Genera malestar o dificultad en las relaciones interpersonales (Criterio B).
El dolor está ligado frecuentemente a trastornos urológicos y ginecológicos, los cuales deben descartarse.
Si el dolor es «cambiante», lo más probable es que la etiología sea psicológica. Si es localizado y consistente, hay que pensar en un trastorno orgánico.
Cuando el dolor es psicógena, el mismo constituye un modo de expresar los conflictos sexuales, ansiedad, culpa, ambivalencia en torno a la sexualidad.
Algunas veces se asocia a depresión, preocupaciones hipocondríacas, obsesivas y fóbicas y, más raramente, a esquizofrenia.
A veces, el origen se halla en prácticas sexuales teñidas de sadismo o en historias de abuso sexual en la infancia.
b) Vaginismo
Aparición persistente o recurrente de espasmos involuntarios de la musculatura del tercio externo de la vagina que interfiere con el coito (Criterio A).
Dicha alteración provoca malestar marcado y dificulta las relaciones interpersonales (Criterio B).
La tirantez muscular vaginal es tal, que hace la penetración dolorosa, difícil o imposible. Por ello, el vaginismo constituye una de las causas principales del matrimonio no consumado.
Las causas del espasmo pueden ser físicas o psíquicas.
Cualquier patología pélvica que torne doloroso el coito puede condicionar, como mecanismo defensivo, el vaginismo.
Psicológicamente, algunas mujeres son conflictivas, agresivas o ambivalentes en cuanto a la sexualidad, el matrimonio y el embarazo.
En ocasiones, hay historia de abuso sexual, incesto o intentos dolorosos de realizar el coito.
El tratamiento: dilatación progresiva de la vagina, mediante dilatadores metálicos o de plástico, o simplemente los dedos de su compañero.
La finalidad de esta forma de intervención es relajar los músculos pubococcígeos y la musculatura pélvica e, indirectamente, «dilatar» la vagina.
5.- Disfunción Sexual Debida a una Enfermedad Médica
6.- Disfunción Sexual Inducida por Sustancias
Alteración sexual clínicamente significativa que produce malestar marcado y dificultad en las relaciones interpersonales (Criterio A).
La historia clínica, exploración física y análisis complementarios prueban que el trastorno se explica por el consumo de sustancias, sean estas drogas, psicofármacos o tóxicos (Criterio B).
La alteración no se explica mejor por la presencia de un trastorno sexual primario (Criterio C).
Los síntomas del trastorno se desarrollan durante o dentro de los treinta días siguientes a la ingesta de sustancias tales como el alcohol, anfetaminas, cocaína, u otras.
7.- Disfunción Sexual No Especificada
Comprende los trastornos sexuales que no alcanzan a cumplir con los criterios para un trastorno sexual específico. Ejemplos:
a) Ausencia -o disminución importante- de pensamientos eróticos, a pesar de la presencia de los componentes fisiológicos normales de la excitación y el orgasmo.
b) Situaciones en las que el médico concluye que existe una disfunción sexual, pero no puede determinar si esta es primaria, debida a una condición médica general, o inducida por sustancias.
Los casos de cefalea postcoital, anhedonia orgásmica y de dolor al masturbarse pueden ser considerados en esta categoría.
Tratamiento
Si el problema orgánico no puede ser superado, se impone la psicoterapia, consejería y rehabilitación sexual.
Si la condición psiquiátrica es la responsable del síntoma, ella debe ser tratada.
Si los factores psicológicos son los responsables del trastorno sexual, entonces la psicoterapia y la sexoterapia son las indicadas.
La terapia sexual apunta a mejorar la comunicación de la pareja, a proporcionar información adecuada y, así, corregir las creencias erróneas acerca de la sexualidad, de modo que esta sea integrada naturalmente en un clima de aceptación del placer como un componente vital de la relación de pareja.
Los enfoques cognitivo-conductuales, de grupo, conyugales y sistémico-familiares son considerados en el tratamiento de los trastornos sexuales.
La abstinencia coital y orgásmica busca liberar al paciente de la obligación de realizar el coito, eliminando así el temor al fracaso.
La focalización sensorial intenta el redescubrimiento del placer por parte de la pareja, mediante la aplicación mutua de caricias; o la activación de las fantasías sexuales, vía lecturas, fotos o filmes eróticos.
Las técnicas específicas de «apretón» o compresión del glande en el momento de la inminencia eyaculatoria, con el fin de disminuir la excitabilidad del pene e inhibir así la eyaculación, es usada en la terapia de la eyaculación precoz.
Una variante de este ejercicio es la técnica de iniciar-parar-iniciar, en la cual la mujer detiene la estimulación del pene cuando su pareja siente que la eyaculación puede sobrevenir.
Otra técnica es la dilatación progresiva de la vagina, a la que nos hemos referido antes, para citar solo algunos ejemplos.
El 40% de los pacientes puede beneficiarse con la sexoterapia. Los restantes requieren combinaciones de sexoterapia con psicoterapia individual y/o de pareja (Flaherty, J. y cols.).
La tioridazina (Meleril) puede ayudar en los casos de eyaculación precoz.
La implantación de una prótesis peneana es una alternativa en pacientes con una disfunción eréctil de base orgánica.
Algunos han intentado la revascularización del pene en las disfunciones causadas por desórdenes vasculares.