Paisajes vegetales de España
Paisaje vegetal de clima oceánico
Se encuentra en la fachada atlántica y el Pirineo navarro, dentro de la región floral eurosiberiana. Su vegetación principal es el bosque caducifolio, formado por árboles altos de hoja caduca como el haya, que crece en montañas y suelos calizos o silíceos, y el roble, que prefiere altitudes menores y suelos silíceos. Con el tiempo, la acción humana ha reducido estos bosques, introduciendo primero el castaño y luego sustituyéndolos por pinos y eucaliptos para la explotación maderera. Al degradarse los bosques, han surgido las landas (formaciones de matorrales densos con brezos) y los prados en las zonas más fértiles. Actualmente, el bosque atlántico solo ocupa un 10% de su extensión original.
Paisaje vegetal de clima mediterráneo
Propio de la región floral mediterránea, se caracteriza por el bosque perennifolio y el matorral. Su vegetación es xerófila, adaptada a la aridez, con hojas duras y resinosas. El bosque perennifolio, menos denso y de árboles de altura media, crece lentamente debido a las condiciones ambientales difíciles. La encina es su especie más representativa, resistente a distintos suelos y climas, y su fruto, la bellota, es alimento para el ganado. También destaca el alcornoque, cuya corteza, el corcho, tiene valor industrial. La marcada acción humana ha provocado la gran reducción de este bosque, transformándolo en dehesas y favoreciendo repoblaciones con pinos. La degradación del bosque ha dado lugar al matorral mediterráneo, con el maquis (denso y alto, formado por jaras, retamas y madroños) y la garriga (más baja y dispersa, con especies como el romero, tomillo y espliego).
Paisaje vegetal de ribera
Se desarrolla en las riberas de los grandes ríos, donde la humedad constante permite una vegetación específica que crece de forma simétrica a lo largo de sus márgenes. Está compuesto por árboles como olmos, sauces y álamos, y arbustos como zarzamoras e hiedras. Sin embargo, esta vegetación ha retrocedido significativamente debido a la transformación de estas tierras para el cultivo, la construcción de canalizaciones y la expansión urbana, quedando en muchos casos reducida a líneas de sauces en los márgenes de los ríos.
Paisaje vegetal de montaña
Se organiza en pisos debido a la altitud, ya que las condiciones climáticas varían con la altura. Factores como el aumento de la precipitación, el descenso de la temperatura y la orientación de las laderas influyen en la distribución de la vegetación. Se distinguen los siguientes pisos:
- Piso basal (hasta 1200 metros): Crecen encinas, robles y hayas.
- Piso subalpino (1200-2400 metros): Predominan abetos y pinos silvestres.
- Piso alpino (2400-3000 metros): Abundan los prados y pastizales.
- Piso nival (más de 3000 metros): La vegetación desaparece y el terreno permanece cubierto de nieve todo el año.
Paisaje vegetal de Canarias
Perteneciente a la región macaronésica, combina especies mediterráneas y africanas y se caracteriza por un alto endemismo y la presencia de especies relictas. Debido a la constitución volcánica de las islas y la altitud del Teide, la vegetación se organiza en pisos:
- Piso basal (hasta 200-400 m, según orientación): Seco y sin árboles, predominan matorrales como el cardón y la tabaiba.
- Piso intermedio (200-800 m): Alberga especies como el drago y la palmera canaria.
- Piso termocanario (800-1200 m): Donde los vientos alisios generan humedad (mar de nubes), crece el bosque de laurisilva.
- Piso canario (1200-2200 m): Predominan los bosques de coníferas, especialmente el pino canario y algunos cedros.
- Piso supracanario o de alta montaña (a partir de 2200 m): La vegetación desaparece progresivamente, dando lugar a un desierto rocoso con algunas especies endémicas adaptadas a condiciones extremas, como la violeta del Teide.
