La Concepción Dualista de la Realidad en Platón (Ontología)
La explicación platónica de la naturaleza considera que el orden no puede ser el resultado azaroso del desorden. El orden sólo puede provenir de una inteligencia ordenadora, que Platón denominará Demiurgo. Este actúa sobre una materia eterna, caótica, agitada por movimientos desordenados. Así, junto a estos dos principios –inteligencia ordenadora y materia eterna dotada de movimientos caóticos–, Platón establece un tercer principio: la Teoría de las Ideas.
Todo el que fabrica algo lo hace de acuerdo con un plan; el Demiurgo, pues, plasma las esencias o Ideas en la materia, de tal modo que el universo es la realización de un orden ideal que plasma el Demiurgo conforme a las Ideas. Si el universo no es perfecto es porque la materia introduce siempre un factor de desorden e imperfección.
La Teoría de las Ideas es la concepción central de la filosofía platónica. Las Ideas son realidades objetivas que existen con independencia de nuestro pensamiento y del mundo físico. Las Ideas constituyen el verdadero ser de las cosas y son el objeto de la ciencia. Tales Ideas no existen en el mundo sensible, sino en un mundo que se encuentra más allá y es alcanzable exclusivamente por la razón, en lugar de por los sentidos: el mundo inteligible.
El Mundo de las Ideas y el Mundo Sensible
- El mundo de las Ideas: Mundo de realidades inmateriales, inmutables, eternas y perfectas. Es el mundo auténticamente real, el modelo conforme al cual todo ha sido hecho. Las Ideas son, pues, el original y el molde a partir del cual todo ha sido creado.
- El mundo sensible: Hecho a partir del modelo de las Ideas, pero imperfecto, material, sometido al cambio y la temporalidad.
El mundo físico no es sino la copia material imperfecta del mundo de las Ideas.
Interacción entre los Dos Mundos
El Demiurgo sería un principio ordenador que, tomando como modelo a las Ideas, daría lugar a las cosas del mundo sensible. La materia preexiste al Demiurgo, pero de manera caótica, sin ordenación alguna. Para referirse a la relación entre los dos mundos, Platón emplea los términos participación e imitación.
- Participación: Los seres físicos participan de las Ideas en tanto que de ellas reciben su ser y son lo que son. Lo que de real hay en ellas es por la participación con el mundo de las Ideas.
- Imitación: Las cosas físicas imitan a las Ideas porque éstas son el original, el modelo o arquetipo al que imitan.
Características de las Ideas
- Distinción entre apariencia y realidad: Las Ideas presentan las mismas características que tenía el ser de Parménides: eternas e inmutables.
- Causa de las cosas: Las cosas bellas lo son porque participan o imitan la Idea de belleza.
- Eternas: Las Ideas son eternas. Por el contrario, las cosas sensibles, múltiples, están sometidas al cambio y son menos reales que las Ideas.
- Objeto de la ciencia: En el mundo de las cosas sensibles no es posible la ciencia, sino solo la opinión, pues están bajo el imperio de los sentidos.
- Jerarquizadas: Existen tantas Ideas como cosas participan de ellas. Existe un cierto grado de perfección en las cosas sensibles; también existe un grado de perfección en las Ideas, haciendo que estén jerárquicamente organizadas. Las Ideas constituyen un sistema que engloba las Ideas de los seres físicos.
Al filósofo le corresponde ascender en el conocimiento de las Ideas hasta alcanzar la Idea de Bien que es, a la vez, conocimiento teórico y práctico. Teórico por cuanto hace posible el conocimiento del orden y de la estructura de todo lo real; práctico en cuanto proporciona las normas de carácter moral y político, la conducta individual y la organización de la convivencia social.
