Definición de Globalización
El término globalización se refiere al proceso de creciente interdependencia de los espacios geográficos del planeta en todos los ámbitos: político, económico, social, cultural, tecnológico y medioambiental. Es un proceso multidimensional, consecuencia principalmente de la mejora del transporte y las telecomunicaciones y de la revolución de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación). La globalización se ha acelerado gracias a la liberalización de los mercados de capitales y a la revolución de la informática y las telecomunicaciones.
Causas de la Globalización
Las causas principales de este proceso de mundialización son:
- La mejora y el abaratamiento de los transportes ha facilitado el contacto entre lugares distantes en muy pocas horas, facilitando el traslado de personas y mercancías a escala mundial.
- El desarrollo tecnológico, especialmente el de las tecnologías de información y comunicación (TIC). Ha permitido la emisión y recepción instantánea de información sobre cualquier suceso mundial; conectar y coordinar personas y empresas desde cualquier punto del planeta; y difundir decisiones, ideas, modelos y comportamientos sociales, convirtiendo al planeta en una ‘aldea global’.
- La generalización del sistema capitalista, basado en la propiedad privada, la libre competencia y la búsqueda del máximo beneficio, ha impulsado la expansión de los mercados y la globalización de las inversiones, lo que ha aumentado el comercio y el consumo de recursos naturales.
- La extensión de la ideología neoliberal, que defiende la libertad de los mercados y la supresión de las barreras comerciales, ha impulsado el comercio internacional.
- El papel de las empresas multinacionales y de algunos organismos internacionales ha sido fundamental para que la economía funcione a nivel mundial.
Organizaciones Internacionales Clave
Las organizaciones internacionales que facilitan este proceso incluyen la OMC (Organización Mundial del Comercio), que promueve la liberalización del comercio mundial; el FMI (Fondo Monetario Internacional), que supervisa la estabilidad monetaria internacional; el Banco Mundial, que concede ayudas económicas a los países en desarrollo; la ONU (Organización de las Naciones Unidas), que busca la paz y la defensa de los derechos humanos; y el G8 (grupo formado por los países más industrializados), que toma decisiones económicas y políticas relevantes a nivel global (aunque su formato ha evolucionado).
Características y Dimensiones de la Globalización
Dimensión Económica
- Organización mundial de la producción: Las nuevas tecnologías permiten dividir el proceso productivo en varias etapas y situar cada una en el lugar que ofrezca mayores ventajas competitivas (costos, acceso a mercados, etc.). Esta estrategia es utilizada tanto por empresas multinacionales como por empresas nacionales que optan por la deslocalización.
- Crecimiento del comercio mundial: Aunque existen importantes diferencias interregionales, el comercio global ha aumentado significativamente, llevando a un incremento en la producción y una mayor competitividad. Un papel clave en este crecimiento lo desempeñó el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio), firmado en 1948, que fue sustituido en 1995 por la OMC, encargada de regular el comercio mundial y mediar en la resolución de conflictos comerciales.
- Integración de los mercados: Los mercados están cada vez más integrados a través de los intercambios comerciales y financieros. Actualmente, las economías dependen en gran medida de las exportaciones, importaciones, inversiones financieras y de las decisiones de instituciones internacionales. Por ello, un cambio económico o una crisis en un país puede tener efectos inmediatos en otros.
- Aparición de nuevas potencias económicas: Han surgido nuevas potencias económicas, especialmente los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), que compiten con las potencias industriales tradicionales. Algunos de estos países lideran el crecimiento económico mundial, y muchos países en desarrollo se han beneficiado al acoger actividades deslocalizadas de economías más avanzadas.
- Homogeneización del consumo: A nivel global, se observa una tendencia hacia la homogeneización del consumo, ya que las grandes empresas promueven gustos y comportamientos similares a través de la publicidad y el marketing global.
Otras Dimensiones
- Globalización política: Se consolidó tras el fin de la Guerra Fría, con Estados Unidos emergiendo como la única superpotencia mundial durante un tiempo, aunque el panorama actual es más multipolar.
- Globalización social: Ha impactado en el mercado laboral, aumentando las migraciones internacionales tanto de trabajadores cualificados como no cualificados.
- Globalización cultural: Afecta tanto a la ciencia como a las manifestaciones artísticas, culturales y las comunicaciones, facilitando la difusión de ideas y productos culturales, pero también generando debates sobre la pérdida de diversidad cultural.
- Globalización medioambiental: Surge porque problemas como las emisiones de gases de efecto invernadero, el deterioro de la capa de ozono, la lluvia ácida o la deforestación son de carácter transnacional y afectan a todo el planeta, requiriendo soluciones globales.
Impactos de la Globalización
En Política
Se han difundido valores como la democracia, las libertades y los derechos de la mujer, pero también se generan tensiones relacionadas con la pérdida de soberanía nacional y la inestabilidad en áreas que rechazan la influencia o imposición de valores occidentales.
