El Imperio Español: Auge y Declive de una Potencia Global


LA MONARQUÍA UNIVERSAL DE CARLOS V

1.1 La herencia de Carlos V

Carlos de Austria, nacido en Gante en 1500, inició la dinastía de los Austrias en España. Heredó un vasto conjunto de territorios que lo convirtieron en el monarca más poderoso de Europa:

  • Herencia Hispánica: De los Reyes Católicos heredó la Corona de Castilla (incluyendo las tierras de América), la Corona de Aragón y el Reino de Navarra.
  • Herencia Austriaca: De su familia paterna recibió las tierras alemanas de la Casa de Austria, la posibilidad de ser Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y las posesiones de la Casa de Borgoña en los Países Bajos y el Franco Condado.

Con 17 años, Carlos llegó a España para reclamar su herencia. En Castilla, sus súbditos se mostraron reacios a ser gobernados por un rey extranjero, lo que provocó el levantamiento de las Comunidades. Carlos sofocó la rebelión tras la batalla de Villalar. Posteriormente, fue elegido Emperador del Sacro Imperio, consolidando su posición como la figura más poderosa de la cristiandad.

1.2 La política exterior

La política exterior de Carlos V se centró en dos objetivos principales: la defensa de la cristiandad y la afirmación de la supremacía del poder imperial sobre el resto de los reyes cristianos. Esta ambición chocó con la oposición de otros poderes europeos, desencadenando numerosos conflictos:

  • Rivalidad con el Papado: El Papa temía el poder imperial y su posible control sobre la Iglesia.
  • Enfrentamiento con Francia: Francisco I de Francia, rodeado por los territorios de Carlos V, se opuso a la hegemonía de los Austrias. Ambos monarcas se enfrentaron en cuatro ocasiones.
  • Lucha contra el Imperio Otomano: La defensa de la cristiandad se materializó en la lucha contra los turcos otomanos, que amenazaban el Mediterráneo oriental.
  • Conflicto con los protestantes: La Reforma Protestante, iniciada por Martín Lutero en el Sacro Imperio, supuso un desafío para la autoridad imperial y la unidad religiosa. Carlos V se enfrentó a los príncipes alemanes que apoyaban el luteranismo. A pesar de su victoria en la batalla de Mühlberg, tuvo que reconocer la libertad religiosa de los príncipes alemanes mediante la Paz de Augsburgo (1555).

1.3 Los costes del Imperio

Las constantes guerras y la defensa de un imperio tan extenso tuvieron un alto coste económico y humano:

  • Ejército profesional: Carlos V necesitó un ejército moderno y profesional, organizado en torno a los famosos Tercios españoles.
  • Administración compleja: La gestión del imperio requería una administración más compleja y centralizada.
  • Presión fiscal: Las guerras y la administración imperial obligaron a aumentar la presión fiscal sobre los súbditos.

Agotado por las guerras y consciente de la imposibilidad de alcanzar su sueño de una monarquía universal, Carlos V abdicó en 1556. Dividió sus dominios entre su hijo Felipe II, quien heredó los territorios hispanos, y su hermano Fernando, quien recibió los dominios austriacos y el título imperial.

LA MONARQUÍA HISPÁNICA DE FELIPE II

Felipe II gobernó el Imperio español desde la Península Ibérica, por lo que se conoce como la Monarquía Hispánica. Su reinado se caracterizó por la defensa del catolicismo, la expansión colonial y el aumento del poder real.

2.1 El gobierno interior de Felipe II

Felipe II centralizó el poder en la figura del rey y reforzó la defensa del catolicismo como elemento unificador de sus dominios:

  • Fortalecimiento del poder real: Felipe II desarrolló una burocracia más compleja y un sistema de consejos que lo asesoraban en diferentes áreas de gobierno. También otorgó mayor poder a los virreyes en América y a los gobernadores en los demás territorios.
  • Defensa del catolicismo: Felipe II utilizó la Inquisición para perseguir cualquier desviación religiosa e impedir la expansión del protestantismo en España.

Durante su reinado, Felipe II se enfrentó a diversas resistencias internas:

  • Rebelión de las Alpujarras (1568-1571): Los moriscos, musulmanes convertidos al cristianismo, se rebelaron contra la presión religiosa y la discriminación. La revuelta fue sofocada brutalmente.
  • Alteraciones de Aragón (1591-1592): El secretario real Antonio Pérez, acusado de asesinato, se refugió en Aragón. La negativa de las autoridades aragonesas a entregarlo al rey provocó un conflicto que terminó con la reducción de la autonomía aragonesa.
  • Sublevación de los Países Bajos (1568-1648): La población de los Países Bajos, mayoritariamente calvinista, se rebeló contra el gobierno autoritario de Felipe II y la intolerancia religiosa. La revuelta condujo a la independencia de las Provincias Unidas del norte.

