El mito y el logos


TEMA 7: HISTORIA DE LAS RELIGIONES Y ANTROPOLOGÍA SOCIAL

 El paradigma de la historia clásica también fue desmontado por Nietzsche, en “El origen de la tragedia” y en textos de cursos que dio en sus clases sobre la filosofía griega, como filólogo griego.
Este libro provocó el inicio de un gran debate: “los griegos no son como los negros”, negando la idea de que para entender a los griegos hay que buscar paralelos con los pueblos primitivos actuales.

 Nietzsche recibíó una educación luterana, conservadora, represiva… que identificaba los valores griegos con la Alemania del momento. Reacciona contra este modelo (“Sobre la utilidad y los inconvenientes de la historia”) por el que identifica la represión con los estudios clásicos y la historia. En esta obra, distingue tres tipos de historiador:

Historiador Anticuario

Es un “historiador local” del s.XIX, que sabe muchos datos como si coleccionara antigüedades y que no tiene pretensiones con su conocimiento, más allá de conocer datos curiosos. Era una figura muy frecuente en la época.

Historiador Monumental

Es el que hace grandes relatos históricos (como Ranke) a partir de conocer muchos datos y con el objetivo de movilizar políticamente a la gente en torno a la idea de patria y gloria nacional.

Historiador Crítico

Es el que, a diferencia de los otros dos, que reprimen a los individuos, tiene una función de liberación de la vida a nivel individual y colectivo, y que, por tanto, utiliza la historia para luchar contra el orden establecido. Es un modelo que no existía en su época.

El origen de la tragedia” surgíó como consecuencia de la lectura de la obra de Schopenhauer (“El mundo como voluntad y representación”), que se proclamaba heredero directo de Kant. Y, así, decía que el mundo tiene dos niveles, la voluntad y la representación, que se corresponderían con los conceptos de noúmeno y fenómeno.
Así, la representación está sometida a las directrices espacio (ciencia) y tiempo (sentido común). Pero el noúmeno sí se puede conocer parcialmente, porque es la voluntad de vivir de todos los seres, que se manifiesta en la destrucción continua de otros. Y esta división también se daría en cada persona, que tiene un fondo común, la voluntad, y una personalidad externa. Y la voluntad del ser humano, que es inconsciente, se manifiesta en el deseo sexual. La voluntad la podemos conocer por intuición, y ésta se puede conocer a través del arte, cuya culminación es la música. Por eso, el primer título de la obra de Nietzsche fue “El origen de la tragedia a partir del espíritu de la música”, que también tomó ideas de Wagner.
Para él, la ópera es una obra de arte total, porque engloba música, poesía, pintura… y, como tal, es en la ópera donde se manifiesta la voluntad.

Esto plantea una diferencia con Schopenhauer, porque éste afirma que la voluntad de vivir produce sufrimiento y por tanto hay que suavizar la voluntad de vivir (hasta alcanzar el equivalente al Nirvana). Nietzsche contradice esta idea: nosotros tenemos una visión ultrarracional del mundo griego, que es la forma apolínea de éste, equivalente de la representación y del ego; pero existía también un mundo dionisíaco, que sería el equivalente de la voluntad interna y que, por tanto, rompería con los límites de la razón por ser Dionisio el Dios de la embriaguez. Y la tragedia manifestaría la eclosión de lo dionisíaco (embriaguez y sexo reprimidos, locura), y por eso desaparece con la imposición de lo racional desde Sócrates. Con lo cual, la tragedia sería una forma de catarsis, purificación o vía de escape de las pasiones (pathos) ocultos en los espectadores. Es decir, un autor saca a la luz, en una tragedia, la pasión o pathos de los espectadores. Y estas pasiones ya señalaba Aristóteles que eran el phobos y el éleos (miedo y compasión), tal y como se mostraba en la tragedia por excelencia, “Edipo Rey”. Y con ello se produce la purificación de la pasión.

