El Criterio de Certeza y la Duda Cartesiana
El criterio general de certeza cartesiana se basa en la evidencia: lo que se presenta como claro y distinto es cierto. Sin embargo, este criterio no se puede aplicar inicialmente al mundo exterior debido a la hipótesis del genio maligno. Para refutar esta hipótesis, Descartes debe probar la existencia de Dios y su veracidad.
Las Ideas y su Origen
Descartes analiza las ideas desde dos perspectivas: como formas del pensamiento y como imágenes con realidad objetiva, es decir, con un contenido representativo. Se centra en el origen de la realidad extramental representada por las ideas, clasificándolas en tres tipos: adventicias, facticias e innatas. Las ideas de las cosas corpóreas inanimadas y de otros hombres pueden provenir del propio yo, ya que su realidad objetiva no supera la del yo. Descartes utiliza el principio escolástico de que el efecto no puede ser superior a la causa.
La Existencia de Dios
Si la realidad objetiva de una idea excede la realidad del yo, entonces debe tener una causa externa. Este es el caso de la idea de Dios, una sustancia infinita y eterna. Un ser finito no puede ser la causa de esta idea; por lo tanto, debe ser innata y provenir de una sustancia infinita: Dios. Descartes presenta otros argumentos para la existencia de Dios, como la imposibilidad de un ser imperfecto (el yo) de ser su propia causa, y el argumento ontológico, que afirma que la existencia es una cualidad esencial de Dios, el ser perfecto.
La Veracidad Divina y el Conocimiento
Una vez demostrada la existencia y veracidad de Dios, se elimina la hipótesis del genio maligno. Dios se convierte en el garante de la verdad: todo lo concebido clara y distintamente es verdadero.
La Existencia de las Cosas Corpóreas
4.7.- La Existencia de las Cosas Corpóreas y su Conocimiento
Para abordar la existencia del mundo corpóreo, Descartes analiza las ideas de las cosas sensibles. Estas ideas no pueden provenir del yo (una cosa pensante) ni de un Dios veraz que no nos engañaría. Deben proceder de una sustancia distinta, con al menos tanta realidad como la representada en las ideas.
El Conocimiento del Mundo Sensible
Descartes limita el conocimiento del mundo sensible a las ideas claras y distintas de extensión, movimiento y figura, base de su física mecanicista. Las sensaciones tienen un papel práctico, guiando nuestro comportamiento, pero no revelan la verdad de las cosas, que es competencia del espíritu.
El Mecanicismo Cartesiano
El mecanicismo de Descartes se resume en la creación de la materia inerte por Dios, quien le inyecta una cantidad de movimiento que se conserva debido a la inmutabilidad divina.