El Estado Liberal en España: Regencia, Moderados y el Final de la Monarquía


3 La consolidación del estado liberal

La regencia de Espartero: Aprovechando su popularidad tras la victoria contra el carlismo, el general progresista Espartero se enfrentó contra la regente, quien terminó renunciando y exiliándose. Las Cortes eligieron a Espartero como regente. El periodo se caracterizó por la implantación de una política autoritaria. En el ámbito económico, alcanzó el librecambismo como en Reino Unido, lo que provocó un motín en Barcelona en defensa de la industria textil. Como respuesta, Espartero ordenó el bombardeo de la ciudad. El hecho provocó el rechazo de los moderados y de sectores descontentos del progresismo, que dio lugar a un pronunciamiento dirigido por el general Narváez que forzó la renuncia de Espartero. La disconformidad de una nueva regencia llevó a las Cortes a declarar mayor de edad a Isabel II a sus 13 años.

La década moderada: En 1844, el general moderado Narváez fue nombrado presidente del gobierno. Sostenido en los principios del liberalismo doctrinario, el régimen liberal dio un giro hacia posiciones conservadoras que quedaron fijadas en la constitución de 1845. El nuevo texto planteaba la soberanía compartida y un sistema bicameral, pero el Congreso de Diputados sería elegido mediante sufragio censitario y el Senado por el rey. Además, se otorgó al monarca la capacidad de nombrar ministros y disolver las cortes. El texto reconocía el catolicismo como religión oficial de la nación española y el Estado se obligaba a mantener a sus ministros. Esta programación quedó autorizada con la firma del Concordato de 1855. Los moderados reestructuraron el Estado, el rasgo más característico fue la organización centralista del estado marcado con la creación de los gobiernos civiles y la promulgación de una ley municipal. Para mantener el orden público se creó la Guardia Civil en 1844. También, el régimen fiscal fue reestructurado por Alejandro Mon a introducirse los impuestos indirectos al consumo y la contribución territorial. Otras medidas reformistas fueron la ley electoral de 1846 que redujo más el derecho a voto.

El bienio progresista: La inestabilidad política en los últimos años se vio resaltada por el descontento social cuando los impuestos indirectos causaron un importante crecimiento de la vida. En este contexto de descontento, el general O’Donnell encabezó un pronunciamiento militar (la Vicalvarada) aunque no tuvo el éxito deseado. Ante esta situación, la alternativa fue buscar el apoyo popular. En 1854, Cánovas del Castillo redactó el manifiesto de Manzanares, donde se solicitaba el fin de la camarilla que rodeaba a la reina, la rebaja de impuestos, la descentralización administrativa, la convocatoria de cortes y una nueva Ley Electoral y de imprenta. Finalmente, Isabel II mandó formar gobierno a Espartero para poner fin a esta situación. Con su entrada en Madrid en 1854 daba comienzo el bienio progresista. Entre las principales medidas del nuevo gobierno progresista destacamos la desamortización de Madoz, la publicación de la Ley General de Ferrocarriles y la convocatoria de elecciones a Cortes constituyentes. Además, se redactó un texto constitucional que nunca llegó a entrar en vigor, por lo que fue denominado como la Constitución non nata de 1856, la cual reafirma el principio de la soberanía nacional y la tolerancia religiosa.

4 El final de la monarquía:

Una vez en el poder, O’Donnell emprendió una política de represión contra los partidos de Espartero. Decretó la supresión de la Milicia Nacional y la vuelta al bienio progresista y la constitución de 1845. En 1856 se constituyó un gobierno moderado dirigido por Narváez. Este bienio moderado al gobierno estuvo en manos de O’Donnell y la Unión liberal. Desde 1863 hasta 1868 se produjo una alternancia en el gobierno entre moderados y unionistas, aunque debido al predominio de los moderados, a esta etapa se la conoce como el quinquenio moderado (1863-1868). Durante esos años, pese a la inestabilidad política, España experimentó un gran desarrollo económico y fue posible el crecimiento del sector bancario, y la apertura de puerta a la inversión extranjera. Además, el crecimiento de las ciudades promovió la especulación inmobiliaria. En esos años, también se produjo la constitución de infraestructura como el ferrocarril y el Canal de Isabel II. Entre las otras leyes y medidas de la época, también destaca la Ley de Imprenta que impuso una férrea censura, o la reforma educativa impulsada por la ley de Moyano de 1857 que constituyó la primera ley reguladora del estudio no universitario en España. Por último, también en 1857 se elaboró el primer censo de España.

Todas las novedades legislativas se llevaron a cabo con una creciente posición social, que tuvo movida por diversas causas:

  • Crisis económica del 1886 que afectó a toda España, y en España se tradujo en la quiebra de bancos, en el cierre de fábricas textiles y de alto horno, y en la retirada de capital extranjero.
  • Acción represiva del gobierno: cualquier elemento de posición era duramente reprimido, lo que provocó el aumento del descontento popular.
  • Impopularidad de la reina: la camarilla que rodeaba la reina y los escándalos y sospechas de corrupción aumentaron el rechazo a la monarquía.

Todo esto tuvo como consecuencia el descontento social, lo que provocó sucesos como la protesta estudiantil de 1865 denominada la noche de San Daniel o la sublevación agraria de 1861 conocida como la revolución del PAN y del queso. Luego, se sucedieron otras obligaciones como la de los sargentos del madrileño cuartel de San Gil.

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