Teoría del conocimiento según Aristóteles


DEFINICIONES PLATÓN:
IIDEA: es un objeto que existe en un mundo separado del material, y se caracteriza por ser universal, eterno, único, perfecto e inmaterial. Esta realidad ideal es la que serviría como modelo al demiurgo (inteligencia ordenadora) en el acto de creación de la realidad material: cada cosa material imita o participa de su Idea correspondiente.-
MUNDO SENSIBLE: Se corresponde con la realidad material, y es el mundo que conocemos a través de los sentidos. En este mundo no es posible llegar a la verdad, pues está sometido permanentemente al cambio. Con todo, dentro del mundo sensible, Platón distingue dos tipos de conocimiento:
Imaginación, centrado en la imagen de las cosas, su apariencia y creencia, que implicaría un conocimiento del objeto material.
-MUNDO INTELIGIBLE: Es la realidad a la que accedemos por medio de nuestra razón, y sería el mundo de las Ideas. Por tanto, es un mundo de verdades abstractas, y universales, en el que Platón señala otras dos formas de conocimiento: inteligencia discursiva y ciencia o pensamiento. La primera de ellas se ocuparía de los objetos matemáticos y serviría de preparación para el mayor conocimiento al que puede aspirar el ser humano, que consistiría en la contemplación intelectual de las ideas.
BIEN: tal y como nos lo presenta en la República, el Bien es para Platón la Idea más alta a la que puede aspirar el ser humano, y también la más difícil de conocer, accesible solo para el sabio. El filósofo griego estima que la Idea de Bien sería la Idea suprema, y que, similar a la luz del sol, confiere inteligibilidad al resto de Ideas, que de una forma más o menos directa participan del Bien. Esta Idea de Bien es el objetivo último del sabio o dialéctico, y aquel que la conozca será la persona más adecuada para gobernar.-
-RAZÓN: Es para Platón la mayor capacidad de conocimiento del ser humano, y sería la encargada del conocimiento del mundo inteligible. Es por tanto el rasgo distintivo del ser humano, y lo que nos permite llegar a la verdad, que Platón sitúa en el mundo inteligible. El conocimiento racional será para Platón siempre superior al empírico.
DOXA: término griego que suele traducirse como opinión y hace referencia al conocimiento del mundo sensible. La doxa sería el medio natural de los sofistas: si se trata de un conocimiento no verdadero, todo será objeto de opinión, y el lenguaje podrá orientarse en una u otra dirección para conseguir que las cosas parezcan lo que más pueda interesar en cada caso. En consecuencia, la doxa será un conocimiento falso, centrado en lo sensible, y dependiente siempre de intereses ajenos a la verdad. Se divide en imaginación y creencia.
EPISTEME: es el conocimiento propio del mundo inteligible, por lo que es superior a la opinión y nos conduce al descubrimiento de la verdad. La episteme, habitualmente traducido como ciencia, incluiría la inteligencia discursivo (conocimiento de los objetos matemáticos) y el pensamiento (conocer las Ideas directamente con nuestra razón). En consecuencia, la episteme apuntaría a la mayor abstracción que puede alcanzar el conocimiento humano.
UNIVERSAL: Es uno de los rasgos de las Ideas platónicas, quizás el más importante de ellos y consiste precisamente en que una sola Idea sirve para comprender una pluralidad de realidades materiales, que se caracterizan precisamente por ser concretas, particulares. Con este concepto, que Platón hereda de Sócrates, comienza una larga búsqueda filosófica de un concepto verdadero, que no dependa de circunstancias sociales, culturales o históricas, con el que poder comprender la realidad. La buscada universalidad es tan importante que, por ejemplo, en la Edad Media se desatará la “polémica de los universales” que versa precisamente sobre la existencia o no, de realidades universales, similares a las Ideas platónicas.
ABSOLUTO: carácterísticas de las Ideas y, en consecuencia, también de la verdad. Las Ideas no son relativas, no dependen de un contexto social o cultural, sino que existen por sí mismas en un mundo separado del material. Están, por así decirlo, “sueltas de” cualquier condicionante. Por ello, el sabio que logre alcanzarlas poseerá también un conocimiento absoluto, independiente de cualquier condicionante.
