Este documento explora los principios de la misión y el evangelismo a través del ejemplo del apóstol Pablo, basándose en 1 Corintios 9:18-22, 26, 27.
1 Corintios 9:18: La Recompensa de Predicar el Evangelio
Su recompensa era predicar el evangelio. Esto significa que él no usó su derecho de ser sostenido por la iglesia.
1 Corintios 9:19: La Voluntad de Servir para Ganar a Muchos
Dado que Pablo se sostenía a sí mismo, él no tenía obligación alguna con ningún hombre. Aunque podía ser sostenido, prefería trabajar como esclavo por nada (“Somos esclavos de Cristo”). Él tenía la voluntad de servir para traer más gente a Cristo.
El objetivo era “ganar al mayor número”. Ese mayor número incluye tanto a judíos como a gentiles.
1 Corintios 9:20: Adaptación Cultural y la Ley
Tener en mente 1 Co 8:13; Hch. 21:26; Hch. 20:16; Gál. 2:3-5. Pablo se identifica con ellos. Fíjate bien lo que dice lo que está en paréntesis: “aunque yo no esté sujeto a la ley”. Fíjate lo que dice el v. 21: “No estando yo sin (ley de Dios, sino bajo la ley de Cristo)”. Esto es un golpe tremendo al adventismo, a los que creen en adorar a Dios en sábado. Aquí Pablo está diciendo bien claro: “no estando yo sin ley…” (Ya no hay ley de Moisés). Rom. 2:12-16; Hch. 17:23. Aquí Pablo se adapta a ellos. Cuando tú ves la palabra “Me he hecho”, está en el sentido acomodaticio.
- “a los judíos” = a las costumbres.
El v. 20 muestra sus intereses: comiendo sus comidas y hablando su lengua.
El Desafío de la Misión Mundial: Adaptarse, No Imponer
Probablemente, el problema más grande en la misión mundial es tratar de que otros sean como “yo soy” (ese es el gran problema cuando evangelizamos) y que vivan como yo vivo. ¡Cuidado, la cosa no es así! En lugar de adoptar la cultura de la gente a la que tratamos de alcanzar, les enseñamos nuestra: 1. cultura, 2. manera de vivir. Cuando esta misión no tiene éxito, decimos: “Yo me rindo; la gente no quiere saber nada de Dios, no se interesa”. ¡Y no es así! El problema es que queremos que ellos se acoplen a nosotros y no a lo que Cristo está diciendo. Por eso, Pablo aquí, cuando dice “PARA ALCANZAR AL JUDÍO”, ¿qué tengo que hacer?
- Interesarme en sus asuntos.
- Comer sus alimentos.
- Hablar su lengua.
- Así nosotros hoy en día. Esa es la clave.
La Ley de Moisés vs. la Ley de Cristo
“Como sujeto a la ley” – “Como si fuera o como si estuviera”. Por eso es en sentido acomodaticio.
“Aunque yo no esté sujeto a la ley…”: enfatiza que Pablo se había desligado completamente de la ley de Moisés. En todo asunto de indiferencia o inocencia, Pablo se acomodaba al estilo de vida de aquellos que él tenía esperanza de ganarlos al evangelio. Al guardar tal conducta, comía con los gentiles sin hacer pregunta alguna acerca de dónde se había obtenido la carne; y cuando estaba en casa de los judíos, Pablo evitaba comprometer la libertad que disfrutaba en Cristo.
Debemos recordar que Pablo estaba hablando de la ley del Antiguo Testamento. Él ya no estaba sujeto a ella; ahí lo declara muy bien, aparte de lo que nos dijo en Rom. 7:4-7: “Que íbamos a morir a una ley y a tomar otra ley”. O sea, que la ley sirvió su propósito, como dice Gál. 3:24, 25. Sirvió como “ayo” (Ayo: Es aquel que lleva al niño a la escuela, de la mano todavía). Así fue: el Antiguo Testamento nos llevó, inocentes, chiquillos, para conocer al Mesías que iba a venir. Ya llegó el Mesías (es la era cristiana). “Ya no estamos bajo ayo”, lo que da a entender que ya no estamos bajo la ley.
Pablo, para alcanzar a esta gente, no necesitaba solamente conocerlos, sino vivir como ellos vivían, haciéndolo sin contradecir el Nuevo Testamento. De esta manera, Pablo podría alcanzar a aquellos que creían en la ley. Este principio se aplica también para nosotros hoy en día cuando queremos alcanzar a alguien.
A veces ofendemos a las personas y las ofendemos completamente cuando no respetamos las costumbres de otros. ¿Acaso nos gustaría que hicieran lo mismo con nosotros?
1 Corintios 9:21: Alcanzando a los Gentiles
Se estaba refiriendo, muy probablemente, a los gentiles, que no tenían ley del Antiguo Testamento y no estaban bajo ninguna ley. Entonces, él sabía que este tipo de personas podían venir a Cristo, pero ellos tenían que ver primero la diferencia en Pablo, y es donde ellos, en el siguiente texto, se dan cuenta.
1 Corintios 9:22: Renunciar a Derechos para Salvar
- “Me he hecho… débiles…”: Esto da a entender a los Corintios que ellos, al comer, violaban su conciencia.
- “Para que… salve a algunos…”: Esto da a entender renunciar a mis derechos (he renunciado a mis derechos y de esa manera creo que puedo ganar a algunos).
David Lipscomb comenta: “Pablo se acomodó a sí mismo a los prejuicios y preferencias del hombre tan lejos como pudo sin sacrificar la verdad y la justicia, a fin de ganarlos para Cristo.”
“Están sin la ley de Moisés”. Los gentiles estaban bajo la ley de Dios (Rom. 2:12-16).
Pablo adapta estos hábitos al pensamiento del gentil. Y es lo que cita del poeta en Hch. 17:23. Pablo entonces aclara: “Yo estoy bajo la ley de Cristo y no voy a comprometerla, pero sé cómo voy a hacer con las costumbres de mi gente, y ahora conozco las costumbres de los gentiles para poder traerlos a Cristo.”
1 Corintios 9:26: Propósitos del Cristiano
- Tomar la imagen de Cristo (Ro. 8:28, 29).
- Nuestro llamado sigue sus pisadas (1 Pe. 2:21).
- A fin de obedecer el llamado, debemos tomar su propósito de buscar y salvar al perdido.
1 Corintios 9:27: La Disciplina del Cuerpo y el Autocontrol
Aquí habla de la disciplina del cuerpo (Mt. 16:24), el autocontrol (2 Pe. 1:6; 2 Co. 13:5-7). Todos peligramos. Es el autocontrol de nuestro espíritu.