Esta interpretación se basaba en la lectura directa de las tragedias y chocó frontalmente con la visión de la época. Precisamente, fue criticado por muchos filólogos, destacando Wilemowitz, que le achacó que el libro estaba lleno de inexactitudes y no aportaba nada. Uno de los pocos que lo defendíó fue Rohde, que escribíó el primer libro de antropología aplicada a la religión griega. Obviamente, el rechazo generalizado se explica por su ideología conservadora y su defensa de la visión tradicional de Grecia, bajo la apariencia de escasa formación y rigurosidad. La marginación que sufríó Nietzsche no se dio en el cado de Rohde, aunque la línea antropológica en Alemania es menor. Y, de todos modos, fue una obra pionera; de hecho, la idea de la irracionalidad de los griegos no surge en Inglaterra hasta los años 60.

LA HISTORIA DE LAS RELIGIONES

Biblioteca de Apolodoro”: manual de mitología donde nos presentan a los dioses de la mitología griega. “Ovidio moralizado”: de la Edad Media, versión más light que la metamorfosis de Ovidio. “Mitología para señoritas”: mitos sin sexo (que evidentemente pierden todo su sentido).

En el s.II d.C. Se crea el “Corpus Homérico”, colección de textos que fueron introducidos en Europa en el s.XVI. Se cree que es el conjunto más antiguo de las fuentes clásicas.

Mitos

Sabiduría antiquísima de babilonios y egipcios. Mitología en el s.XVI: el saber antiquísimo de los sacerdotes. Humanidad en su etapa más primitiva era más virtuosa, y luego se degeneró (esta teoría se desmonta luego con la crítica filológica). Término “fetichismo” (deriva del portugués “hechizo”), que rodea a la imagen del salvaje. La representación de un Dios que lleva a la idolatría.

Lectura del Nuevo Mundo a través de los textos clásicos. Canibalismo: tema principal de la antropología del s.XIX. Libro más leído en el Renacimiento: “Solino” (tópico de las ,>

Impacto del descubrimiento del indoeuropeo (contactos con la India, s.XVIII); William Jones ve coincidencias entre el sánscrito y el latín y escribe una gramática del sánscrito (latín páter, sánscrito pitar; y un largo etc…). Así que si hay una lengua, hay un pueblo; si hay un pueblo, hay una raza; si hay una raza, hay una patria desde la que emigraron (siendo pueblos guerreros).

Existen 4 escuelas: la de Mitología Comparada Indoeuropea, la Escuela de Cambridge, la Escuela Filológica alemana, y la de Antropología Histórica.

1.-MITOLOGÍA COMPARADA INDOEUROPEA

Con la colonización de La India, empezó a ponerse de manifiesto la existencia de puntos lingüísticos en común entre sánscrito, griego y latín, que llevaron a William Jones a plantear la hipótesis de que existía un fondo lingüístico común muy antiguo. Y, en base a ello, lingüistas como Bopp establecieron las primeras gramáticas comparadas de las lenguas indoeuropeas, que se irían ampliando.

A partir de estas ideas lingüísticas y del concepto herderiano de que existe una vinculación muy fuerte entre el pueblo y la lengua, se crea el concepto de indoeuropeo en toda Europa (menos en Alemania, donde se habla de “indogermano”, caracterizado por una lengua, una raza y una cultura) y, en base a los vocablos indoeuropeos, se trató de reconstruír su patria, que resultaba ser Europa Central o Rusia. Pero hay que tener en cuenta que no se tiene constancia de la existencia de este pueblo; lo que configura la hipótesis es la existencia de un pueblo que habla una lengua concreta y que se expande desde Irlanda hasta China, gracias a su superioridad militar (carro de combate) y que sería nómada y ganadero. Esto llevó a desarrollar la idea de la superioridad e la cultura indoeuropea, algo relativamente confirmado porque dio lugar a la cultura griega, a la hindú… Desde el s.XIX los arqueólogos empiezan a preocuparse por identificar materialmente esta cultura (Renfrew, “Arqueología y lenguaje”); pero esto deriva de la ecuación pueblo-raza-movimiento migratorio que no es lógica o, al menos, evidente (E. Benveriste, “El vocabulario de las instituciones indoeuropeas”). A partir del fondo cultural común, se desarrolló la teoría de las religiones, destacando dos personajes.