Mito de la Caverna
El mito de la caverna de Platón es una alegoría sobre la realidad de nuestro conocimiento. Platón crea el mito de la caverna para mostrar, en sentido figurativo, que nos encontramos encadenados dentro de una caverna, desde que nacemos, y cómo las sombras que vemos reflejadas en la pared componen aquello que consideramos real. También usa esta alegoría para explicar cómo es para el filósofo y maestro guiar a las personas al conocimiento (educación), intentando liberarlas de las ataduras de la realidad de la caverna. Según este filósofo, la gente llega a sentirse cómoda en su ignorancia y puede oponerse, incluso violentamente, a quienes intentan ayudarles a cambiar.
El Problema del Conocimiento (Epistemología)
Platón sostiene que sí es posible conocer la verdad, que sí es posible un conocimiento racional. Defiende la heterogeneidad del conocimiento intelectual y el conocimiento sensible. La irreductibilidad del conocimiento intelectual, de la razón, al conocimiento proporcionado por los sentidos tiene su fundamento en la incapacidad de éstos para captar las Ideas, sólo accesibles mediante la razón.
Por tanto, a cada nivel de realidad le corresponde un nivel de conocimiento:
- El saber o ciencia (episteme): Infalible, ya que el saber es siempre verdadero o no es saber. Está basado en la razón y tiene por objeto las Ideas, el mundo real.
- La opinión (doxa): Cuyo objeto de conocimiento es el mundo físico, material. Los sentidos son incapaces de conducirnos al conocimiento verdadero, ofreciéndonos tan solo imágenes cambiantes del mundo físico sujeto al cambio.
La oposición razón/sentidos, ya presente en Parménides, responde en último término a la oposición de los dos mundos platónicos: el mundo de las Ideas y el mundo físico. En conclusión, para Platón el conocimiento consiste en la contemplación de Ideas. Sin embargo, las Ideas pertenecen a un mundo, el mundo inteligible, distinto al mundo sensible en el que vive el hombre.
La mediación del alma hace posible las dos vías de acceso al conocimiento que señala Platón: la reminiscencia y la dialéctica, y un elemento emocional que impulsa al alma en su progreso hacia las Ideas: el amor.
Vías de Acceso al Conocimiento
- Reminiscencia (Menón): El alma humana –su parte racional es inmortal– ha contemplado con anterioridad las Ideas. Aunque las haya olvidado al unirse a un cuerpo, puede recordarlas al contemplar las cosas sensibles.
- Dialéctica (La República): Por dialéctica entiende Platón el camino ascendente que lleva del conocimiento sensible al inteligible, y la dialéctica es la ciencia de las Ideas.
- Amor (El Banquete y Fedro): Impulso emocional hacia la contemplación de las Ideas.
El Símil de la Línea
Platón presenta su dualismo onto-gnoseológico en el libro VI de La República a través del símil de la línea. Este símil presenta una línea dividida en segmentos desiguales. El primer segmento corresponde al conocimiento del mundo sensible –representado por el interior de la caverna, puesto que el conocimiento empieza por la realidad sensible–. Acerca de esta realidad cambiante no es posible hacer ciencia, de manera que Platón denomina a este conocimiento doxa (opinión). El conocimiento del mundo inteligible constituye la ciencia (episteme), representada por el exterior de la caverna.
El Dualismo Antropológico
La racionalidad del alma reside en el conocimiento de las Ideas, el mundo real al que el alma pertenece y al que se siente impulsada por su propia naturaleza. El dualismo ontológico establecido por Platón entre mundo sensible y mundo inteligible se corresponde, en el plano antropológico, con dos principios opuestos:
- El cuerpo: De naturaleza material, corruptible, mortal e imperfecta, nos vincula al mundo sensible. El cuerpo es una cárcel para el alma, ya que nos arrastra hacia lo material y dificulta el ascenso del alma hacia las Ideas.
- El alma: Inmaterial e inmortal, nos vincula al mundo de las Ideas.
