Evolución y Conceptos del Desarrollo: Del Global al Territorial y Local


La Evolución del Concepto de Desarrollo

Los orígenes de la noción moderna de desarrollo se ubican en las primeras corrientes de la economía del desarrollo. Estas fueron objeto de numerosas críticas sociales y ambientales, lo que impulsó su evolución, como en la década de los 70 con la idea de desarrollo humano y luego el Desarrollo Humano Sostenible, que es hoy el paradigma hegemónico, aunque también es objeto de críticas y se plantean corrientes alternativas como el postdesarrollo.

El Primer Problema del Desarrollo: ¿Qué es y cómo se estudia?

El desarrollo se ha transformado en una especie de supra-ideología a la que la gran mayoría de las personas y sociedades adhieren, y que guía sus aspiraciones. El objetivo es desarrollarse y tener una mejor calidad de vida. Normalmente, el término se utiliza como un estado que caracteriza a algunos países y está ausente en otros. Aunque de carácter dicotómico y que considera al desarrollo un «estado», se admite que en «países desarrollados» también puede haber problemas de desarrollo.

El Desarrollo como Problema: Su Objeto de Estudio

La proliferación de «desarrollos» remite a su característica de multidimensionalidad. Siempre se acompaña al desarrollo con otra etiqueta, lo que es necesario para comprender que, dentro de un mismo proceso, puede ser visto desde distintas ópticas, haciendo más compleja su definición. Ejemplos incluyen:

  • Economía del Desarrollo
  • Desarrollo Humano
  • Desarrollo Humano Sostenible
  • Post-Desarrollo y Buen Vivir

Hitos en la Evolución del Concepto

Del Economicismo al Desarrollo Humano Sostenible

En términos modernos, el concepto de desarrollo se asocia a la Segunda Posguerra y al contexto internacional de descolonización y un nuevo orden mundial. De ahí surge la idea de progreso y modernización, y muchas de las propuestas de la época estuvieron asociadas a políticas económicas: las sociedades se recuperarían si los países invertían en industria y tecnologías. El progreso venía de la mano del crecimiento económico.

DESARROLLO = CRECIMIENTO ECONÓMICO (Economicismo y Eurocentrismo)

Esta mirada del desarrollo comenzó a ser criticada en los años 70 y 80. Se cuestionó a los pioneros, argumentando que no era un proceso lineal, es decir, sus enfoques no se aplicaban por igual en todos los países, y persistían altas tasas de desigualdad. Entonces, se empezó a plantear que los países subdesarrollados tenían problemas en sus estructuras económicas, lo que hacía imposible replicar la misma «receta» por igual en todos los países.

Dentro de las visiones críticas, se destaca un aporte en América Latina denominado estructuralismo latinoamericano, hoy conocido a través de la CEPAL. Esta corriente postuló que desarrollo y subdesarrollo son dos caras de la misma moneda: si todo seguía igual, para que hubiera países desarrollados, tenía que haber subdesarrollados; el centro continuaría siendo centro y la periferia, periferia. Se comenzó a colocar al individuo y su calidad de vida como centro. En los años 90, se integró una visión ambiental.

La Dimensión Ambiental y el Enfoque en el Individuo

La visión ambiental se integró al desarrollo, y se comenzó a alertar que si se seguía produciendo y consumiendo a los mismos niveles, no sería sostenible. Tan crítica era la situación que se planteó la propuesta de «crecimiento cero», lo que generó un debate, ya que implicaba que los países subdesarrollados también dejaran de crecer.