DUALISMO: Es una de las tesis generales del pensamiento platónico que consiste en afirmar la existencia de dos mundos distintos, el material y el de las Ideas, estableciendo entre ambos una relación de participación e imitación. Este dualismo defiende por tanto que el mundo material en que vivimos no es el único existente, sino que hay otra realidad de abstracciones de la cual esta nuestra depende. Este dualismo se extiende también a la concepción del ser humano, que para Platón es un compuesto de cuerpo (mundo material) y alma (mundo de las Ideas).
REMINISCENCIA: este concepto es el más importante de una de las tesis centrales de la teoría del conocimiento platónica, y se podría entender como “recuerdo”. En el Menón, Sócrates defiende que “conocer es recordar” y que el conocimiento implica un “reconocimiento”, es decir, un recuerdo de las Ideas que el alma conocíó antes de encarnarse en un cuerpo. Implícitamente, Platón defiende la existencia de ideas innatas a través de este concepto de reminiscencia, pues lo que se está afirmando también es que el ser humano cuenta con conocimientos previos a la experiencia.
TRANSMIGRACIÓN: transmisión del alma de un ser vivo a otro más allá de la muerte. Esta es una de las tesis centrales de la antropología platónica y aparece recogida en varios de sus mitos. Con todo, no es una idea original, sino que habría llegado hasta Platón desde las religiones órficas a través del pitagorismo. Nos encontramos así ante una de las pocas ideas puente entre Oriente y Occidente. Si seguimos la descripción platónica, al morir el alma vuelve al mundo de las Ideas si se ha llevado una vida sabia y orientada al bien. Pero si no es así, el alma pasaría a otro ser vivo y comenzaría un ciclo de sucesivas “transmigraciones” hasta que volviera a tener la oportunidad de volver a existir como un ser humano.
-MINESIS: Concepto griego que se traduce por imitación. Desempeña un papel importante en dos terrenos de la filosofía platónica. En primer lugar, y con carácter general, las cosas guardan con las Ideas una relación de mímesis, pues imitan a las Ideas, son una copia material de las mismas. Por otro lado, esta misma idea de mímesis caracteriza según Platón lo que hoy llamaríamos artes plásticas: la pintura y la escultura con una realidad de segundo nivel, pues son una imitación de la realidad material, y en este sentido serían una copia de copia, una imitación de una imitación.

-METHESIS: Platón utiliza esta palabra griega para referirse a la relación de participación que hay entre las cosas y las Ideas. Según la methexis, las cosas participan de las Ideas, pero al ser materiales lo hacen de un modo imperfecto. La methexis, que es un concepto clave para sostener el dualismo platónico, se va a poner en duda en los llamados diálogos críticos, pues la participación parece entrar en contradicción con el carácter “separado” y “absoluto” de las Ideas.
VIRTUD: el concepto de virtud aparece caracterizado en varios diálogos, por lo que es muy difícil dar una única definición del mismo. Es posible encontrar al menos tres caracterizaciones, no distintas, sino complementarias: sabiduría, purificación, armónía. El virtuoso es el sabio, aquel que empeña su vida en el conocimiento de las Ideas. Esto nos lleva casi de un modo natural al segundo significado: la virtud implica una renuncia a los placeres corporales en favor del cultivo del conocimiento. Y finalmente, quien haya alcanzado la sabiduría, quien conozca el Bien, tiene necesariamente que ser alguien armónico, cuyas “almas” estén en equilibrio, cumpliendo cada cual con la función que le corresponde.

JUSTICIA: La justicia es la virtud fundamental de la polis y el tema central de la República. Será justa aquella polis en la que cada cual se ocupa de aquella función para la que está mejor preparado, sea gobernante, guardián o productor. El equilibrio de estas tres clases sociales y el hecho de que estén integradas por las personas más adecuadas para cada una de estas tareas es lo que provoca que surja la justicia, que igualmente puede entenderse, en el terreno ético, como un equilibrio entre las tres partes del alma que señala Platón (pensamiento, sentimientos e institutos o impulsos).