2.2 La política exterior

La política exterior de Felipe II estuvo marcada por las guerras y los conflictos en Europa y el Mediterráneo:

  • Batalla de Lepanto (1571): La lucha por el control del Mediterráneo llevó a un nuevo enfrentamiento con el Imperio Otomano. La victoria en Lepanto frenó el avance turco pero no acabó con la amenaza otomana.
  • Guerra contra Francia (1557-1598): Felipe II continuó la rivalidad con Francia. La victoria en la batalla de San Quintín (1557) consolidó el dominio español en Italia.
  • Unión Ibérica (1580-1640): Tras la muerte del rey Sebastián I de Portugal, Felipe II reclamó el trono portugués, estableciendo la Unión Ibérica.
  • Enfrentamiento con Inglaterra (1585-1604): Inglaterra, bajo el reinado de Isabel I, se convirtió en rival de España por el control de los mares y las colonias americanas. El intento de invasión de Inglaterra con la»Armada Invencibl» en 1588 terminó en un desastre.

Las constantes guerras y la defensa del imperio supusieron un enorme gasto para la Corona española. La incapacidad de la Hacienda Real para financiar los conflictos llevó a la bancarrota en varias ocasiones.

LOS AUSTRIAS EN EL SIGLO XVII: LA DEFENSA DEL IMPERIO

Durante el siglo XVII, los sucesores de Felipe II se enfrentaron a la decadencia del Imperio español y a la pujanza de nuevas potencias como Francia e Inglaterra.

3.1 El reinado de Felipe III (1598-1621)

Felipe III delegó el gobierno en ministros favoritos, conocidos como»valido». Durante su reinado se produjo la expulsión de los moriscos (1609), lo que agravó la crisis económica y demográfica. En política exterior, se firmó la Paz de Londres con Inglaterra (1604) y una tregua de doce años con las Provincias Unidas (1609). Sin embargo, la participación de España en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) para defender a la rama austriaca de la dinastía supuso un nuevo esfuerzo bélico.

3.2 Felipe IV y el conde-duque de Olivares (1621-1643)

Felipe IV confió el gobierno a su valido, el conde-duque de Olivares, quien intentó reformar la monarquía para frenar su decadencia. Sus planes incluían:

  • Unión política: Uniformizar las leyes e instituciones de todos los reinos para reforzar la autoridad real.
  • Reparto de la carga fiscal: Aumentar la participación de los demás reinos en los gastos militares.
  • Unión de Armas: Establecer un sistema de reclutamiento de soldados en todos los reinos.

Las reformas de Olivares encontraron una fuerte oposición en los distintos reinos, que veían amenazada su autonomía. La crisis económica y las tensiones internas desembocaron en una serie de revueltas.

3.3 La crisis de 1640 y el final del reinado

El año 1640 marcó un punto de inflexión en la crisis de la Monarquía Hispánica:

  • Revuelta de Cataluña (1640-1652): El envío de tropas a Cataluña para luchar contra Francia provocó una revuelta que llevó a la separación de Cataluña de la Monarquía Hispánica durante doce años.
  • Independencia de Portugal (1640): Aprovechando la debilidad de la Corona española, Portugal se independizó bajo la dinastía de Braganza.
  • Revueltas en otros territorios: Se produjeron conspiraciones y revueltas en Andalucía, Aragón y Nápoles, mostrando la fragilidad del imperio.

La Paz de Westfalia (1648) puso fin a la Guerra de los Treinta Años y reconoció la independencia de las Provincias Unidas. La guerra con Francia continuó hasta la Paz de los Pirineos (1659), en la que España cedió territorios en Flandes y el Rosellón.

3.4 Carlos II y el problema sucesorio (1665-1700)

Carlos II, el último rey de la dinastía de los Austrias en España, fue un monarca débil y enfermizo, incapaz de gobernar con eficacia. Su falta de descendencia provocó una crisis sucesoria que enfrentó a las principales potencias europeas. Los principales candidatos al trono fueron Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, y el archiduque Carlos de Austria. La muerte de Carlos II sin herederos directos en 1700 desencadenó la Guerra de Sucesión Española (1701-1714).

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