El Modernismo (1890-1905): Innovación y Estilo en la Arquitectura y las Artes Decorativas


El Modernismo, que floreció aproximadamente entre 1890 y 1905, supuso un nuevo lenguaje artístico liberador de los principios del eclecticismo y del historicismo predominantes. Se pueden distinguir dos vertientes principales: un Modernismo de formas naturales esquematizadas y curvilíneas, basado en la naturaleza, y otro de carácter más geométrico.

Este movimiento propició una unión entre los valores estéticos y la producción industrial, abarcando no solo la arquitectura, sino también otras artes, como las decorativas, que afectaban a la estructura misma de las obras. Se concibe, por tanto, como una obra de arte integral. Es notable cómo se dejan las estructuras de hierro vistas, unidas a una visión global del trabajo artesanal. El Modernismo surge en Bélgica hacia 1890, en un ambiente muy propicio debido a la intensa industrialización y la presencia de numerosos artistas de vanguardia que se habían establecido allí. Las mal llamadas «artes menores» se elevan, por primera vez, al nivel de la arquitectura.

Victor Horta: Pionero del Modernismo Curvilíneo

Victor Horta, con una educación conservadora en la Academia de Bellas Artes de Bruselas, creó la Casa Tassel, considerada la primera manifestación modernista en Europa. Por primera vez, las estructuras y el hierro visto se integran en el exterior de una casa particular, no solo en estructuras industriales. Horta incorpora estos elementos a la vivienda privada. La escalera es curvilínea e integra diversas artes con la arquitectura, como el arte de la fundición en la barandilla. En el suelo y en los muros, se plasman formas naturalistas, logrando una visión integradora de todo el conjunto. Este concepto es globalizador y abarca este tipo de artes.

En la fachada de la Casa Tassel, nos encontramos con una gran forma convexa que llama la atención, compuesta por una serie de vanos impuestos por las distintas funciones según las plantas del edificio. Observamos la utilización de columnas de hierro en las dos plantas superiores, en el balcón exterior. La planta es estrecha y cerrada, y posee un vestíbulo octogonal y una serie de estructuras de hierro que evitan los muros interiores, permitiendo un número elevado de espacios abiertos. Encontramos una liberalización del interior de las plantas, lo que permite una nueva construcción por niveles, sin dejar atrás la fusión de las artes, como los trabajos de hierro con la arquitectura.

La Casa del Pueblo es su obra más importante, siendo la sede socialista. Constaba de numerosas salas de reunión. Destaca que el autor prescinde de la decoración excesiva. Crea una fachada asimétrica, con tres puertas de acceso que no están colocadas de forma simétrica. Consta de grandes ventanales de acero y hierro. En la distribución, combina la piedra y el ladrillo. En la fachada, encontramos una serie de balcones con formas caprichosas que recuerdan a formas fluidas y orgánicas. Se juega con los principios de la asimetría. El amplio número de vanos permite la entrada de luz natural. La parte más famosa de esta casa era el salón de actos, con estructura de acero vista, muy sobria, pero con ciertos elementos de carácter modernista. Se establece en la parte más alta del edificio, lo que es posible gracias a la estructura de acero. Además de esa planta irregular, observamos cómo esa estructura hacía posible reunir a un número considerable de personas en la parte superior.

Hector Guimard: La Fantasía Orgánica en París

Hector Guimard fue un francés influenciado por Horta. A él se le encargaron las entradas de metro de París, que derrochan una gran fantasía con materiales muy estilizados y una decoración orgánica derivada de elementos vegetales. Poseía un gran concepto de la creatividad.

Frente a estas entradas con decoraciones curvilíneas y orgánicas, resulta curioso cómo su arquitectura es radicalmente diferente, ya que plantea un edificio absolutamente complejo en el que juega con los materiales en bandas verticales, sin un concepto de simetría y con materiales diversos. En algunos lados encontramos balcones; combina la utilización del ladrillo con la piedra en las bandas verticales que se observan en el edificio. Encontramos también múltiples tipos de cerramiento, como arcos apuntados, dinteles y arcos rebajados. Utiliza dos tipos de ladrillo: uno más anaranjado y otro mucho más rojizo. La planta baja está construida en piedra. Con todos estos recursos, rompe con la simetría, con los cuerpos sobresalientes, las distintas formas de los vanos y las formas de los sillares. La puerta contrasta totalmente con la fachada, ya que encontramos esas formas del Art Nouveau mucho más estilizadas, con formas naturalistas. Aquí destaca esa capacidad de cambio y creación que se busca en el Modernismo.

Henry van de Velde: La Sencillez Integrada

El Modernismo de Henry van de Velde puede parecernos un poco chocante. Abogaba por la unión de las artes en el interior de la casa. En su propia casa, diseña la arquitectura tanto exterior como interior. Los vanos se crean según las necesidades de la familia. Su principal objetivo es la sencillez de formas, en contraste con las fachadas recargadas de viviendas familiares construidas anteriormente siguiendo los cánones del eclecticismo. Funda un taller de ornamentación de objetos cotidianos en Bruselas, con la intención de promover la sobriedad y la sencillez.

Encontramos sectores poligonales; no hay un concepto de simetría rigurosa, sino una liberación de los conceptos de simetría en planta y en los alzados.