Aristóteles:
SUSTANCIA: es el tipo primordial de ser, de existir, el primer sentido y el más auténtico en el que utilizamos la palabra ser. Para Aristóteles es sustancia la cosa concreta, lo más próximo a nosotros, marcando así distancias respecto al dualismo platónico. A través del concepto de sustancia Aristóteles devuelve a la realidad material el valor que le había quitado Platón, entendiendo que es digno de estudio y atención. En el libro V de la Metafísica, Aristóteles distingue dos sentidos principales de la sustancia: “el sujeto último que ya no se predice de otra cosa”. Sería entonces la sustancia el sujeto mismo, siempre que éste sea una cosa identificable, que se pueda señalar con el dedo. En segundo lugar, es también “lo que siendo algo determinado es capaz de existencia separada” (forma). Esto dará lugar a la distinción entre sustancia primera (cosas particulares) y sustancia segunda (forma o esencia de las cosas).
CIENCIA: Combinando diversas ideas de Aristóteles sobre la ciencia, podríamos definirla como conocimiento universal y necesario de principios y causas. La ciencia, entonces, se encarga de lo universal, es decir, de lo que vale para todos los casos particulares y esto marca una distancia muy grande respecto a la mera opinión, que suele girar precisamente respecto a alguna circunstancia concreta. Igualmente, aspira a conocer los principios y las causas, movíéndose en el terreno de la abstracción. Aristóteles distingue además tres tipos de ciencias: teóricas, prácticas y productivas.
Metafísica: podemos tomar una definición del Libro IV de la Metafísica, donde dice Aristóteles que “hay una ciencia que estudia lo que es, en tanto que algo que es, y los atributos que, por sí mismo, le pertenecen”. Conviene en todo caso advertir que esta definición sirve para lo que Aristóteles denomina “filosofía primera”, pues él no utilizó la palabra “metafísica”, que es posterior. Esta filosofía primera sería entonces la ciencia que estudia el ser, sus tipos, causas y significados, centrándose por tanto en la única carácterística compartida por todo lo que existe: el ser. Esta filosofía primera es entonces el más universal de los saberes, pues no estudia un aspecto particular del ser. Por ello Aristóteles la denomina “la ciencia buscada”.
MATERIA: la materia sería aquello de lo que está hecha la sustancia. Coincide por tanto con la causa material. La materia es uno de los componentes necesarios para que haya sustancia: no existe sustancia sin materia, por lo que de una forma indirecta Aristóteles está afirmando frente al desprecio platónico el valor de la misma como objeto de conocimiento.
FORMA: es la esencia de cada cosa, aquello por lo que es lo que es y no otra cosa distinta. Esta presentación del concepto puede parecer abstracta y confusa, pero esto se debe precisamente a que la forma no se da separada de la materia, sino precisamente unida a la misma, dando lugar así a la sustancia. Es decir, las formas no existen separadas de las cosas, tal y como había afirmado Platón.
POTENCIA: es el conjunto de capacidades o posibilidades de cada realidad. Para Aristóteles, una cosa no se agota solo en lo que es en el momento actual, sino que encierra de si un cúmulo de opciones, que pueden realizarse o no en el futuro. Estas posibilidades existen “en potencia”. Aristóteles distinguía dos tipos de potencia: activa y pasiva. La activa es aquella cuya realización depende de una acción emprendida por el sujeto, mientras que en la pasiva el objeto recibe la acción. Para referirse a la potencia Aristóteles utiliza la palabra Dýnamis, que también nos evoca el concepto de “fuerza”.
ACTO: es el conjunto de cualidades del objeto que están realizadas en el momento presente. Acto es entonces sinónimo de realización, perfeccionamiento: sería una potencia que deja de serlo para constituirse en realidad palpable. Aristóteles utiliza dos palabras griegas que suelen traducirse como acto: energeia y entelequia. Esta segunda nos da una pista para comprender aún mejor el concepto de acto: sería aquello que ha alcanzado su fin, que se ha realizado en el sentido pleno de la palabra.
