El Libro de Buen Amor: Aventuras y Didactismo
El Libro de buen amor, de Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, se construye como una especie de falso relato autobiográfico en el que el narrador cuenta sus aventuras amorosas.
Los intentos de seducción del protagonista acaban una y otra vez en fracaso. Desengañado, el Arcipreste sostiene un agrio debate con don Amor, quien le da numerosos consejos sobre cómo conquistar a las mujeres y le indica que necesita una mensajera que interceda por él. Tras conseguir la ayuda de una mensajera, Trotaconventos, el narrador abandona la primera persona y adopta un alter ego en tercera persona: don Melón de la Huerta, cuyos amores con doña Endrina sí llegan a buen término. A la aventura con doña Endrina le siguen otras con distintas mujeres, hasta que finalmente el personaje parece renunciar al amor mundano.
Estructura
La estructura del Libro de buen amor es sumamente compleja, ya que en la trama principal de la obra el autor incorpora materiales muy diversos:
- Relatos didácticos.
- Relatos alegóricos, como la batalla que entablan don Carnal y doña Cuaresma.
- Poemas satíricos, como las serranas, en las que caricaturiza con un tono misógino a los personajes femeninos.
- Poemas dedicados a la Virgen.
- Digresiones morales y didácticas.
Intención y estilo
Este libro es una advertencia contra los riesgos del «loco amor», pero, por otro lado, se incide desde el humor y la ironía en la descripción del placer y en una cierta exaltación vitalista del amor y el deseo. El lector es quien debe buscar el sentido del libro.
La Prosa Medieval Castellana
La labor de Alfonso X el Sabio (1221-1284)
La labor de Alfonso X el Sabio fue fundamental en el nacimiento de la prosa castellana. Bajo el reinado de Fernando III, el castellano se había convertido en la lengua de la cancillería administrativa, pero fue en el reinado de Alfonso X cuando se transformó en lengua de cultura. Alfonso X emprendió la confección y coordinación de ambiciosas obras en prosa: históricas (Crónica general, General estoria), jurídicas (Siete partidas), científicas y de entretenimiento. Su pasión por la literatura le llevó también a componer cantigas de tema religioso (las Cantigas de Santa María, dedicadas a la Virgen).
La narrativa: los cuentos o ejemplos
Las colecciones de relatos medievales tienen un carácter didáctico; presentan modelos de conducta aplicables a una determinada situación. Por eso reciben el nombre de «ejemplos». Los primeros libros de relatos encontrados en el siglo XIII provienen de fuentes árabes e hindúes, como El Calila e Dimna y el Sendebar, que son recopilaciones parciales del Panchatantra.
Calila e Dimna
El marco es la conversación entre un filósofo y un rey. La mayoría de los relatos están protagonizados por animales. Los personajes que dan título al libro son dos lobos que actúan como narradores de muchas historias.
Sendebar
El marco es la discusión entre un rey, su concubina y siete sabios. Los relatos tienen un carácter misógino: advierten de los peligros de la mujer, a la que presentan como mentirosa y engañosa.
El Conde Lucanor de Don Juan Manuel
Escrito por Don Juan Manuel, es una colección de cincuenta y un ejemplos donde el autor muestra una clara voluntad de estilo, reelaborando las fuentes que toma como punto de partida y adaptándolas a la mentalidad de su tiempo.
Marco narrativo y estructura
El conde Lucanor pide consejo a su ayo, Patronio. Todo relato repite el mismo esquema formal:
- Diálogo entre el conde y Patronio, donde el primero pide consejo.
- Narración de un cuento por parte de Patronio.
- Aplicación del cuento al caso propuesto por el conde.
- Intervención de Don Juan Manuel, que resume la enseñanza.
- Moraleja final en verso.
Fuentes y estilo
Don Juan Manuel se inspira en fuentes muy diversas (orientales, clásicas…), pero su fuerte concepto de autoría le lleva a no mencionar ninguna de ellas. El lenguaje se caracteriza por una cuidada escritura.
El Teatro Medieval
El nacimiento del teatro está vinculado al hecho religioso: las primeras representaciones de que se tiene noticia eran pequeñas acciones dramáticas de sentido litúrgico que se escenificaban dentro de las iglesias. Posteriormente, estas piezas se desplazaron al atrio y surgieron los primeros dramas religiosos en romance. En el caso del teatro castellano medieval, lo único que se conserva anterior al siglo XV es el Auto de los Reyes Magos (siglo XII), que cuenta cómo los Reyes Magos se encuentran con Herodes en su camino a Oriente.
Contexto Histórico: El Siglo XV y el Prerrenacimiento
El siglo XV es un periodo de transición en toda Europa, marcado por la recuperación demográfica y económica que ocasionó, a su vez, la crisis y decadencia de la mentalidad medieval. Las tensiones entre la antigua mentalidad y las nuevas ideas se manifestaron en la oposición entre la monarquía y la nobleza, debido al intento de los reyes de centralizar el poder en su persona. Este proceso, junto al ascenso de la nueva burguesía, propició el nacimiento del Estado moderno, que presenta los siguientes rasgos:
- Creación de una burocracia y una administración centralizada.
- Fortalecimiento del ejército.
- Aumento de impuestos y establecimiento de una red diplomática.
La península ibérica en el siglo XV
Durante la primera mitad del siglo XV, la península ibérica estaba dividida en cinco territorios. La conquista de Granada en 1492 fue un paso decisivo hacia la unificación territorial. Con el reinado de los Reyes Católicos se abre un periodo de esplendor político y cultural que se mantendrá a lo largo de todo el siglo XVI.
Conflictos del siglo XV
El siglo estuvo marcado por diversos conflictos:
- Los campesinos vivían en la miseria, lo que provocó revueltas.
- Las disputas internas de la poderosa nobleza castellana.
- Los enfrentamientos entre judíos, musulmanes y cristianos, que culminaron con la expulsión de los judíos en 1492.
Una nueva mentalidad: el Prerrenacimiento
La cultura del siglo XV oscila entre las ideas heredadas de la tradición medieval y la introducción de las nuevas ideas humanistas importadas de Italia. Desde el punto de vista cultural, fue un tiempo de contrastes en el que se sentaron las bases del Renacimiento. Por ello, se suele conocer este periodo con el nombre de Prerrenacimiento.
