Sociedad ilustrada


Es un hecho que en la mayoría de las guerras solo conocemos la mitad de la historia o una sola versión de ella. Siendo que nunca se llega a saber toda la realidad de las circunstancias en las están las personas en una ciudad en guerra, ya sean civiles o militares. Entre ellas está el hecho de que la guerra ha cobrado miles de vidas y obligó a más de un millón de personas a abandonar sus hogares y dejar atrás su país de origen, provocando una separación entre las familias, puesto que los hombres entre 18 y 60 años tienen prohibido huir del país, aplicando así la Ley Marcial. Por lo que las mujeres tienen que salir solas con sus hijos. Asimismo, como es el caso de Ucrania, las personas se enfrentan a dormir en colchones dentro  de las estaciones de metro de Kiev o en los sótanos, estas permanecen en los pasillos, sentados, leyendo o tratando de pasar tiempo entre las cajas de alimento y ropas, con frío, con hambre y preocupados por su seguridad y la de sus hijos. 

 Por otro lado, con respecto a los militares se observa un trato inhumano por parte del ejército ruso cuyo soldado confesó que nadie recoge los cadáveres y que no hay funerales. De acuerdo al Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), “los oficiales matan a sus soldados heridos, dejan a los muertos en el campo de batalla y no informan a sus familiares”. Además de ese soldado, se ha difundido la historia de otros más, quienes mencionan que fueron utilizados como carne de cañón, y amenazados de ser acusados de traición o fusilados si se negaban a ir al frente, pues ellos pensaban que iban a entrenar, no a a la guerra, siendo así obligados a dejar a sus familiares y sumergirse en algo en lo que no están de acuerdo. 

Cada día escuchamos hablar de una guerra o de un conflicto aquí o allá, en Siria o ahora en Ucrania, pero de lo que no se escucha hablar es sobre cómo los periodistas se esfuerzan cada día y se dejan la piel por contar al mundo lo que ocurre con todos los detalles posibles. Aunque todo parezca fácil visto desde casa, la realidad es que los fotógrafos y reporteros arriesgan su vida introducíéndose en un tiroteo o en una ciudad en guerra para capturar esos momentos y que nosotros sepamos qué está pasando. Un caso reciente fue el de Sol Macaluso, periodista española en Ucrania, que informaba que estaba viviendo varias explosiones en directo. “Hemos escuchado hasta cinco detonaciones. . 


Hay alarma, empieza a haber caos en la calle…” Sol trataba de estar lo más tranquila posible, mientras de fondo se escuchaban las bombas en la ciudad. 

Por otro lado, la guerra tiene un impacto no solo en los planos económicos y sociales. Además de las pérdidas humanas, las personas que consiguen sobrevivir no solo pierden a sus familias, sus hogares, sus vecinos, los lugares que solían frecuentar, su identidad y su estilo de vida, sino que se enfrentan a consecuencias devastadoras en su salud mental. Por ello, se produce un desastre psicológico el cual incluye síntomas depresivos, agresivos o ansíógenos. Tal y como investigó la Universidad de Uruguay, los adolescentes están en una situación de riesgo mayor para desarrollar problemas psicológicos. Esto se debe a que su participación en la guerra suele ser mayor, sobre todo fuera del hogar. Asimismo, cuentan con más habilidades cognitivas para entender la magnitud de los eventos acaecidos en la guerra y sus consecuencias además de los cambios experimentados durante la época de guerra y posterior como hambruna, falta de socialización, miedo constante ante un ataque, etc. 


Como dijo Eleanor Roosevelt “Todas las guerras actúan como boomerangs y el vencedor sufre tanto como el vencido”, refiriéndome así a que no importa quien gane o quien pierda, ambos lados sufren consecuencias desastrosas e inevitables en su sociedad, miles de personas muertas de manera injusta, miles de familias separadas, miles de madres, abuelas, hijas preocupadas por sus seres queridos que van a la guerra por una lucha que no es suya. La violencia oficial siempre generará la lucha y por tanto muertes, así que para alcanzar la paz es requisito esencial poner fin a ella, de lo contrario, la población estará perdida. Entonces, ¿Cuántas personas más tendrán que morir? ¿Cuántos niños perderán a sus padres? ¿Cuántos padres perderán a sus hijos? ¿Cuándo aprenderán a darle valor y respeto a la vida humana?, acabemos de una vez por todas con el uso de la violencia como medio para la resolución de conflictos, porque este es el primer paso para una sociedad justa en la que vivamos en armónía.


