Psicología Social Latinoamericana: Orígenes, Evolución y Desafíos Críticos


Evolución y Tendencias Actuales de la Psicología Social en América Latina

Orígenes

El inicio académico de la Psicología Social en América Latina puede fijarse, para la mayor parte del continente, en la década de los 50, si bien en algunos países ello no ocurre sino hasta los años 70.

Como ya se ha dicho antes, esta Psicología se caracteriza mayormente por su carácter dependiente y meramente reproductor de teorías, métodos y temas de estudio en boga en los EE. UU. (principalmente) y Europa. Sin embargo, se necesitaron veinte años de trabajo sistemático a partir de la creación de escuelas de Psicología y de departamentos de Psicología Social, más el establecimiento de líneas de investigación, la formación y egreso de varias promociones de psicólogos y el entrenamiento en la práctica docente e investigativa, para que la Psicología Social latinoamericana empezase a producir medios de estudio surgidos de su propio seno. Hasta ese momento, la formación psicosocial se hacía exclusivamente a través de textos producidos casi siempre en los EE. UU. La Psicología Social estudiada era fundamentalmente la que esos textos presentaban; desde su perspectiva se analizaban los problemas de estudio, muchas veces también determinados por la influencia teórica y metodológica que de esos manuales se desprendía. Y quienes comenzaron a desarrollar una práctica psicosocial sistemática en muchos casos se habían formado en centros académicos estadounidenses y europeos. Pero hubo algunas excepciones: las investigaciones de los miembros de la propia cultura que, si bien se iniciaron marcadas por el uso de modelos teóricos y metodológicos provenientes de otros ámbitos, pasaron más tarde a desarrollar sus propios modelos y a un uso crítico y selectivo de teorías y métodos.

Fases en el Desarrollo de la Psicología Social en América Latina

Si bien los inicios de la Psicología Social están marcados por la dependencia teórica y metodológica de la perspectiva adoptada, esta situación comenzará a cambiar a mediados de la década de los 70, cuando se empezará a tener una visión más inclinada hacia la subdisciplina en América Latina, lo que permite distinguir las siguientes fases en su evolución:

  1. Fase de una protopsicología social: Más que de una Psicología Social propiamente dicha, se debe hablar aquí de un pensamiento de carácter sociopsicológico, que cumple una función justificadora para regímenes autoritarios, para el desarrollo de una conciencia e identidad social de carácter dependiente.

  2. Fase de constitución y afirmación sistemática de la subdisciplina: Corresponde a la implantación científica de la Psicología Social y a la creación de un nicho académico para la misma.

  3. Fase de consolidación de la Psicología Social como disciplina académica: Durante esta fase predomina una producción de conocimientos psicosociales marcada por la adopción de teorías y métodos surgidos desde otras regiones (se siguen los modelos implantados desde fuera, pero en menor medida que antes).

  4. Fase de crisis de la Psicología Social: Las teorías y métodos de la subdisciplina comienzan a ser sometidos a análisis críticos en función de su relevancia y significación social en sociedades específicas. Los psicólogos sociales comienzan a cuestionarse que ciertas explicaciones teóricas, asumidas como el modo apropiado de comprender y aprehender la realidad, no producen respuestas, o bien las que dan son irrelevantes o simplemente no funcionan.

  5. Fase de desarrollo propio de la Psicología Social latinoamericana: Se genera una producción autóctona, en función de problemas derivados de la realidad y con utilización crítica de teorías y métodos existentes. La Psicología Social se revisa a sí misma, sus objetivos, sus fundamentos y sus efectos.

Consecuencias Inmediatas del Desarrollo de una Psicología Social Latinoamericana

El «despegue» de la Psicología Social en América Latina ha tenido evidentes consecuencias para sí y para su inserción social. La reestructuración y desarrollo distintivo como ciencia condujo a una inmediata organización del campo profesional, lo que ocasionó la creación de una organización internacional.

Por otra parte, desde fines de la década de los 70, profesionales de la Psicología Social empezaron a ocupar cargos relevantes en equipos de planificación, públicos y privados. Esto causó gran relevancia en algunos países, como Venezuela, donde, por ejemplo, una ministra de Estado, psicóloga, logró importantes reformas legales para reconocer la igualdad de derechos civiles a la mujer.