Regiones biogeográficas de España
La vegetación se organiza en grandes reinos florales, divididos en regiones. España pertenece al reino holártico, que abarca los continentes situados al norte del trópico de Cáncer. En su territorio se encuentran cuatro regiones florales:
Región eurosiberiana
Abarca la cornisa Cantábrica y los Pirineos, excepto su parte oriental. Su clima húmedo y de temperaturas suaves permite el desarrollo de un bosque caducifolio denso, cuya frondosidad impide el paso de la luz solar, dificultando el crecimiento del estrato arbustivo y herbáceo.
Región mediterránea
Comprende el resto de la península Ibérica y las islas Baleares. Su vegetación es perennifolia, adaptada a la sequía estival del clima mediterráneo. Para reducir la evapotranspiración y captar mejor la humedad del suelo, las plantas han desarrollado hojas pequeñas y coriáceas, además de raíces extensas y profundas, características de la vegetación esclerófila.
Región boreoalpina
Incluye las zonas más elevadas de las cordilleras de la península Ibérica. La vegetación varía en función de la altitud y la latitud, adaptándose a las duras condiciones climáticas de las montañas.
Región macaronésica
Corresponde al archipiélago canario y se distingue por su insularidad, suelos volcánicos y la antigüedad de su flora. Su vegetación es muy diversa, con una alta proporción de endemismos, resultado de la combinación de influencias mediterráneas y africanas, mientras que el aislamiento insular ha favorecido la aparición de especies autóctonas.
Dinámica Natural de la Población en España
1. Concepto de Dinámica Natural de la Población
La dinámica natural de la población es el cambio en el número de habitantes de un lugar debido a los nacimientos y defunciones. Si hay más nacimientos que muertes, se produce un crecimiento natural positivo; si ocurre lo contrario, el crecimiento es negativo. Para estudiar estos cambios, se utilizan las siguientes tasas:
- Tasa de Natalidad (TN): Relación entre los nacimientos ocurridos en un año y la población total media de ese año. Se expresa en tantos por mil (‰).
- Tasa de Mortalidad (TM): Relación entre los fallecimientos ocurridos en un año y la población total media de ese año. Se expresa en tantos por mil (‰).
- Tasa de Fecundidad (TF) o Índice Sintético de Fecundidad (ISF): Número medio de hijos por mujer en edad fértil (generalmente entre 15 y 49 años).
- Crecimiento Natural o Vegetativo (CN o CV): Diferencia entre el número de nacimientos y el número de defunciones en un año. Puede ser positivo, negativo o cero.
2. Modelo de Transición Demográfica en España
La evolución de la población española se ajusta al modelo de transición demográfica, que describe el paso de un régimen demográfico antiguo (altas tasas de natalidad y mortalidad) a un régimen demográfico moderno (bajas tasas de natalidad y mortalidad). Este modelo se divide generalmente en varias fases, que en el caso español se pueden agrupar así:
Fase 1: Régimen Demográfico Antiguo (hasta principios del siglo XX)
Se caracterizaba por:
- Altas tasas de natalidad: Debido a una sociedad predominantemente rural donde los hijos representaban mano de obra y una seguridad para la vejez, junto con la inexistencia o escasa difusión de métodos anticonceptivos eficaces y la influencia de factores religiosos.
- Altas y fluctuantes tasas de mortalidad: Causada por una dieta alimenticia escasa y desequilibrada (desnutrición), precarias condiciones médico-sanitarias e higiénicas, y el impacto de enfermedades infecciosas, epidemias, y crisis de subsistencia o guerras.
- Crecimiento natural bajo y discontinuo: Con momentos de crecimiento nulo o incluso negativo debido a picos de mortalidad catastrófica.
Fase 2: Transición Demográfica (aproximadamente 1900-1975)
Esta etapa marca el paso del régimen antiguo al moderno y se caracteriza por una disminución inicial de la mortalidad, seguida de una reducción progresiva de la natalidad.
- Descenso de la mortalidad (primera mitad del siglo XX): Gracias a avances médicos (vacunas, antibióticos), mejoras en la higiene pública y privada, progresos en la sanidad (alcantarillado, agua potable) y una mejor alimentación. La mortalidad catastrófica se reduce significativamente.
- Mantenimiento inicial y posterior descenso de la natalidad: La natalidad se mantuvo alta en las primeras décadas, pero comenzó a descender de manera desigual. Factores como la crisis económica de 1929, la Guerra Civil (1936-1939) y la dura posguerra influyeron en su reducción.
- Baby boom (aproximadamente 1956-1965): Se produjo un notable aumento de nacimientos, coincidiendo con un periodo de crecimiento económico (desarrollismo) y mejoras en la calidad de vida.
- Final de la transición (1965-1975): La natalidad comenzó a descender de forma más acusada debido a cambios socioeconómicos como la migración del campo a la ciudad (éxodo rural), la progresiva incorporación de la mujer al sistema educativo y laboral, y una menor necesidad de hijos como mano de obra. La crisis de la vivienda en las ciudades también influyó.
Fase 3: Régimen Demográfico Moderno o Actual (desde 1975)
Se caracteriza por bajas tasas de natalidad y mortalidad, lo que resulta en un crecimiento natural muy reducido, nulo o incluso negativo en algunos periodos.
- Descenso brusco y mantenimiento de bajas tasas de natalidad: A partir de 1975, la natalidad experimentó una caída drástica. Las causas son múltiples: la crisis económica de 1975, el cambio de mentalidad en la sociedad (menor influencia religiosa, mayor valoración del bienestar individual y familiar), la generalización del uso de métodos anticonceptivos, la legalización del aborto, la plena incorporación de la mujer al mundo laboral y educativo, el retraso en la edad de matrimonio y maternidad, y el aumento del coste de crianza de los hijos.
- Mortalidad baja pero con tendencia a un ligero ascenso: Aunque la esperanza de vida es alta, la tasa de mortalidad ha experimentado un ligero aumento desde finales del siglo XX y principios del XXI, principalmente debido al progresivo envejecimiento de la población (mayor proporción de personas en edades avanzadas).
- Crecimiento natural muy bajo o negativo: Como consecuencia de la baja natalidad y una mortalidad que, aunque baja, afecta a una población envejecida, el crecimiento natural ha sido muy escaso e incluso negativo en muchos años, especialmente desde la década de 2010. Momentos puntuales, como la pandemia de COVID-19, han acentuado esta tendencia.
3. Desequilibrios Territoriales en el Movimiento Natural de la Población
Aunque en el conjunto de España las tasas de natalidad y mortalidad son bajas, existen notables diferencias regionales. Estos desequilibrios están influenciados principalmente por la estructura de edad de la población de cada territorio, así como por factores socioeconómicos y culturales.
3.1. Distribución de la Natalidad
Generalmente, se observa:
- Tasas de natalidad relativamente más altas: En algunas regiones del sur peninsular (como Andalucía y Murcia), en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y en las Islas Baleares y Canarias. También en áreas dinámicas económicamente como la Comunidad de Madrid y Cataluña, a menudo influenciadas por la población inmigrante más joven.
- Tasas de natalidad más bajas: Predominan en las regiones del interior y norte peninsular, especialmente en aquellas con poblaciones más envejecidas, como Galicia, Asturias, Castilla y León, y Aragón.
3.2. Distribución de la Mortalidad
En cuanto a la mortalidad, las diferencias también son significativas:
- Tasas de mortalidad más altas: Se registran en las comunidades autónomas con una población más envejecida, como es el caso de Asturias, Galicia, Castilla y León, y Aragón.
- Tasas de mortalidad más bajas: Corresponden a regiones con estructuras de población más jóvenes, como Canarias, la Comunidad de Madrid, Murcia, Andalucía y las Islas Baleares.
Es importante considerar también la diferencia entre zonas rurales y urbanas. Aunque la calidad de vida y el acceso a servicios sanitarios han mejorado notablemente en toda España, las zonas rurales, a menudo con poblaciones más envejecidas y dispersas, pueden presentar desafíos específicos en el acceso a ciertos servicios especializados, lo que podría influir en las tasas de mortalidad, si bien la principal causa de las diferencias suele ser la estructura por edad.