Contexto Político y Cultural en la Segunda República Española
La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA)
La Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) nació cuando la derecha española llegó a la conclusión de que era necesario unirse para impulsar las reformas que consideraban oportunas. Liderada por José María Gil Robles, esta formación se convirtió en un actor político fundamental durante la Segunda República.
Las Misiones Pedagógicas y La Barraca
Las Misiones Pedagógicas fueron un proyecto de solidaridad cultural con el objetivo de difundir la cultura general y la educación en las aldeas más remotas de España. En este contexto, La Barraca, un grupo de teatro universitario dirigido por Federico García Lorca, se dedicó a llevar el teatro clásico a zonas con escasa actividad cultural, democratizando así el acceso a la cultura.
El Bienio Reformista (1931-1933): Transformación y Desafíos
Tras la aprobación de la Constitución de 1931, se inició un nuevo período conocido como el Bienio Reformista (1931-1933). Este gobierno, presidido por Manuel Azaña y formado por republicanos de izquierda y socialistas, contó con Niceto Alcalá Zamora como Presidente de la República. La labor del nuevo ejecutivo se centró en abordar una serie de reformas inmediatas que buscaban la modernización política y social de España. Aunque estas medidas limitaban y reducían los privilegios de las élites tradicionales, respondían a las expectativas de cambio de las clases medias y del movimiento obrero.
Reformas Clave del Bienio Progresista
1. La Reforma Militar
El Gobierno republicano asumió la difícil tarea de modernizar el Ejército, que presentaba importantes carencias como la abundancia de mandos, la escasa formación de los soldados y un material anticuado. Azaña ofreció la jubilación anticipada con sueldo íntegro a un gran número de oficiales, buscando reducir el excesivo número de efectivos y profesionalizar la institución. También se abolió la Ley de Jurisdicciones de 1906, que otorgaba a los militares la capacidad de juzgar delitos contra la patria o el ejército cometidos por civiles.
A pesar del juramento de fidelidad al orden republicano, una parte significativa de la oficialidad emprendió una dura campaña contra el nuevo régimen. Sectores políticos conservadores acusaron a Azaña de “triturar” al Ejército. La República, aunque no se atrevió a disolver la Guardia Civil, sí creó la Guardia de Asalto, una fuerza leal que actuó como policía urbana.
2. La Política Religiosa
La política religiosa fue uno de los puntos más conflictivos y generó una oposición radical por parte de la Iglesia Católica. Sus principales medidas fueron:
- Separación Iglesia-Estado: España dejó de tener una religión oficial.
- Extinción en dos años del presupuesto de culto y clero.
- Prohibición a las órdenes religiosas de dedicarse a la educación y a negocios.
- Introducción del matrimonio civil y el divorcio.
3. La Reforma Educativa
La educación era el talón de Aquiles de la sociedad española: atrasada, sin modernizar, discriminatoria y con el castigo físico aún aceptado. Era urgente invertir en ella. Las medidas incluyeron:
- Mejor formación pedagógica de los profesores.
- Aumento de los sueldos del profesorado.
- Creación de más escuelas (se proyectaron 10.000 nuevas escuelas).
El objetivo primordial era establecer una enseñanza universal, obligatoria, laica y gratuita, que contó con el amplio apoyo de los intelectuales de la época.
4. La Reforma Agraria
El desigual reparto de la tierra era un problema estructural que España arrastraba desde hacía siglos. La existencia de extensos latifundios en regiones como Extremadura y Andalucía, junto con la situación de campesinos empobrecidos y arrendatarios explotados, demandaba una solución urgente al nuevo gobierno. Sin embargo, el proyecto de reforma agraria chocó con la fuerte oposición de los latifundistas y de los partidos de derecha y centro, que obstaculizaron su tramitación en el Congreso.
Finalmente, se aprobó la Ley de Bases de la Reforma Agraria, que pretendía la modernización técnica del campo, acabar con el latifundismo y redistribuir la propiedad mediante el asentamiento de campesinos en las tierras expropiadas. Entre las causas del fracaso de la ley se pueden señalar su complejidad técnica, su escaso presupuesto y la persistente oposición de los grandes propietarios. La lentitud en su aplicación, el paro y la frustración de los jornaleros del campo derivaron en insurrecciones anarquistas que desembocaron en duros y trágicos enfrentamientos con las fuerzas de orden público.
5. La Reforma Laboral
Iniciada desde el Ministerio del Trabajo por el socialista Francisco Largo Caballero, esta reforma incluyó leyes como la de Contratos de Trabajo, que regulaba los convenios colectivos en temas como la jornada laboral o el trabajo de mujeres y niños. Otras leyes favorecieron la posición de los trabajadores y sindicatos, encontrando una cerrada oposición por parte de los empresarios.
6. Los Estatutos de Autonomía
La Constitución de 1931 intentó resolver el problema regional mediante el reconocimiento del derecho de las regiones a establecer un gobierno autónomo. Las Cortes aprobaron el Estatuto de Autonomía de Cataluña, que establecía un gobierno propio con facultades legislativas y ejecutivas, dirigido por un presidente, un parlamento y un consejo ejecutivo.
Crisis y Desgaste del Bienio Reformista
La crisis económica, la línea radical propiciada por la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) y la negativa de la patronal a las reformas llevaron a un marco de fuertes tensiones sociales. Los enfrentamientos entre huelguistas y la Guardia Civil fueron frecuentes y a menudo violentos. Los debates en Cortes del Estatuto de Cataluña y la Ley de Reforma Agraria provocaron una oposición cerrada en las fuerzas de derecha.
En este contexto general, el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado militar en 1932, que fracasó. Ante el desgaste del gobierno republicano-socialista, se produjeron los graves incidentes de Casas Viejas (1933), en los que la Guardia de Asalto sitió y mató a un grupo de campesinos anarquistas, lo que supuso un duro golpe para la credibilidad del gobierno de Azaña.