A)

Max

Müller


Primer alemán catedrático de indoeuropeo en Oxford, que hizo la colección básica de los himnos védicos que utilizaron (y aún usan) los brahmanes, y desarrolló la teoría de que existe una vinculación muy fuerte entre arqueología y lenguaje. Para conocer la religión indoeuropea hay que comparar básicamente los modelos griegos con los sánscritos (lo cual es muy polémico). En base a ello y a la idea de que la etimología de una palabra explica el sentido del mito (lo que hizo que fuera muy criticado), si bien a veces es bastante escéptico (“la historia del cuento de la lechera”, donde muestra que éste tiene un origen, La India, y de ahí pasó al Islam y luego a Europa), afirma que el mito es una enfermedad del lenguaje, es decir, los seres humanos primitivos no entendían el sentido real del lenguaje y por eso lo mitifican. Esto es, se tomarían palabras indoeuropeas que no se sabe lo que significan y, por eso, se inventan mitos para explicarlas.

Müller relaciónó esta idea con su teoría del hombre primitivo (o de la “estupidez indoeuropea”), que tenía que recurrir a ritos por desconocer el funcionamiento de la Naturaleza; con lo cual, todos los mitos tendrían un sentido de explicación de los fenómenos naturales, y en la religión indoeuropea el espíritu de la Naturaleza, la fecundidad, sería el básico.

La mitología indoeuropea comparada causó furor en Europa a finales del s.XIX, y en este contexto Müller fue criticado por antropólogos como A. Lang, que le rechazaban el hablar del hombre primitivo sin saber cómo era. Y desde 1910 esta mitología entró en decadencia.


B) A finales de los años 20 la mitología comparada se recupera con Georges Dumézil, lingüista formado en Francia en la Escuela Sociológica de Durkheim que tiene conocimientos de la antropología de Frazer en su obra, prescinde de las etimologías y compara relatos. Así explica el origen del mito a partir de un rito no comprendido. Desde los años 30 elabora su teoría de la trifuncionalidad;
En un primer momento, al ser durkhiano y comtiano, considera que las tres funciones plasman la estructura de la sociedad, aunque luego abandona esta teoría. Las tres funciones tienen que aparecer a la vez (debate sobre una posible trifuncionalidad en el mito de París: Hera lo real, Atenea lo guerrero, Afrodita lo mundano, que es lo que tiene éxito). Casta real, casta de guerreros, resto (mitología = reflejo de la sociedad): “Júpiter, Marte, Quirino” y “Mito y epopeya”; llega a la conclusión de que los indoeuropeos pensaban en trifuncional. Tres libros: “El mito de Lenos” (mito unido al rito), “Libro de los centauros” (mitología griega y mitología hindú), “La ambrosía comparada con la soma”. Lévi-Strauss dice que es su antecesor (estructuralismo).

Es destacado el llamado “affaire Dumézil” por las críticas vertidas contra él. Así, A. Momigliano afirmó que el esquema trifuncional era un reflejo de la ideología nazi y de su teoría de los tres órdenes (política, guerra, trabajo), a lo que añadió la evidencia de que era ideológicamente conservador, y la frase final de Dumézil en “Los dioses de los germanos”, donde afirma que la esencia de los germanos renace ahora en Alemania (en la época nazi). C. Grinzburg sacó otro artículo en el que volvíó a insistir en el carácter filonazi de Dumézil. A ello se añade B. Lincoln, que afirma que no hay tres funciones, sino dos.

En contra de ello, hay que decir que Dumézil fue apartado de la Escuela de Altos Estados por los nazis. El debate terminó cuando un filólogo italiano demostró que Momigliano había sido miembro del Partido Fascista Italiano. La moraleja nos remite a la cuestión de si la ideología personal del autor condiciona la visión duméziliana de la trifuncionalidad; y, más aún, al margen de si influye o no, él no fue políticamente responsable de nada, y tuvo muchos amigos judíos. En los años 90 se vuelve a atacar a Dumézil y se le vuelve a ver asociado al nazismo: un líder fascista judío italiano que siempre estuvo en contra de Dumézil, otro italiano y Guinsburg, un lingüista norteamericano que escribe “Dioses, guerreros y ganado”.