CAUSA Aristóteles distingue cuatro sentidos en los que se puede utilizar la palabra causa. Serían los siguientes: material, formal, eficiente y final. Él mismo va desgranando estos sentidos en el libro V de la Metafísica. Es causa material “aquello de-lo-cual se hace algo”. Es causa formal, “la forma y el modelo, es decir, la definición de la esencia y los géneros de esta. Por su parte es causa eficiente “aquello de donde proviene el inicio primero del cambio y del reposo”. Y por último sería causa final el “fin, y éste es aquello para-lo-cual: por ejemplo, el del pasear es la salud. ¿Por qué, en efecto, pasea? Contestamos: para estar sano, y al contestar de este modo pensamos que hemos aducido la causa.”
EFECTO: Es aquello que sigue a la causa, el resultado de la interacción de los cuatro tipos de causa que distingue Aristóteles y que acabamos de describir. Teleología: es una de las ideas centrales de la biología Aristóteles, con ramificaciones en la metafísica, la ética y la política. Este concepto hace alusión a la finalidad que, según Aristóteles, sería inherente a todo ser vivo. Todo en la naturaleza tiende a alcanzar un fin, por eso denomina entelequia al ser vivo ya adulto, maduro, que ha alcanzado todas sus potencialidades. La idea se aplica después a la ética y la política: la primera es una reflexión sobre el fin último de la vida humana, que no es otro que la felicidad. Igualmente la política ha de centrarse en su fin específico que es la felicidad dentro de la polis.
LUGAR NATURAL: es el espacio propio, particular de cada objeto y es uno de los conceptos centrales de la física aristotélica. Para el pensador griego, lo natural es el reposo y cualquier movimiento implica que se aplique una fuerza: el movimiento es antinatural, va asociado a una cierta violencia. Todos los cuerpos que reciben un impulso tienden, antes o después, a buscar su lugar natural. Esto nos da una imagen de la naturaleza basada en el reposo, por lo que la física debe ocuparse de explicar el movimiento. Concepción opuesta a la que dominará en la física moderna: el principio de inercia nos recuerda que “lo natural” sería el movimiento y que nada está en reposo si no hay una fuerza que lo atrae (la gravedad).
IINDUCCION: es un tipo de razonamiento que va de lo particular a lo general. Aristóteles le daba mucho valor pues el conocimiento por inducción requiere de la participación de los sentidos para elaborar las experiencias particulares y poder alcanzar un conocimiento universal. Hay que tener en cuenta todos los trabajos biológicos llevados a cabo por Aristóteles, que tienen precisamente un carácter inductivo. Igualmente, la inducción aparece también en sus escritos de ética y política que en muchas ocasiones se refieren a casos particulares que nos sirven de trampolín para reflexiones de un carácter mucho más general.
Deducción es un tipo de razonamiento que opera con principios generales, a partir de los cuales podemos extraer nuevos conocimientos, sea combinándolos con otros principios generales o con datos extraídos de la experiencia. La deducción tiene una presencia muy importante en todos los escritos lógicos de Aristóteles, y es el motor principal del silogismo y todas las conclusiones que extrajo el pensador griego alrededor del mismo.
Abstracción: esta palabra resume el proceso de conocimiento del ser humano, tal y como lo concibe Aristóteles. La abstracción es la formación de conceptos que nos sirven para comprender y explicar mejor la realidad. Estos conceptos han de ser tan generales como sea posible, para que de esta forma tengan más capacidad explicativa. El conocimiento parte siempre de lo particular, pero los objetos “imprimen” su forma en el entendimiento del sujeto que se encarga después de construir los conceptos correspondientes. El conocimiento humano es abstracción, pero esto no implica dejar de lado la experiencia empírica que es el punto de partida para la misma. Igualmente, las ideas abstractas de la filosofía aristotélica tienen sentido en la medida en que nos sirven para comprender las cosas. Si no es así, han de verse sometidas a la misma crítica que el estagirita formuló contra las Ideas de Platón.
ALMA principio de actividad. El concepto de alma en Aristóteles está muy influenciado por sus escritos biológicos y llegó a diferenciar tres tipos de alma, fijándose precisamente en el tipo de funciones que van asociadas a cada una de ellas: vegetativa, sensitiva y racional.