La inmortalidad del alma permite establecer la posibilidad del conocimiento de las Ideas, que queda garantizada porque el alma es una realidad intermediaria entre los dos mundos: el alma ha existido con anterioridad al cuerpo y le sobrevivirá después. Su unión con el cuerpo no es esencial sino accidental, transitoria y antinatural, porque el lugar natural del alma es el mundo de las Ideas. Mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del alma es purificarse, prepararse para la contemplación de las Ideas.
La purificación supone que el alma se encuentra en un estado de impureza que proviene precisamente de las necesidades y exigencias del cuerpo. Por tanto, además de su función como principio del conocimiento racional, el alma realiza una función de control sobre el cuerpo.
Platón acepta la teoría órfico-pitagórica de la transmigración de las almas: si no está suficientemente purificada, deberá transmigrar a un nuevo cuerpo y continuar el ciclo de las reencarnaciones. Este dualismo antropológico supone una concepción negativa del cuerpo que pasará a la cultura occidental a través del cristianismo.
Las Tres Partes del Alma
Platón considera la existencia en el alma de tres partes:
- Alma racional: Inmortal e inteligente. Platón la sitúa en el cerebro. Ha de gobernar a las otras dos partes, que son inferiores. Su virtud propia es la prudencia. Tiene afinidad con el mundo de las Ideas porque su lugar natural es el mundo inteligible.
- Alma irascible: De donde surgen las pasiones nobles –el valor, la voluntad, etc.–. Esta parte del alma se deja guiar fácilmente. Su virtud propia es la fortaleza. Muere con el cuerpo y Platón la sitúa en el pecho.
- Alma concupiscible: Es la más relacionada con el cuerpo y de la que surgen los apetitos, los deseos corporales. Su virtud propia es la templanza. Es mortal, como la anterior, y se halla en el vientre.
El Mito del Carro Alado
La relación entre las distintas partes del alma se explica en el mito del carro alado, que aparece en el Fedro. El alma humana se compara con un carro alado: el elemento racional del alma está representado por un auriga que conduce dos caballos (las otras dos partes del alma). Uno de los caballos es dócil y bueno –el elemento irascible, las pasiones nobles–, mientras que el otro se resiste a las órdenes del auriga –el elemento apetitivo, los más bajos deseos del ser humano– y es necesario que el auriga utilice con él el látigo. El carro alado –el alma– circula por el mundo de las Ideas, que es su lugar natural. Las alas permiten al auriga ascender y contemplar las Ideas. Ahora bien, si el auriga pierde el control de sus caballos, el alma pierde las alas y cae al mundo sensible. Prisionera de un cuerpo, deseará regresar a su lugar natural. El alma es, pues, intermediaria, está entre los dos mundos, lo que hace posible que el hombre pueda llegar a conocer las Ideas.
Las Relaciones entre Ética y Política
De acuerdo con la mentalidad griega, Platón tiene muy presente que el individuo depende de la comunidad, de tal forma que la virtud en la vida privada y en la vida pública están estrechamente relacionadas.
Ética
La ética platónica es una ética eudemonista, en el sentido de que el fin que todos los seres humanos anhelamos es la felicidad. Ahora bien, la felicidad no debe medirse individualmente, sino teniendo en cuenta la sociedad entera: nadie puede ser feliz manteniéndose alejado de la polis.
¿Cómo Concibe Platón la Felicidad?
La felicidad exige el equilibrio del alma y su armonía mediante una vida virtuosa. Platón rechaza:
- La identificación de la felicidad con el placer.
- La identificación de la felicidad con la sabiduría.
La vida feliz es una mezcla de placer y sabiduría. Sin embargo, para algunos autores, la felicidad en Platón sería la contemplación de las Ideas. Para ello es preciso purificarse, separar el alma del cuerpo y acostumbrar al alma a dejar la envoltura corporal para centrarse en sí misma.
¿Cómo Concibe Platón la Virtud?
