Morada del cielo fray luis de leon comentario


FRAY LUIS DE LEÓN

VIDA Y PERSONALIDAD

Nació hacia 1527 en Belmonte (Cuenca) en el seno de una familia de ascendencia judía, y vivió, pues, en el ambiente de sospecha, cautela y ocultación propias de la minoría conversa. Ingresó como fraile en el convento agustino de Salamanca, en cuya universidad estudió teología. Estudió después hebreo en la universidad de Alcalá. Fue catedrático en la Universidad de Salamanca desde 1561. Allí participó en las disputas teológicas entre agustinos y dominicos. Las intrigas acabaron por llevarlo en 1572 a las cárceles inquisitoriales de Valladolid, donde permaneció más de cuatro años y medio. Fue acusado de haber traducido al castellano el Cantar de los Cantares y de haberse pronunciado a favor del texto de la Biblia en hebreo, desautorizando la versión de la Vulgata.
Salió absuelto, pero su larga permanencia en prisión ejerció una influencia decisiva sobre su obra.
Continuó entonces con sus tareas universitarias y se vio envuelto en nuevas acusaciones. Acabó siendo vicario general de Castilla y provincial de la orden agustina, poco antes de morir en 1591.

De carácter difícil y apasionado, su vida fue turbulenta, lo que explica su deseo íntimo y profundo de apartamiento, recogimiento y serenidad. De ahí su anhelo de paz y de tranquilidad. Palabras insistentemente reiteradas en sus escritos son armonía, concierto, concordia, música apaciguada… El trasfondo filosófico de su pensamiento es una conjunción de platonismo y cristianismo. Las ideas humanas no son más que copias imperfectas de las de Dios y el hombre debe aspirar al conocimiento divino por medio del amor.

OBRA


-Obra en prosa:

Aparte de algunos comentarios en latín, fray Luis escribió cuatro importantes obras en castellano. Sus traducciones y comentarios Cantar de los Cantares y Exposición del Libro de Job permanecieron inéditos hasta el siglo XVIII.

Sus obras originales en prosa son De los nombres de Cristo y La perfecta casada.

De los nombres de Cristo es un diálogo entre tres personajes que conversan sobre los distintos nombres que da la Biblia a Cristo. Es un tratado teológico escrito en lengua vulgar para su mayor difusión entre los lectores. El texto revela el interés de fray Luis por el lenguaje. Éste representa para él un fenómeno teológico, sus metáforas pueden ser el medio para ascender hacia la verdad divina.

La perfecta casada es un tratado en el que expone su concepto de la esposa ideal.

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Obra poética:

Aunque el propio fray Luis preparó una edición de sus poesías, estas no fueron publicadas durante su vida, salvo algunas traducciones. Fue Quevedo quien en 1637 las editó por primera vez, si bien eran ya conocidas, pues circulaban manuscritas. Fray Luis dividió su obra en traducciones de clásicos (las Geórgicas y las Bucólicas de Virgilio y otros autores), traducciones bíblicas (Libro de Job, salmos y el Cantar de los Cantares)
Y obra original.

La obra poética original de fray Luis es bastante breve: menos de cuarenta poemas. Aparte de unos pocos sonetos juveniles dentro de la tradición petrarquista, la mayoría de sus poemas pertenece al género clásico de la oda.

Si bien no es segura la datación de los textos, los poemas de fray Luis suelen agruparse en tres periodos:

a) Poemas escritos antes de la prisión (1572): Oda a la vida retirada, La profecía del Tajo
. En este primer periodo nos encontramos con un fray Luis moralista dentro de la tradición clásica: deseo de soledad, desprecio de los placeres mundanos…

B) Poemas escritos en prisión (1572-7):



Noche serena, En la Ascensión y A la salida de la cárcel.
Estos textos dan cabida a contenidos religiosos, así como a las quejas por la injusticia con él cometida.

C) Poemas escritos tras salir de prisión (después de 1577):

Odas a Francisco Salinas, a Felipe Ruiz o a Pedro Portocarrero

Estos poemas muestran el espíritu de un escritor más apaciguado, anhelo de armonía e infinitud, nostalgia del paraíso evocado, cierto misticismo intelectual.

TEMAS

Con una existencia tan tempestuosa como la de fray Luis y con una sensibilidad tan exquisita como la suya, su poesía podría ser explicada como una catarsis lírica que le permite olvidar sus desgracias y calmar sus tormentos interiores. De ahí los temas predilectos de sus poemas: la naturaleza, la añoranza del campo y de la vida de aldea, su predilección por la noche y por la música.

La mayor parte de los motivos de la poesía de fray Luis tienen su origen en la tradición clásica neoestoica y neoplatónica: el Beatus ille, es decir, la búsqueda de una “descansada vida” y el alejamiento del “mundanal ruïdo”; la contemplación de la noche estrellada; la armonía universal sentida al escuchar las notas musicales; el dominio de las pasiones; la exaltación de la virtud, etcétera.

Estos temas clásicos deben ser entendidos desde la perspectiva cristiana. En fray Luis se aúnan admirablemente el deseo de armonía, paz y serenidad, sentimientos tan ajenos a los habituales en su vida cotidiana. Este anhelo de la vida sencilla lo conduce de modo natural, dentro de un concepto cristiano del mundo, a la añoranza del cielo como suprema liberación. Se suele hablar de la poesía de fray Luis como expresión de la nostalgia del desterrado en la tierra. De ahí su ansia de perfección, su anhelo de unión con la divinidad, un anhelo que lo acerca a la experiencia mística, aunque su poesía celebra un éxtasis intelectual en el que se intuye la armonía universal, pero del que se vuelve a caer en la tierra, vista como dolorosa prisión.

ESTILO

La poesía de fray Luis es, lógicamente, deudora de las tradiciones literarias de las que parte: la Antigüedad grecolatina, los textos bíblicos y la poesía renacentista, especialmente la de Garcilaso.

La Antigüedad grecolatina le proporciona la mayor parte de sus temas. Los textos bíblicos aportan abundantes imágenes y motivos diversos. De Garcilaso y la poesía renacentista procede la estrofa favorita del poeta: la lira, cuya combinación de heptasílabos y endecasílabos le permite eficaces combinaciones rítmicas.

Su poesía es de una simplicidad sólo aparente. En ella entreteje muchos elementos tradicionales en un complejo molde de imágenes e ideas. El análisis de los versos revela la depuración de su composición. Su formación lingüística, su actividad como traductor, su pasión por el lenguaje se reflejan lógicamente en la trabajada construcción poética, siempre dentro de la norma renacentista de la elegancia y de la sencillez. Dicha elaboración concienzuda se comprueba en el uso de abundantes figuras retóricas: asíndeton, polisíndeton, hipérboles, hipérbatos, aliteraciones, encabalgamientos, metáforas, personificaciones, etc.

Rasgo peculiar de este autor es que sus poesías estén dirigidas a una segunda persona. Ello explica el carácter conversacional que suelen tener: abundantes enumeraciones, exclamaciones e interrogaciones retóricas, exhortaciones, etcétera.

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