Neoclasicismo en Italia


ARQUITECTURA: Juan DE VILLANUEVA

La base de la arquitectura es la columna. Como en los buenos tiempos de Grecia los frontones se llenan de estatuas, pero la ciencia del espacio sigue siendo romana. No se puede prescindir de las bóvedas romanas. Triunfa ahora el orden dórico griego con fuste acanalado. El templo griego es imitado no sólo en iglesias sino en toda clase de monumento. Y hacen lo que no había intentado el Renacimiento: copiar el templo clásico desde el frontón, con sus grupos escultóricos, hasta sus columnatas y sus gradas, y no sólo para templo, sino para toda suerte de monumentos civiles: Museos de Arte y Ciencias Naturales, Bibliot­ecas, Teatros, Observatorios astronómicos.

El Neoclasicismo tiene su epicentro en Francia, país que sucede a Italia en el papel de cuna de los movimientos artísticos. Se reconocen dos períodos: Luis XV e Imperio Napoleónico. Al Rococó de Luis XV sucede en Francia el estilo Luis XVI cuya decoración está compuesta de temas clásicos y renacentistas tratados con gran sobriedad predominando los meandros y laureles formando enmarcaciones redondas y cuadradas.

Bajo Napoleón el clasicismo toma un sesgo todavía más clasicista. Napoleón precisa el estilo de los césares. Se constituye entonces el Estilo Imperio que extrema la finura de los motivos entre los que figuran los egipcios (lotos, esfinges, pirámides etc.) además de los pompeyanos en las que sobre el fondo rojo y liso se dibujan en blanco o en negro finas decoraciones vegetales o figuras humanas o de animales de riguroso y limpio perfil; y los suyos propios: el ágüila imperial.                                                  

Bartolomé Vignon construye en París la Iglesia de la Madeleine, aunque su interior es de cruz latina con cúpula al exterior es un templo períptero, corintio greco-romano. Fue convertido en templo dedicado a la Fama.                                           

Chalgrin realiza el Arco del Triunfo, de tipo quadrifrons. La Columna de Austerlitz o Vendôme, coronada por la estatua del emperador representa su hazañas, imitando a Trajano. Soufflot hace el Panteón de París, hexástilo, corintio y coronado con cúpula.

En Inglaterra el paso al Neoclasicismo no exige grandes sacrificios, dado el hondo arraigo que el clásico y frío estilo palladiano ha tenido en el país y el escaso desarrollo del Barroco. Hay que destacar el Banco de Inglaterra en Londres donde se emplea majestuosamente el corintio en una planta semicircular semejante a los toros, y el Museo Británico  de Londres disponiendo por todo el exterior una gran columnata jónica como en el Altar de Pérgamo. El Neoclasicismo persiste en todo el Siglo XIX en Inglaterra en compañía del Romanticismo.

En Alemania, patria de Winckelmann, se uníó decididamente a la causa neoclásica. Llamados por los príncipes alemanes numerosos artistas extranjeros van a trabajar a Alemania. Destacan la Gliptoteca de Múnich y la Puerta de Brandenburgo en Berlín.

La emancipación de los EEUU coincide con el auge del Neoclasicis­mo. Se fundan ciudades conforme al plano en damero que por su carácter lógico se adapta a la mentalidad norteamericana. Pero en el plano de Washington, diseñado por el ingeniero francés L’Enfant, se añade el trazado radial, a la manera de Roma y Londres. Si en Europa los símbolos de las ciudades históricas son las catedrales, en Washington son la Casa Blanca y el Capitolio.

La Casa Blanca es la residencia del jefe de la Nacíón. El proyec­to es de Hoban se traza con un pórtico clásico, que señala el modelo para las casas nobles de este periodo.

El Capitolio encarna la idea política. Reuníón del Senado. La cúpula no es aquí el centro de un templo, sino de un parlamento y es grande, inmensa, a escala de la Nacíón.

En el campo de la urbanística Nueva York es excepcional. Se traza en 1811 partiendo de una realidad geográfica: la desembocadura del río Hudson y la existencia de la península de Manhattan. El plano responde al sistema de cuadrícula a base de 12 avenidas cortadas por más de 150 calles. Debe añadirse una avenida en diagonal: Broadway. Todo quedaba previsto para un crecimiento extenso.

ESPAÑA: Juan DE VILLANUEVA

Pocos países opusieron tan denodada resistencia al Neoclasicismo como España donde lo Barroco había tenido tanta acogida. La entrada de artistas extranjeros a comienzos del reinado de Felipe V para trabajar en la corte había iniciado una depuración de formas. Pero las circunstancia decisiva fue la fundación de las Academias a imitación de las francesas. En 1752 se fundó la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, seguida de las provinciales, haciendo desaparecer los talleres locales.

