Ilusion trascendental kant


ANALÍTICA TRASCENDENTAL:


Comprender consiste en la síntesis del material de las impresiones en la unidad de un concepto, es decir, comprendemos cuando los datos que nos suministran nuestros sentidos pueden ser agrupados en un concepto. A este respecto, podemos decir que según Kant, el conocimiento viene a ser un “matrimonio” entre las impresiones y los conceptos debido a que lo conceptos sin impresiones son vacíos y las impresiones sin concepto son ciegas.

Al igual que en la Estética trascendental distinguíamos entre intuiciones puras e intuiciones empíricas, a nivel del entendimiento podemos distinguir entre conceptos puros y conceptos empíricos.

A) ANALÍTICA DE LOS CONCEPTOS:

De acuerdo con el giro copernicano, Kant comienza buscando los elementos fundamentales del conocimiento científico en el entendimiento los cuales son los conceptos puros o categorías mediante los cuales resulta posible la comprensión de los objetos; dichos conceptos son dados a priori y en su búsqueda y descubrimiento le va a servir de guía el juicio debido a que juzgar es unificar y los conceptos puros o categorías serán las formas supremas de unificación. Por tanto, habrá tantos modos posibles de unificar las impresiones como modos de juzgar.

B) LA DEDUCCIÓN TRASCENDENTAL:

Las categorías establecen a priori las condiciones universales de los fenómenos. En este sentido, Kant denomina “deducción trascendental” al proceso mediante el cual se justifica que dichas categorías constituyen las condiciones a priori de la experiencia científica, es decir, las condiciones necesarias para que los objetos puedan ser pensados. Las categorías serán las condiciones necesarias del conocimiento intelectual y toda experiencia posible ha de caer dentro del orden establecido por éstas. Dicho orden se fundamenta en la apercepción pura o trascendental (en el YO PIENSO PURO). La característica fundamental de la apercepción trascendental es su objetividad, se trata de un pensar puro, fundamentado en un Sujeto o Yo pienso puro y objetivo, y este Sujeto o Yo pienso constituye el origen de las categorías, que, en tanto que tales, permanecen vacías mientras no sean plenificadas por los datos suministrados o por la sensibilidad. En este sentido Kant denomina naturaleza al conjunto de los objetos empíricos cotegorialmente ordenados y estructurados.

Se trata de un a priori sobre otro a priori y, en último término, el a priori trascendental del Yo pienso (formas a priori de la sensibilidad, a priori de las categorías, y a priori de la apercepción trascendental o Yo pienso).

C) ANALÍTICA DE LOS PRINCIPIOS:

Conocer significa aplicar las categorías a la experiencia, plenificar los conceptos. Ahora Kant tiene que subsimir la pluralidad de los datos suministrados por la intuición sensible bajo las 12 categorías. Esto lo realiza mediante el esquema trascendental según el cual pone en concordancia las categorías con los datos empíricos, plenificando aquéllos, es decir, “casando” los conceptos con las impresiones y dando lugar al conocimiento intelectual. Ahora bien, cuando un concepto puro se aplica a los datos empíricos nos hallamos ante un concepto empírico.

Ante esto, el mundo de los fenómenos es un aparecer de un fenómeno  que es necesario, es decir, un aparecer de los fenómenos que obedece a reglas determinadas y precisas, a saber, las leyes de nuestro poder conocer.

LA DIALÉCTICA TRASCENDENTAL:


En la dialéctica trascendental
Kant examina los problemas metafísicos concernientes a la razón.

Mientras otras ciencias progresaban, en la Metafísica reinaba el más profundo desorden y confusión. Según Kant, esto se debe a que la metafísica tradicional no es una ciencia, pues las proposiciones en las que se expresan sus contenidos no son científicas, pues, con frecuencia, traspasan los límites de las capacidades humanas. Por ello, todo cuanto digamos se reduce a meras opiniones personales, que carecen de todo rigor científico.

Los principios o las leyes de las ciencias se basan en las categorías del entendimiento y tanto éstas como aquéllas tienen valor únicamente en el campo de la experiencia empírica, de tal manera que cuando se sobrepasa dicho campo dichas categorías y principios carecen de valor. En la Metafísica las categorías se aplican a campos que se encuentran más allá de la posible experiencia empírica, en dicha ciencia las categorías (o conceptos puros) no se unen a (no se plenifican con) intuiciones sensibles.

