Analiza con los siguientes datos, utilizando el texto, el conflicto de Cuba y los desequilibrios sociales y económicos de España en la época de la Restauración.
CUADROOOOO tema 14
Introducción
La Guerra de Independencia de Cuba (1895-1898) y la posterior Guerra Hispano-Estadounidense supusieron un punto de inflexión en la historia de España. Estos conflictos derivaron en la pérdida de las últimas colonias ultramarinas y evidenciaron las profundas crisis políticas, sociales y económicas que atravesaba el país en la etapa de la Restauración. La derrota española en 1898 marcó el final de un ciclo imperial de más de cuatro siglos y dejó al descubierto las deficiencias del sistema político basado en el turnismo, así como el atraso estructural de la economía española.
El enfrentamiento en Cuba no solo significó una derrota militar, sino que también tuvo un alto coste humano. Los datos expuestos reflejan la elevada mortalidad entre los soldados españoles, donde las enfermedades, como la fiebre amarilla, provocaron más muertes que los combates. Además, la pérdida de las colonias impactó negativamente en la economía española, generando crisis en sectores como el comercio y la industria textil catalana, que dependían en gran medida del mercado cubano. A continuación, se analizarán los efectos del conflicto y los desequilibrios que se generaron en la España de la Restauración.
Análisis del conflicto de Cuba
Desde 1868, con el inicio de la Guerra de los Diez Años, Cuba había sido un foco de inestabilidad para España. La incapacidad de las autoridades para sofocar el independentismo llevó a una nueva insurrección en 1895, liderada por figuras como José Martí y Antonio Maceo. La guerra se prolongó y se agravó con la intervención de Estados Unidos en 1898, tras la explosión del acorazado Maine en el puerto de La Habana.
Los datos muestran que la mayor parte de las muertes entre las tropas españolas no se debieron a enfrentamientos bélicos, sino a enfermedades tropicales y malas condiciones sanitarias. De los 55.078 fallecidos, 40.000 murieron por fiebre amarilla y otras enfermedades, lo que evidencia la falta de preparación y recursos del ejército español. Esta alta mortalidad refleja el colapso del sistema logístico y sanitario español en la guerra.
El conflicto culminó con la derrota española tras las batallas de Santiago de Cuba y Cavite en Filipinas. La firma del Tratado de París en diciembre de 1898 supuso la cesión de Cuba, Puerto Rico y Filipinas a Estados Unidos, marcando el fin del imperio español.
Desequilibrios sociales y económicos en España
La pérdida de Cuba tuvo graves repercusiones en la economía española. Las colonias eran un importante mercado para las exportaciones, en especial para la industria textil catalana y el comercio vasco. La desaparición de este mercado provocó la ruina de muchas empresas y agravó el desempleo. Además, muchos emigrantes españoles que habían hecho fortuna en Cuba regresaron a la península, generando tensiones sociales por la concentración de capital en pocas manos.
El desastre del 98 también dejó en evidencia la ineficacia del sistema político de la Restauración. El turnismo entre conservadores y liberales no ofrecía soluciones a los problemas del país, y la corrupción y el caciquismo impedían una verdadera regeneración política. Esto llevó al surgimiento de movimientos regeneracionistas que buscaban modernizar España y superar su atraso estructural.
Conclusión
La Guerra de Independencia de Cuba y la posterior intervención estadounidense en 1898 marcaron el declive definitivo del imperio español y evidenciaron las graves carencias del sistema de la Restauración. La alta mortalidad por enfermedades, el impacto económico de la pérdida colonial y la crisis política derivada del desastre del 98 generaron un clima de descontento que propició el surgimiento de nuevos movimientos políticos y sociales. La incapacidad del régimen para dar respuesta a estos problemas allanó el camino para futuras crisis que desembocarían en la descomposición del sistema monárquico en el siglo XX.
CUADRO FUNERAL
El cuadro «El rey Amadeo I ante el cadáver del general Prim» es una obra del pintor Antonio Gisbert, realizada en 1875. Representa un momento crucial en la historia de España: la llegada de Amadeo I de Saboya y el asesinato del general Juan Prim. Para comprender el significado de esta escena, es fundamental analizar el periodo histórico en el que se enmarca, desde la Regencia de Serrano (1869-1870) hasta la proclamación de la Primera República en 1873.
El Sexenio Democrático y la Regencia de Serrano (1868-1870)
El periodo conocido como el Sexenio Democrático (1868-1874) comenzó con la Revolución de 1868, también llamada «La Gloriosa», que puso fin al reinado de Isabel II. Como consecuencia de la revolución, el general Francisco Serrano asumió la Regencia en 1869 mientras se buscaba un nuevo monarca para ocupar el trono español. Durante este tiempo, se elaboró la Constitución de 1869, una de las más avanzadas de su tiempo, que establecía una monarquía constitucional con amplias libertades y derechos ciudadanos.
La llegada de Amadeo I y el asesinato de Prim
Tras una búsqueda internacional de candidatos, se eligió a Amadeo de Saboya como nuevo rey de España. Sin embargo, su llegada al trono estuvo marcada por un hecho trágico: el asesinato del general Prim, principal impulsor de su candidatura. El 27 de diciembre de 1870, Prim sufrió un atentado en Madrid y murió a consecuencia de sus heridas el 30 de diciembre. Este evento debilitó gravemente el reinado de Amadeo I, quien perdió a su principal aliado político antes incluso de ser proclamado rey oficialmente.
El efímero reinado de Amadeo I (1871-1873)
Amadeo I fue proclamado rey en enero de 1871, pero su reinado estuvo marcado por la inestabilidad. Se enfrentó a una oposición feroz de los monárquicos alfonsinos, republicanos y carlistas, así como a problemas económicos y revueltas sociales. Incapaz de gobernar un país tan dividido, abdicó el 11 de febrero de 1873, dejando el trono vacante.
La proclamación de la Primera República (1873)
Tras la abdicación de Amadeo I, las Cortes proclamaron la Primera República el mismo 11 de febrero de 1873. No obstante, la república también estuvo marcada por una gran inestabilidad, con sucesivos cambios de gobierno y conflictos internos que culminaron en el golpe de Estado de 1874 y la restauración borbónica en la figura de Alfonso XII.
Análisis de la escena del cuadro
La pintura de Antonio Gisbert refleja el dramatismo del momento histórico. En ella, Amadeo I aparece de pie ante el cadáver de Prim, rodeado de militares y figuras políticas. La expresión de solemnidad y la iluminación centran la atención en la tragedia del asesinato del general. La escena simboliza el inicio de un reinado condenado al fracaso y la profunda crisis política que vivía España en ese momento.
En conclusión, «El rey Amadeo I ante el cadáver del general Prim» no solo representa un hecho puntual, sino que encapsula la fragilidad del Sexenio Democrático y la inestabilidad política que llevaría a la caída de la monarquía y la breve experiencia republicana en España.