Karl Marx: Vida y Obra
Karl Marx nació en Tréveris (Renania-Palatinado, Alemania) en 1818, en una familia de clase media. Estudió en las universidades de Bonn y Berlín, donde se relacionó con la Izquierda hegeliana. Su formación académica lo llevó a interesarse en el materialismo clásico de autores como Demócrito y Epicuro.
En París conoció a Friedrich Engels, con quien forjaría una alianza intelectual y política. Juntos desarrollaron una crítica al capitalismo y al orden económico establecido. Engels, hijo de un empresario, compartía las ideas de Marx sobre la explotación del proletariado. Esta colaboración dio origen a obras fundamentales del pensamiento marxista.
Marx escribió en varios periódicos, y su pensamiento se nutrió del análisis de las condiciones económicas y sociales de su tiempo, especialmente de las consecuencias de la Revolución Industrial y la consolidación del capitalismo en Inglaterra.
Obras Fundamentales de Karl Marx
Entre sus obras más importantes destacan:
- Manuscritos económico-filosóficos (1844)
- Tesis sobre Feuerbach (1845)
- La ideología alemana (1845)
- Miseria de la filosofía (1847)
- Manifiesto del Partido Comunista (1848)
- El capital (1867)
Murió en Londres en 1883, dejando una fuerte influencia en la filosofía, la política y la economía.
La Filosofía como Herramienta Transformadora
El pensamiento de Marx se basa en una filosofía práctica, influenciada por factores reales como:
- La industrialización y el auge del capitalismo.
- La explotación de la clase trabajadora.
- La desigualdad social entre burguesía y proletariado.
Para Marx, la tarea principal de la filosofía no es interpretar el mundo, sino transformarlo. Esta idea se resume en su famosa frase de las Tesis sobre Feuerbach:
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo.”
Marx no concibe su pensamiento como un simple proyecto teórico, sino como una actividad política y revolucionaria. De ahí su participación en la fundación de la Primera Internacional de los Trabajadores (1864).
Ontología Marxista
Materialismo y Dialéctica
La Dialéctica
Marx y Engels retoman la dialéctica de Hegel, que entiende la realidad como un proceso en constante cambio impulsado por contradicciones. Hegel propone tres momentos en este proceso:
- Tesis
- Antítesis
- Síntesis
Sin embargo, Marx invierte esta dialéctica idealista: mientras Hegel creía que el espíritu era el motor de la historia, Marx sostiene que es la materia la que impulsa los cambios históricos.
Marx y Engels defienden una dialéctica materialista, donde la naturaleza es previa al espíritu y el ser humano es un producto de sus condiciones materiales.
Materialismo Dialéctico
Este concepto se refiere a la interpretación de los cambios en la realidad natural y social desde una lógica de contradicciones y evolución constante. Aunque no es una creación única de Marx o Engels, se consolidó con su obra.
Inspirados en la teoría de la evolución de Darwin, proponen que la materia evoluciona desde lo simple hasta lo complejo. Engels resume estas ideas en tres leyes dialécticas de la materia:
- Ley de la unidad y lucha de contrarios: Toda realidad contiene contradicciones internas que impulsan el cambio.
- Ley de la transformación de la cantidad en calidad: Acumulaciones cuantitativas provocan cambios cualitativos.
- Ley de la negación de la negación: Los cambios históricos no son lineales, sino que niegan etapas anteriores, superándolas.
La Lucha de Clases
Karl Marx plantea que la historia de la humanidad ha estado marcada por la división en estamentos o clases sociales, los cuales se distinguen por su capacidad para acceder a la riqueza, controlar los bienes materiales y dominar los productos ideológicos.
El motor de la historia es la lucha de clases: según Marx, esta lucha se da entre dos grupos antagónicos:
- La burguesía, que posee los medios de producción (fábricas, dinero, maquinaria, etc.).
- El proletariado, que carece de medios de producción y solo cuenta con su fuerza de trabajo, la cual debe vender para sobrevivir.
Esta lucha de clases surge de las contradicciones de la infraestructura económica, es decir, de las tensiones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Cuando estas contradicciones se agudizan, ocurre una transformación histórica.
A lo largo de la historia, han existido distintas formas de lucha de clases:
- En el Imperio Romano: patricios y plebeyos.
- En la Edad Media: señores feudales y siervos.
- En el capitalismo moderno: burgueses y proletarios.
Aunque el feudalismo desapareció, los antagonismos de clase continúan en la sociedad burguesa. El marxismo busca desenmascarar estos conflictos, así como la alienación del trabajo.
Crítica de la Sociedad Capitalista
La Plusvalía
Marx distingue entre dos modelos económicos:
- Modelo no capitalista (m-d-m): se produce una mercancía (m), se vende (d) y con ese dinero se compra otra mercancía (m), satisfaciendo una necesidad concreta.