Por otra parte, el cambio en las interpretaciones de los mitos griegos se produjo al dejar de estudiarlos como alegorías o como relatos o historias que permitían conocer y entender determinadas obras literarias (de hecho, en los manuales clásicos de mitología sólo son descriptivos) y al analizarlos como comparaciones etnográficas. Al respecto, Dess
Brasses escribíó “Sobre el estudio de los dioses fetiches”, en la que compara la religión griega con la egipcia y con la de la negritiol (¿¿), afirmando que hay que descartar la idea de que la mitología clásica esconde una filosofía de gran profundidad que hay que descubrir. Para él, el mito sólo es un reflejo de una mente primitiva, salvaje y ruda. Y esta idea fue fundamental para poder estudiar los mitos griegos, porque al ser diferentes de nuestra mentalidad hay que contextualizarlos en el objeto antropológico.

2.-ESCUELA DE CAMBRIDGE O “DEL MITO Y EL RITUAL”

Deriva de la obra de Frazer, que fue, ante todo, un filólogo clásico (destacan sus “Comentarios a Pausanias” y “Comentarios a Pomodoro”, proto-antropólogo o “antropólogo de sillón”). Pero se hizo famoso como sistematizador de la antropología británica, gracias a su obra “La rama dorada”, de referencia en la antropología de entonces. Otro autor: A. Lahm.

En ella parte de un ritual romano y, desde él, de modo comparativo, analiza la evolución de la mentalidad humana a través de un modelo evolutivo. El rito del que parte es la muerte del sacerdote de Fiana Hemorensis. Comparando mitos y ritos de los griegos, de las religiones conocidas en la época y las supervivencias (survivals) en el campesinado actual, llega a la conclusión de que la humanidad pasa por tres fases, con tres formas de pensamiento, partiendo de que la humanidad tiene una mentalidad común (y que siempre hay supervivencias de las etapas previas en fases posteriores):

-Magia:

Como el hombre primitivo no conoce las leyes de la Naturaleza, al estar aterrado, inicia las acciones mágicas para tratar de alcanzar un equilibrio y aplacar ese miedo. Así, el acto mágico tiene el mismo objetivo que un acto tecnológico, con la diferencia de que el primero siempre apela a gestos pseudos-técnicos. Por tanto, según Frazer, el pensamiento mágico es erróneo. Y se basa en la ley de la aproximación, a través de la participación o analogía (por ejemplo, se necesita algo que permita el contacto físico con la víctima de la magia porque se confunde la parte con el todo) y a través del contacto.
Aunque hoy sabemos que la magia griega se remite al amor y el odio, sin embargo para Frazer el “hombre mágico” recurriría a la magia para todo. Sería una especie de mentalidad científica equivocada. Y se centraría en la figura del rey primitivo, que sería una encarnación de toda la comunidad: por eso, cuando el rey enferma es ejecutado para que no transmita la enfermedad a todo el pueblo.

-Religión:

Es superior a la magia porque se parte de que existen unos seres superiores que pueden actuar sobre la Naturaleza, con lo que sería más racional, ya que el ser humano ya no hace ningún gesto pseudos-técnico para alcanzar un fin y se pone en manos de un ser sobrenatural, con lo que se exigiría un mayor grado de abstracción.


Ciencia: Una “magia acertada”: el ser humano conoce las leyes de la Naturaleza y recurre a ellas para dominarla.

Obviamente, este esquema culmina en la civilización india inglesa del s.XIX, racional y científica, aunque sigue habiendo supervivencias mágicas y religiosas que se muestran más claramente en las capas sociales inferiores.

La aplicación de la visión de Frazer a la mitología griega la protagonizan la arqueóloga Jane E. Harrison y G. Murray en Oxford entre 1880 y 1920.

Jane E. Harrison, primera profesora en la Universidad de Cambridge, escribíó tres libros en los que privilegió, frente al mito, el estudio del ritual, con el modelo frazeriano y, más tarde, freudiano: “Prolegómena”, donde aplica la antropología de Frazer a la Historia de la Humanidad. Sus biógrafos insisten en que lo que ella quiso fue poner de relieve un sustrato oculto e irracional, lo dionisíaco de Nietzsche, que se suele evitar en los estudios mitológicos tradicionales. Y, en base a ello, estudia los rituales griegos, que serían más antiguos que los mitos (el carácter previo de los ritos, unidos a la vida física, irracionales y pasionales, frente a los mitos, se corrobora hoy gracias a los estudios etológicos)
. Esta teoría se defiende actualmente por parte de diversos autores, como Burket, que ha estudiado los rituales de sumisión en la guerra, que todavía tienen resonancias en la actualidad y también se dan entre los lobos y otras especies animales. Así pues, lo que hay que buscar debajo de un mito es un rito (sobre la muerte, la vida, la fecundidad…). Luego, Harrison aplica el modelo racional, en lugar del dionisíaco. Y más tarde, el freudiano: “Epilegomenus”.

