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Para empezar, la trama de la obra tiene que ver con un hombre, ya que tres de las hijas de Bernarda Alba se enamoran de Pepe el Romano. Es decir, un solo hombre hace que estas tres hermanas se peleen entre ellas. Sin embargo, es clave que los lectores se den cuenta de que, aunque ellas hablan sobre su amor hacia Pepe, el autor no revela muchas carácterísticas de este hombre. Este hecho nos dice que las hermanas están tan oprimidas que nada más de la superficie importa, porque están recibiendo la atención que ellas anhelan. Así pues, este ejemplo muestra uno de los papeles de la mujer en España dentro de “La casa de Bernarda Alba”: la mujer existe como síntoma de un hombre. Asimismo, aunque no han quedado hombres en la familia, bajo la dictadura de Bernarda se intenta mantener un orden patriarcal. De hecho, intenta mantener a sus hijas dependiendo de ellas, sin libertad para actuar, opinar y decidir, y siempre manteniendo la honra, el honor, la buena imagen y la decencia. Otro aspecto destacable, es el último diálogo expuesto en la novela, donde la madre le expresa a sus hijas que debían velar a Adela y decir que murió virgen. Esto en sencillas palabras simboliza la mentalidad retrograda y su conducta a resguardar las apariencias de los lugareños, ya que, para ese entonces, el qué dirán valía mucho más que la felicidad o la moralidad de las personas, y, a su vez, los parámetros a los que estaban sujetas las mujeres. Otro ejemplo en el que Lorca escribe sobre las mujeres, es el de Martirio y el joven pretendiente llamado Enrique, donde Bernarda se inmiscuyó y obligó a que terminaran, trayendo como consecuencia la amargura y celos de Martirio hacia Adela y Angustias. Esto, en breves palabras rebela la marginación hacia la mujer y la discriminación entre ambos sexos. En conclusión, aunque “La casa de Bernarda Alba” sea una obra donde solo aparecen mujeres, su personaje principal es una señora machista, que asume la obligación de ocupar el lugar del varón y ejerce como tal. Por lo que, el patriarcado se ha institucionalizado hasta tal punto que sigue vigente, aunque no haya un cabeza de familia masculino. Estamos, por tanto, ante una obra de poder y dominación patriarcal, donde el lugar simbólico del patriarca es ocupado por una mujer, lo que le da una complejidad ideológica mayor al asunto. Así, lo más inmediato es interpretarlo como muestra de la colaboración necesaria de muchas mujeres en el mantenimiento del orden patriarcal, donde en esta colaboración participan también todas las demás mujeres que se oponen a Adela y su ansia de libertad. Y, para terminar, conviene señalar que el final es trágico: la rebelión contra la ley y el poder patriarcal y falocéntrico supone la locura y la muerte. Un final que no solo constata y denuncia la situación de la mujer rural española, sino que supone una advertencia a las posibles insumisas de la época y reta a la mujer de aquella España. En “La casa de Bernarda Alba” se puede encontrar una variedad de personajes, casi en su totalidad por mujeres. Dicho esto, vamos a proceder a nombrarlos: en primer lugar, Bernarda Alba es la madre de 5 hijas que habitan en la casa. Es una mujer de 60 años estricta y con pensamiento medieval, donde su único propósito en el libro es el de mantener la pureza de sus hijas, las apariencias de la familia y una conducta sumisa ante los hombres. En segundo lugar, encontramos a Adela, la menor de la familia, con 20 años de edad. Es una chica pasional, hermosa y testaruda que se revela ante el sistema impuesto por su madre. Este personaje termina suicidándose al creer que su amante había muerto. A continuación, Martirio es la hija de 24 años que mantiene un enamoramiento por Pepe el Romano. Es una chica pesimista, con poca gracia y que no tolera que sus otras hermanas sean felices si ella no lo es. Seguimos con Angustias, que tiene 39 años y es la hermana mayor de la familia. Es una mujer descrita como una persona cansada y fea que, gracias a la herencia dejada por su padre, el primer matrimonio de Bernarda, atrae la atención de Pepe el Romano. Continuamos con Magdalena, la hija con 34 años de edad. Es la segunda mayor de la casa y se muestra como una mujer esperanzada que quiere vivir de otra manera. Y, por último, Amelía, que tiene 27 años de edad, y es una chica con espíritu reprimido debido al carácter de su madre. Y, por otro lado, Pepe el Romano es el único hombre que es contantemente nombrado en la novela. Tiene 25 años de edad y es considerado uno de los caballeros más atractivos del pueblo. La obra comienza con el funeral de Antonio María Benavides, lo que provocará un luto de 8 años. De esta forma, el drama se centra en el enclaustramiento de las hijas de Bernarda, que se marchitarán vírgenes y sin hombre. Mientras, Angustias prepara su ajuar para casarse con Pepe el Romano, que solo busca en ella la heredad y que a escondidas se ve con Adela. Al final, Bernarda descubre todo y le dispara con una escopeta a Pepe. Falla, pero Adela al creerlo muerto se encierra y se suicida

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