Estructura interna de una obra


Federico García Lorca nació en Fuente Vaqueros (Granada) en 1898. Estudió música desde pequeño y esta fue su primera vocación. Entre 1919 y 1928 vivió en una Residencia de Estudiantes de Madrid, centro de importantes intercambios culturales donde hizo amistad con Salvador Dalí, Luis Buñuel y Rafael Alberti, entre otros. Publicó sus primeros escritos en esta etapa de juventud. Viajó por España, Estados Unidos y Cuba. A su regreso creó la compañía teatral La Barraca. Fue su director, conferenciante, compositor de canciones, excelso poeta y notable dramaturgo. Sus posiciones antifascistas y su fama lo convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil española. Fue fusilado en Víznar en 1936.

La situación política y social que le tocó vivir a Lorca s un período de preguerra y un total descontento de las distintas clases sociales. No obstante, asistimos a un período cultual importante con la convivencia de movimientos artísticos vanguardistas con los novecentistas y la Generación del 27, a la que perteneció. Entre 1923 y 1939 se producen en España el régimen militar y el gobierno autoritario de Primo de Rivera por un período de ocho años, la proclamación de la Segunda República, que aprobó una constitución en 1931 y, finalmente, la guerra civil de 1936, que sumiría al país en tres largos años de contienda.

La trama argumental comienza con el duelo por la muerte del marido de Bernarda y ya en esta situación de dolor advertimos el carácter intransigente de nuestra protagonista, que vive con su madre, cinco hijas y dos criadas. Toda la familia sufre una represión por parte de esta mujer. Angustias es la mayor de las hijas y a ella le está permitido casarse con Pepe Romano. Esto crea un ambiente discrepante en la casa, ya que las demás hermanas también desean a este hombre, tal vez porque él y el matrimonio son la única válvula de escape de la férrea y rígida educación que les proporciona su madre, quien las obliga a permanecer de luto y encerradas a causa de la muerte de su padre. Adela, la más joven acabará suicidándose. Bernarda intentará tapar todos los problemas y evitar la deshonra.

El tema principal es la pugna entre Bernarda y sus hijas, el enfrentamiento entre la tradición y los nuevos valores que quieren introducir las hijas cansadas de tanta represión.

La estructura interna de la obra sigue un orden cronología, sin saltos en el tiempo. En ocasiones hay aceleración en el discurso para recalcar algunos momentos clave. Inicialmente se nos plantea la situación de la muerte del marido de Bernarda y cómo ella toma el mando de la casa. A partir de entonces descubrimos el futuro casamiento de Angustias y los sentimientos de sus hermanas respecto al que será su marido. Se descubre poco a poco la relación de Adela con Pepe el Romano y finaliza la obra con el suicidio de ella.

En La casa de Bernarda Alba aparecen dieciséis personajes. Es significativo el papel de Pepe Romano a quien nunca llegamos a ver ni oír, pero que es calificado por las mujeres de la obra. Es un elemento fundamental pues casi todas las conversaciones giran en torno a él. Pero la protagonista indiscutible es una mujer, Bernarda, quien de modo viril asume e impone por la fuerza todo un código de conducta represivo a unas hijas que, con excepción de la menor, asumen esas reglas heredadas de la tradición. Bernarda representa el poder absoluto y ella misma está bajo los cánones que impone, atemorizada por el qué dirán.
Poncia es una antigua amiga de Bernarda, que recibió su ayuda en el pasado y que pasó a ser su criada como compensación, por esta razón se puede permitir el lujo de tutear a Bernarda y de hablar de ciertos temas con sus hijas. Se encarga de la limpieza, el cuidado de la casa y el servicio de quienes viven en ella. 


Es quien avisa a Bernarda de la posibilidad de asuntos turbios en su casa respecto a Pepe el Romano

Angustias, de 39 años, es la hija mayor de Bernarda. Su padre no es el marido de Bernarda que muere al inicio de la obra por eso posee más riquezas que sus hermanas. Por este motivo, Pepe el Romano la pide en matrimonio, pero ella desconoce que él no la ama.
Magdalena es la segunda hija de Bernarda. Este personaje se presenta sumiso al hecho de ser mujer y acepta las normas de su madre. Solo muestra rebeldía respecto al tema de la herencia recibida por Angustias. Tiene presente que no llegará a casarse y lo acepta resignada.
Martirio tiene 24 años y es la primera que se percata de los encuentros amorosos de Adela y Pepe el Romano; demuestra con su actitud de desaprobación que ella también está enamorada de él. Su amor será descubierto antes que el de Adela ya que esconderá un retrato de Romano entre sus sábanas. A pesar de esto acepta resignada el compromiso de su hermana y envidia la situación de ésta y de Adela, que es menor, con 20 años, y representa los nuevos valores que poco a poco se van abriendo paso en la sociedad. Es rebelde, joven, hermosa, apasionada y valiente. No quiere ser dominada por nadie, y se rebela contra su madre en el tercer acto. Quiere liberarse de sus ataduras a través de sus encuentros con Pepe el Romano. Al final, cuando su amor es descubierto, opta por suicidarse.
María Josefa es la madre de Bernarda; tiene 80 años. Se encuentra encerrada, como las hijas de Bernarda, en aquella casa. Su anhelo de libertad es muy grande y en sus apariciones en escena tiene aspecto y comportamiento de loca. Es un personaje muy simbólico.

La obra transcurre dentro de la casa de Bernarda. El decorado del Acto I aparece muy detallado en la acotación del principio de la escena. Se nos presenta una habitación con paredes blancas y puertas de arco con cortinas. Estas cortinas de yute y las sillas de mimbre revelan un escenario poco confortable e incómodo. En el Acto II el decorado es diferente y las acotaciones escénicas no son tan detalladas. Se distingue una habitación blanca con puertas a la izquierda que conducen a los dormitorios. En el Acto III advertimos una variación sobre los escenarios anteriores. Estamos ahora en un patio interior con un tono azulado en las paredes blancas y en el centro hay una mesa con un quinqué. La visión de enclaustramiento es palpable en toda la obra. El único contacto con el exterior lo vemos a través del patio, las ventanas y los encuentros entre Angustias y Pepe o bien entre Adela y Pepe. Otro elemento exterior que penetra en la casa es el tañido de las campanas y algunos ruidos exteriores.

El tiempo dramático viene establecido en las acotaciones iniciales de la obra, pero también es frecuente que venga dado por los diálogos de los personajes. En la obra el tiempo se desarrolla en unos días de un caluroso varano. La historia se inicia por la mañana con el entierro y el duelo del marido de Bernarda.

El segundo acto representa el inicio de la tarde y el desarrollo de los hechos. El tercero representa el anochecer, es decir, el fin del día y de los problemas. Esta relación tiene un carácter simbólico con la historia pues la obra no sigue la norma aristotélica del tiempo, ya que los ocho años de duelo parecen comprimirse en un día. De esta manera, se considera que todo ocurre en el mismo día de verano, negándose el discurrir temporal.

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