Termino imperativo kant


 Racionalismo-Empirismo El problema central de la filosofía moderna es el problema del conocimiento, que es abordado con gran intensidad por dos corrientes filosóficas: el racionalismo y el empirismo.  la razón podrá deducir todas las demás ideas y principiosSegún el racionalismo, las verdades fundadas en la razón son universales (válidas para cualquier ser racional) y necesarias (su contrario es imposible).  No existen las ideas innatas; todas son adquiridas: la mente es considerada como un papel en blanco (Locke) sobre el que la experiencia va dejando su “huella” (Hume); son los sentidos y las sensaciones los vehículos a través de loscuales surgen las ideas en la mente. Los empiristas siguen un método de conocimiento propio de las ciencias naturales: observación, inducción y análisis de hechos. Sólo podemos estar ciertos acerca de lo que cae dentro de los límites de la experiencia. Ni la metafísica ni, por extensión, la teología son posibles como ciencias.En este asunto, Kant propuso su síntesis general o Idealismo trascendental, según el cual el conocimiento envuelve dos factores. Primero: la razón (constituida por Espacio, Tiempo y Categorías), que es independiente de la experiencia. Segundo: las impresiones o vivas sensaciones. Por tanto, nuestra capacidad para conocer no puede ponerse en funcionamiento sin objetos que estimulen nuestros sentidos y así proporcionar impresiones que luego el entendimiento se ocupará de unir, separar, comparar, etc.
 Giro copernicano  El «giro» -término que proviene de la imagen de las estrellas que giran alrededor del espectador- que Kant es consciente de llevar a cabo es similar al que hizo Copérnico, quien supone que es el espectador el que gira en lugar de las estrellas. El giro copernicano de Kant consiste, por consiguiente, en que él cree que la filosofía, para entrar en el camino seguro del progreso en el conocimiento, ha de hacer lo mismo que hizo Copérnico en astronomía: si este, para explicar los movimientos celestes, entendió que era mejor partir del supuesto de que era el espectador quien giraba, de manera parecida Kant cree que sólo podemos tener un verdadero conocimiento de las cosas -un conocimiento universal y necesario- si el objeto depende del pensamiento, para ser conocido, y no a la inversa. Éste es el supuesto de que parte la filosofía trascendental de Kant. Tanto el racionalismo como el empirismo coinciden en que el conocer ocurre cuando hay coincidencia con el objeto conocido, con la cosa a la que se refiere; habría conocimiento cuando el pensamiento refleja exactamente la realidad que pretende conocer. Kant sostiene, sin embargo, que conocer no es reflejar objetos, sino operar sobre ellos transformándolos en «fenómenos» u objetos de conocimiento: En conclusión: hastaKant el problema del conocimiento hacía girar al sujeto en torno al objeto, la propuesta kantiana invierte esta relación (el objeto gira en torno del sujeto) y hace que el objeto de conocimiento es el que deba adecuarse a las condiciones (formas a priori) del sujeto.

Ilusión trascendental


Engaño necesario de la razón, que Kant llama también «apariencia trascendental». Según Kant existen conceptos empíricos y puros. Empíricos: aquellos que provienen de la experiencia, «a posteriori». Puros o categorías: los que no provienen de la experiencia, «a priori».Cuando se aplican las categorías más allá de lo empírico, del mundo de la experiencia, a objetos trascendentales (Dios, alma y mundo), caemos en la ilusión trascendental, lo que lleva a hacer de las ideas de la razón (Dios, alma, mundo) objetos reales. Las realidades metafísicas (Dios, alma, mundo) se escapan de la experiencia fenoménica, no tenemos experiencia de esas realidades. Luego, no podemos aplicar las categorías a esas realidades porque eso significa caer en la ilusión trascendental. Esta ilusión da lugar a errores en cada una de las tres disciplinas de la metafísica tradicional: la psicología racional (alma), la cosmología (mundo) y la teología racional (Dios). La psicología pretende conocer la naturaleza del alma prescindiendo de toda experiencia. La cosmología (mundo) es la teoría general del cosmos que pretende estudiar la naturaleza del “mundo” y sus leyes. Hay leyes que no se basan en la experiencia. La teología racional (Dios) se basa en la experiencia de Dios y en la posibilidad de demostrar su existencia. Kant, al negar la posibilidad de la psicología, la cosmología y la teología por ser producto de la ilusión trascendental y no verdaderas ciencias, lleva al límite la crítica de la metafísica tradicional. Por ello
dice Kant que la metafísica como ciencia no es posible, por su abandono del campo empírico.

 Imperativo El maestro Kant centró la tarea de la filosofía en responder a la cuestión «¿Qué es el ser humano?», tema que necesita prolongarse en otras tres cuestiones: «¿Qué puedo saber?», «¿Qué debo hacer?» y «¿Qué me cabe esperar?» En relación con la segunda pregunta, la solución pasa, según Kant, por el «imperativo». Se trata de principios con que la razón somete a la voluntad, o, expresado según la terminología kantiana, manera en que la razón hace buena a la voluntad. Kant también se centró en el estudio de la moral humana. Esta está relacionada con la acción, actividad o conducta. Nosotros no somos dueños de todas las consecuencias de nuestras acciones: observamos permanentemente que hacemos cosas cuyos resultados no son los que esperábamos en principio. Esto nos puede hacer dudar y cuestionarnos el para qué hago tal o cual cosa, si luego los resultados de lo que hago no van a coincidir con lo que yo había pensado con anterioridad. Kant piensa que lo práctico, lo verdaderamente moral e irrenunciable en cada uno de nosotros es la «buena voluntad»: si actuamos con buena voluntad, sean cualesquiera las consecuencias, nadie podrá moralmente reprocharnos nada.  Sin embargo, lo verdaderamente moral, por otro lado, son unos imperativos que no están condicionados por nada más que porque somos seres humanos. Esto quiere decir que nuestra condición humana nos obliga a realizar ciertos imperativos. Estos imperativos que todos deberíamos aceptar por el hecho de ser personas y seres racionales, los denomina Kant imperativos categóricos. Las fórmulas que utiliza Kant para expresar este tipo de imperativo son varias: I. «Obra sólo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se torne ley universal.» II. «Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre como un fin al mismo tiempo y nunca solamente como un medio.» III. «Obra como si por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino universal
de fines.» ”. En caso contrario, si miento aun cuando sea para sacar algún provecho, no puedo querer convertir la mentira en ley universal, por la sencilla razón de que no quiero que nadie me mienta y porque la comunicación lingüística sería prácticamente imposible.