MONISMO: teoría aristotélica que se enfrenta al dualismo de Platón, especialmente dentro de la antropología. Para el maestro de Aristóteles, el ser humano era un compuesto de dos fuerzas en lucha: cuerpo y alma. Con el monismo, el estagirita afirma que no hay separación entre alma y cuerpo, que estas no son dos sustancias, sino una sola, pues no hay ser humano sin cuerpo ni alma. La uníón de ambos, materia y forma, es lo que da lugar al ser humano, por lo que hemos de huir de cualquier clase de dualismo. Se trata por tanto de una explicación más realista del ser humano y que compromete por otro lado la posibilidad de la inmortalidad del alma.
FELICIDAD:del alma dirigida por la virtud”. Obrar bien nos hace felices, viene a decirnos Aristóteles. Posteriormente, continúa su reflexión completando esta primera aproximación, y concretando la felicidad en una vida guiada por la virtud, centrada en el logos y acompañada de los suficientes bienes externos (salud, posesiones indispensables, etc).
VIRTUD: “disposición permanente a obrar bien, tal y como haría el hombre prudente”. Esta expresión de Ética a Nicómaco ya nos dice que la virtud consiste en el hábito de hacer el bien, poniéndonos la prudencia como uno de los mejores ejemplos. Esta concepción de la virtud como hábito se completa en la misma obra con alusiones al término medio: el virtuoso acierta al elegir el término medio, un punto que no es geométrico, sino ético, ajustado a las circunstancias que rodean cada caso. Cuando se acierta una y otra vez en las decisiones y acciones de la vida cotidiana, decimos que hemos alcanzado la virtud.



DEFINCIONES Ortega
OBJETIVISMO: teoría que defiende la existencia de un mundo real exterior, ajeno e independiente del sujeto. Esta tesis objetivista se complementa con una valoración positiva de la ciencia, que sería el conocimiento más adecuado para esta realidad. El objetivismo, esta afirmación fuerte de la realidad, caracterizará la primera etapa del pensador español, y en ¿Qué es filosofía? Aparece representada por la tesis realista o positivista.
CIENCIA para Ortega la ciencia es un conocimiento que parte de la necesidad y que asume como punto de partida la delimitación de su objeto. La relación entre ciencia y técnica: en Meditación sobre la técnica, Ortega defiende que la ciencia moderna es uno de los mejores ejemplos que confirman que la ciencia viene impulsada por la técnica. Pero igualmente, en otros textos afirma que la ciencia se justifica por su utilidad, por la fecundidad de sus aportaciones. En resumen, la ciencia sería un conocimiento que parcela la realidad, parte de la necesidad humana y viene avalada por la utilidad.
Europeización este término hace referencia a la postura orteguiana respecto al llamado “problema de España” que se planteó a finales del XIX e inicios del XX. Precisamente para distanciarse respecto a la propuesta de la generación del 98. Así, frente al “que inventen ellos” unamuniano, Ortega defender la apertura española a Europa. En su opinión, Europa ha de ser la salvación de España, y todos los ámbitos de la cultura (ciencia, arte, filosofía, política, etc) deben abrirse a las corrientes europeas. Esta defensa de Europa como salvación de España aparece en múltiples lugares de la obra orteguiana, en la que se puede leer, por ejemplo: “me importa más Europa que España, y España sólo me importa si integra espiritualmente Europa”
FILOSOIFA es un saber radical, universal y necesario. Es radical, porque va a a la raíz de las cosas. Universal, porque a diferencia de la ciencia aspira al conocimiento del todo. Y necesario o, si se quiere, ineludible, porque es consecuencia de preguntas que ningún ser humano puede ignorar, pues pertenece a nuestra naturaleza el plantearnos las preguntas que dan pie a la filosofía y por ello nada hay más humano que la reflexión filosófica.
