Las Vocaciones en la Biblia: Llamada, Misión y Santidad en la Iglesia


Las Vocaciones Bíblicas

La vocación indica una llamada, que equivale a elegir.

Dios tiene la iniciativa divina y desde la eternidad fue eligiendo a cada uno.

Solo hay una elección eterna, gratuita y eficaz, que capacita al hombre para realizar una tarea.

El segundo momento es la llamada: la elección se hace palabra en un encuentro íntimo con Dios que llama al hombre a orientar su vida y lo cambia en “otro”.

  • ELECCIÓN: Toma de conciencia de lo que soy.
  • LLAMADA: Toma de conciencia de un ideal concreto.
  • MISIÓN: Un camino a seguir, con objetivos claros.
  • ENVÍO: Una tarea a cumplir, encomendada por Dios.

El Llamado a la Santidad

  • La santidad es un llamado de Jesús a todos.
  • Es el fin del desarrollo querido por Dios para todo ser humano.
  • La santidad consiste en cumplir con la voluntad de Dios y hacerlo con alegría. No consiste en hacer cosas extraordinarias o en ser perfecto, pues es imposible por nuestras propias fuerzas.
  • Un cristiano, para ser canonizado y beatificado, debe ser un siervo de Dios, serle fiel y seguirlo, teniendo buenas acciones.
  • Todos podemos ser santos siguiendo a Dios y obrando bien.

Tipos de Vocaciones en la Iglesia

Los Fieles Laicos

Todos los bautizados somos profetas, sacerdotes y reyes. Los laicos viven la santidad en la vida cotidiana y en la Iglesia.

La Vida Consagrada

Esta vocación implica una especial consagración a Dios. Se puede vivir de distintas formas:

  • Institutos Religiosos:
    • Vida activa: Dedicada a obras de apostolado (ej. congregaciones de hermanas).
    • Vida contemplativa: Dedicada principalmente a la oración (ej. órdenes de monjes y monjas).
    • Vida mixta: Combinan la contemplación con la acción (ej. misioneros).
  • Institutos Seculares: Sus miembros viven la consagración en el mundo, desde sus profesiones y realidades seculares.
  • Orden de las Vírgenes y Viudas Consagradas: Mujeres que se consagran a Dios para vivir en castidad y servir a la Iglesia, permaneciendo en su ambiente de vida habitual.

El Orden Sagrado

Es el sacramento del ministerio apostólico. Se estructura en tres grados:

  • Primer grado: Diaconado. Los diáconos pueden ser transitorios (célibes en camino al presbiterado) o permanentes (pueden ser hombres casados).
  • Segundo grado: Presbiterado. Los sacerdotes o presbíteros pueden ser diocesanos (incardinados a una diócesis) o religiosos (pertenecientes a una orden o congregación).
  • Tercer grado: Episcopado. El obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden.

Profundizando en la Vocación Laical y el Orden Sagrado

1. ¿Cuál es la función en la Iglesia y en el mundo de los laicos? ¿Y cómo participamos de la misión sacerdotal, profética y real de Cristo?

Los fieles laicos tienen como vocación propia la de buscar el Reino de Dios, iluminando y ordenando las realidades temporales según Dios. Responden así a la llamada a la santidad y al apostolado, que se dirige a todos los bautizados.

Los laicos participan en la misión sacerdotal de Cristo cuando ofrecen como sacrificio espiritual —agradable a Dios por mediación de Jesucristo— su vida, su trabajo y sus alegrías.

Los laicos participan en la misión profética de Cristo cuando acogen cada vez mejor en la fe la Palabra de Cristo y la anuncian al mundo con el testimonio de la vida y de la palabra, mediante la evangelización y la catequesis.

Los laicos participan en la misión regia (real) de Cristo porque reciben de Él el poder de vencer el pecado en sí mismos y en el mundo, por medio de la abnegación y la santidad de la propia vida. Los laicos ejercen diversos ministerios al servicio de la comunidad e impregnan de valores morales las actividades temporales del hombre y las instituciones de la sociedad.

En este contexto, la misión pastoral del sacerdote es procurar que los bautizados formen una verdadera comunidad. El sacerdote es el guía, conductor, pastor, coordinador y animador de un grupo de cristianos. Cristo mismo lo envía y le da autoridad. Toca a los miembros de la Iglesia el discernir, armonizar y desarrollar los carismas que surjan en la comunidad. El ministerio sacerdotal es un carisma al servicio de los demás carismas.