Con Carlos III, el rey reformador, se emprende una labor extraordinaria de mejora urbana. Carlos III modernizó Madrid de acuerdo con las ideas ilustradas de sus ministros: Aranda y Floridablanca y sus arquitectos: Ventura Rodríguez, Sabatini y Villanueva. Se retiran los pisos volados de las viviendas medievales, imponiéndose el corte a plano con lo que la calle recibe mejor aireación e iluminación. Se crea el alumbrado público con aceite y se constituye el cuerpo de serenos. Hay mejoras así mismo en la pavimentación, abastecimiento y saneamiento. Pero al propio tiempo se tiende al ornato público. Se abren calles amplias, se colocan arcos de triunfos, puertas conmemorativas, fuentes con estatuas y surtidores de agua. Aparece el jardín en las calles.                                                                                                                                   La mejor transformación aparece en Madrid: Puertas de Toledo, San Vicente (destruida, posteriormente se realizó otra con el mismo nombre) y la de Alcalá, 1178, de 5 vanos, tres grandes en arcos y dos menores adintelados, capiteles jónicos. Constituye uno de los edificios más típicos de Madrid y una de sus perspectivas más hermosas, consecuencia de la nueva ordenación del urbanismo. Obra, igual que la de San Vicente, de Francisco Sabatini.

También hay que destacar en Madrid las Fuentes de Neptuno, obra del escultor Juan Pascual de Mena, inspirada en las fuentes de los jardines de la Granja, la de Cibeles, de Francisco Gutiérrez, la de Apolo, etc.

Ventura Rodríguez, arquitecto todavía entroncado con el Barroco pero que anuncia ya el nuevo estilo, la fachada de la catedral de Pamplona, iglesia de San Francisco el Grande, Madrid.                                    

En Málagase construye la Aduana de Martín Rodríguez.

Juan DE VILLANUEVA (1739‑1811)

Es el más grande de nuestros arquitectos neoclásicos. No era espontáneo ni improvisador sino que estudiaba concienzudamente sus planes con todo detalle y con fino sentido razonador y filosófico. En su obra el Neoclasicismo se limpia de elementos barrocos y se palpa la mentalidad del momento en el que la Ciencia y la Razón son objeto de una veneración religiosa. Su formación se realiza primero en Roma, donde fue como becario de la Academia, lo que le permite desplazarse a Pompeya y Herculano, consciente del significado arqueológico de sus ruinas para el conocimiento de la arquitectura antigua y a los 26 años regresa a España empapado de neopalladianismo.   Es nombrado arquitecto de El Escorial, empleo que aceptó con entusiasmo “por la proporción que le trae de perfeccionarse en su profesión estudiando en aquel insigne edificio y en su copiosa biblioteca”.  

En razón a su cargo proyecta las Casas de los infantes, Aranjuez, 1771, La Casita del Príncipe, 1772, en el Pardo, y en 1173 Las Casitas de Arriba y Abajo, El Escorial, dos villas de recreo palladianas en la sierra madrileña para los hijos de Carlos III.                                              Estos encargos le dan la dirección de la Academia de San Fernando y Carlos III le nombra Maestro Mayor del Ayuntamiento de Madrid.

Museo del Prado. Inicialmente fue proyectado para Museo de Historia Natural y sólo después de la invasión francesa recibíó su destino. Se compone de un cuerpo central que incluye el pórtico y un salón posterior cerrado en semicírculo y dos grandes cuerpos cuadrados que se unen a aquel por medio de vastos corredores anunciados al exterior por columnatas. La tercera planta es posterior. Posee tres portadas, monumental es la que sale al Paseo del Prado con sus robustas columnas dóricas inspiradas en las del Escorial. Encima, en vez de frontón, traza un gran relieve rectangular a la manera de ático de un arco de triunfo romano. Las esquinas se retraen formando un entrante lo que determina un golpe de sombra. Chueca Goitia ha señalado los fuertes contrastes lumínicos del edificio, “Villanueva es el creador de la «arquitectura de sombras».

Oratorio del Caballero de Gracia. Concebido como basílica, a pesar de sus pequeñas proporciones. Es de tres naves sobre gruesas columnas, aunque las naves laterales son tan estrechas que hacen el papel de corredores. Tiene fachada in antis de orden jónico.

Observatorio Astronómico. Tal vez su creación más puramente neoclásica. Se escogíó cuidadosamente su emplazamiento. De forma central con cúpula. En el frente se abre un pórtico hexástilo de orden corintio con modillones y dentículos, sus columnas son de fuste liso y de basa ática.

Reconstrucción de la Plaza Mayor Madrid. Que había sido construida por Juan Gómez de Mora en el Siglo XVII. Tras el incendio de 1710 la reconstruye formando un rectángulo adintelado de tres pisos.


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