practicidad y efectividad de un libro físico. Un libro puede llevarse a la playa, llenarse de arena y seguir funcionando; puede mojarse un poco, secarse y seguir siendo legible. Un libro no daña los ojos con la luz de una pantalla ni agota la vista como una laptop. Y lo más importante: a un libro nunca se le agotará la batería.

Ante el desafío de crear un libro virtual, en 2007 se lanzó el Amazon Kindle, considerado el futuro digital de los libros, instalable en iPads, computadoras, iPhones, etc. Es «el universo de los libros al alcance de nuestros dedos», según el escritor Steven Johnson. Kindle fue una plataforma que cambió la forma de escribir libros virtuales, dando lugar a los «vooks» (libros con animaciones y funciones para comentar), haciendo de la lectura una experiencia más social.

Capítulo 7: Mentalidad de Malabarista

«Es posible pensar y razonar mientras se navega por internet como cuando se lee un libro; pero no es este tipo de pensamiento el que la Red promueve y recompensa.»

Internet puede comenzar a cambiar nuestros circuitos mentales en tan solo cinco días. La Red exige mucha más atención que la radio o la televisión, ya que requiere interacción constante (respuestas, retroalimentación). Buscas una palabra y al instante aparecen coincidencias, enlaces para ampliar información y opciones relacionadas. Tienes tantas opciones y tanta información que no profundizas en ninguna, sino que ojeas casi todas. «La Red atrae nuestra atención sólo para dispersarla.»

La Red tiene aspectos positivos a nivel neuronal: activa múltiples áreas del cerebro que ayudan a la coordinación mental y la toma de decisiones. Sin embargo, al pasar tan rápido por tantas «opciones», impide el razonamiento profundo de la información y, por lo tanto, su comprensión. Está comprobado que nuestra visión en Internet no es lineal como al leer un libro; en la web, saltamos de un objeto a otro sin detenernos mucho tiempo. Como escribió Richard Nielsen, leemos en forma de «F».

Capítulo 8: La Iglesia de Google

Con la Revolución Industrial llegaron nuevas formas de mejorar la producción. Una de ellas fue el sistema de Taylor y su tratado «Los principios de la administración científica», que proponía identificar y adoptar el método más eficiente para cada tarea. Su filosofía se estructuraba en reglas básicas:

  • El objetivo del trabajo es la eficiencia.
  • El cálculo técnico es superior al juicio humano.
  • El juicio humano no es digno de confianza.
  • La subjetividad es un obstáculo para el pensamiento claro.
  • Lo que no se puede medir no existe o no tiene valor.

Empresas poderosas en la Red actual, como GOOGLE, están influenciadas por este tipo de pensamiento y confían más en el software para regular sus actividades.

Google fue fundada por dos jóvenes universitarios, Larry Page y Sergei Brin. Empezó como un buscador llamado BackRub, cuya demanda saturó la red de la Universidad de Stanford. Tras esto, varios empresarios invirtieron en el proyecto hasta que, en 1998, nació Google (nombre derivado de «googol», número uno seguido de cien ceros).

Google alcanzó un gran éxito gracias a su velocidad y la relevancia de sus resultados. Su sistema de «subasta» publicitaria la convierte en una empresa muy rentable. No solo ofrece los mejores resultados de búsqueda, sino que también realiza un análisis exhaustivo de sus usuarios, lo que le permite conocer sus necesidades y ofrecerles contenido acorde a sus gustos.

«Google se dedica, literalmente, a convertir nuestra distracción en dinero.»

Capítulo 9: Búsqueda, Memoria

Sócrates tenía razón: a medida que el ser humano externaliza el conocimiento, deja de depender de sus propios contenidos mentales.

Kandel, descubridor de la neuroplasticidad, continuó investigando la memoria a corto y largo plazo. Descubrió que para que los nuevos conocimientos se fijen en nuestra memoria a largo plazo, deben ser procesados y razonados durante aproximadamente una hora. Necesitamos dedicar tiempo a estos nuevos recuerdos para que nuestras neuronas los capten y realicen las funciones cerebrales que almacenan la información.

Sin embargo, al «vaciar» nuestros recuerdos en la web (por ejemplo, publicando en Twitter lo que nos sucede al instante y pasando a lo siguiente), dejamos de saborear y repasar nuestras experiencias. Soñamos despiertos cada vez menos; no tenemos tiempo. Estamos reemplazando nuestra memoria biológica con la memoria virtual. Nos estamos quedando vacíos porque todo reside en la memoria del ordenador, de la Red.

Capítulo 10: Algo Como Yo (Epílogo)

«El precio que pagamos por asumir los poderes de la tecnología es la alienación.»

Este libro es una mirada a la historia de Internet y a cómo el ser humano ha evolucionado para adaptarse a él, involucrándolo en todos los aspectos de su vida. No es que Internet sea intrínsecamente malo; ofrece una ventana maravillosa a la información y la expresión. El problema surge cuando nos enamoramos ciegamente de la herramienta, volviéndonos adictos. Queremos devorarlo todo, tan rápido que no profundizamos en nada, perdiendo la capacidad de razonar.

Pero no es tarde. Aún podemos mediar y enseñar a la «generación Web» a encontrar un equilibrio entre la Red y un buen libro. No debemos permitir que mueran los medios impresos ni que Internet se convierta en nuestro único diario y confidente. Debemos luchar por nuestra independencia intelectual y valorar nuestros pensamientos y recuerdos, evitando que nuestra memoria se desmorone en órdenes y comandos en lugar de construirse con vivencias. Internet es un medio de entretenimiento e información; solo debemos regular su uso y no convertirlo en la totalidad de nuestra vida, para poder seguir funcionando en armonía con él y con nosotros mismos.

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