Sis jdjdjd


Una sociedad estamental está dividida según los privilegios: aquellos que los tienen (nobles 
y clero) poseen todos los derechos y están por encima de los demás (Tercer Estado formado por 
burguésía y campesinos), que no tiene ningún derecho.
Cada estamento está cerrado y no permite 
movilidad: un campesino jamás llegaría a ser noble. 
a) La nobleza: no sólo tienen las tierras, sino los cargos públicos, del ejército y políticos. 
No pagan impuestos e imponen sus leyes feudales. Son los lores ingleses, los junkers alemanes y 
los marqueses españoles. 
b) El clero: tiene derecho a acumular bienes y tierras sin que éstas puedan venderse, 
reciben rentas de sus tierras y tienen una enorme influencia ideológica gracias a la implantación de 
la religión en los tres estamentos. La mayoría del Alto Clero (obispos, arzobispos) fue antes noble. 
c) El Tercer estado: no tienen derechos ni privilegios, pero son entre el 80 y el 90 % de la 
población de cualquier país europeo y deben pagar impuestos. Está formado por dos grupos.
– Burguésía urbana: gracias a sus negocios y comercios, se hace rica, controlando 
la economía de los países; sus estudios son superiores y forman una clase 
intelectual. Por eso, exige el poder político que sólo pueden tener los nobles. 
Así, comienza a comprar títulos nobiliarios para convertirse en nobles, y poder 
entrar en el gobierno también.
– El campesinado: harto de subidas de arrendamientos y de abusos feudales, 
comienza a organizar sangrientas revueltas contra los señores. 

5- SISTEMAS POLÍTICOS DEL ANTIGUO RÉGIMEN


a) La Monarquía absoluta: el rey posee la soberanía absoluta por derecho divino. Es 
decir, que es Dios el que le ha dado el poder, y sólo es responsable ante él. El zar de Rusia era el 
ejemplo despótico extremo. 


En España y Francia el rey también era absoluto, pero debía escuchar 
a la Iglesia y a los nobles. Sólo Inglaterra, desde 1688, consiguió que el rey se sometiera a un 
Parlamento, parte del cual estaba formado por la aristocracia. Las Cortes de los reyes 
despilfarraban enormes cantidades de dinero mientras las naciones se empobrecían.
b)

El Despotismo ilustrado:

durante el Siglo XVIII, y ante las demandas de la burguésía y 
el campesinado, algunos reyes reformaron sus monarquías. Se presentaron como padres de sus 
pueblos, a su servicio, pero sin darles privilegios. Su lema era “todo por el pueblo pero sin el 
pueblo”; hacían muchas obras públicas, financiaban a los artistas.
La reforma más ambiciosa fue tratar de que la nobleza pagara impuestos y desamortizar 
(vender) bienes de la Iglesia para racionalizar los gastos del Estado, que no paraban de crecer. 
Carlos III de España o Catalina II de Rusia fueron monarcas ilustrados. Pero en realidad era 
puro maquillaje: todos estos reyes reforzaron su poder y no reformaron el sistema 

La división de poderes de Montesquieu

El barón de Montesquieu (1689-1755) rechaza la monarquía, y en su lugar propone un 
sistema de gobierno parecido al de Inglaterra, basándose en las ideas de Locke. Lo hace en una 
obra llamada “El espíritu de las leyes” (1748). Según él hay tres grandes poderes en el Estado:
– el poder legislativo, formado por políticos que hacen las leyes, reunidos en 
cámaras como el parlamento; los diputados votarán libremente esas leyes.
– el poder ejecutivo, formado por el gobierno que hace cumplir esas leyes, a través 
de la políCía y del ejército si fuese necesario.
– el poder judicial, formado por los tribunales de justicia. 
El rey no debe acumular esos poderes, ni el Estado tampoco. Tienen que ser independientes 
entre sí, de manera que cada uno de ellos controle a los otros dos.


Si un gobernante roba dinero, 
debe ser juzgado por un juez utilizando una ley justa hecha por el parlamento libre y, si es 
condenado, el gobierno le hará cumplir la sentencia. Pero si los tres poderes son uno (rey y 
nobles), no existe libertad ni justicia, porque esos poderes no se controlan entre sí. 

B) La soberanía popular de Rousseau


. Rousseau (1712-1778) cree que es necesario un “contrato social” entre los gobernantes 
y los gobernados, tal y como dice en “El Contrato Social” (1762). Según él, el pueblo tiene 
soberanía popular, es decir, derecho a elegir a sus gobernantes: a ese derecho lo llama Voluntad 
General, y es inviolable por nadie, sean nobles o reyes. Esta es la base de la democracia. 
Rousseau además atacaba la propiedad privada y la competencia, porque son las causas de 
que el hombre esté corrompido, a pesar de que, en su origen, el hombre es bueno por naturaleza.

C) El cambio de mentalidad de Voltaire


F.-M Arouet, “Voltaire” (1694-1778) era más un escritor de comedias y sátiras que un 
filósofo. Pero en su extensa obra, como “Cándido” (1759), criticó y derribó toda la base ideológica 
del Antiguo Régimen. Especialmente duro era con los nobles, los curas, los reyes y con la religión, 
a la que acusaba de fomentar la superstición entre el pueblo; era un convencido anticlerical y ateo. 
Pero creía en la tolerancia política y religiosa, y en la libertad del individuo para elegir sus 
creencias, como el Deísmo (creer en un Ser Supremo). Para conseguirlo es necesario crear un 
sistema educativo nuevo que fomente el estudio de las ciencias y la libertad en los niños.


a)

La fisiocracia


Elaborada por F. Quesnay, cree que la única fuente de riqueza de un país es la agricultura. 
La industria y el comercio no son productivos, ya que trabajan con productos de la tierra, pero 
deben recibirlos a cambio de los productos manufacturados. Creen en un orden natural económico
que no debe ser tocado: los precios y los salarios se regulan solos, sin intervención del Estado. Su 
máxima era “dejar hacer, dejar pasar, el mundo marcha solo”. Fue una doctrina que no duró. 

 El liberalismo económico
Elaborado por Adam Smith (1723-1790) en su obra “La riqueza de las naciones” (1776), es 
la base de nuestro actual sistema económico, el capitalismo.
La riqueza de un país es el trabajo de sus habitantes; éstos deben actuar según sus propios 
intereses, con ánimo de lucro personal y sin ninguna restricción por parte del Estado. También cree 
en un orden natural económico: la ley de la oferta y la demanda, que regula sola el mercado. Ésta 
dicta el precio de un producto según su éxito de venta y según su fabricante y vendedor. 
El comercio es pieza fundamental de este sistema, y debe ser libre: los precios deben subir 
y bajar a su aire, como los salarios, sin regulación, y los trabajadores deben moverse libremente 
buscando el mejor trabajo. Los dos grandes pilares son pues la propiedad privada y la libertad de 
mercado. El Estado debe limitarse a mantener el orden público. 
Durante el Siglo XIX los empresarios de Europa aplicarán toda la doctrina para 
fundamentar las Revoluciones Industriales, utilizando la fuerza productiva del trabajador a cambio 
de salarios muy bajos para conseguir altos beneficios. 

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *