Apuntes selectivo la figura de buero vallejo en el teatro español posterior a la Guerra Civil la renovación del teatro en el llamado teatro independiente


EL TEATRO DE LOS AÑOS CINCUENTA


Las dramáticas consecuencias de la Guerra Civil se dejan sentir no sólo en los aspectos social, político, económico y humano, sino también, y muy intensamente, en el ámbito de la cultura. Con el fin de la guerra vino el exilio para los mejores escritores, sobre todo hacia América Latina, pero mantuvieron el contacto con los escritores que permanecieron en España y sus libros circularon, pese a la censura, ampliamente.
De todos los géneros literarios, el teatro ha sido el más desfavorecido, ya que está sujeto a condicionamientos comerciales e ideológicos. Esta situación persiste tras la guerra y aún más por las limitaciones ideológicas, que provocarán la imposibilidad de renovar. La censura marcará especialmente al teatro, ya que no sólo afecta al texto, sino a la representación.
En estos años se inicia una nueva etapa orientada hacia el teatro social o de protesta. Los condicionamientos para el desarrollo de este género son semejantes a los años anteriores, aunque hay variaciones que explican las novedades que se consolidan en los años 60. Así, junto al público burgués, aparece un público nuevo, juvenil y universitario, sobre todo, que pide otro teatro. La censura se relaja levemente y tolera algunos enfoques críticos.
El teatro social tiene como iniciadores a Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre (La taberna fantástica). El primero de ellos, fue condenado a muerte después de la Guerra Civil, pero le es conmutada por cadena perpetua. En 1946 sale de la cárcel en libertad condicional y decide dedicarse al teatro. Elige como forma dramática la tragedia: plantea problemas cuya solución, a su vez, plantea otros problemas.
Su lenguaje está dotado de hondura y precisión y en sus acotaciones se describe con minuciosidad el espacio escénico. Destacan entre sus obras dramas humanos como Historia de una escalera, dramas históricos como Un soñador para un pueblo y dramas de personajes con taras como El concierto de San Ovidio.
El teatro de Sastre muestra una insistente preocupación por las consecuencias que un poder injusto sobre los individuos que lo sufren. Destaca Prólogo patético o El cubo de la basura, pero, sin duda, el más conocido de sus dramas de estos años es Escuadra hacia la muerte, verdadero hito en el teatro español de posguerra, que desarrolla la tensa convivencia entre un cabo tiránico y un grupo de soldados que bajo su mando han de desempeñar una misión suicida en primera línea del frente.
Tras ellos, aparecen autores con nombres y obras claves como son: Los Inocentes de la Moncloa de Rodríguez Méndez (1960), El Tintero, de Carlos Muñiz (1961); la Camisa, de Lauro Olmo (1962) y Las Salvajes en Puente San Gil de Martín Recuerda (1963).
La temática será la injusticia social y la alienación del hombre. Entre los temas podemos destacar la burocracia deshumanizada, esclavitud del trabajador, angustia de jóvenes opositores, la situación de los obreros que se ven obligados a emigrar o a soñar con las quinielas. La actitud del autor será en estas obras de testimonio o de protesta.
En cuanto a la estética y la técnica, estas obras se inscriben en el Realismo, aunque con diversos matices. Es un teatro comprometido con la España que vivían.

LA POESÍA DE LOS AÑOS CINCUENTA


Las dramáticas consecuencias de la Guerra Civil se dejan sentir no sólo en los aspectos social, político, económico y humano, sino también, y muy intensamente, en el ámbito de la cultura. Con el fin de la guerra vino el exilio para los mejores escritores, sobre todo hacia América Latina, pero mantuvieron el contacto con los escritores que permanecieron en España y sus libros circularon, pese a la censura, ampliamente.
No obstante, también en la poesía es dominante en este periodo el Realismo social. Esta poesía se caracteriza por el lenguaje sencillo y coloquial, una mayor preocupación por los contenidos que por los primores estéticos, cierto carácter narrativo e incluso una deliberada tendencia hacia el prosaísmo.
En cuanto a la temática, hay que destacar la gran proporción que alcanza el “tema de España”, más obsesivo aun que en los noventayochistas. Este tema explica las notas dominantes en el estilo.

Destacan:
– Blas de Otero: Su obra lírica es como una síntesis de la poesía compuesta en España desde el final de la Guerra Civil: sus versos pasan de ser típicos de la poesía arraigada de la inmediata posguerra a ser los más carácterísticos de la poesía desarraigada. Destaca Ángel fieramente humano y Redoble de conciencia.
La publicación en 1955 de Pido la paz y la palabra abre una nueva etapa en la poesía de Blas de Otero, en la que supera la crisis existencial y la agonía individual es sustituida por la preocupación social. Aunque el cambio, tanto ideológico como formal, es más evidente en su siguiente libro, En castellano.
– Gabriel Celaya: En esta línea social su libro más significativo es Cantos iberos, donde es notorio el tono beligerante, de incitación y arenga, de muchos poemas, y no sólo por su contenido, sino también por su técnica.

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