El realismo clásico y neoclásico en las Relaciones Internacionales


3.1.1 El realismo clásico: Maquiavelo

Maquiavelo plantea la pregunta de qué debe hacerse el príncipe cristiano si no puede defender su reino sin violar la regla de la honestidad y la justicia. La pregunta correcta es qué hacer para conservar el Estado y cuáles son los medios más convenientes o necesarios para lograr ese fin. Habla de las cualidades del príncipe y de lo que debe estar dispuesto a hacer para conservar y defender el Estado. La Teoría de la razón de Estado se opone al concepto tradicional de la política como arte de gobernar según razón y justicia, y la entiende como arte de conservar y conquistar el poder. Para la política de la razón de Estado, los medios deben ser siempre eficaces. Maquiavelo critica la organización de la vida política preconizada por los humanistas, considerándola utópica y poco realista debido a la maldad de la naturaleza humana.

Thomas Hobbes

El estado natural es el enfrentamiento, y la política busca conjugar los intereses de manera civilizada. La creación de un estado soberano es la solución, ya que la gente busca seguridad y tranquilidad. Hobbes plantea que los individuos entregan sus armas al Estado para que este vigile su seguridad. El Estado soberano surge para superar los conflictos entre individuos y garantizar mejor los derechos del individuo. La paz interna genera la crisis externa, pero para los realistas lo que sucede internamente es intranscendente. Hobbes defiende que el Estado es el mejor campo posible para el ejercicio de la libertad del individuo.

3.2 El realismo neoclásico: Hans Morgenthau

Morgenthau parte de la naturaleza humana, que busca el dominio y el poder. La búsqueda de este poder implica encontrar el espacio de libertad y autonomía. Morgenthau plantea que el conflicto es inevitable y justifica el conflicto en el ámbito político. Morgenthau diferencia entre la esfera privada y pública, y critica a Wilson por querer aplicar los mismos códigos morales a ambas esferas. Morgenthau defiende que la moralidad en la esfera política es diferente y que la política se basa en la búsqueda de intereses y seguridad. Morgenthau también aboga por el equilibrio de poderes y la precaución ante la hegemonía. Su visión se basa en una visión pesimista de la naturaleza humana. En los años 60, el realismo experimentó una mutación con la concepción behaviorista, que intentó hacer de las Relaciones Internacionales una ciencia pura y dejó de lado las cuestiones morales.

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