G. Murray establece un estadio previo del ritual, a partir del que se establece una evolución que iría del ritual al monoteísmo: en principio los dioses son encarnaciones de fuerzas naturales, luego se personifican y luego se unifican en un solo Dios. Escribíó “Historia de la literatura griega” y “Eurípides y su tiempo”.

3.-ESCUELA HISTÓRICO-FILOLÓGICA ALEMANA

Se llama así porque defiende el estudio histórico de la religión griega, de modo que sólo se podrían usar fuentes de la época a la que pertenecen los mitos y ritos que se estudian. Esto es muy problemático porque muchas veces se recogen por escrito en épocas muy posteriores. Se distinguen de la Escuela de Cambridge en que no estudian en rito y en que creen que es posible captar el sentido intuitivo de los dioses. Así, Oho afirmó que los dioses griegos son universales y captados o plasmados en formas culturales concretas, que se pueden entender conociendo el contexto cultural. Todos poseían un gran conocimiento de las fuentes y escribían grandes manuales eruditos, analizando a los dioses en todas sus advocaciones, fuentes, estudios…

Su culminación fue M. P. Nilsson, autor del mayor “manual” de la religión griega, de carácter enciclopédico y libros como “La religión minoica y micénica y su pervivencia” o “The deutsch in the greek religión”, libros sobre calendarios y fiestas… Fue el más grande conocedor de la religión griega. Su principio es el siguiente: analizar la religión griega históricamente.

Otro autor de esta misma escuela es el filósofo F. McDonald Cornford (que por cierto fue el amor platónico de Jane Harrison), que escribíó libros sobre la historia de la filosofía griega. Otro autor destacado es el filólogo Herman Usewer, que escribe “Los nombres de los dioses”, donde a partir de las fuentes antiguas y las leyendas campesinas del entorno báltico analiza un fragmento del libro “La ciudad de Dios” que San Agustín dedicó al libro de Varrón sobre los dioses romanos para ridiculizarlos. Y concluye que, en la religión romana, habría dioses específicos (sondergot) que no tienen personalidad propia sino que protegen determinadas acciones; también se llaman “dioses instantáneos” (eugenslibiekgot) porque nadie les rinde culto, salvo en el momento con cuya acción protegen; no tienen mito ni persona. Sólo más tarde estos dioses se personificarían y tendrían mitos; poco a poco irán asumiendo contenido moral y, finalmente, se constituiría la religión romana. El problema es que esta teoría no es necesariamente aplicable a los griegos. Otro filólogo es W. Von Nilamowitz, que escribe “La fe de los griegos”, con su propio modelo (él era luterano); dice que hay que captar a los dioses, no teorizar, para entender la experiencia religiosa de los griegos. Otro autor es E. R. Dodds, que escribíó su “Autobiografía” e interesantes libros sobre los paganos y la religión en el s.III d.C.; cree en el espiritualismo.

Nilsson y Wilamowitz siguen estos esquemas y utilizan la antropología, pero con la peculiaridad de que entienden que la religión griega es superior a las demás porque tiene un contenido más racional y se basa en el concepto de fe.
Porque a través de la fe cualquier persona, incluso en la actualidad, puede entender intuitivamente el contenido de los dioses. Obviamente, esta capacidad de comprensión sólo se da en el caso de los dioses griegos, no de los primitivos (que no son racionales). Por eso, utiliza menos la antropología ya que parte de que el griego no es comparable al primitivo.

Estas dos últimas escuelas dominan los estudios griegos hasta 1970, cuando emerge la Antropología Histórica del mundo antiguo, con la Escuela de París.