En la década de los 80, se amplificaron las críticas a la mirada de la economía del desarrollo desde dos frentes: social (pensando en el individuo) y ambiental (criticando la idea de crecimiento económico continuo, con algunas posturas alarmistas como el «crecimiento cero», pero también introduciendo el concepto de sostenibilidad). Si bien este concepto es propio de las ciencias naturales, se empezó a trasladar la sostenibilidad a parámetros más económicos con propuestas que culminaron en el desarrollo sostenible. Luego, en los años 80-90, comenzó a generarse una institucionalidad en torno a la dimensión ambiental del desarrollo. Posteriormente, en los años 90-2000, surgió una visión integral del desarrollo planteada por Amartya Sen, manteniendo el foco en el individuo. Es decir, lo que debería importar como sociedad es que las personas sean capaces de vivir las vidas que consideren valiosas. El desarrollo se concibe como libertad, como un proceso de ampliación de capacidades, con un enfoque normativo (que exige que cada propuesta de desarrollo sea más explícita en sus consideraciones sobre qué se considera más valioso, justo y deseable).

Críticas Post-Desarrollistas: Alternativas al Desarrollo

Las corrientes post-desarrollistas plantean alternativas al desarrollo. Consideran que el desarrollo fue concebido basado en el dominio de la naturaleza y con un enfoque productivista que impone la modernización como valor universal. El desarrollo desconoce la diversidad cultural. Por ello, plantean la necesidad de construir alternativas al desarrollo, entre las que se destacan:

  • Teorías post/coloniales: Críticas a la hegemonía del discurso del Desarrollo. Buscan respetar la diversidad cultural y las diferentes concepciones del mundo y la vida, promoviendo la deconstrucción del concepto.
  • Buen Vivir: Proviene de la cosmovisión indígena andina y guaraní, y de corrientes críticas dentro de la modernidad occidental. Propone una visión biocéntrica.
  • Teoría del decrecimiento: Argumenta que el ritmo de consumo que requiere el estilo de desarrollo euro-atlántico no es posible generalizar dados los recursos del planeta y su equilibrio ecosistémico.

Conclusión sobre el Concepto de Desarrollo

En resumen, el desarrollo no es un estado al que se arriba, una barrera que se pasa, sino una situación que se crea y se recrea. Por lo tanto, el concepto de desarrollo no puede definirse de manera atemporal. Cada sociedad y cada época tienen su propia formulación de qué es el desarrollo. El concepto de desarrollo se relaciona con la idea de futuro que se presenta como meta para el colectivo humano. Tiende a ser cada vez más interpretado como el logro de condiciones culturales, institucionales, éticas, políticas y, por cierto, económicas; condiciones de entorno que potencian la transformación de los seres humanos en verdaderas personas humanas.

El Territorio y el Desarrollo Territorial

¿Qué es el Territorio?

Entender el territorio mucho más que un límite geográfico.

La Dimensión Simbólica del Territorio

La dimensión simbólica del territorio alude a quiénes, en un momento determinado, se apropian del espacio, creando una identidad territorial que define los límites de ese territorio, es decir, quiénes pertenecen a él y quiénes no, y cuáles son sus rasgos distintivos. Tiene una dimensión simbólica muy relevante que diferencia un territorio de otro.

El Territorio como Espacio Político y Social

El territorio es un espacio político, económico, social, cultural y ambiental donde se expresa la complejidad de la vida en sociedad, delimitado por un conjunto de relaciones sociales y económicas entre actores e instituciones que poseen capacidades y conocimientos específicos, compartidos, propios y adquiridos, e interactúan a partir de una tradición, normas y valores comunes, sobre los cuales se codifican y decodifican todos los intercambios (Rodríguez).

El Desarrollo Territorial: Concepto y Orígenes

Esta mirada del desarrollo territorial empieza a surgir luego de la crisis del Estado keynesiano, cuando el Estado-nación deja de ser una respuesta suficiente para los problemas de las localidades. Es decir, ante muchas crisis, se empieza a identificar que el Estado central queda muy lejos de la vida cotidiana. Por ello, se empiezan a pensar iniciativas que crean fondos de desarrollo territorial, delegando en parte la responsabilidad de resolver problemas locales a una escala más cercana a los ciudadanos. Hay esquemas que reconocen la importancia del territorio como actor; el lugar también tiene voz para decidir qué tipo de acciones y políticas se pueden desencadenar. El territorio como respuesta a una mayor participación ciudadana, que empieza a movilizarse para sí la capacidad de decidir sobre sus recursos y sus entornos más próximos.