De este modo, en la Metafísica tiene lugar una ilusión ingenua, de acuerdo con la cual la razón, en virtud de su propia dinámica natural, avanza de unas condiciones particulares (o menos generales) a otras más generales hasta llegar a lo incondicionado, que pretende servir de fundamento a todas las condiciones y, de este modo, extiende nuestros juicios más allá de la experiencia o, lo que es lo mismo, utiliza conceptos vacíos.

Según Kant, los múltiples razonamientos de este tipo pueden ser agrupados en tres clases, a saber: categóricos, hipotéticos y disyuntivos y cada uno de éstos, avanzando más allá de los campos en que pueden ser acompañados por la experiencia sensible, dan lugar a tres ilusiones diferentes, a saber, el alma individual como sujeto sustancial permanente; esta inferencia recibe el nombre de paralogismo. El mundo como totalidad de todos los fenómenos unidos por una relación de causalidad; dicho proceso da lugar a las antinomias. Y Dios como ser supremo que unifica todas las condiciones posibles de la existencia de los seres. Cuyo proceso deductivo da lugar al ideal de la razón pura.

A) PARALOGISMOS:


Los paralogismos consisten en una argumentación pura en la cual a partir de la afirmación de ciertas actividades de la conciencia se termina asestando la existencia de una realidad sustancial más allá de dichos actos y en la que dichos actos encontrarían su fundamente. Esta realidad sería el alma. Por ejemplo si pienso tiene que existir el sujeto de mi pensamiento que sería el alma.

Ocurre que la razón, en virtud de su propio dinamismo, puede llegar a esa idea de alma, o sujeto último de pensamiento; pero dicho concepto permanecerá vacío, ningún dato empírico me permite plenificar esa idea de alma. Por tanto, la idea de alma sería un concepto vacío.

Para Kant el sujeto posee dos significados distintos: por un lado es un sujeto real (que puede ser conocido de modo empírico), por otro, es el Yo pienso del sujeto trascendental de la apercepción trascendental y resulta de esto que nos hallamos ante un silogismo de cuatro términos. “Hombre tiene 6 letras”; “Anacleto es hombre” luego “Anacleto tiene 6 letras”.
B)

ANTINOMIAS:

En las antinomias Kant el problema de la cosmología tradicional. En la filosofía tradicional, al tomar los fenómenos del mundo de los sentidos como cosas en sí, originó problemas imposibles de solucionar, pues caemos en contradicciones. Así, cuando nos evadimos de las condiciones del conocimiento (Conocer= pensamiento +intuición) y razonamos por meras ideas, éstas nos pueden permitir demostrar tanto A como no-A, y, por tanto, ambas demostraciones resultan absurdas.

En cada antinomia la tesis y la antítesis son contradictorias. Entonces Kant pone de relieve que tanto la tesis como la antítesis han sido demostradas de modo impecable en la metafísica tradicional: la razón, procediendo por meras ideas, ha tomado una determinada ruta y la ha llevado hasta el final. Mediante los meros conceptos del entendimiento, prescidiendo de las aportaciones de la sensibilidad, no podemos representar objeto (fenómeno) alguno. Es decir, la idea del mundo que manejamos tanto en la tesis como en la antítesis de cada una de las antinomias señaladas no es más que eso, mera idea, y en ninguna impresión sensible se nos da el mundo como fenómeno.

C) IDEAL DE LA RAZÓN PURA:

Bajo el epígrafe del ideal de la razón pura afronta Kant el problema de Dios y la solución desde también va a ser negativa. Así pues, Kant reduce todas las demostraciones de la existencia de Dios a las tres siguientes: físico-teológica, se basa en el hecho de que en el mundo existe un orden y una belleza; la cosmológica, se fundamenta  en el hecho de que en el mundo existen seres y que dichos seres, no teniendo en sí la razón de existir, forzosamente han de depender de otros; y la ontológica, como ejemplo de las pruebas ontológicas podemos señalar las demostraciones de Descartes. Pero según Kant, todas las pruebas caen en el mismo error, a saber, en todas, de unas u otras maneras, la razón se evade de la disciplina de la experiencia y en aras de su propia dinámica discursiva progresa hasta la idea de un ser absolutamente incondicionado que es la causa de todas las condiciones y, posteriormente, afirma que lo representado en dicha idea existe en la realidad. Pero, como ya sabemos, cuando con nuestros razonamientos nos vamos más allá de los fenómenos (de la experiencia empírica), manejamos conceptos vacíos.

Concluye con que Dios es una idea, según Kant, la razón especulativa no da para más y nos vemos obligados, al menos por el momento, a permanecer en nuestra ignorancia.

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