España bajo Alfonso XIII: Regeneracionismo, Crisis Política y Oposición (1902-1923)


Los Partidos Dinásticos: Regeneracionismo y Revisionismo Político

La primera etapa del reinado de Alfonso XIII estuvo marcada por el espíritu regeneracionista.

A la nueva actuación seguida desde el poder se le denominó revisionismo, ya que se pretendía revisar el sistema político de la Restauración.

1.1. Los intentos de “revolución desde arriba”

Tras la muerte de los fundadores de los dos partidos dinásticos (Cánovas y Sagasta), empezó la etapa del revisionismo político, protagonizado por Antonio Maura, desde el Partido Conservador, y José Canalejas, desde el Partido Liberal.

Los primeros intentos de reforma los impulsaron gobiernos conservadores, cuya intención, según Maura, era hacer una “revolución desde arriba” para evitar la “revolución desde abajo”. Esta aspiración buscaba, como máximo, un saneamiento de la vida política, pero sin alterar las bases de funcionamiento del sistema.

A principios de siglo se produce una tímida y lenta legislación laboral:

  • Se crea el Instituto Nacional de Previsión (1908), embrión del futuro sistema de Seguridad Social, que pretendía promover los seguros sociales colectivos.
  • Se establece el “Retiro Obrero”, por el cual el trabajador, a cambio de una cotización durante su vida laboral activa, podía jubilarse con derecho a una pequeña pensión.

También se establece la Ley de Reforma Electoral (1907):

  • Tenía la intención de eliminar el fraude y garantizar la limpieza de las elecciones.
  • Su artículo 29 establecía que los escaños electorales para los que sólo hubiese un candidato se adjudicarían directamente sin proceso electoral, una medida que, paradójicamente, pudo perpetuar el caciquismo en algunas zonas.

A partir de 1910 les tocó el turno a los liberales, presididos por Canalejas, quien intentó también su propia “revolución desde arriba”.

  • Se promulgan algunas leyes de contenido social, como la jornada de nueve horas en las minas o la abolición del impopular impuesto sobre consumos.
  • La ley más representativa de este periodo será la Ley de Reclutamiento (1912):
    • Establecía el servicio militar obligatorio.
    • Acababa parcialmente con la práctica clasista de la sustitución y la redención (pagar para evitar el servicio militar).
    • No obstante, se mantenía la figura de los “soldados de cuota”, que cumplían un servicio militar más corto a cambio del pago de una cantidad.

1.2. La crisis del bipartidismo

Las bases del sistema de la Restauración eran el bipartidismo y el turno pacífico en el poder. Ambos pilares empezaban a tambalearse a principios del siglo XX.

La fuerza de los partidos dinásticos había radicado en gran medida en las características personales de sus miembros y, muy especialmente, de sus máximos dirigentes. Las muertes de Cánovas del Castillo (1897) y Práxedes Mateo Sagasta (1903) dejaron sin liderazgo claro a los dos grandes partidos del sistema. Los nuevos líderes (Maura, Canalejas, Dato, Romanones…) carecían de la talla política de aquellos y de su capacidad para mantener unidas a las diferentes facciones y personalidades dentro de cada partido.

Esta crisis interna de los dos partidos dinásticos provocó que el monarca, Alfonso XIII, asumiera un mayor protagonismo político, interviniendo frecuentemente en la formación y caída de gobiernos.

En cuanto a la práctica del turno, había funcionado con relativa normalidad hasta 1912. Sin embargo, las tensiones internas y la creciente oposición llevaron a Maura a proclamar la imposibilidad de mantener esta práctica de alternancia pactada. Comenzaba así un enfrentamiento real entre los dos partidos dinásticos, fragmentando aún más el panorama político.

2. La Crisis de 1909: La Semana Trágica

La cuestión de Marruecos provocó un profundo descontento popular, fundamentalmente a causa de los reclutamientos forzosos de tropas para una guerra impopular.

Esta guerra sólo interesaba a:

  • Un sector del ejército, deseoso de recuperar el prestigio profesional perdido tras el Desastre del 98.
  • Ciertos capitalistas, interesados en la explotación de las minas de hierro del Rif.

El 9 de julio de 1909, las tribus rifeñas atacaron a trabajadores españoles en una línea de ferrocarril próxima a Melilla. El gobierno de Maura decidió reforzar militarmente la zona enviando reservistas (muchos de ellos casados y con hijos), lo cual agudizó el clima de tensión social, especialmente en Cataluña.