- Modelo capitalista (d-m-d’): se parte de una cantidad de dinero (d), se invierte en la compra de mercancías (m), especialmente fuerza de trabajo, y se obtiene más dinero (d’) como ganancia.
Esta diferencia (d’-d) es la plusvalía.
El ciclo capitalista comienza con una inversión en capital:
- Capital constante: medios de producción como maquinaria o materiales.
- Capital variable: dinero destinado a pagar la fuerza de trabajo.
El objetivo no es satisfacer necesidades humanas, sino obtener beneficios mediante la generación de plusvalía.
La Fuerza de Trabajo
Marx coincide con los economistas clásicos (Adam Smith, David Ricardo) en que el valor de la mercancía se basa en el trabajo necesario para producirla, pero aporta una diferencia fundamental:
El trabajo es fuente de valor, pero no cualquier trabajo, sino el que produce más valor del que recibe en salario. El obrero vende su fuerza de trabajo por un salario, pero el capitalista no paga el valor total que el trabajo genera. Por ejemplo, si un trabajador produce en 4 horas el equivalente a su salario, pero trabaja 8 horas, las 4 horas restantes generan plusvalía para el capitalista.
Marx introduce el concepto de trabajo excedente: trabajo no pagado que representa la ganancia del empresario.
Este proceso implica una explotación de la fuerza de trabajo y revela que el plusvalor no surge del intercambio, sino de la producción.
Cuanto más tiempo trabaja el obrero sin ser remunerado, mayor es la explotación. Esto se conoce como el grado de explotación, el cual es proporcional a la ganancia del capitalista.
El Fetichismo de la Mercancía
Marx critica la visión tradicional de los economistas clásicos, quienes explicaban el valor de las mercancías según la ley de la oferta y la demanda. Según él, esta explicación oculta el verdadero origen del valor: el trabajo humano. A este fenómeno lo denomina fetichismo de la mercancía, que consiste en atribuir a los objetos (las mercancías) un valor mágico e independiente, sin tener en cuenta que ese valor proviene del trabajo de miles de personas explotadas.
De esta manera, el sistema capitalista encubre las relaciones sociales de explotación que existen detrás de los productos del mercado. La economía clásica, al centrarse solo en precios y beneficios, esconde esta realidad y cumple una función ideológica: justificar el orden social capitalista. Marx concluye que lo que realmente esconde la mercancía es que el capital se basa en una relación social desigual, donde unos se enriquecen a costa del trabajo y la explotación de otros.
La Acumulación Originaria
Marx llama acumulación originaria al proceso histórico por el cual se instauró el sistema capitalista. A diferencia de lo que decían los economistas clásicos —que el capital surgió de la capacidad de ahorro de ciertos individuos—, Marx demuestra que el origen del capital fue violento y forzado. En el caso de Inglaterra, este proceso ocurrió mediante los cercamientos o enclosures, que consistieron en la privatización de tierras comunales.
Esto provocó que miles de campesinos fueran expulsados de sus tierras, perdiendo así su forma de subsistencia y viéndose obligados a vender su fuerza de trabajo para sobrevivir. Este hecho sentó las bases de la explotación moderna, ya que los campesinos sin propiedad se transformaron en proletarios. La violencia histórica generó desigualdad social, al concentrar la propiedad y los medios de producción en manos de una minoría.
Marx afirma que la solución no está en repartir mejor la propiedad privada, sino en abolirla completamente y reemplazarla por una sociedad sin clases basada en el consumo colectivo y solidario.
Antropología Marxista
Concepción del Ser Humano
La teoría antropológica de Marx, también conocida como humanismo de Marx, está desarrollada principalmente en los Manuscritos de París de 1844 y en las Tesis sobre Feuerbach. En ella, Marx se distancia de las ideas de otros pensadores como Hegel, Feuerbach y los economistas clásicos:
- Hegel: veía al ser humano como pura autoconciencia, sin tener en cuenta su dimensión práctica.
- Feuerbach: lo entendía como un ser natural, pero de forma abstracta, sin considerar su realidad social.
- Economistas clásicos: lo reducían a un ser que trabaja y produce, ignorando su esencia humana y relacional.
El Ser Humano es Actividad
Marx parte de la idea de que no existe una esencia humana fija. El ser humano no es algo que ya está dado, sino que se construye a través de sus decisiones, su práctica y su trabajo. A diferencia de los animales, los humanos transformamos la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades, y lo hacemos de forma consciente y creativa. Es esa actividad práctica la que define nuestra humanidad.
Por eso, Marx afirma que el ser humano es actividad y trabajo. No basta con pensarlo como un ser racional o espiritual: su verdadera esencia está en su capacidad de transformar el mundo mediante el trabajo. Además:
- A través del trabajo, nos relacionamos con la naturaleza, creando nuestras propias condiciones de vida.
- También nos relacionamos con otras personas, ya que el trabajo es siempre una actividad social, que permite la cooperación, la solidaridad y la creación de comunidad.