MUNDO sería todo aquello exterior a nosotros mismos, ajeno al sujeto, pero considerado fundamentalmente en la medida que nos afecta. En ¿Qué es filosofía? Ortega define la vida como “encontrarse en el mundo” lo que le lleva a una pequeña caracterización de este concepto. Matiza en la lección X de esta obra que mundo no es sólo el conjunto de objetos o de cuerpos que nos rodea, sin relación alguna entre sí o con el sujeto, sino estas mismas cosas referidas al yo, consideradas como circunstancias que afectan al sujeto. Esta consideración de la realidad conectada con el sujeto aleja considerablemente a Ortega de su objetivismo inicial que describíamos al principio. El mundo ya no es sólo una realidad independientes al sujeto sino relacionada con el sujeto. Así leemos en la décima lección que señalábamos antes: “Mundo es sensu stricto lo que nos afecta. Y vivir es hallarse cada cual a sí mismo en un ámbito de temas, de asuntos que le afectan. Así, sin saber cómo, la vida se encuentra a sí misma a la vez que descubre el mundo. No hay vivir sino es en un orbe lleno de cosas, sean objetos o criaturas; es ver cosas y escenas, amarlas u odiarlas, desearlas o temerlas. Todo vivir es ocuparse con lo otro que no es uno mismo, todo vivir es convivir con una circunstancia”
CIRCUNSTANICA: cierta forma es una palabra sinónima de la de “mundo” que acabamos de definir, pero cobra un especial significado en la conocida frase de Ortega en Meditaciones del Quijote: “Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo a mi”. Circunstancia es por tanto mi mundo, todo el cúmulo de situaciones que estoy obligado a tener en cuenta a la hora de tomar una decisión, y que forman una parte esencial de mi propia vida, al mismo nivel que el yo. No hay un sujeto entonces aislado del mundo, que pueda elegir por encima de todo o contra todos, pero tampoco un esclavo de la realidad. La noción de circunstancia nos recuerda que la vida está siempre en un contexto, que está situada, y que no es posible vivir al margen de ese contexto, que llega a configurarnos como personas.
PERPECTIVISMO es el punto de vista individual, la visión del mundo y de la vida que cada uno de nosotros tiene y representa. Este concepto implica una subjetivización del conocimiento y la realidad, pero a diferencia de la propuesta de Nietzsche no implica romper con la verdad. Tal y como lo entiende Ortega la perspectiva no anula la búsqueda de la verdad: más bien es la aportación individual a la misma, y así se podría entender que la verdad emerge precisamente de la suma de perspectivas que constituyen el “panorama”, del que Ortega habla en ¿Qué es filosofía?.
Razón VITAL: es el concepto que propone Ortega para superar la oposición entre Racionalismo y vitalismo. La razón vital es pensamiento que nace de la vida, agarrado a la vida y que la proyecta más allá de sí misma. La razón tiende a alejarnos de la vida y a enredarnos en sus abstracciones, pero anteponer la vida a la misma tampoco es solución, pues es condenarse a habitar un presente permanente. Sin embargo, el ser humano es una mezcla de ambos: somos razón vital y esto implica que desde nuestro presente somos capaces de imaginar el futuro, de pensarlo y proyectarlo, de anticiparnos a la vida que está por venir.
RACIOVITALISMO: es la teoría creada por Ortega para responder al Racionalismo y al vitalismo, y la idea central de la misma es precisamente la de razón vital que acabamos de caracterizar. El Racionalismo se equivoca al no prestar a la vida, el cambio y el presente la atención que merecen, pero tampoco el vitalismo acierta al despreciar la razón humana. El raciovitalismo pretende así mediar entre ambos subrayando que solo conjugando razón y vida podemos comprender bien lo que somos y en qué consiste nuestra vida.
VIDA: es aquello que experimentamos de un modo directo e inmediato. No hay que buscar abstracciones ni caracterizaciones complejas: la vida es lo más cercanos a nosotros, lo más sencillo y cotidiano. Y ahí es donde hemos de aplicar la razón, el contexto propio en el que ésta crece y se desarrolla, pero sin permitir que vaya mucho más allá de esa cercanía e inmediatez que han de estar siempre presentes. Ortega nos ofrece la siguiente aproximación a este escurridizo concepto: “Vida es lo que somos y lo que hacemos: es, pues, de todas las cosas la más próxima a cada cual” (¿Qué es filosofía? – Lección X)
Categoría con este término se refiere Ortega a los atributos propios de la vida. En la lección XI de ¿Qué es filosofía? Ortega continúa comentando el concepto de vida que había presentado en la lección anterior, y trata de concretar ante su auditorio cuáles son las categorías de la vida, es decir, las propiedades esenciales y definitorias de la misma. La expresión que utiliza en esta lección XI es ésta: “componentes, todos ellos forzosos, igualmente originarios e inseparables entre sí”. En la parte final de esta misma lección, menciona al menos estas carácterísticas: existir por sí misma (ser transparente para sí, darse cuenta de sí y del mundo), circunstancia (lo que nos rodea, lo que está alrededor), fatalidad-libertad (circunstancia-sujeto), decisión, cuidado, proyecto o futurición.
