Prehistoria del Complejo de Edipo Femenino: Envidia del Pene y Desarrollo Psíquico


1) ¿En qué consiste la prehistoria del complejo de Edipo en la niña? Explicitar las nociones de envidia del pene y complejo de masculinidad.

La niña conserva el primer objeto de amor y lo desplaza hacia su padre (deseo de tener un hijo de él).

2) Consecuencias Psíquicas de la Envidia del Pene en la Niña

Las consecuencias psíquicas de la envidia del pene son múltiples y de vasto alcance:

  • Sentimiento de Inferioridad: Con la admisión de su herida narcisista, se establece en la mujer como una cicatriz, un sentimiento de inferioridad. Una vez superado el primer intento de explicar su falta de pene como castigo personal y tras aprehender la universalidad de este carácter sexual, empieza a compartir el menosprecio del varón por ese sexo mutilado en un punto decisivo y se mantiene en paridad con el varón (igualdad).

  • Celos: Aunque la envidia del pene haya renunciado a su objeto genuino, no cesa de existir: pervive en el rasgo de carácter de los celos, con leve desplazamiento. Los celos no son exclusivos de uno solo de los dos sexos, pero Freud cree que desempeñan un papel mucho mayor en la vida anímica de la mujer porque reciben un enorme esfuerzo desde la fuente de la envidia del pene, desviada.

    Existe una fantasía frecuente en la niña: <<Pegan a un niño>>, que significa que otro niño, de quien se tienen celos como rival, debe ser golpeado.

  • Afloramiento de los Vínculos Tiernos con el Objeto-Madre: Al final la madre, que echó al mundo a la niña con una dotación tan insuficiente, es responsabilizada por esa falta de pene. Tras el descubrimiento de la desventaja en los genitales, afloran celos hacia otro niño al que supuestamente la madre ama más; por esta razón, adquiere una motivación para deshacerse/soltarse de la ligazón-madre. El niño preferido por la madre pasa a ser el primer objeto de la fantasía <<Pegan a un niño>>, que desemboca en masturbación.

  • La última consecuencia marca el camino a la feminidad: La renuncia al onanismo de la niña en la pubertad. En esta etapa, la pubertad eliminará una gran parte de la sexualidad masculina para dejar espacio al desarrollo de la feminidad.

    El conocimiento de la diferencia anatómica entre los sexos esfuerza a la niña pequeña a apartarse de la masculinidad y del onanismo masculino, para encaminarse por nuevas vías que la llevan al despliegue de la feminidad. Hasta ese momento, el complejo de Edipo no había desempeñado papel alguno. Pero ahora la niña se desliza a una nueva posición: Resigna el deseo del pene para poder reemplazarlo por el deseo de un hijo, y con este propósito toma al padre como objeto de amor. La madre pasa a ser objeto de los celos y la niña deviene una pequeña mujer.

    En esta nueva situación, la niña puede llegar a tener sensaciones corporales que han de apreciarse como un prematuro despertar del aparato genital femenino. Y si después la ligazón-padre tiene que resignarse por malograda, puede atrincherarse en una identificación-padre con la que la niña regresa al complejo de masculinidad y se fija eventualmente a él.

Todo lo propuesto corresponde a la prehistoria del complejo de Edipo en la niña.

3) Diferencias entre el Complejo de Edipo y el de Castración en Niños y Niñas

El nexo/relación entre el complejo de Edipo y complejo de castración es diferente en los dos sexos.

En la niña las repercusiones/consecuencias del complejo de castración (consecuencias psíquicas de la envidia del pene) le preceden y preparan para el complejo de Edipo; este es posibilitado e introducido por el complejo de castración. (Permiten el comienzo del complejo de Edipo)

El complejo de Edipo del varón se va al fundamento (finaliza) debido al complejo de castración.

El complejo de castración produce en cada caso efectos inhibidores y limitadores de la masculinidad y promotores de la feminidad.

La diferencia entre varón y mujer en cuanto al desarrollo sexual es una consecuencia de la diversidad anatómica de los genitales y de la situación psíquica enlazada con ella; corresponde a la diferencia entre:

  1. La Castración Consumada, en la niña (no hay amenaza de castración porque la castración es un hecho consumado. A partir de que la niña asume que no tiene pene, órgano al que considera superior, cae víctima de la envidia del pene. Este deja consecuencias psíquicas en ella que permiten la iniciación del complejo de Edipo.);

  2. y la Mera Amenaza de Castración (el complejo de Edipo es sepultado y abandonado como consecuencia de la amenaza de castración)

Consecuencias del complejo de Edipo:

  • Varón: El complejo no es simplemente reprimido, zozobra (sentimiento de tristeza, angustia, fracaso, naufragio) formalmente bajo el choque de la amenaza de castración. Sus investiduras libidinosas son desexualizadas, resignadas y en parte sublimadas; sus objetos son incorporados al yo, donde forman el núcleo del superyó con sus propiedades características. En el caso ideal, ya no subsiste ningún complejo de Edipo, el superyó ha devenido su heredero. “Ferenczi: el pene debe su investidura narcisista extraordinariamente alta a su significación orgánica para la supervivencia de la especie. El extrañamiento del incesto, la institución de la conciencia moral y la moral misma, como un triunfo de la generación sobre el individuo”

  • Niña: Falta el motivo para la demolición del complejo de Edipo. La castración ya ha producido antes su efecto, y consistió en esforzar a la niña a la situación del complejo de Edipo. Este último puede ser abandonado poco a poco, tramitado por la represión o sus efectos pueden penetrar mucho en la vida anímica que es normal para la mujer. El superyó nunca deviene tan implacable, tan impersonal, tan independiente de sus orígenes afectivos como lo exigimos en el caso del varón.

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