Casa de Springmann

La entrada principal de la Casa de Springmann se encuentra en un lateral. Construida en piedra y ladrillo, sus vanos vienen impuestos por las necesidades interiores; no encontramos un principio de simetría. En este bloque, inserta salientes con formas poligonales o semicirculares, combinando formas rectilíneas y curvilíneas. Atenta contra los principios de la herencia clásica de la arquitectura.

Modernismo Geométrico: La Racionalidad Estética

Charles Rennie Mackintosh: La Geometría Escocesa

Nos encontramos ante un Modernismo geometrizante con Charles Rennie Mackintosh, como podemos ver en un salón de té, con líneas horizontales que marcan perfectamente el carácter geométrico. Además, el interior, diseñado por Mackintosh, se ha mantenido. Él diseña tanto mesas como sillas, creando una serie de elementos que hacen del salón de té un espectáculo integral.

Su obra más conocida es la Escuela de Arte de Glasgow, que posee una organización asimétrica con vanos amplísimos y un concepto de asimetría que busca romper con lo establecido hasta ese momento. Como muestra de esa asimetría, la puerta principal se encuentra desplazada a un lateral. Los vanos presentan distintas formas y dimensiones (poligonales, rectangulares…). Crea un juego de elementos asimétricos. El edificio está construido en piedra y hierro. El interior también fue diseñado por él.

Otto Wagner: Funcionalidad y Secesión Vienesa

Otto Wagner era profesor de arquitectura en Viena y poseía una educación tradicional. En Viena, se observa un predominio del geometrismo. Wagner será el precursor del movimiento denominado Secesión, que crea una arquitectura funcionalista que integra las diferentes artes.

Se le encargaron una serie de entradas de metro. Para él, lo práctico es bello y los materiales deben quedar vistos. Esta serie de estaciones se vinculan a un arquitecto vienés. En estas estaciones, trabaja el hierro forjado, con decoraciones de rosetas, y están construidas en paneles de mármol blanco unidos por distintas barras de hierro visto. Se desvincula de esa carga historicista.

La Caja Postal de Ahorros de Viena fue construida por él. La fachada es absolutamente sobria, construida en piedra con una ornamentación geométrica. Observamos un concepto geométrico con vanos arquitrabados. Llaman la atención las figuras geométricas modernistas que coloca en los ángulos de la fachada. Encontramos también una serie de pilastras. En el vestíbulo, se subraya la presencia de líneas, la sobriedad y la sencillez, debido a la utilización de materiales como el hierro y el vidrio. En la planta, combina formas rectilíneas con elementos circulares y semicirculares. Este edificio, de planta poligonal, es clásico en su concepción, ya que se adapta al encargo que le realizaron.

Es autor también de la Majolika Haus, con una gran sobriedad donde se despliegan una serie de adornos modernistas en cerámica, de decoración vegetal estilizada que parece descender hacia las plantas inferiores. En las paredes laterales, encontramos una serie de balcones que flanquean el edificio.

Construye un banco con una fachada clasicista, entre el Neorrenacimiento y el Neobarroco, lo que nos remite a ese eclecticismo. Presenta dos plantas con vanos adintelados, pilastras de orden gigante para las plantas superiores y una serie de elementos elípticos que recuerdan al Barroco. Realiza combinaciones entre formas curvas y rectilíneas. Utiliza la iluminación cenital. En cuanto a la planta, encontramos esa fachada clasicista con un interior totalmente nuevo que contrasta con la plenitud de la fachada, ya que posee un vestíbulo semicircular. En un juego de curvas y líneas rectas, interactuando con los distintos tipos de estancias.

Es también autor de una iglesia con sobriedad en los volúmenes, recubriendo la cúpula con placas de metal. Aparecen una serie de estatuas.

Joseph Maria Olbrich: La Secesión en su Máxima Expresión

Joseph Maria Olbrich fue discípulo de Wagner y continúa esa evolución hacia las formas geométricas puras. Es el autor de la Secession House, donde se realizaban una serie de exposiciones de este movimiento. En sus obras, acentúa todo lo que estaba haciendo Wagner. Encontramos una esfera de laureles en bronce y una serie de torreones que lo flanquean. Utiliza en algunos puntos un concepto de arquitectura floral. La planta es absolutamente simple y sencilla, formada por formas geométricas puras, típica de la Secesión.

Josef Hoffmann: La Pureza Geométrica del Palacio Stoclet

Josef Hoffmann fue otro discípulo de Wagner en Viena. En el Palacio Stoclet, vemos líneas sistemáticas, un concepto de asimetría rigurosa, fachadas en mármol blanco enmarcadas por uniones de hierro y cerámica. La torre superior es escalonada y totalmente descentrada. En los volúmenes rectilíneos, se insertan formas para señalar algunas de las estancias. Vemos volúmenes dispersos. Los bordes están realizados en cerámica y hierro. La puerta central se encuentra descentrada. Los volúmenes puros se dislocan en el espacio y rompen con las tradiciones anteriores. Estos volúmenes contrastan con las formas circulares o poligonales, repletas de vanos en función de los diferentes usos de las habitaciones de la casa.

En cuanto a la decoración, también realizada por el arquitecto, es muy sobria, con una serie de objetos decorativos muy sobrios, típicos de la Secesión.

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