Lacan y Descartes


Dios:


Entre las ideas innatas se encuentra la idea de Infinito, que Descartes identifica con la idea de Dios, idea que tiene la mayor realidad objetiva. La idea de Infinito que existe en nuestra mente no es adventicia, ni facticia, así pues tiene que ser innata. Descartes aplicará el principio de causalidad para demostrar la existencia de Dios. Afirma que toda idea tiene una realidad objetiva y su causa debe tener una realidad formal. La idea de Dios no puede haber tenido como causa a un ser finito, pues no habría proporción entre la realidad formal de la causa y la realidad objetiva del efecto. Por tanto, esa idea de infinito ha tenido que ser causada por un ser real que es infinito y, por ello Descartes afirmará que Dios existe como sustancia infinita pues es la causa necesaria de nuestra idea de Dios-infinito.

Descartes defenderá también una variante del Argumento Ontológico según la cual el propio concepto de Dios al implicar todas las perfecciones necesariamente conlleva la afirmación de su existencia pues si no supondría una imperfección. Considerará que Dios debe existir por la necesidad de una primera causa. El Dios afirmado por Descartes, la sustancia infinita, es infinito, omnisciente, perfecto y bueno.

Así, Dios existe sin duda alguna y es la garantía, el fundamento, de que a mis ideas sobre el mundo exterior les corresponde una realidad extramental, pues Dios es bueno y no me engaña.


POLÍTICA(STO. Tomás de Aquino):


El alma humana tiene tres facultades, pero estas facultades del hombre sólo pueden desarrollarse correctamente en sociedad por lo que el hombre es para Sto. Tomás un ser social por naturaleza. Este desarrollo de la esencia humana se realiza siguiendo la Ley Natural dada por Dios. Pero los preceptos de la ley natural son demasiado generales y deben ser concretados mediante la ley positiva, las leyes que rigen una sociedad concreta. Las leyes positivas son convencionales y deben ser una prolongación de la ley natural y respetarla, ya que si no es así serán injustas y existe el derecho a desobedecerlas. La búsqueda de la justicia es el punto de uníón entre la moral y el derecho. Las mejores formas de gobierno, para Sto. Tomás son la Monarquía, la Aristocracia y la Democracia siempre que respeten la ley natural al hacer sus leyes positivas.


Ética /MORAL: Hume realizará una crítica de todas las teorías éticas presentadas por los filósofos anteriores a él que basan la moral en la razón. Afirma que nuestros juicios morales no son producto de la razón pues no proceden de ninguno de los tipos de conocimiento racional. Las afirmaciones de la moral no son el resultado del conocimiento de relaciones entre ideas (razonamiento a priori), pues los juicios morales no son analíticos a priori. Pero, tampoco son el resultado del conocimiento de cuestiones de hechos (razonamiento a posteriori) ya que no describen una realidad sino que la juzgan como buena o mala produciendo así un juicio de valor del que es imposible tener impresión. Además, añade Hume que si bien la razón puede ayudarnos a clarificar la utilidad de las acciones humanas no puede impulsarnos o motivarnos a realizarlas. Así, según Hume, la moral no se fundamente en nuestra razón. Hume defenderá el emotivismo moral según el cual el fundamento de la moral está en el sentimiento moral que surge del interior del individuo. Este sentimiento moral se presenta como una emoción o “gusto” interior que brota del sujeto, desde su propia esencia o naturaleza, y que expresa agrado o desagrado ante las acciones. Esta emoción moral es universal y común a todas las personas debido a la universalidad de la naturaleza humana. Este sentimiento moral se basa en dos principios: la utilidad y la simpatía. La utilidad depende de la expectativa del placer que una acción puede ocasionar. Así, aquellas acciones que más placer podamos prever que van a procurar las tenderemos a calificar como buenas. Por ello, una parte de la calificación moral de las acciones se basará en criterios pragmáticos. En segundo lugar, está la simpatía, que Hume define como la inclinación que todos los seres humanos poseen a participar de los sentimientos y de las inclinaciones de los otros seres humanos y que nos lleva a obrar moralmente buscando la felicidad del otro. De esta forma, la moral humana no es ni resultado de un frío cálculo racional ni tampoco de un puro sentimiento, sino que ambos factores se interrelacionan. Esta mutua relación garantiza que el sentimiento moral no sea individual ni egoísta y que la moral no sea meramente convencional, sino que se constituya desde un sentimiento moral carácterístico de la propia humanidad y su naturaleza siendo, por tanto, universal.