Desarrollo Territorial: Es un proceso orientado, un proyecto, que tiene como objetivo mejorar la calidad de vida de las comunidades que habitan y forman ese territorio específico. Involucra transformaciones estructurales en múltiples dimensiones, pero, a su vez, las características y el grado de esas transformaciones dependen del territorio a considerar (NIEDT, 2014). Los usos del territorio (sus transformaciones) son un problema constante, puesto que los actores locales tratan permanentemente de imponer su propia visión de cómo organizarlo.

La Descentralización en Uruguay

Descentralizar supone una reconfiguración en la distribución del poder, donde los gobiernos locales ganan autoridad para representar y decidir el futuro de sus territorios, ganan autonomía para desarrollar políticas sin influencia de otros niveles de poder (centrales) y ganan legitimidad para ejercer la autoridad. Siguiendo a Magri (2013), las principales tensiones en el marco del impulso descentralizador se ubican en el «para qué» descentralizar, «cómo» hacerlo y «a quiénes» integrar. Los gobiernos departamentales cuentan con fuentes de ingresos propios y tienen capacidad tributaria más allá de las transferencias que reciben del Gobierno central.

En 2009, fue aprobada la Ley de Descentralización Política y Participación Ciudadana, que propuso la creación del tercer nivel de gobierno. Actualmente, existen 125 Municipios.

Dimensiones Clave del Desarrollo Local

Un proceso de desarrollo local debe considerar las siguientes dimensiones:

  • Económica: En la que los empresarios locales usan su capacidad para organizar los factores productivos locales con niveles de productividad suficientes para ser competitivos en los mercados.
  • Político-administrativa: Donde las políticas territoriales permiten crear un entorno económico local favorable, protegerlo de interferencias externas e impulsar el desarrollo local.
  • Sociocultural: En la que los valores y las instituciones locales sirven de base al proceso de desarrollo.

A partir de esta definición, es posible identificar el aspecto multidimensional y complejo de los procesos de desarrollo local.

Definición e Iniciativas del Desarrollo Local

El desarrollo local se entiende como un proceso orientado a mejorar la calidad de vida de las personas de un territorio, enfocado en los intereses locales y aprovechando las capacidades del territorio. Este proceso es llevado a cabo con la participación activa de los actores locales con el fin de construir un proyecto colectivo que enlace las dimensiones económicas, políticas y socioculturales del territorio. Este proceso busca mejorar las capacidades locales, promover la sostenibilidad y adaptar las soluciones a la realidad específica de cada territorio.

Las principales iniciativas que impulsan estos procesos son:

  • La movilización y participación de los actores locales, ya que supone la construcción de lazos y vínculos comunitarios y de la identidad regional, lo cual es fundamental para sostener cualquier iniciativa.
  • La primacía de decisiones que respondan a intereses locales. Los actores poseen diversos intereses, lógicas de acción y escalas de influencia, pero no solo hablamos de los individuos u organizaciones que habitan en dicho lugar, sino también aquellos que, sin pertenecer a ese espacio, influyen en él con sus acciones y/o decisiones.

El Territorio como Eje de Desigualdades

El escenario de desigualdades perjudica, en particular, a las personas que nacen y viven en los territorios rezagados, los cuales se caracterizan por ofrecer menores oportunidades y bajos niveles de bienestar en distintas dimensiones del desarrollo, y por sistemas de relaciones sociales que perpetúan y ahondan el rezago económico y social. Es precisamente en el territorio donde se cristalizan, conectan y entrecruzan las desigualdades sociales analizadas anteriormente, y donde ocurre la reproducción intergeneracional de la pobreza. No se trata de determinismo geográfico: más relevante que el espacio en sí es la estructura social que en él se asienta y las relaciones que se generan con otros territorios (CEPAL, 2016).

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