Planificación Urbana en España: Competencias, Instrumentos y Objetivos


¿Quién tiene las competencias en materia de urbanismo?

En la segunda mitad del siglo XX, se creó la primera Ley del Suelo en España con la necesidad de ordenar el crecimiento de las ciudades. Fue el Tribunal Constitucional, mediante la sentencia 61/1997, quien otorgó las competencias urbanísticas a las comunidades autónomas. Desde entonces, la mayoría de las comunidades autónomas han desarrollado su propia ley del suelo, siendo el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de cada municipio el documento maestro para su ordenación.

Área de reparto

Dentro de un área homogénea, la normativa urbanística debe asegurar el principio de equidad entre todos sus propietarios. Esta área, denominada área de reparto y definida en el PGOU, otorga los mismos derechos de aprovechamiento urbanístico por cada metro cuadrado de territorio.

Objetivos del PGOU

El PGOU persigue diversos objetivos, entre ellos:

  • Integrar el territorio según lo establecido en los Planes de Ordenación Territorial (POT).
  • Poner en valor la ciudad existente.
  • Conservar los centros históricos.
  • Integrar los nuevos crecimientos en la ciudad consolidada.
  • Mejorar la funcionalidad de las redes de infraestructura para optimizar el tráfico.
  • Proteger el litoral.
  • Preservar la urbanización de los terrenos protegidos.
  • Atender las necesidades de vivienda social e interés público, estableciendo la obligatoriedad de destinar un 30% del suelo a la construcción de viviendas de protección oficial (VPO).

Plan General

El PGOU es el mapa que marca el desarrollo urbanístico de un municipio, dividiéndolo en áreas de suelo urbano, urbanizable y no urbanizable (o rústico), y fija los usos y las condiciones concretas de la edificación en cada zona. Es elaborado por la gerencia de urbanismo de cada municipio y aprobado por mayoría absoluta del pleno del ayuntamiento.

Clasificación de las rocas

La clasificación más utilizada sigue criterios genéticos, composicionales y texturales, y se divide en tres grandes grupos:

  • Ígneas: resultantes de la consolidación del magma.
  • Sedimentarias: procedentes de la alteración, transporte y sedimentación de otras rocas.
  • Metamórficas: formadas por la transformación de otras rocas a altas presiones y/o temperaturas.

Potencial edáfico

La edafología es la ciencia que estudia el suelo, la superficie terrestre que soporta la vegetación. En este contexto, el sustrato se considera en función de su capacidad para soportar comunidades vegetales y, en ocasiones, animales. Se evalúa su susceptibilidad para iniciar un proceso de edafogénesis, es decir, diferenciar horizontes con potencial productivo desde la perspectiva agronómica y biológica. En definitiva, se analiza la mayor o menor susceptibilidad de una roca a ser colonizada por organismos biológicos. Parámetros como agregaciones, dureza, coherencia, fisuración, porosidad, erosionabilidad y alterabilidad son relevantes en este análisis.

Erosionabilidad

Se trata de evaluar la mayor o menor susceptibilidad del sustrato para ser movilizado por los agentes del modelado (agua, hielo, aire). Esta movilización implica el arranque y transporte del material, por lo que la permeabilidad (por fisuración y/o porosidad) y la coherencia son factores básicos que definen los grados de erodabilidad.

Singularidad

En algunos casos, interesa evaluar la aptitud de las rocas, la estructura tectónica, los estratos, la forma del terreno y ciertos agentes notables (ríos, glaciares), así como recursos naturales, ya sea para fines didácticos, de investigación o de ocio. Se tiene en cuenta el grado de singularidad relativa, ya que son elementos de la Tierra que forman parte de los espacios naturales a nivel de ecosistema o región, y el grado de singularidad absoluta, destacando la aptitud «per se» de algunas formaciones geológicas independientemente del medio natural. Los parámetros a considerar hacen referencia a representatividad, rareza, capacidad para definir tipos o límites, conservación y/o abundancia de registros geológicos. El estudio de los recursos naturales de una zona está asociado a su conocimiento previo mediante el inventario y estudio adecuado.

