Descartes teoria del conocimiento


EL COGITO Y EL CRITERIO DE VERDAD
El texto es un fragmento de “El discurso del método” cuyo objetivo su objetivo es “aprender a distinguir lo verdadero de lo falso para ver claro en mis acciones y caminar con seguridad en esta vida”.
Descartes se propone desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas en las que no se diese por supuesto nada que no fuese evidente por sí mismo. Para ello, necesitaba un método o camino que la razón seguiría hasta llegar a la sabiduría teórica y práctica. Su ideal de filosofía es el de un sistema conectado de verdades establecidas, donde la mente pase de verdades fundamentales, evidentes por sí mismas, a otras verdades evidentes, implicadas por las primeras. Descartes se basó en las matemáticas para la 
creación de semejante ideal, siendo éstas el modelo para el resto de los saberes, modelo que la filosofía debe seguir.Cuando Descartes publicó “El discurso del método” se dio un paso de filosofía medieval a moderna. “El discurso del método” es una autobiografía intelectual en la que Descartes 
nos cuenta los pasos que siguió en su carrera filosófica, y expone las razones por las cuales creó un nuevo método para la ciencia.Según Descartes, “el método es necesario para la investigación de la verdad de las cosas”; quedando así entendido como director de la investigación científica.El método presupone en la razón humana dos capacidades fundamentales de conocer, la intuición y la deducción.La intuición es la visión intelectual inmediata de algo que creemos evidente. Se caracteriza por que lo intuido está presente de un modo indudable; de forma que no 
necesita ser demostrado ya que es evidente; y porque la presencia de lo intuido es clara, ya que está patente y manifiesta ante la mente.La deducción comparte con la intuición el ser un conocimiento verdadero, claro, distinto y racional. Sin embargo, se diferencia de la intuición en que no es un conocimiento inmediato; mediante la deducción somos capaces de sacar consecuencias que derivan de lo que hemos intuido; siendo por tanto, la capacidad cognoscitiva por la que podemos poner en conexión distintas intuiciones y enlazarlas por medio de la razón.Intuición y deducción son para Descartes los dos únicos caminos para establecer 
conocimientos científicos válidos debiendo rechazarse todos los demás. Sin embargo, es necesario un método que dirigirá los conocimientos obtenidos y los entrelazará como expone en su ideal de filosofía. 
El método sigue unas determinadas reglas, que son: la evidencia, el nálisis, la síntesis y la enumeración.El análisis es la regla fundamental del método, y por él se dividen las ideas compuestas en simples, que son las únicas sobre las que la mente puede tener evidencia a estas, Descartes lo denomina “absoluto” y que es conocido por intuición.La síntesis es la encargada de conducir ordenadamente los pensamientos empezando por los objetos más simples hasta llegar al conocimiento más compuesto 
e ir ordenándolos.La enumeración establece la conveniencia de revisar todo el procedimiento analítico y sintético con el fin de asegurarse de que no se ha cometido un paso en falso.La evidencia es la primera regla y quizá la más importante, coincide con la noción cartesiana de certeza, que para Descartes es un criterio selectivo de conocimiento y de tipo atemático. Así para Descartes deben ser aceptados como válidos únicamente aquellos conocimientos de los que tengamos plena certeza; los demás conocimientos deben ser rechazados. No obstante hay que tener en cuenta que la certeza es un estado de ánimo subjetivo y, en consecuencia, la validez del conocimiento dependerá del sujeto; y no de otras instancias. La evidencia es algo que está por encima de las demás reglas y que les marca el fin al que deben tender.El método tiene que aceptar el conocimiento evidente, es decir, que admita únicamente aquellos conocimientos que sean totalmente ciertos, que no puedan ponerse en duda.