LIBERTAD: a modo de aproximación (y no de definición) cabría definir la libertad en Ortega como capacidad de decidir y decidirse teniendo en cuenta nuestra circunstancia, nuestra situación social e histórica. Comparte ideas con el existencialismo: el ser humano hace el mundo, hace su vida y se hace como persona en cada una de sus decisiones. El ser humano se define por ser un proyecto, por estar siempre en una situación que le exige poner en práctica su libertad, pero no entendida de un modo absoluto, sino más bien limitado por el cúmulo de condicionantes que nos rodean.
IDEA Es aquel pensamiento o incluso ocurrencia que ha sido creada por el sujeto o al menos adquirida conscientemente por el mismo. Una idea puede copiarse o podemos llegar a ella después de un trabajo de reflexión o investigación personal. De todas ellas, nos dice Ortega en Ideas y creencias, “podemos decir que las producimos, las sostenemos, las discutimos, las propagamos, combatimos en su pro y hasta somos capaces de morir por ellas. Lo que no podemos es … Vivir de ellas”. Las ideas incluyen por tanto todo nuestro pensamiento consciente, así como lo que hemos ido aprendiendo a lo largo de nuestra vida. Ellas dependen de nosotros para su existencia, son “resultado de nuestra capacidad intelectual”.
CREENCIA: son aquellos pensamiento que no creamos nosotros, sino que, antes bien, nos crean, pues nos preceden en el tiempo, y en cierta forma vivimos en ellas, estamos en ellas sin percatarnos de esta circunstancia. Las creencias nos preceden y nos vertebran sin que seamos capaces de darnos cuenta, e igualmente nos pervivirán. No dependen de nuestro pensamiento consciente, no las elegimos ni decidimos copiarlas o identificarnos con ellas, sino que estas creencias “nos hacen”, están ya presentes en un fondo social y cultural cuando comenzamos a pensar. Por ello titula Ortega el inicio de su ensayo: “Las ideas se tienen; en las creencias se está”.
HISTORIA: Ortega entiende la historia como la auténtica esencia del ser humano. Somos proyecto, y este proceso en que consistimos se proyecta en ese gran relato de la humanidad que es la historia. En Historia como sistema aparece una de las afirmaciones más conocidas de Ortega: “el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene…Historia”. Eso quiere decir que estamos siempre por hacer, tanto a nivel individual como en conjunto, tanto mi yo como la humanidad. Hay un pasado, pero también siempre un futuro por hacer. Que puede llevarnos a situaciones mejores o peores que la actual. Tener historia implica no empezar de cero, sino partir de una experiencia acumulada, existiendo siempre un margen de libertad. La mejor definición de historia la encontramos en ese mismo artículo: “La historia es un sistema –el sistema de las experiencias humanas, que forman una cadena inexorable y única. De aquí que nada pueda estar verdaderamente claro en historia mientras no está toda ella clara.” Unas líneas más abajo aclara un poco más esta idea: “La historia es ciencia sistemática de la realidad radical que es mi vida. Es, pues, ciencia del más riguroso y actual presente. Si no fuese ciencia del presente, ¿dónde íbamos a encontrar ese pasado que se le suele atribuir, como tema? Lo opuesto, que es lo acostumbrado, equivale a hacer del pasado una cosa abstracta e irreal que quedó inerte allá en su fecha, cuando el pasado es la fuerza viva y actuante que sostiene nuestro hoy. No hay actio in distans. El pasado no está allí, en su fecha, sino aquí, en mí. El pasado soy yo –se entiende, mi vida.”
Razón Histórica: es tomar conciencia de la historia de la razón, lo cual implica revisar su pasado, sacar a flote

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