En Sociedad
En algunos aspectos, el nivel de vida y el empleo han mejorado globalmente, pero también se observan tendencias hacia la precarización de las condiciones laborales (mayor flexibilidad, inestabilidad, reducción salarial en ciertos sectores). En la medicina, los avances se han expandido, pero también la facilidad de propagación de epidemias. Además, han aumentado las redes de delincuencia organizada internacional.
En Cultura
Se ha facilitado la difusión de avances científicos y tecnológicos y el intercambio cultural. Sin embargo, la influencia dominante de la cultura occidental (especialmente la estadounidense) a través de los medios de comunicación y el consumo ha puesto en peligro la identidad cultural de otras regiones.
En Medioambiente
La globalización favorece la cooperación internacional y la toma de conciencia sobre problemas ambientales globales. No obstante, también ha intensificado el impacto ambiental debido a un modelo económico basado en el crecimiento ilimitado de la producción y el consumo, el aumento del transporte de mercancías y la deslocalización de industrias contaminantes.
Clasificación de Países según su Desarrollo
Los países del mundo se pueden clasificar en tres grandes grupos según su nivel de desarrollo socioeconómico: países desarrollados, países en desarrollo o emergentes y países subdesarrollados (o menos adelantados). Para realizar esta clasificación, se utilizan diversos indicadores.
Indicadores de Desarrollo
- El Producto Nacional Bruto (PNB): Es uno de los indicadores utilizados por el Banco Mundial para clasificar las economías. Las diferencias son enormes: los países más ricos pueden tener un PNB per cápita cientos de veces mayor que el de los países más pobres.
- El Producto Interior Bruto per cápita (PIB per cápita): Es otro indicador clave, empleado frecuentemente por el Fondo Monetario Internacional. Muestra grandes disparidades: en países como Luxemburgo, el PIB per cápita puede superar los 100.000 dólares, mientras que en países como Burundi o Sudán del Sur puede ser inferior a 300 dólares. (Nota: Las cifras y rankings varían anualmente. España suele situarse entre los puestos 30-40 a nivel mundial).
- El Índice de Desarrollo Humano (IDH): Utilizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), es un indicador compuesto que tiene en cuenta la renta per cápita (ajustada por poder adquisitivo), la esperanza de vida al nacer y el nivel educativo (años promedio de escolaridad y años esperados de instrucción). Este índice varía de 0 a 1. Los países con desarrollo muy alto (ricos) suelen tener un IDH superior a 0.800 (España se encuentra en este grupo, generalmente entre los puestos 25-30). Los países en vías de desarrollo presentan valores intermedios (entre 0,550 y 0,799 aproximadamente), y los subdesarrollados (bajo desarrollo humano) no alcanzan el 0.550. (El país con el IDH más bajo registrado suele ser Níger, con valores en torno a 0.3-0.4).
Los países con los valores más bajos del IDH se concentran geográficamente en África Subsahariana, el Sur de Asia y algunas zonas de América Central y el Caribe. Para estos países, existen diversos mecanismos de ayuda internacional, como los Fondos de Ayuda al Desarrollo (FAD), aunque su efectividad es a menudo debatida por cuestiones como el condicionamiento de la ayuda (por ejemplo, a comprar productos de los países donantes) o porque la ayuda no siempre llega a los destinatarios previstos debido a problemas estructurales como la corrupción en las élites locales.
Países Desarrollados
Este grupo está formado por naciones con altos niveles de industrialización, tecnología y calidad de vida, como Estados Unidos, Canadá, los países de la Unión Europea Occidental y Nórdica, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda, entre otros. En ellos vive aproximadamente la quinta parte de la población mundial, la mayoría ubicada en la zona templada del hemisferio norte.
Estos países presentan una economía caracterizada por un bajo peso relativo del sector primario (agricultura, minería) y una disminución del peso del sector secundario (industria) desde la crisis industrial de los años 70, en parte debido a la deslocalización de actividades intensivas en mano de obra hacia países en desarrollo. En estas economías, predominan los sectores terciario (servicios) y cuaternario (conocimiento, investigación, alta tecnología), con una mano de obra altamente cualificada. La tecnología de la información y la comunicación (TIC) es un sector estratégico y muy desarrollado.
Demográficamente, estos países suelen tener bajas tasas de natalidad y mortalidad, lo que ha llevado a un acusado envejecimiento poblacional y a una alta esperanza de vida (generalmente superior a los 75-80 años). Este envejecimiento plantea desafíos significativos para la sostenibilidad futura de los sistemas de pensiones y de salud. La inmigración desde áreas menos desarrolladas ayuda a contrarrestar parcialmente este fenómeno demográfico.