El sacerdote es un ministro de la Palabra de Dios: la estudia, la medita, la predica y la enseña. Debe ser fiel y dar valientemente testimonio de la verdad de Dios. La Iglesia comienza a existir por medio de la predicación del Evangelio.

2. ¿En qué sentido el matrimonio es un sacramento por el que se santifican los esposos y una comunidad de amor en que vivir la vocación laical?

El matrimonio es un sacramento, es decir, un signo e instrumento que comunica la gracia de Dios y la salvación. Por eso, el matrimonio es una realidad religiosa y debe conducir a una experiencia de Dios.

El matrimonio debe ser una escuela y un camino de santidad, la búsqueda incesante de la perfección cristiana y del seguimiento de Jesucristo.

Pero el matrimonio no mira solamente a la relación de los esposos entre sí y de estos con los hijos, sino que debe ser un vivo testimonio de caridad para con el resto de la comunidad cristiana y humana.

3. ¿A qué llamamos jerarquía eclesiástica y magisterio eclesial? ¿Cuál es la función del Papa y los obispos y en qué sentido el primero es infalible?

La jerarquía eclesiástica tiene la misión de apacentar al pueblo de Dios en su nombre, y para ello le dio autoridad. La jerarquía está formada por los ministros sagrados: obispos y presbíteros actúan, en el ejercicio de su ministerio, en nombre y en la persona de Cristo Cabeza; los diáconos sirven al pueblo de Dios en la diaconía de la palabra, de la liturgia y de la caridad.

El Papa es el Vicario de Cristo, cabeza del colegio de los obispos y pastor de toda la Iglesia, sobre la que tiene, por institución divina, la potestad plena, suprema, inmediata y universal.

El colegio de los obispos, en comunión con el Papa y nunca sin él, ejerce también la potestad suprema y plena sobre la Iglesia.

Los obispos, en comunión con el Papa, tienen el deber de anunciar a todos el Evangelio, fielmente y con autoridad, como testigos auténticos de la fe apostólica, revestidos de la autoridad de Cristo. Mediante el sentido sobrenatural de la fe, el pueblo de Dios se adhiere indefectiblemente a la fe, bajo la guía del Magisterio vivo de la Iglesia.

4. Describir brevemente cada uno de los tres grados del orden sagrado y la triple misión sacerdotal.

El sacerdote ayuda a sus hermanos a llegar a ser santos. Participa en la vida misma de Dios. Ante todo, por medio de los sacramentos, Dios nos ofrece su vida y amistad. El sacerdote celebra el Bautismo solemne, puerta de entrada al Reino de Dios.

El sacerdote preside la Eucaristía, el misterio de la muerte y la resurrección de Jesús y también de nosotros.

Llenando el corazón de los hombres con la vida de Dios, el sacerdote lo llena también de esperanza y alegría.

5. ¿Quiénes pueden ser ordenados diáconos y cuáles son sus funciones propias?

Pueden ser ordenados diáconos varones idóneos, solteros o casados. Si son solteros, se comprometen al celibato. Si son casados, no pueden volver a contraer matrimonio en caso de enviudar. La esposa ha de ser consciente, aprobar y ayudar a su esposo para que ejerza dignamente su ministerio diaconal.

Deben prepararse para ejercer digna y eficazmente su ministerio en la comunidad parroquial donde viven y tienen su oficio civil. Deben ser aceptados y queridos por los sacerdotes de la diócesis.

Las funciones propias del diaconado son:

  • Junto al altar, realizar todo lo que pertenece al diácono según el ritual.
  • Administrar solemnemente el Bautismo.
  • Asistir en nombre de la Iglesia a la celebración del Matrimonio y bendecirlo.
  • Leer a los fieles los libros de la Sagrada Escritura, enseñar y exhortar al pueblo de Dios.
  • Ocuparse, en nombre de la jerarquía, en oficios de caridad, administración y en obras de ayuda social.
  • Regir legítimamente, en nombre del párroco y del obispo, a lejanas comunidades cristianas.

Todas estas funciones las ejercen en perfecta comunión con el obispo y su presbiterio.

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