CONOCIMIENTO/REALIDAD: (Descartes)


Descartes, Siglo XVII, es el fundador de la Filosofía Moderna y principal pensador de la corriente filosófica del Racionalismo. El Racionalismo considera a la Razón como única fuente de conocimiento verdadero.Descartes busca un conocimiento cierto y seguro y analiza la forma de actuar de la Razón.En la Razón, que es la misma para todos los hombres, se distinguen dos modos de conocimiento seguros:

la intuicióncuya verdad es evidente e indudable y la deducción cuyas verdades son complejas, juicios o leyes.Por ello, el método deberá cumplir cuatro reglas:

La primera regla es la evidencia,la segunda es el análisis,la tercera es la síntesis
Y, por último, la cuarta es la enumeración.
Descartes aplicará este método para buscar una verdad indudable y llegar así a una metafísica cierta y segura.
Para encontrar esta verdad evidente aplicará la duda metódica, en la primera duda, dudará del conocimiento que proviene de los sentidos, enla segunda duda, dudará de la existencia de la realidad extramental  y por último, en la tercera duda, dudará del conocimiento que proviene de la razón, Sin embargo, afirma Descartes, no podemos dudar que dudamos, mientras pensamos no podemos dudar que estamos pensando y por lo tanto que existimos.

La primera intuición de una verdad indudable es pienso, luego existo (cogito ergo sum). Y si existo lo hago como un yo pensante, un cogito, afirmando, pues, la existencia de la sustancia pensante (el cogito) como primera verdad indudable. Descartes partirá del cogito, la verdad indudable, para construir su metafísica

El cogito piensa ideas que pueden dividirse hipotéticamente en tres tipos:  adventicias ; facticias e innatas.
Tras la demostración de la existencia de la sustancia infinita o Dios (a partir de la idea de infinito)

Descartes afirmará la existencia de tres sustancias: la sustancia pensante o el cogito, la sustancia infinita o Dios, y la sustancia extensa o realidad exterior

Descartes definirá “sustancia” como todo aquello que existe independientemente de cualquier otro ser y sólo Dios sería sustancia pues es el único que no necesita una causa ajena a sí mismo para existir.
Sin embargo, como la sustancia extensa (la realidad exterior) y la sustancia pensante (el cogito) son independientes entre sí estima que también pueden ser consideradas sustancias.


SER HUMANO: (Descartes)


Descartes afirmará un dualismo según el cual alma (el cogito) y cuerpo (sustancia extensa) mantienen una lucha permanente siendo dos sustancias diferentes. La relación entre estas dos sustancias se da a través de la glándula pineal, haciendo posible al alma gobernar el cuerpo a través de dicha conexión. El ser humano es propiamente la sustancia pensante (el cogito), independiente de la sustancia extensa (que en este caso es su cuerpo físico). El cuerpoa, actúa como una máquina (tal y como defiende el Mecanicismo) y no puede comportarse de forma libre. Sin embargo, el alma (el cogito), que es inmortal, actúa de forma libre y debe gobernar a esa misma máquina. Con el desarrollo de la perfección del alma se consigue la felicidad. Descartes identifica el desarrollo de la perfección del alma con el desarrollo de la libertad. La libertad se consigue con el dominio y guía de los deseos y pasiones que surgen del cuerpo pues entonces es cuando el sujeto no se encuentra dominado por la sustancia extensa sino que gobierna en él su cogito siendo, por tanto, auténticamente libre. La libertad es así concebida como la realización por la voluntad de lo que propone el entendimiento como bueno y verdadero.

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