Los países desarrollados cuentan, en general, con un Estado del Bienestar más o menos extenso, que garantiza (o aspira a garantizar) el acceso universal a servicios básicos como educación, sanidad y prestaciones sociales (pensiones, subsidios de desempleo). Poseen transportes e infraestructuras muy desarrollados y una alta capacidad de consumo per cápita. A pesar de su alto nivel de vida general, también enfrentan desafíos sociales importantes, como bolsas de pobreza, exclusión social y crecientes desigualdades internas.
En términos políticos, estos países suelen tener una situación estable, con democracias consolidadas, alternancia de partidos en el poder, relativa paz social y un mayor grado de protección formal de los derechos humanos y las libertades fundamentales en comparación con otras regiones del mundo. Asimismo, presentan, en general, mayores niveles de igualdad de género y protección de minorías.
Existen diferencias notables dentro de este grupo. Las economías y sociedades de América del Norte, Japón, Europa Occidental, Australia y Nueva Zelanda presentan características de desarrollo más homogéneas y avanzadas que, por ejemplo, algunos países de Europa del Este que se incorporaron más tarde a la UE o que surgieron del antiguo bloque comunista (como Rusia), donde la compleja transición del socialismo al capitalismo ha presentado desafíos particulares y, en algunos casos, ha implicado una disminución temporal o desigual de la calidad de vida para ciertos sectores de la población.
Países Subdesarrollados y Emergentes
Los países subdesarrollados o países menos adelantados (PMA) se encuentran principalmente en África Subsahariana, el Sur de Asia y algunas partes de América Latina y el Caribe. Estos países son a menudo considerados como la ‘periferia’ del sistema mundial debido a su bajo desarrollo económico relativo y su escasa influencia política global. Sin embargo, dentro del amplio espectro de países no plenamente desarrollados, destacan las economías emergentes, como China, India, Brasil, Sudáfrica (miembros de los BRICS), México, Indonesia o Turquía, que han logrado un crecimiento económico notable en las últimas décadas y han comenzado a integrarse más activamente en los mercados globales, aumentando su peso geopolítico.
A pesar del dinamismo de los emergentes, muchos países, especialmente los clasificados como PMA, siguen enfrentando graves problemas económicos y sociales estructurales, con una gran parte de su población viviendo en condiciones de extrema pobreza.
En su economía, el sector primario (agricultura, extracción de recursos) aún tiene un peso significativo en el empleo y/o en las exportaciones, mientras que los sectores secundario y terciario están menos desarrollados o son menos productivos que en los países avanzados. En la agricultura, a menudo coexisten técnicas de subsistencia con grandes plantaciones dedicadas a monocultivos de exportación (café, cacao, algodón, etc.), frecuentemente controladas por intereses de empresas o capitales de países desarrollados. Aunque algunas industrias han crecido, en parte gracias a la deslocalización de multinacionales que buscan mano de obra barata, la economía sumergida tiene una gran presencia y las elevadas deudas externas suponen un obstáculo importante para el desarrollo sostenible.
La población de muchos de estos países sigue creciendo rápidamente debido a una alta natalidad (aunque en descenso en muchos lugares) y una mortalidad en descenso (gracias a mejoras sanitarias básicas), lo que da lugar a una estructura demográfica predominantemente joven. Sin embargo, la esperanza de vida es significativamente más baja que en los países desarrollados, y la emigración (tanto hacia países vecinos como hacia los desarrollados) representa una opción para muchas personas que buscan mejores condiciones de vida o huyen de la inestabilidad.
Entre los principales problemas sociales se encuentra el analfabetismo o bajo nivel educativo, que afecta a una proporción significativa de la población adulta y a millones de niños que no están escolarizados, con una brecha de género importante en muchos casos (las niñas suelen tener menos acceso a la educación). El hambre y la malnutrición crónica afectan a decenas de países, la mayoría en África, donde factores como el cambio climático (sequías, inundaciones), la erosión del suelo y la desertificación agravan la inseguridad alimentaria. La escasez de recursos sanitarios (médicos, hospitales, medicamentos) limita la esperanza de vida (a menudo por debajo de los 60-65 años en los PMA) y dificulta la lucha contra enfermedades. A esto se suma la escasez de agua potable, su mala calidad y la alta prevalencia de enfermedades infecciosas y parasitarias, así como el impacto devastador del VIH/SIDA, especialmente en África Subsahariana. Además, estos países enfrentan numerosos conflictos armados (civiles, étnicos, religiosos, territoriales, por recursos), concentrando una gran proporción de las guerras y la violencia política a nivel mundial.
Políticamente, estos países a menudo se caracterizan por una gran inestabilidad, regímenes autoritarios o dictatoriales, altos niveles de corrupción endémica y una débil institucionalidad democrática y del estado de derecho. Las mujeres siguen siendo víctimas frecuentes de discriminación estructural y violencia de género. Las intervenciones externas, incluidas las de países desarrollados y organismos internacionales, no siempre han logrado paliar eficazmente estos problemas estructurales y, en ocasiones, han sido contraproducentes.