Platon politica y educacion


La política

Platón rechaza la democracia como forma de gobierno con las siguientes objeciones:

-En la democracia ateniense no era el pueblo el que gobernaba, sino una minoría de políticos y demagogos que perjudicaban al pueblo y que sólo buscaban su beneficio personal.

-Rechaza el que cualquiera pueda desempeñar funciones públicas sin recibir ninguna preparación y sin tener sus conocimientos y su virtud.

-La última fue por la injusta ejecución de su maestro Sócrates.

Platón propone un gobierno de filósofos como remedio a los males políticos de su tiempo y como alternativa a otras formas de gobierno, como la democracia y la oligarquía. Afirma que los males de la humanidad sólo tendrán remedio cuando el gobierno este en manos de los filósofos, que han alcanzado la sabiduría y la virtud.

Esto se relaciona con el intelectualismo moral de Sócrates aplicado a la política, sólo pueden ser individuos justos y buenos aquellos que saben en qué consisten la justicia y el bien, por esto sólo los filósofos pueden ser gobernantes, porque ellos son los únicos que a través de la filosofía han alcanzado el conocimiento de las esencia de la justicia y el bien, indispensables para conducirse rectamente a uno mismo y a la sociedad.

Se trata del gobierno de los filósofos y para llevarlo a cabo es necesario:

-Seleccionar las mejores naturalezas, aquellos individuos que por naturaleza posean capacidades y cualidades innatas para la filosofía y el gobierno, como la capacidad de aprender, honestidad, generosidad, etc…

-Potenciar estas cualidades y capacidades naturales mediante una educación adecuada, hasta conducir a los individuos mediante la filosofía a la contemplación de la Ideas eternas. Sólo después de este largo proceso educativo estarán preparados para gobernar y deberán ser forzados a ello. Será el Estado quien se encargará de la selección de las mejores naturalezas y de su educación.

Según Platón, el ser humano no es autosuficiente y por tanto necesita de la cooperación con los demás hombres para cubrir sus necesidades básicas y producir todo aquello que es necesario para la vida. Así, sólo un Estado en el que cada ciudadano cumpla adecuadamente su función, será un Estado justo y armónico y sus individuos podrán alcanzar la felicidad y la virtud. El Estado ideal sería en el que esto es posible. Para esto el Estado se compondrá de tres clases sociales, a imitación de las tres partes del alma.

La disposición anímica de cada individuo determinará la clase social a la que pertenece y el lugar que ocupará en la sociedad. Cada clase desempeñara la función que le es propia. Estas tres clases sociales serán:

-La clase de los productores: está compuesta por artesanos, campesinos, obreros asalariados, etc… . Su función será producir todo aquello que la comunidad necesita para sobrevivir. En esta clase predomina la parte apetitiva del alma. A diferencia de las otras dos clases, conservará la propiedad privada y la familia, y tendrá acceso a las riquezas y al dinero.

-La clase de los guardianes: su función será la defensa de la ciudad, para lo cual recibirán una educación especial basada en la gimnástica y la música. En esta clase predomina la parte irascible del alma. Para evitar la ambición se le ponen fuera de su alcance las riquezas y la propiedad y para que desempeñe mejor su función se le prohíbe la familia.

-La clase de los gobernantes-filósofos: es la clase superior, que tendrá como función el gobierno de la ciudad. En esta clase predomina la clase racional del alma. Serán seleccionadas de entre los mejores guardianes para recibir posteriormente una educación especial,destacando el aprendizaje en las matemáticas y de la filosofía.

Al igual que en el alma del hombre justo es la parte racional la que dirige y controla a las otras dos, en el Estado justo es la clase de los gobernantes filósofos la que deberá dirigir a las otras dos.

La justicia del Estado consistirá en la armonía entre las clases sociales, de manera que cada una de ellas desempeñe a la perfección la función que le es propia y desarrolle la virtud que le corresponde. El Estado justo será un reflejo del alma justa, y ambos son de la justicia en sí.

Es un Estado estatalista porque Platón antepone el bien del Estado al bien individual y organicista, porque cada clase realiza una función en beneficio de la comunidad.

Política y educación

Platón esta convencido de que tiene que existir un arte del político, que se dedique al bien del Estado, y que deban de aprenderlo aquellos que asumen la responsabilidad de dirigir el gobierno del Estado.

Para Platón este arte es la filosofía. En el pensamiento platónico la educación está al servicio de la política y del bien de la ciudad,y su misión es formar a los individuos sabios y justos, destinados a gobernar el Estado.

Para ello la educación tiene que orientarlos hacia lo inteligible, que es el final del proceso educativo.

La educación es para Platón un proceso duro, pues el cuerpo arrastra al alma hacia el mundo material y sensible, donde sólo hay apariencias, copias deformadas de lo bueno y de lo justo.

La última etapa del proceso educativo es la dialéctica, la ciencia suprema, el saber acerca de las Ideas y de las relaciones entre Ideas. La única capaz de ofrecer el verdadero conocimiento.

Platón dice que no es bueno comenzar la educación del filosofo gobernante con la dialéctica. Ésta sólo es la etapa final. La razón de esto es que el alma acostumbrada sólo a contemplar las cosas del mundo sensible, antes de iniciarse a la dialéctica, debe familiarizarse con el razonamiento abstracto y con lo inteligible. Para ello hay que utilizar el estudio de las matemáticas:

-Porque sirve para que el alma se aparte de lo sensible, y porque son un buen entrenamiento para la inteligencia y el pensamiento abstracto. Constituyen un paso indispensable para la dialéctica.

La educación del filosofo gobernante se basará primero en el cultivo de las matemáticas, y después en el de la dialéctica. Pero una vez que el filosofo gobernante haya alcanzado el conocimiento de la verdad, tendrá que volverse al terreno de los asuntos humanos, e intentar que la sociedad y el Estado se acerquen lo más posible al ideal contemplado, para lo cual debe gobernar su vida y a la sociedad tomando el Bien como guía y modelo. Por ello se habla de dos caminos de la dialéctica:


La dialéctica ascendente, que asciende desde el mundo material hasta las Ideas, y culmina con la comprensión de la Idea de Bien.

-La dialéctica descendente, desde el conocimiento de las Ideas, hasta la aplicación práctica de ese conocimiento en el mundo de los asuntos humanos.

Tras haber contemplado el orden eterno del ser el filosofo gobernante tiene el compromiso ético y político de lograr mediante la acción política, un orden semejante en el Estado. Quien ha conocido la esencia de lo justo y de lo bueno tiene la obligación moral de poner sus capacidades y ese conocimiento el servicio de la comunidad.

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