Platón defiende el intelectualismo moral, según el cual una acción es justa y buena si se conoce lo que es el bien y la justicia, valores que Platón, como Sócrates, considera absolutos. Mediante el conocimiento, el alma logra purificarse, separarse de todo lo que tenga relación con el cuerpo y alcanzar la excelencia moral. La principal virtud, tanto en el individuo como en el Estado, es la justicia.
En La República, la justicia del alma consiste en la armonía que surge entre sus partes cuando cada una cumple con las funciones que le son propias. Si la parte racional es prudente, la irascible fuerte y la concupiscible templada, el alma en su conjunto es justa y está sana. A su vez, la enfermedad resulta del desequilibrio y la desproporción. Eso es justamente el vicio: lo opuesto a la virtud, la rebeldía de una parte del alma sobre las otras.
Política
Su teoría política arremete contra los sofistas y pretende ser válida universalmente porque se funda en el orden eterno de las Ideas. Su sistema está marcado por la injusticia que se cometió contra Sócrates y trata de evitar injusticias semejantes, buscando ante todo el bien común y la justicia. Platón no fue un mero teórico político, sino que intentó llevar a la práctica sus doctrinas.
Platón parte del hecho de que los hombres somos seres sociales y el origen de la sociedad radica en la necesidad de asociarse para sobrevivir. Así, cada individuo y cada clase social ha de desempeñar la función que le es propia porque:
- La división del trabajo aumenta la eficacia (sentido pragmático).
- La virtud consiste en realizar la función que le es propia (sentido teleológico).
Se trata de diseñar un Estado en el que prime el bien de la colectividad antes que el bien individual: «No haremos un Estado tratando de que una clase de ciudadanos sea feliz, sino que lo sean todos», afirma Sócrates en La República. Para ello son precisos cuatro requisitos:
- Tener una idea clara de justicia.
- Superar una concepción tiránica de la política en la que algunos imponen, mediante fuerza y/o engaño, su particular egoísmo.
- Educar a los ciudadanos y, sobre todo, a los políticos.
- Esa educación conducirá al poder a los filósofos.
Si no era posible que el sabio fuese el gobernante, habría que procurar que, al menos, el gobernante se hiciese sabio; si tampoco esto fuese posible, se trataría de lograr que las leyes fuesen sabias. De este modo, se salvaguardaba un principio básico: que al gobierno le corresponde la razón –y las leyes son expresión de la razón–, que el fin propio del Estado es hacer mejores a los ciudadanos y que la justicia es necesaria para la felicidad.
Organización del Estado Ideal
- Productores: Se ocupan de satisfacer las necesidades de toda la sociedad. Su virtud es la templanza.
- Guardianes: Defenderán ante posibles ataques externos y rebeliones internas. Su virtud es la fortaleza.
- Gobernantes-filósofos: Fundan su superioridad en el saber y cuya misión es legislar con justicia. Su virtud es la prudencia o sabiduría.
El Estado platónico es una organización jerárquica muy estricta que vela para que la existencia de cada ciudadano esté al servicio de la comunidad. Así, las dos clases superiores renunciarán a la propiedad privada y a la familia para evitar la corrupción y garantizar el servicio exclusivo a los intereses de la República. Además, su proyecto político está basado en la educación: los futuros gobernantes deberán someterse a una exhaustiva preparación.
Degradación de las Formas de Gobierno
El paso del tiempo lleva inevitablemente a un Estado a su degradación. Una aristocracia de los más sabios es la forma más perfecta de gobierno.
- La aristocracia degenera en una timocracia cuando los guerreros, llevados por la ambición, toman el poder.
- La ambición de los timócratas desemboca en una oligarquía o gobierno de los ricos, creando un conflicto con las clases más pobres.
- Cuando las clases desfavorecidas toman el poder, el Estado degenera en una democracia, triunfando la libertad inmoderada y el desorden. Este sistema iguala a sabios e ignorantes y no garantiza que el Estado esté en manos de los más preparados.
- El desorden provocado es aprovechado por un líder carismático y el gobierno degenera en una tiranía, el peor de los Estados posibles.