 Contrato social
El contrato social se refiere al pacto (convención o acuerdo) entre individuos, por el cual, de forma tácita o
expresa, determinan renunciar a los derechos naturales para constituirse en sujetos de derechos civiles. A lo
largo de la historia, han existido diversas versiones de la idea de un contrato social, mediante el cual los
hombres se constituyen en sociedad y fundan la autoridad pública; son las distintas teorías contractualitas o
teorías del contrato social (sofistas, Hobbes, Locke, Rousseau, Kant…) que se oponen a la perspectiva de la
sociabilidad humana como algo natural o intrínseco a la condición humana (Aristóteles).
Con el tratamiento de temas de carácter político, Kant pretende abordar la cuestión «¿qué me cabe
esperar?» desde una perspectiva histórica.
El pensamiento político de Kant está dominado por los ideales de libertad, igualdad y valoración del
individuo, propios de una Ilustración a la que Kant se suma y defiende en sus escritos políticos. Al igual que
en la ética (donde se le confiere al individuo, en cuanto sujeto moral, la capacidad de convertirse en
legislador de lo moral, desde su autonomía), en la política el individuo será considerado también, en cuanto
ciudadano, el sujeto creador del campo de la actividad pública común.
En Estado de naturaleza, los seres humanos se encuentran en una situación de constante inseguridad, debido
a las amenazas de otros que, por derecho natural, siguen su propia voluntad sin tener en cuenta la voluntad
de los demás. Viviendo en familia o en pequeñas comunidades, los seres humanos se encuentran a merced
de las violencias de otros seres humanos ajenos a su comunidad. En el interior del grupo hay normas de
convivencia y una autoridad que sanciona su incumplimiento. Pero no hay una autoridad que se imponga a
todos los grupos dispersos, por lo que no hay seguridad. El Estado civil, instaurado mediante el contrato,
supone la sumisión a una autoridad común, por lo que pasa a ser el ámbito de la seguridad y del derecho. En
ese paso del Estado natural al Estado civil no hay ruptura, para Kant, sino continuidad: mediante la
imposición de una autoridad común, los derechos naturales, que ya se poseían en Estado natural, se pueden
ejercer realmente con seguridad.
Kant dialoga con las teorías contractualitas de Hobbes (al que reprocha justificar, desde la premisa del
contrato social, el absolutismo político en manos de un legislador todopoderoso), con Locke (del que recoge
con buen agrado sus tesis sobre la separación de poderes que continuarían Hume y Montesquieu), y con
Rousseau (con quien coincide en la defensa de un Estado civil, pero no basado en la soberanía de la voluntad
general, en la medida en que la democracia excluye a las minorías). Kant piensa en un Estado civil
republicano. Se trata de un Estado de paz y no de guerra, republicano porque se basa en la separación de
poderes y evita la tiranía del poder en todas sus formas (terror, intolerancia…); ahora bien, el poder debe
recaer en un soberano legislador (por ejemplo Federico II de Prusia) que actuará desde el imperativo
categórico, cosa que no se consigue con la democracia por excluir esta a las minorías, ni en los absolutismos
en los que la voluntad del rey o legislador es la ley.
 Libertad
Junto a la “existencia de Dios” y la “inmortalidad del alma”, la “existencia de la libertad” constituye uno de los postulados de la razón práctica. Los postulados de la razón práctica son proposiciones que no pueden ser demostradas desde la razón teórica pero que han de ser admitidas si se quiere entender el «factum moral», es decir, el “hecho moral” o la moralidad humana. Dicho esto, la libertad es entendida por Kant como la capacidad de los seres racionales para determinarse a obrar según leyes de otra índole que las naturales, esto es, según leyes que son dadas por su propia razón; libertad equivale a autonomía de la voluntad. Kant llama autónomo a un sujeto cuando este se da a sí mismo sus propias leyes morales y es capaz de cumplirlas. La autonomía de la voluntad describe la circunstancia de que cuando un sujeto se comporta moralmente, él mismo se da las leyes a las que se somete, pues dichas leyes tienen su origen en la naturaleza de su propia razón. En este sentido, hablamos según Kant, de un individuo que ha salido de la «minoría de edad», capaz de pensar por sí mismo. Desde la perspectiva de la razón práctica, y si queremos entender la experiencia moral, cabe la defensa de la existencia de la libertad: si en sus acciones las personas están determinadas exclusivamente por causas naturales, es decir, si carecen de libertad, no podemos atribuirles responsabilidad, ni es posible la conducta moral; de este modo, la libertad es la condición de la posibilidad de la moralidad, a la vez que la moralidad es lo que nos muestra o da noticia de la libertad. Es en este sentido precisamente en el que el ser humano se ve en la necesidad de plantearse la pregunta «¿qué debo hacer para que mi acción sea moralmente buena?» La respuesta se halla, según Kant, en la estricta aplicación del imperativo categórico.

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