Texto 17: ley de responsabilidades políticas


PRIMERAS PREGUNTAS:

9.-


Vamos a comentar un fragmento del Manifiesto que acompañó al golpe de estado de Miguel Primo de Rivera en 1923. Desde 1917 la situación de España se caracterizaba por una enorme inestabilidad: constantes crisis de gobierno, elecciones muy frecuentes, huelgas, manifestaciones, atentados terroristas de la CNT… a ello se sumó en 1921 el desastre de Annual y la apertura del Expediente Picasso, que ponía bajo sospecha a una buena parte del ejército español.
Todas estas circunstancias llevaron al general Primo de Rivera a pronunciarse en Barcelona (la zona más conflictiva de España por la violencia del movimiento obrero y las reivindicaciones nacionalistas).En el presente texto el dictador afirma que el golpe de estado ha sido algo necesario para acabar con las lacras del sistema parlamentario, con la incompetencia y la corrupción de unos políticos que están llevando a España a la ruina. Ante tales circunstancias, los militares han tenido que dar un golpe de efecto y tomar las riendas del estado a fin de enderezarlo. En otros fragmentos del Manifiesto, que aquí no aparecen, Primo de Rivera asegura que hubiera deseado permanecer dentro de la legalidad, pero que se ha visto obligado a pronunciarse ante la gravedad de la situación que atraviesa España. Este deseo de dar a su dictadura un aspecto legal, de no negar nunca del todo el sistema parlamentario, es una de las características principales de su régimen, sobre todo en sus primeros momentos.

10.-


Nos hallamos ante un texto jurídico, en concreto ante varios artículos de la Constitución de 1931, por la que se rigió la II República Española. Las principales ideas del documento son las siguientes:  -España es definida como “república democrática de trabajadores de toda clase”. Es una definición muy izquierdista, pues aquí no se dice que la soberanía pertenezca a la nación, ni siquiera al pueblo, sino más concretamente a la clase trabajadora. Los intereses de esta última están por encima de cualquier otra consideración. Incluso, al final del texto, se considera legítimo llegar a la expropiación de bienes en defensa de la clase obrera.  —Se reconoce el derecho a la autonomía. Esto generará grandes polémicas tanto entre partidos de derecha como entre partidos de izquierda a la hora de concederle la autonomía a Cataluña.   —No hay religión oficial en España. Es más, el clero dejará de ser mantenido por el estado. A la vez se permite el divorcio y se prohíbe la enseñanza religiosa. La separación Iglesia-Estado es aquí mucho más estricta que en nuestra actual constitución. Manuel Azaña puso especial interés en que esto fuera así, pero sus decisiones levantaron una auténtica polémica. La República perdió muchos apoyos por causa de estos artículos, pues toda la España conservadora y católica pensó que con ellos se atacaba mortalmente a las esencias cristianas de España.  —El artículo 36 concede por primera vez en España el voto a las mujeres. En este caso, los partidos de derecha apenas se opusieron, pues pensaban que las mujeres españolas eran mayoritariamente católicas y conservadoras y que su voto podría serles de mucha utilidad.

11.-


Nos encontramos ante un fragmento de la Ley de Responsabilidades Políticas, emitido por el gobierno franquista en 1939, poco antes de haber acabado la Guerra Civil. Con esta ley el general Franco convertía en legal la represión contra el enemigo, ya casi vencido. Empezaba así una cruel persecución de republicanos de toda índole.La Ley de Responsabilidades Políticas es especialmente dura pues, como se aprecia en el texto, castiga a todos los implicados directa o indirectamente en los sucesos de octubre de 1934 (las sublevaciones catalana y castellana), así como a todos los partidos nacionalistas y de izquierda y a todas las personas opuestas durante la guerra al Alzamiento Nacional.Nadie puede, por tanto, ser neutral en España: quien no es amigo del nuevo régimen se convierte inmediatamente en su enemigo, en un “mal español”.En mi opinión, se trata de un texto hipócrita y manipulador. Se habla de “subversión roja” cuando fueron los militares del bando nacional quienes se rebelaron contra el gobierno de la República, legítimamente elegido por el pueblo. Ciertamente, se pueden también decir cosas en contra del gobierno republicano, que no fue capaz de controlar la acción violenta de comunistas  y anarquistas antes de la guerra y durante buena parte de ella. Pero, a mi entender, eso no dio al llamado Alzamiento Nacional ninguna legitimidad. Recordemos que, dentro de los conflictivos meses anteriores a la guerra, también fueron muy graves los crímenes y atentados cometidos por las escuadras falangistas y por otros grupos de extrema derecha que luego apoyaron a los nacionales. Los militares sublevados aseguraban ser los salvadores de la patria cuando ellos mismos eran, desde hacía tiempo, parte del problema. El historiador Hugh Thomas asegura, por ejemplo, que la extrema derecha trató de desestabilizar la República desde sus propios comienzos.Por otra parte, el documento es de gran cinismo. Con esta ley se pretende supuestamente “liquidar las culpas” y devolver la paz a España. Los españoles “descarriados” deben ser castigados para así “purgar sus pecados”. Sólo una vez reeducados y cumplidas las penas podrán volver al redil y serán readmitidos en la sociedad como buenos españoles. Lo cierto es que esta ley dio pie a una persecución salvaje, que mató a miles de personas y que llenó las cárceles españolas de presos rojos. A la vez, cerca de medio millón de españoles tuvo que huir de su país. La guerra y la persecución franquista posterior, así como los años del hambre provocaron en España una auténtica generación vacía.

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