Formación del suelo

Los factores principales del suelo son la roca madre, el clima, la vegetación, la fisiografía y el paso del tiempo. La acción de estos factores produce la diferenciación de capas horizontales de distinta composición, denominadas horizontes del suelo. El perfil del suelo está constituido por la sección vertical de sus distintos horizontes. Esta acción se aplica a través de una serie de transformaciones de naturaleza física y química, a velocidades muy distintas.

Porosidad

La porosidad del suelo se refiere al volumen ocupado por los poros en este, siendo inversa a la densidad del mismo. El tamaño de los poros depende del tamaño de las partículas del suelo y de los agregados de las partículas. La fórmula para calcular la porosidad es P = Veg/Vt * 100 = %; P = 1/d. La abundancia y tamaño de los poros regulan la aireación y el movimiento del agua del suelo, proporcionando espacio para el crecimiento de las raíces. La porosidad está relacionada con la textura y la estructura del suelo, influyendo en muchas de sus propiedades físicas. Por ejemplo, una compresión del suelo provocará un aumento del número de poros de pequeño tamaño en relación con los grandes, disminuyendo la capacidad de drenaje y pudiendo producir anegamiento.

Capacidad portante

En este aspecto, el sustrato se considera en su aspecto portante mecánicamente evaluado, es decir, como suelo geotécnico. Parámetros como carga asumible, estabilidad de taludes, condiciones constructivas, riesgos inducidos, grado de compactación, cimentación y fisuración definen el comportamiento de las rocas o su aptitud geotécnica. La meteorización, que es una modificación de las características anteriormente citadas, y la presencia de minerales asociados a riesgos específicos (arcillas expansivas, yesos-anhidritas) también son factores importantes a tener en cuenta.

La textura del suelo: métodos y explicación

La textura del suelo viene expresada por la distribución del tamaño de las partículas sólidas que lo componen, es decir, por su composición granulométrica, previa dispersión de sus agregados. La textura traduce en un suelo el grado de aspereza, suavidad, cohesión, compactación, etc. Existen muchos sistemas de clasificación, pero cabe mencionar dos métodos: el AASHO y el Casagrande.

  • Método AASHO: se basa en la actitud de los suelos para soportar cargas elevadas en la instalación de autopistas, agrupándolos según su capacidad portante. Se distinguen 7 clases, desde la A-1 a la A-7.

Método Casagrande

Este sistema de clasificación fue desarrollado por el Dr. A. Casagrande de la Universidad de Harvard durante la Segunda Guerra Mundial. La clasificación comprende 3 grandes divisiones, clasificadas en 15 grupos. Estos grupos se dividen por letras, que indican la magnitud del límite líquido, la fracción textural predominante y el mejor o peor equilibrio de la curva granulométrica del suelo en cuestión. La clasificación se esquematiza como sigue:

  • Suelos de grano grueso: menos del 50% de sus partículas pasan por el tamiz N°200.
    • Suelos gravosos: >50% retenidas por el tamiz N°4.
    • Arenas o suelo arenoso: la mayoría de las partículas pasan por el tamiz N°4.
  • Estos suelos se dividen en los siguientes grupos: GW (gravas bien granuladas), GP (gravas mal granuladas), GM (gravas limosas), GC (gravas arcillosas), SW (arenas bien granuladas), SP (arenas mal granuladas), SM (arenas limosas), SC (arenas arcillosas).
  • Suelos de granos finos: más del 50% pasan por el tamiz N°200.
    • Los limos se dividen como suelos de grano fino.
    • Arcillas.
  • Estos suelos se dividen en los siguientes grupos: ML (limos orgánicos y arenas muy finas), CL (arcillas orgánicas), OL (limos orgánicos), MH (limos inorgánicos), CH (arcillas inorgánicas), OH (arcillas orgánicas).
  • Suelos orgánicos o turbas: se caracterizan por contener más del 50% de materia orgánica. PT: turbas y suelos altamente orgánicos.

Los grupos indican la magnitud del límite líquido, la fracción textural y el equilibrio de la curva granulométrica.

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *