España en la Restauración (1875-1903): Partidos, Turnismo y Desafíos Políticos


Otros Grupos y Tendencias Políticas

Partidos Católicos

A la derecha, se encontraba el Partido Carlista, liderado por Cándido Nocedal.

Grupos Republicanos

Situados a la izquierda, al principio y hasta 1885, se encontraban fuera del sistema. Constituían unas cuantas familias políticas, con líderes de muchísimo prestigio intelectual pero con escasa base social. Entre ellos destacan:

  • Los Posibilistas de Castelar, que acabaron ingresando en el Partido Liberal.
  • La facción republicana de corte centralista, cuyo principal líder era Nicolás Salmerón. De aquí se desgajó Gumersindo de Azcárate.
  • Los Republicanos radicales de Ruiz Zorrilla, con posteriores expresiones regionales como el blasquismo en Valencia, dirigido por Vicente Blasco Ibáñez, o la versión federalista de Francisco Pi y Margall, que acabó participando en el catalanismo político.

Evolución Política: 1875-1898

Reinado de Alfonso XII (1875-1885)

Aspectos Generales

Al principio, los gobiernos se suceden según dos momentos diferentes. Hasta 1885, es crucial considerar las condiciones del Pacto del Pardo (1885) y, con este, el asentamiento pacífico del Turno. El cambio fundamental es el paso de un primer gobierno autoritario de Cánovas (que distingue entre partidos legales e ilegales), cuyas elecciones se hicieron con la Constitución de 1869, a una monarquía parlamentaria liberal. Esto fue posible gracias a una serie de reformas impulsadas por el partido de Sagasta, que intervinieron decisivamente en las relaciones sociales.

Sucesión de Gobiernos

  • 1875-1881: Gobierno nombrado formalmente por Alfonso XII y presidido por Cánovas, encargado de impulsar la Constitución y el sistema político de la Restauración, estructurando dicho sistema.
  • 1881-1884: Cánovas cede el paso a Sagasta.
  • 1884-diciembre de 1885: Gobierno de Cánovas. Fue una legislatura muy corta que se interrumpió con la muerte imprevista de Alfonso XII, quien no tenía sucesor directo, dando paso a la Regencia. Con la firma del Pacto del Pardo en 1885, se asienta el Turno.

Regencia de María Cristina (1885-1902)

Aspectos Generales

La modernización impulsada por Sagasta se plasmó en varias leyes fundamentales:

  • Ley de Asociaciones (1887): Legalizó las asociaciones políticas.
  • Ley de Juicios por Jurado (1888).
  • Creación por ley del primer Tribunal Contencioso Administrativo (1888).
  • Código Civil moderno (1889): Recogía las relaciones entre particulares.
  • Ley de Sufragio General Masculino (1890): Una medida de los liberales consensuada con Cánovas. La mayoría sagastina aprobó la ley, pero el primer gobierno que debía realizar las primeras elecciones con esta ley fue el de Cánovas. Esto constituyó un pacto.

Todo este cuerpo legal era homologable con la situación del resto de Europa. Sin embargo, no lo fue en la práctica debido al mal funcionamiento de las elecciones. La reforma legal no tuvo el efecto liberalizador esperado y no dio lugar a una verdadera inclusividad. Estas medidas no fueron inocuas y tuvieron efectos en el siglo XX, permitiendo la formación de una oposición al régimen entre sectores de la pequeña burguesía y las clases medias.

Sucesión de Gobiernos

  • 1886-1890: Gobierno “largo” de Sagasta. Emprende la modernización anteriormente citada.
  • 1890-1892: Cánovas toma las riendas del gobierno, cuyos mandatos ahora pasan a durar unos dos años. Es la primera vez que se forma un Parlamento por sufragio universal.
  • 1892-1895: Vuelve Sagasta. En el verano de 1893, se producen importantes conflictos sociales y estructurales en el país, así como cambios en la política exterior. Hubo disensiones, pero sin romper lo fundamental del pacto.
  • 1895-1897: Cánovas pidió el turno, pero el 8 de agosto de 1897 fue asesinado de un disparo por el anarquista italiano Michele Angiolillo. Durante unos meses, ocupa la presidencia del Gobierno como interino Marcelo Azcárraga Palmero, hasta que se cumple el turno, como una solución de compromiso.
  • 1897-1899: Sagasta volvió al Gobierno y gestionó el Desastre del 98. Se produjo una crisis en la coyuntura política, y se esperaba una reacción muy fuerte de la población, pero esta no ocurrió. Tampoco hubo una crisis económica fuerte. El Turno se mantuvo, más o menos como si no hubiera pasado nada.
  • 1899-1901: El Gobierno de Francisco Silvela prometió elecciones limpias y una mayoría menos ajustada, pero no cumplió su promesa. Entra por primera vez el catalanismo político. El General García de Polavieja entró en el gobierno de Silvela apoyando posiciones del catalanismo político.
  • 1901-1903: En marzo, el Partido Liberal con Sagasta volvió a cumplir su bienio, siendo la última vez que este líder gobierna. En mayo de 1902, se reconoce la mayoría de edad del Príncipe Alfonso XIII, quien sorprende al Gobierno con aires de autoridad. Durante la regencia de su madre, se considera que ella no reinó en el sentido de que el gobierno ejercía el poder de forma más estable. Alfonso XIII manifiesta su intención de ejercer como jefe del Ejército y como jefe de todas las instituciones políticas, según la libre atribución que le daba la Constitución de disolver las Cortes cuando quisiera. La Regente, sin embargo, realmente sí gobernó en política exterior, relacionándose con las cancillerías europeas mediante movimientos inteligentes. Los ministros de exteriores no solían tomar buenas decisiones, exceptuando a Segismundo Moret, quien se apoyaba en la Regente y ella en él.

El Caciquismo

La familia y el parentesco eran importantes para acceder a los bloques de poder. Las decisiones que tomaba la élite política no siempre eran coherentes. El sistema del caciquismo era muy fragmentario.

Los contemporáneos no empleaban el término “caciquismo” como tal para referirse a esta práctica de relaciones sociales, quizás porque estas relaciones se consideraban normales. Se empezó a hablar de caciquismo a partir de 1898, coincidiendo con el auge cultural del regeneracionismo, que establecía una dualidad entre oligarquía y caciquismo.

Desde el punto de vista de la sociología política, se puso el acento en la complejidad del funcionamiento del Régimen. Se analiza el caciquismo como un fenómeno histórico de carácter político y social.

Partimos de un censo electoral de 4 o 5 millones de votantes. Los más numerosos eran los proletarios, quienes a menudo se negaban a votar por diversas razones, entre ellas:

  • Apatía: No tenían confianza en el sistema debido al funcionamiento del sistema caciquil y por la propia inhibición de las organizaciones obreras anteriores.

Existía un voto independiente, completamente minoritario en las ciudades, localizado en la pequeña burguesía, que se salía del Turno hacia formaciones republicanas.

El voto mayoritario era gestionado por el político del Turno a través del cacique, un gestor público de intereses privados.

La ideología en la expresión del voto brillaba por su ausencia. El cacique se presentaba como una persona con un conjunto de mecanismos capaces de asegurar los resultados electorales.

El caciquismo respondía a necesidades funcionales de la sociedad de la época, todavía mayoritariamente rural, pero con centros de decisión urbanos.

El Estado no tenía suficiente capacidad para intervenir en la sociedad, y el cacique actuaba como intermediario.

El objetivo no era la democratización, sino garantizar la estabilidad. Como consecuencia, se generó desconfianza en el sistema.

El Regeneracionismo

El Regeneracionismo juzgó moralmente los resultados del sistema de la Restauración y logró descalificarlos, pero no hizo un análisis histórico, político o social profundo.

Joaquín Costa, en su obra Oligarquía y caciquismo, hizo una descripción de la corrupción electoral, pero no analizó sus causas ni contrapartidas.

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