Por lo que Descartes se propone someter todos nuestros conocimientos a la duda con el fin de encontrar alguno que se le resista. En eso consiste la duda metódica, que se caracteriza por ser: universal, ya que ninguna proposición, por evidente que parezca, debe ser excluida de ella; metódica, ya que la utilizamos como punto de partida para alcanzar la evidencia, es decir, para alcanzar la verdad; teorética, ya que se extiende al plano de la reflexión filosófica; y voluntaria y antinatural, ya que la mente tiende a confiar en los sentidos y a los razonamientos, asumiendo el riesgo de equivocarnos. Descartes diferencia dos ámbitos en este método: la realidad y el pensamiento, poniendo en duda de su veracidad y su existencia.En el ámbito de la realidad y para poner en duda su veracidad, Descartes considera que la mayoría de conocimientos proceden de los sentidos. Sin embargo, señala que los sentidos pueden engañarnos, por tanto, podremos dudar de lo que nos informan, ya que basta con que nos engañen una vez para no fiarnos de ellos. Dudar de los sentidos significa dudar de que el mundo sea tal y como nos lo presentan, pudiendo ser de maneradistinta.En cuanto a la existencia de la realidad, Descartes emplea el argumento del sueño, pues cuando soñamos, las cosas nos parecen reales pero al despertar nos damos cuenta de que eran producto de nuestra fantasía. Por esta razón, Descartes afirma que la vida podría consistir en un sueño permanente, de modo que no pudiéramos distinguir lo que es
real y lo que no, y aceptando que las cosas no existirían. Desde un punto de vista racional sería posible debido a que no tenemos certeza absoluta de que existan las cosas.En lo que respecta al ámbito del pensamiento, Descartes afirmará que hay un grupo que no puede ponerse en duda; que son las verdades matemáticas, pues se fundamentan en la razón. A pesar de ello, Descartes sigue dudando de su veracidad, basándose en el 
argumento del genio maligno. Éste se explica mediante la existencia de un genio maligno que tiene más poder que nosotros y que nos engaña haciéndonos creer que aquellas verdades que parecen ciertas son en realidad falsas. Así, nuestra mente estaría inmersa en el error, por lo que podríamos dudar de las verdaderas matemáticas. Con el argumento
del genio maligno la duda metódica alcanza su máxima intensidad. Descartes pensará que nada de lo que conoce es verdadero: “No me es posible llegar al conocimiento de alguna verdad” dirá en su obra “Meditaciones metafísicas”.
Eso no quiere decir que existamos independientemente de pensar, sino que “cogito ergo sum” significa que sólo existimos en la medida que pensamos. No se trata de que existamos y pensemos, sino de que al pensar existamos. La verdad del “cogito, ergo sum” no es el resultado de un razonamiento silogístico, es una verdad intuida, esto es, que al pensar nos intuimos inmediatamente como existiendo.Descartes llevó a cabo la duda metódica, no para saber que existimos, sino porque no sabíamos que esa era la única verdad que no puede ponerse en duda de ningún modo. Por esa razón, es considerada como la primera verdad, esto es, va a poder convertirse en el primer principio de la filosofía que Descartes buscaba. A partir de ahora, todo lo que Descartes tenga que decir lo tendrá que fundamentar en el cogito, que pasa a ser la verdad fundamental y fundamentadora de todas las demás verdades.Con el establecimiento del cogito como verdad fundamental comienza la filosofía moderna rompiéndose radicalmente con la filosofía medieval. Para la filosofía antigua y medieval el dato primario de la reflexión filosófica era el mundo externo, y por el contrario, para la filosofía moderna el dato primario es el pensamiento. Se cambia así de criterio de verdad. La verdad pasa a ser ahora un atributo del pensamiento mismo: sólo se admitirá como verdadero aquello que tenga una certeza del mismo grado que la del cogito. Así distinguimos en Descartes un proceso que empieza en la duda, como método purificador del conocimiento, y que rechaza los sentidos y las verdades evidentes, como las verdades matemáticas, pero que acepta la existencia del individuo a partir y en la medida en la que piensa. 

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