Crítica, Autocrítica y Construcción de Teoría en la Psicología Social Latinoamericana

La Psicología crítica, al no ser una rama específica de la Psicología, se puede ejercer en cualquier rama de la Psicología. Así pues, existen múltiples prácticas críticas, pero no un modo preferente de ejercerla.

La mirada o enfoque crítico busca otras perspectivas, yendo más allá de las explicaciones dadas; modifica la perspectiva y desarma las construcciones teóricas o metodológicas. Ocupa el territorio de lo distinto, introduce un elemento de contradicción en la totalidad dialéctica de un modo de hacer ciencia, que no es la antítesis de sus tesis, sino algo inesperado, novedoso y que desarrolla argumentos inusuales y distintos. Criticar no es simplemente opinar; hay un trabajo arduo tras cada crítica.

Reconocer que hay otras posibilidades, que no hay un solo modo de conocer ni una sola explicación para entender los fenómenos psicosociales, aun cuando, por cierto tiempo, pueda predominar una explicación.

La propuesta no busca desechar lo que existe, sino profundizar en ello para mostrar los orígenes y conexiones del fenómeno en la sociedad actual.

Mimetismo Cientista

Los esquemas teóricos y prácticos de la Psicología latinoamericana han sido importados directamente de los Estados Unidos, y muchos psicólogos latinoamericanos se han afiliado cada vez más a enfoques de moda en los centros académicos norteamericanos. El problema en este caso radica en cómo el mimetismo nos lleva a la aceptación acrítica de los sucesivos modelos vigentes en los Estados Unidos, lo que, al dar importancia a estos esquemas, nos conduce a una ideologización, ya que muchas veces no responden a la realidad de nuestros pueblos.

Carencia de una Epistemología Adecuada

Los presupuestos que explican los modelos predominantes en la Psicología muy pocas veces son reexaminados y, por ende, no ofrecen alternativas para el desarrollo de la Psicología. El autor menciona cinco de estos presupuestos:

  • Positivismo: Su objetivo se basa en que todos los hechos son verificables y comprobables. Aunque, por buscar lo verificable, muchas veces no reconoce aspectos que quizá no sean visibles en nuestra realidad, pero que servirían en otras condiciones.

  • Individualismo: Se ve al individuo como una entidad de sentido en sí misma. El problema es que atribuye al individuo aspectos que solo se encontrarían en colectividades, o bien, considera como individualidad aspectos que solo encontramos al relacionarnos con otros.

  • Hedonismo: Se refiere a que existe materialismo y placer en todos los marcos teóricos de la Psicología.

  • Visión homeostática: Una perspectiva que considera que todo lo que presenta crisis y conflictos es un desequilibrio.

  • Ahistoricismo: Explica que al aceptar aspectos universales en circunstancias distintas a las nuestras, puede llevarnos a una grave distorsión de lo que es nuestra realidad.

Hacia una Psicología de la Liberación

Si queremos que la Psicología haga un aporte que sea significativo para la historia de los pueblos, necesitamos replantear nuestras contribuciones teóricas y prácticas. La propuesta que se necesita es que los psicólogos contribuyan a la liberación de nuestros pueblos, pero no solamente una liberación teórica, sino fundamentalmente práctica. Y para poder entrar al camino de la liberación, la Psicología tiene que romper con su propia esclavitud.

La Psicología latinoamericana debe descentrar su atención de sí misma y centrarse en las necesidades de las mayorías populares, en problemas propios, no en problemas de otros países. La Psicología necesita liberación personal, control sobre su propia existencia y capacidad de orientar su vida. La Psicología debe trabajar por la liberación de los pueblos latinoamericanos, rompiendo con el control externo, con las fuerzas que los mantienen oprimidos y privados de control sobre su existencia. Una Psicología de la liberación tiene que aprender que solo desde el mismo pueblo oprimido será posible descubrir y construir la verdad existencial de los pueblos latinoamericanos.

La Psicología latinoamericana ha dejado de lado a sus propios pueblos al tratar de concentrarse en la Psicología, o en marcos teóricos o postulados de otras partes del mundo, dejando de lado lo nuestro. Así es muy difícil poder echar a andar una Psicología latinoamericana liberadora y plenamente centrada en su propia historia y no en la de los demás. Esto mismo ha hecho caer a la Psicología latinoamericana en falsos dilemas, ya que no responden a las interrogantes de nuestra realidad.

Con este texto, el autor intenta dejar en claro que la Psicología en Latinoamérica no está enfocada en los problemas que realmente aquejan a estos pueblos.

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