La voluntad humana y la existencia de Dios: un análisis filosófico


La voluntad humana y la existencia de Dios: un análisis filosófico

La voluntad está dirigida al bien en general, pero esto no quiere decir que ya está determinada la conducta del ser humano porque él tiene libre albedrío para elegir el camino del mal o el camino del bien. Para Aristóteles, la inmortalidad del alma queda descartada, por lo que para S.Tomás la inmortalidad del alma es inmaterial, luego no es corruptible. Problema de Dios: S.Tomás distingue entre teología natural, que es el método de encontrar evidencia de Dios sin recurrir a ninguna revelación sobrenatural, así como los preámbulos fidei; y la teología sobrenatural, que es el método para encontrar la existencia de Dios a través de las experiencias religiosas. La existencia de Dios hay que demostrarla por 2 razones: la primera porque Dios no es evidente a la razón, sino que Dios es lo primero en el orden del ser pero lo último en el orden del conocer, ya que lo más evidente es el mundo y las otras demostraciones que han aparecido como la prueba noética de S.Agustín que dice «mira en tu interior y descubrirás a Dios», sin embargo S.Tomás dice que no es válida porque abarca desde la fe y no la razón. Y la segunda prueba es la de S.Anselmo en la que se demuestra la existencia de Dios a través de su silogismo donde su primera premisa es «La esencia de Dios es el ser sumamente perfecto» y su segunda premisa es «La existencia de Dios es un atributo de perfección», lo que significa que Dios existe necesariamente, pero el método no es deductivo propio de la razón ya que demuestra el concepto de la idea de Dios. La demostración de S.Tomás es lo que se conoce como las 5 vías que coincide con la esencia de Dios pero tienen 4 pasos en común: El primer paso parte de un hecho experiencia que debe ser explicado; el segundo paso recurre al principio de causalidad donde todo lo que sucede posee una causa; el tercer paso niega la posibilidad de una serie infinita de causas entre sí que no explicaría nada; y el cuarto paso es reconocer un atributo de Dios relacionado con el hecho observable del que hemos partido. Las 5 vías son: vía del movimiento, que va desde el movimiento que observamos en el mundo hasta el motor inmóvil que es Dios; vía de la causalidad que va desde las causas productoras subordinadas que a su vez son causadas, hasta la primera causa incausada que es Dios; vía de la contingencia que va desde la contingencia que observamos de las criaturas hasta el ser necesario que es Dios; vía de los grados de perfección que va desde la menor o mayor percepción que observamos de las criaturas hasta el ser sumamente perfecto; por último, vía del universo que va desde el orden que observamos en el mundo hasta la suprema inteligencia ordenadora que es Dios.



El problema del conocimiento y la realidad según Kant

Inmortalidad y conocimiento de la realidad: Cuando se pregunta «¿Qué puedo conocer?», Kant reformula la pregunta y se convierte en «¿Por qué razón la física y las matemáticas han alcanzado el camino seguro de la ciencia mientras que la metafísica no es ciencia?» Para responder a esta pregunta tenemos que ver en qué consiste el conocimiento. La reflexión de Kant es un análisis del conocimiento porque conocer va a consistir en emitir distintos tipos de juicios que existen. Los tipos de juicios pueden ser según la estructura: analíticos o sintéticos. Los analíticos son afirmaciones en las que el sujeto se identifica con el predicado, no se añade información. Los sintéticos son aquellos en los que el sujeto y predicado no se identifican, pero sí añaden información. Según el origen, pueden ser a priori o a posteriori. Los juicios a priori son afirmaciones necesarias que siempre resultan verdaderas, y los juicios a posteriori dependen de la experiencia. Kant dice que los juicios sintéticos son a priori, ya que son afirmaciones que aportan información nueva pero solo son independientes de la experiencia. Kant tiene una postura Idealista Trascendental, es sintético a priori, por lo que va a desarrollar el origen de ¿dónde está lo a priori? Vamos a conocer las 3 facultades que intervienen: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. La sensibilidad es donde intervienen primero todos los sentidos mediante los colores, olores y sabores, que son realidades del exterior. Podemos distinguir 2 tipos de impresiones: empíricas y puras. Las empíricas son el material que recibo y las puras son la forma en que las doy. Para poder recibir información, vemos que hay 2 tipos de impresiones: el espacio y el tiempo. El espacio es algo que impone el sujeto antes de subir información, y el tiempo es lo que hace posible ver la realidad. El entendimiento es la facultad activa, lo que hace es unificar el material de la sensibilidad en un concepto y así poder emitir un juicio. En el conocimiento nada procede de la experiencia, pero no todo conocimiento procede de la sensibilidad porque vamos añadiendo cosas. Esto es posible porque nuestra mente dispone de una serie de categorías que nos permiten organizar y estructurar los datos de la sensibilidad. Según Kant, las categorías son conceptos a priori del entendimiento, son independientes de la experiencia ya que proceden de la actividad mental del sujeto y no de la realidad exterior. Según Kant, el concepto de sustancia no es una realidad objetiva, esto quiere decir que la sustancia no es una realidad objetiva del mundo, sino que es tan solo una de las maneras que tiene nuestro entendimiento de dar significado a las percepciones que captamos con los sentidos. La existencia de las categorías del entendimiento permite a Kant explicar por qué la física es una ciencia. La última facultad es la razón. Su función consiste en elaborar generalizaciones a partir de los conceptos y los juicios del entendimiento. Según Kant, el ser humano tiende de manera natural a buscar explicaciones acerca de la realidad. Por eso, nuestros conocimientos intentan englobar todo lo que sabemos mediante 3 grandes ideas reguladoras: el mundo, el alma y Dios. Para Kant, el mundo es una de las primeras ideas reguladoras de la razón. Con la idea del mundo intentamos englobar en un solo concepto todo lo que conocemos acerca de los fenómenos físicos y naturales. Con la segunda idea reguladora, el alma, aspiramos a unificar todos los fenómenos psíquicos que experimentamos en nuestro interior.

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