Los fundamentos de la acción moral: libertad y responsabilidad


   4.

La responsabilidad

4.1¿Qué significa ser responsable?
1.Jurídicamente significaba “responder”, es decir, la defensa de una cosa en un juicio o la justificación de una acción que ha sido puesta en entredicho.2.Posteriormente, también en el ámbito jurídico, para establecer que cuando alguien causa un perjuicio a otro, debe asumir la reparación del daño o un equivalente (multas, cárcel, etc.) establecido legalmente.
3.Responsabilidad moral, en cambio, no es un fenómeno jurídico, sino subjetivo de la conciencia moral, es decir, el sujeto que actúa es el que se siente a sí mismo como responsable de su acción, teniendo como único tribunal para juzgar la misma a su propia conciencia.
Por esta misma razón, las sanciones ante un comportamiento moralmente malo no vienen de fuera (jueces, policía, etc.) sino del interior de la persona misma en forma de sentimientos de reprobación que llamamos remordimientos.
Ser moralmente responsable de una acción significa:El que actúa lo ha hecho con libertad, es decir, podría no haberlo hecho o haberlo hecho de otra forma. Esta es una condición fundamental, pues carece de sentido responsabilizar a alguien por una acción que ha cometido sin libertad para evitarla. Es decir, libertad y responsabilidad son las dos caras de una misma moneda pues sólo somos responsables de lo que hacemos libremente, pero al mismo tiempo somos responsables de todo lo que hacemos con libertad.
El que actúa es capaz de responder de la acción realizada ofreciendo razones y motivos para obrar así.El que actúa asume las consecuencias, para bien o para mal, que se deriven de la acción realizada.4.2Convicción y responsabilidad
Weber distinguíó entre la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad.
La ética de la convicción es aquella que sigue una persona que intenta actuar dentro de los principios y valores moralmente buenos, pero que se desentiende de las posibles consecuencias de sus actos, no considerándose responsable de tales consecuencias. La ética de la responsabilidad, en cambio, pone todo el énfasis en las consecuencias previsibles de una acción, y deja en segundo plano los principios o valores en los que se ha inspirado. La persona asume en este caso la responsabilidad sobre las consecuencias de sus acciones.Weber consideraba que estas dos formas son opuestas pero complementarias a la hora de actuar moralmente, porque ni la ética de la convicción puede desentenderse completamente de las consecuencias de las acciones (lo cual desembocaría en la intolerancia), ni la ética de la responsabilidad ignorar totalmente los principios y valores que nos mueve a actuar (lo cual conduciría a obrar sin escrúpulos).
4.3La responsabilidad en el mundo de hoy
Como consecuencia del desarrollo científico-técnico nos enfrentamos a problemas que requieren la cooperación y la responsabilidad de todos los países, como por ejemplo: la contaminación, el calentamiento global, etc. Ello ha generado un nuevo tipo de conciencia denominada conciencia planetaria.
4.3.1 El principio de responsabilidad
Filósofos como Apel y Jonás sostienen que la idea de progreso sobre la que estamos construyendo nuestra civilización, consiste en explotar los recursos del planeta para satisfacer nuestro deseo de bienestar, pero ello conlleva la destrucción de la Tierra. Por eso, estos filósofos plantean la necesidad de cambiar nuestra idea de progreso y asumir responsablemente las consecuencias de nuestras acciones, lo cual permitiría dejar a las futuras generaciones un mundo como mínimo tan habitable como el nuestro.4.3.2 Ciudadanos responsables
Un ciudadano responsable es aquel que no se limita a exigir sus derechos, sino que participa activa y responsablemente en los asuntos que afectan a todos. El ideal al que aspira nuestra sociedad es al del ciudadano cosmopolita, es decir, aquella persona que desde sus condiciones concretas de vida (nacionalidad, idioma, raza, etc.) es solidaria con los problemas de la humanidad.4.3.3.

Responsabilidad profesional

La responsabilidad profesional trata de averiguar cuáles son los bienes internos de cada profesión, es decir, lo que los profesionales de las distintas ramas deben ofrecer a la sociedad, dando lugar así a las éticas profesionales.
Para ello es necesario establecer los valores y hábitos que es preciso adquirir por parte de los profesionales. El referente último al que se pretende llegar es el de la excelencia, es decir, cada profesional debe poner todas sus capacidades al servicio de la realización más perfecta posible de su trabajo.

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