En Barcelona, desde donde debían embarcar las tropas, comenzó una huelga general el 26 de julio, convocada por socialistas y anarquistas bajo el comité de huelga de Solidaridad Obrera.

La autoridad militar proclamó el estado de guerra, lo que desató una oleada de violencia callejera que duró del 26 al 31 de julio, conocida como la Semana Trágica. Durante estos días, se levantaron barricadas y se produjo la quema de numerosos edificios religiosos (iglesias y conventos).

El 31 de julio, la insurrección fue liquidada por el ejército y se emprendió una dura represión. Hubo numerosos detenidos, consejos de guerra y condenas. Destaca la ejecución de 5 personas, entre las que se encontraba Francesc Ferrer i Guàrdia, pedagogo anarquista y fundador de la Escuela Moderna, acusado de ser el instigador de la revuelta (aunque su implicación directa es muy discutida). Su ejecución provocó una ola de protestas nacionales e internacionales contra Maura, quien finalmente tuvo que dimitir.

Llama la atención de este movimiento el ataque selectivo contra edificios religiosos y no contra bancos o establecimientos militares. Esto se explica por:

  • El fuerte anticlericalismo de amplios sectores populares, que veían a la Iglesia como un pilar del poder establecido y opresor.
  • La mayor vulnerabilidad de los edificios religiosos en comparación con instalaciones militares o financieras.

3. Las Fuerzas de la Oposición

Los partidos antidinásticos (republicanos, nacionalistas, socialistas y anarquistas) habían tenido muy poco peso desde el comienzo de la Restauración. Sin embargo, a lo largo del inicio del siglo XX, su fuerza y sus apoyos sociales comenzaron a aumentar significativamente.

3.1. Los Republicanos

En las primeras décadas del siglo XX, los republicanos constituían la fuerza de oposición más importante al sistema monárquico.

  • Representaban la aspiración de los intelectuales y de sectores de las clases medias a una democratización política profunda, que identificaban con el régimen republicano.
  • En 1903 se fundó Unión Republicana, que ese mismo año obtuvo un notable éxito electoral en las ciudades, consiguiendo 36 diputados. Sus principales figuras eran Nicolás Salmerón y Alejandro Lerroux.

En su seno existían dos tendencias principales:

  • Un republicanismo moderado y reformista, representado por Salmerón y, más tarde, por Melquiades Álvarez, que optó definitivamente por la lucha electoral y parlamentaria.
  • Un republicanismo radical, liderado por Alejandro Lerroux e implantado sobre todo en Cataluña.
    • Utilizaba un lenguaje populista, demagógico, fuertemente anticlerical y, en sus inicios, anticatalanista (para atraer a la clase obrera inmigrante).
    • Pretendía integrar las reivindicaciones obreras y aspiraba a implantar la república a través de la insurrección.
    • En Valencia, una figura similar fue la de Vicente Blasco Ibáñez.

En 1908, el sector radical se escindió de Unión Republicana y Lerroux fundó el Partido Radical.

En 1912, Melquiades Álvarez fundó el Partido Reformista, de carácter más moderado, democrático y laico, pero dispuesto a aceptar la monarquía si esta adoptaba un programa democrático.

3.2. Los Nacionalistas

3.2.1. El Nacionalismo Catalán

  • Estuvo dominado por la Lliga Regionalista, fundada en 1901 por Enric Prat de la Riba y Francesc Cambó.
  • La Lliga consideraba que se debía compatibilizar la regeneración política de España y la modernización económica con la reivindicación de autonomía para Cataluña.
  • Era el partido de la burguesía industrial y comercial catalana, tanto urbana como rural, y extendió su influencia por toda Cataluña.
  • Practicó una política pactista, colaborando ocasionalmente con los partidos dinásticos (especialmente con Maura).
  • Su creciente conservadurismo llevó a un sector más izquierdista a escindirse y formar el Centre Nacionalista Republicà (1906).
  • La Ley de Jurisdicciones de 1906 (que ponía bajo jurisdicción militar las ofensas al ejército y a la patria, surgió como reacción a un incidente con militares y publicaciones catalanistas) fue considerada un instrumento para reprimir el catalanismo y provocó un fuerte movimiento de protesta unitario.
  • Como respuesta, ese mismo año (1906), las fuerzas catalanistas (desde carlistas a republicanos federales, pasando por la Lliga) formaron Solidaritat Catalana, una coalición electoral que obtuvo un éxito arrollador en las elecciones de 1907 (41 de los 44 escaños posibles en Cataluña).
  • La unidad de Solidaritat Catalana se rompió pronto, debido a la colaboración de Cambó con el gobierno conservador de Maura y por las tensiones generadas a raíz de los hechos de la Semana Trágica (1909).

