Conceptos Fundamentales de la Doctrina Cristiana
Encarnación: El Verbo Hecho Carne
El Hijo de Dios se hizo hombre para que quien crea en él se acerque a Dios. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) señala que la Iglesia llama «Encarnación» al hecho de que el Hijo de Dios haya asumido una naturaleza humana para llevar a cabo por ella nuestra salvación, reconociendo que el Hijo de Dios todopoderoso vino a habitar con los humanos.
Fideísmo
Consiste en la doctrina, profesada por algunos teólogos, de que a Dios no se puede llegar por la razón, sino solo por la fe. Enseña que el razonamiento es más o menos irrelevante para la creencia religiosa. Específicamente, el fideísmo sostiene que los argumentos sobre la existencia de Dios son falaces e irrelevantes, y no tienen relación directa con la teología cristiana.
La Iglesia, Tradición y Misión
Padres de la Iglesia
Grupo de pastores y escritores eclesiásticos de la Edad Antigua, obispos en su mayoría, de los primeros siglos del cristianismo, cuyo conjunto doctrinal es considerado fundamento de la fe y de la ortodoxia en la Iglesia. Sus enseñanzas tuvieron gran peso en el desarrollo del pensamiento teológico cristiano, según su interpretación de las Sagradas Escrituras, la incorporación de la Tradición y la consolidación de la Liturgia.
Tradición de la Iglesia
Se refiere al proceso de transmisión viva de la revelación de Jesús que la Iglesia ha llevado a cabo, desde los apóstoles hasta nuestros días.
Plenitud de los Tiempos
Es el momento histórico en el que se cumplen las promesas que Dios hizo a su pueblo en el Antiguo Testamento. Este cumplimiento se da, en primer lugar, con la entrada de Dios en la historia, y en segundo lugar, por medio de la Encarnación de su Hijo. Es un tiempo de intercambio y manifestación divina, donde Dios nos hace participar de su vida divina.
Filiación Divina
Es la capacidad de ser hijos adoptivos de Dios. Consiste en que, al creer en Cristo y aceptar lo que Él dice, somos hechos hijos de Dios y participamos en la vida divina. Se resume en la enseñanza: «Si creemos en el Hijo de Dios, seremos hijos adoptivos de Dios», lo que implica la capacidad de relacionarse con Dios como Padre.
Evangelizar
Anunciar a Cristo para llevar a los hombres a la fe, extendiendo el Reino de Dios.
Catequizar
La catequesis es ante todo una enseñanza que lleva a quien la recibe al encuentro con Cristo, a descubrir en Él el plan de Dios y a conducirle a la comunión con Jesucristo.
Catequizar significa «enseñar a Cristo». Implica encontrar a Jesús, vivir de Cristo y para Cristo, descubrir en la persona de Cristo el designio eterno de Dios y conducir a los hombres a la comunión con Jesucristo, ya que solo Él puede llevarnos al amor del Padre en el Espíritu Santo y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad.
Cristo, Salvador y Mesías
Mesías
Jesús, el enviado por el Padre para la salvación eterna de los hombres.
La Entrega de Jesús (Muerte Redentora)
El Hijo de Dios ha venido a la tierra para salvar a los hombres. Esta salvación culmina con la entrega voluntaria de Jesús a la muerte de cruz en expiación por los pecados de la humanidad, un acto movido por el amor supremo.
Salvador
Este nombre expresa la identidad y la misión del Hijo de María: «Él es Dios, y Él salvará a su pueblo de sus pecados».
El Reino de Dios
Es la nueva vida que Dios nos da, que consiste en vivir en justicia, verdad, amor y paz.
Pecado
Para el cristianismo, el pecado es el alejamiento del hombre de la voluntad de Dios, que aparece recogida en los libros sagrados (la Biblia). Cuando las personas violan los mandamientos divinos, cometen un pecado. La forma de subsanar este error es a través del perdón y del sacramento de la confesión.
Mariología: La Madre de Dios
Predestinación de María
Para enviar a su Hijo al mundo, Dios quiso la cooperación libre de una criatura. Por ese motivo, Dios eligió a María de Nazaret para ser la Madre de su Hijo. María contribuyó a la vida y a la gracia de la salvación.
Inmaculada Concepción
Para que fuese la adecuada Madre de su Hijo, María fue concebida inmaculada, es decir, sin pecado, desde el primer instante de su concepción. María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida.
Maternidad Divina de María
El ser que María concibió, y que es verdaderamente su Hijo según la carne, no es otro que el Hijo eterno del Padre. María es la Madre de Dios Hijo encarnado. La Iglesia confiesa que María es verdaderamente la Madre de Dios. Con su «sí» a la llamada divina, María se ofrece totalmente a la persona y a la obra de Jesús, su Hijo, adhiriéndose plenamente a la obra de la salvación.
Virginidad
Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal de María como una acción divina que sobrepasa la capacidad y la comprensión humana. La Iglesia confiesa que Jesús fue concebido por la acción exclusiva del Espíritu Santo y sin la colaboración de varón. La fe de la Iglesia confiesa que María es «siempre virgen».
Madre de la Iglesia
María es figura y modelo de la Iglesia, es decir, de todo cristiano, por su virginidad y por su maternidad.