En cuanto al plano morfosintáctico podemos encontrarnos con el uso de verbos inclusivos, como «hemos recogido, estamos, tenemos»  mediante el cual la autora los utiliza para incluir al lector en su propio pensamiento. A su vez nos encontramos con verbos excluyentes como » empieza, es, lleva» el cual la autora los utiliza para diferenciar su pensamiento del contrario. Por otro lado también nos encontramos con el uso de sustantivos abstractos como «alivio, pena, miedo, pánico» con el uso de estos Margaryta le da un  carácter intelectual al texto. Por último podemos señalar diversos sustantivos concretos como son “libros, coche, teléfono” con la utilización de estos la escritora le da sencillez al texto.

En cuanto al plano léxico-semántico nos encontramos con un campo semántico cuyo hiperónimo es “Guerra” a los que tiene asociados distintos hipónimos como «proyectil, bombardeo, muertos, disparos, bombas», con el uso de ello la autora mantiene una relación de significado a lo largo del texto. Al mismo tiempo encontramos sinónimos como son “ciudadanos, habitantes” y por otro lado encontramos antónimos como “hombres, mujeres” el uso de ambos elementos Margaryta da lugar a una riqueza léxica.

En cuanto al plano textual , observamos el uso de distintas deixis como son la deixis espaciales «Mariupol, Ucrania, Rusia, Kiev» con esta la autora nos sitúa en el lugar en el que se producen los acontecimientos. A su vez encontramos la temporal como son “2014, a las cinco de la mañana”, con estas la autora nos sitúa en el momento en el que suceden dichos acontecimientos. Por último vemos el uso de conectores como «pero, y, sino» mediante el uso de estos consigue estructurar bien el texto.

En el texto propuesto, la autora Margaryta Yakovenko aborda el tema de la realidad de las personas y las circunstancias de vida que estas tienen durante la guerra. Asimismo nos habla del sentimiento de angustia y miedo que sienten aquellos que se encuentran lejos de sus seres queridos al no saber si están a salvo. Por lo que he de destacar que estoy completamente de acuerdo con la tesis propuesta por la escritora. Para abarcar esto, a continuación aportaré una serie de argumentos. 


En España, el paso de un régimen demográfico antiguo a un régimen demográfico de transición, se va a producir por el baby boom que experimenta el país a partir de 1950. Las tasas altas de natalidad, se ven favorecidas por el despegue económico que España experimenta en esas fechas, debido al fin de la autarquía económica. La estabilidad laboral, las amplias perspectivas de empleo, el fácil acceso a la vivienda, que favorece la independencia y los matrimonios jóvenes, a lo que se une una legislación que impedía cualquier control de la natalidad prohibiendo el aborto y el uso de anticonceptivos. 

(APARTE)

En cuanto a la mortalidad, las mejores condiciones de vida y la creación de la seguridad social, contribuyeron a su disminución; hecho que ha continuado de forma constante hasta la actualidad.

La tasa de natalidad experimenta un brusco descenso a partir de 1975. Sus causas fueron los cambios económicos y socioculturales que se dan a partir de esa fecha. La emancipación y el creciente ascenso laboral de la mujer, la crisis económica del país en 1975 y desde 1980, la precariedad laboral y el alto precio de la vivienda con el consecuente problema del retraso en la emancipación juvenil y del matrimonio; a ello se une la despenalización y legalización de los anticonceptivos y del aborto en ciertos supuestos; la escasez de guarderías a precios asequibles; los gastos que conllevan un hijo, así como el deseo de disfrutar de más tiempo libre y nivel de consumo. En los últimos años, también ha contribuido a esta reducción la aparición de nuevas formas familiares, con un aumento de los hogares monoparentales o de parejas sin vínculos matrimoniales. Solamente la inmigración extranjera que se producen en España a partir de 1995, contribuyó a un repunte de la natalidad, que se cortó a raíz de la crisis económica desde el 2008.
La consecuencia y la previsión de todo ello es el de un envejecimiento progresivo de la población española con una urgente falta de remplazo generacional (Crecimiento natural nulo o negativo) y los consiguientes problemas que lleva acarreado, como la necesidad de una mayor atención sociosanitaria, el pago de las pensiones y la dinámica productiva de la población.

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