3.2.2. El Nacionalismo Vasco

  • A principios de siglo, en el Partido Nacionalista Vasco (PNV), fundado por Sabino Arana, se inició un enfrentamiento entre dos tendencias tras la muerte de su fundador:
    • Un sector radical independentista y defensor de la pureza original de las ideas aranistas (integrismo).
    • Otro sector más moderado, posibilista y liberal, que optaba por la autonomía dentro de España y buscaba ampliar la base social del partido.
  • Con el tiempo, el PNV se asentó en todas las provincias vascas, se aproximó a la burguesía industrial (inicialmente reticente), amplió sus bases sociales y se consolidó como la fuerza política mayoritaria en el País Vasco.

3.3. El Socialismo

  • En 1900, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) era un partido minoritario que crecía lentamente, con implantación principalmente en Madrid, Asturias y Vizcaya.
  • Fue necesaria una década para que su líder histórico, Pablo Iglesias, aceptase colaborar electoralmente con los republicanos (sin renunciar a la meta final de la revolución social).
  • El cambio de estrategia se produjo tras la Semana Trágica, con la formación de la Conjunción Republicano-Socialista en 1909, que puso fin al aislamiento político del PSOE.
  • El socialismo asimiló parte del discurso anticlerical del republicanismo e incorporó a intelectuales de prestigio como Luis Araquistáin y Julián Besteiro.
  • En 1910, gracias a la alianza con los republicanos, el PSOE obtuvo su primer diputado en las Cortes: Pablo Iglesias.
  • En elecciones posteriores (hacia 1918), fueron elegidos diputados otros dirigentes importantes como Indalecio Prieto, Francisco Largo Caballero, Julián Besteiro, Daniel Anguiano y Andrés Saborit.
  • En 1919, el triunfo de la Revolución Rusa y la creación de la III Internacional (Comunista) dividieron profundamente al partido. Una minoría radical, partidaria de adherirse a la Internacional Comunista, fundó el Partido Comunista de España (PCE) en 1921.
  • La Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato ligado al PSOE, conoció un fuerte crecimiento en este periodo: pasó de unos 41.000 afiliados en 1910 a 129.000 en 1912 y a 240.000 en 1921.

3.4. El Anarquismo

  • El anarquismo estaba fuertemente arraigado en las zonas industriales y urbanas de Cataluña y entre el campesinado de Andalucía y Extremadura.
  • En su seno persistían dos tendencias principales:
    • Los partidarios de la acción directa violenta y la estrategia terrorista (la»propaganda por el hech»).
    • Los sectores proclives al sindicalismo revolucionario (anarcosindicalismo), que priorizaban la organización obrera y la huelga general como herramienta de transformación social.
  • En 1907 se fundó en Barcelona Solidaridad Obrera, una federación sindical de inspiración anarcosindicalista que consideraba la huelga general como el instrumento revolucionario más eficaz.
  • En 1910, a partir de Solidaridad Obrera, se fundó la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), que se convertiría en el principal sindicato anarquista de España y uno de los más importantes de Europa.
  • Aunque se acrecentó el peso de los sectores sindicalistas, la CNT se reafirmó en la acción directa (entendida como negociación directa entre obreros y patronos, sin intermediarios políticos, y también como el uso de huelgas, boicots y sabotajes) como estrategia fundamental.
  • Tras la huelga general revolucionaria de 1911, la CNT fue declarada ilegal y tuvo que operar en la clandestinidad hasta 1915.
  • Experimentó un crecimiento espectacular: en 1916 contaba con unos 80.000 afiliados, y en 1920 superaba los 600.000. Este crecimiento obligó a adoptar una nueva estructura organizativa más centralizada a través de los»Sindicatos Único» de industria (decidido en el Congreso de Sants de Barcelona en 1918).
  • En este congreso, la CNT reafirmó su postura apolítica (rechazo a la participación en la política parlamentaria) y sus estrategias de lucha sindical, acción directa y huelga general como vía hacia la revolución social y la implantación del comunismo libertario.
  • Dentro de la CNT también hubo disputas ideológicas y estratégicas entre dirigentes más moderados y sindicalistas, como Ángel Pestaña y Salvador Seguí (el Noi del Sucre), y los partidarios de la acción directa más radical y violenta (grupos de afinidad), como Buenaventura Durruti, Juan García Oliver y Francisco Ascaso.

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