LA RECUPERACIÓN ACTUAL DE LA HISTORIA ANTIGUA: LA GUERRA

[ESTO NO ENTRA ESTE AÑO; TAMPOCO ENTRA EL TEMA 6]

Bobitt, Hanson, Luttwak, Krogan y Kagan, entre otros, escribieron libros de historia antigua con un sentido claramente ideológico, centrado en reflexiones sobre el papel de la guerra. Ya en la época inmediatamente posterior a la independencia existíó un peso importante de la tradición clásica, y la recuperan ahora al considerar que Roma supuso la creación del “modelo occidental de la guerra”, en el que la esencia de la guerra y la esencia del Estado coinciden, hasta tal punto que la existencia del Estado se justifica para la organización de la guerra (en la polis, las figuras del soldado y del ciudadano son indisociables). El modelo occidental de la guerra, a partir del “De la guerra” de Clanewitz, se basa en los siguientes principios:

-La guerra requiere una definición clara de Estado y territorio.

-El fin de la guerra es anular la capacidad organizativa del adversario, lo que está claramente relacionado con la noción dieciochesca. Por eso, es fundamental la “batalla decisiva”, que se plasma en el modelo de la “batalla de infantería”, que Hanson atribuye a los griegos y que consiste en la embestida de una falange contra otra, hasta que una rompe la formación de la otra. La debilidad de flancos se cubre con la caballería. Esta batalla tiene unas carácterísticas que estos autores consideran racionales:

à Tiene un amplio componente ritual: previamente se hace un sacrificio; el ejército derrotado tiene que enterrar sus cadáveres.

à Existen normas de regularización de la guerra, empezando por la regularización del combate singular. Se establecen ya en la primera guerra conocida, entre Calcis y Eretria en la isla de Eubea. Por ejemplo, se prohíbe usar armas arrojadizas.

à La guerra es una forma de matar noble.

à Existen regulaciones de las treguas.

La indisociabilidad entre Estado y guerra llevó a Weber a afirmar que es el Estado el que tiene el monopolio de la violencia. Este modelo se interrumpe en la Edad Media y se recupera en el Renacimiento, hasta la actualidad.

Obviamente, la guerra también está relacionada con los avances tecnológicos; por eso, es positiva y necesaria para el desarrollo de conocimiento. Desde el s.XIX se producen dos cambios en este modelo: los cambios estratégicos introducidos por Napoleón (uso de la artillería contra la infantería y formación del ejército en divisiones, más pequeñas y móviles) y la invención del fusil de repetición, que llevan a la pérdida de la batalla heroica.

Todo ello supone el inicio de la “batalla de materiales”, que se consolidó durante la I Guerra Mundial. Buena parte de los generales de la I Guerra Mundial seguían utilizando el sistema anterior, lo que provocó el anquilosamiento de los frentes y la pérdida de miles de soldados. Esta situación se modificó con la invención de los tanques: ya no hay un enfrentamiento estático entre dos frentes y se asiste a una mayor movilidad de los frentes. Ya no es un enfrentamiento entre iguales sino que depende de quién tenga más industria y, por tanto, más tecnología; hasta el extremo de que Himmler prometíó entregarle a EEUU todos los judíos de los campos de concentración a cambio de 10.000 camiones.

Hasta llegar a la situación actual, en la que gana la guerra quien tiene más tecnología y un sistema político e industrial que la sostenga. Esto supone recuperar el modelo clásico en la actualidad. Así, Luttwak considera que el Imperio Romano cayó por su debilitamiento militar, con lo que EEUU, el trasunto actual del Imperio Romano, si quiere mantener su primacía considera que tiene que asegurar su superioridad militar. Por otro lado, en la actualidad, el modelo de la “guerra preventiva” equivaldría al modelo griego en el que el estado normal era el de guerra y, por tanto, no se necesitaba una declaración de guerra previa (hoy supone la violación de la Convencíón de Ginebra). Paralelamente, se desarrolla la teoría de la “guerra limpia”, casi sin muertos, ante el desarrollo tecnológico; hasta llegar a la disuasión nuclear.

Esta recuperación del mundo clásico supone una ruptura con la tradición del clasicismo, que potenciaba la dimensión cultural y filosófica de griegos y romanos. Y esto también permite justificar esta visión de la guerra como una defensa de la democracia, al ser los griegos los que inventaron la democracia y los romanos el Derecho.

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