Criterios para la formulación de objetivos


La programación Consideramos la programación como un conjunto de procedimientos y técnicas que se utilizan para la elaboración de planes, proyectos o programas, decidir anticipadamente lo que se tiene que hacer y dejarlo por escrito. Los profesionales de la actividad física y el deporte programamos, porque queremos enseñar, y enseñar for-ma parte de otro concepto más amplio: la didáctica. La programación es un instrumento útil para el pro-ceso de toma de decisiones aplicables al mundo de la actividad física y el deporte, pero también trasladable a la propia vida cotidiana. La enseñanza en el mundo de la actividad física y el deporte no sólo se dan procesos de instrucción en el ámbito de la Educación Física. Y el Rendimiento con una ter-minología propia. Hay dos ámbitos que tienen su proceso de instruc-ción más definido desde el punto de vista conceptual. La Educación Física mediante el diseño curricular que responde al esquema básico de una programación a par-tir de los tres niveles de concreción. El otro extremo hay ámbitos que algunos profe-sionales consideran procesos de instrucción en los cuales se dice muchas veces, erróneamente, que no es nece-sario programar:
El ocio, el tiempo libre. Ventajas de programar preparar las sesiones es su función más importante. Ha de hacer dentro del marco de una programa-ción a medio-largo plazo que dará coherencia a la plañí-ficación anual, ordenando nuestras acciones práctica de programar constancia y nos será más fácil ajustar a la realidad aquello que hemos preparado. El proceso de programación El profesional deporte tiene que intentar “no superar la velocidad permitida” (programar), no por miedo a la multa que pueda recibir de la policía. Como en otros muchos aspectos de la vida, no es sólo cuestión de formación (saberlo hacer), es tam-bién una cuestión de actitud (quererlo hacer). El concepto de la unidad didáctica conjunto de sesiones suficientes como para que se produzca un mínimo de aprendizaje, orientadas a la enseñanza y el aprendizaje de un determinado contenido.
Proceso de enseñanza-aprendizaje articulado y completo que ha de tener las siguientes par-tes primera parte introductoria. Diagnóstico inicial corresponde a una auténtica fase de búsqueda que nos ha de permitir disponer de la información necesaria para poder empezar a programar nuestra unidad. (Un análisis del entorno./ Una definición de las carácterísticas básicas de los aprendices./ Un análisis del contenido a enseñar). Vale la pena anotar dos situaciones excepcionales. Si el ámbito es la Educación Física escolar, además habrá que hacer referencia al primer nivel de concreción como punto de partida. Si el ámbito es el alto rendimiento o la iniciación deportiva, donde hay competición, una información clave es el calendario de competiciones y el análisis de los rivales directos en la lucha por los mismos objetivos. Búsqueda de la información necesaria para llevar a cabo la programación es el punto de par-tida para preparar el diseño de los objetivos. Objetivos didácticos Llegamos a una de las fases clave del proceso de programación de una UD. Los objetivos son más protagonistas que los contenidos o las actividades, ya que son las capacidades, entendidas como potencialidades del aprendiz, a las cuales esperamos llegar. Los objetivos que pretendemos lograr en una unidad didáctica se llaman objetivos didácticos. Las programaciones a más largo plazo (planificación) utilizan otros objetivos más generales que se tendrán que lograr al finalizar un semestre, una temporada o un bienio. Los obj didácticos constan de tres elementos: operatividad, condiciones, criterio evaluador) Carácterísticas de los objetivos redactar de forma clara y comprensible./ uso de verbos con pocas inter-pretaciones para la redacción de objetivos./ El número de objetivos de una UD ha de ser cohe-rente y real al mismo tiempo. Proponer demasiados objetivos puede confundir y dispersar la atención a la hora de identificar lo que de verdad queremos que los aprendices lleguen a lograr./ Han de ser evaluables./ Han de representar un propósito de alcanzar a cor-to/medio plazo./ Han de ser útiles, de manera que den información al aprendiz para que sepa nuestras intenciones, lo que queremos que llegue a conseguir, lo que espe-ramos de él. La redacción de los objetivos didácticos: se ha de utilizar un verbo en infinitivo./ recomienda la utilización de alguna fra-se que encabece la lista en la línea./ No utilizar dos verbos en un mismo objetivo.
/ El listado numerado de objetivos ha de hacer re-ferencia a los tres ámbitos del saber. La redacción de los contenidos Los contenidos no se acostumbran a numerar, como sucede con los objetivos, sino que aparecen con una lista separada de conceptos, procedimien-tos y actitudes./ Los conceptos se han de redactar con el artículo de-lante del concepto (por ejemplo: los principios bási-cos del juego, el mimo, el umbral anaeróbico…)./ Los procedimientos se han de redactar con un sus-tantivo seguido de la preposición “de” y el concep-to (por ejemplo, en actividad física, la mayoría de procedimientos serán tipo: realización de… , ejer-citación de… , visualización de…)./ Las actitudes se redactan de la misma manera que los
procedimientos pero utilizando un sustantivo actitudinal seguido de una preposición y el concep-to finalmente (por ejemplo: valoración de… , inte-rés por… Preocupación por…). Temporalización Es la distribución, a lo largo de la programación, de las sesiones y de los diferentes contenidos planteados previamente. Es la acción previa al desarrollo, una a una, de las diferentes sesiones. Trata de ajustar las actividades de enseñanza-aprendizaje al tiempo disponible. Es una temporalización indicativa, sujeta a cambios. La flexibilidad es su carácterística fundamental: es sus-ceptible de ser modificada y adaptada a partir de una se-ríe de parámetros, entre los cuales hay que destacar los resultados de la evaluación formativa, que es la que se encarga de regular todo el proceso de enseñanza-apren-dizaje y los imprevistos que puedan surgir. Criterios y actividades de evaluación Llegamos a otra de las fases clave del proceso de programación junto con el diagnóstico inicial y los obje-tivos. Ha llegado la hora de comprobar si se han logra-do, y en qué grado, los objetivos que pretendíamos. La evaluación se ha de entender desde una perspec-tiva pedagógica en el sentido de integrarla en el proce-so de enseñanza-aprendizaje como una fase más y darle una función educativa. La evaluación no puede ser una simple herramienta numérica cuantitativa o calificativa; tenemos que asegurarnos de que forma parte de todo el proceso. Estrategias didácticas En este último apartado se acostumbra a señalar las condiciones en las cuales se desarrollarán los aprendiza-jes, así como aspectos de organización y gestión de las diferentes sesiones. A grandes rasgos reflexionaremos sobre la método-logía a utilizar (analítica, global o mixta) y los estilos de enseñanza de los que haremos uso, señalando si somos partidarios de la utilización de estilos de reproducción, más directivos, o bien si utilizaremos estilos menos di-rectivos, llamados de producción (Mosston, 1999). En cuanto a aspectos de organización y gestión val-drá la pena anotar el material y las instalaciones nece-sarias, la distribución espacial, la gestión del tiempo de sesíón, el posicionamiento sobre qué tipo de actividades utilizaremos principalmente y, por último, cómo organi-zaremos a los aprendices (en grupos, por parejas, indivi-dualmente…). Conclusiones En actividad física y deporte tenemos las herramien-tas para programar con un mínimo de calidad, y lo que ha intentado este artículo es ofrecer un modelo práctico de referencia. Si asumimos que real-mente esta inmediatez es insostenible, es necesario que aquellas decisiones que puedan ser previstas y por tanto susceptibles de ser programadas, lo sean.

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