El arte mesopotámico
La arquitectura
Templos y palacios
El zigurat y el palacio fueron las dos grandes construcciones de las ciudades mesopotámicas. Se construían con ladrillos de barro cocido o secado al sol y se recubrían de betún para hacerlos impermeables a la lluvia. El adobe es poco resistente. Para ocultar los adobes y decorar los edificios utilizaron revestimientos de cerámica vidriada.
El arco y la bóveda
La gran aportación mesopotámica a la arquitectura fueron el arco y la bóveda, con los que construyeron imponentes templos y palacios.
La escultura
En escultura se elaboraron unas pequeñas estatuillas de orantes (hombres u mujeres en actitud de plegaria) y representaciones de los reyes. También destacan las estatuas de Gudea de Lagash, cuyo madero fue utilizado posteriormente para representar a sus sucesores. Para decorar los muros y las puertas de templos y palacios se utilizaron relieves que representaban reyes, animales, etc. También se realizaban unas estelas en las que se esculpían escenas de victorias militares o cacerías.
Egipto, el Nilo y el desierto
El marco geográfico
La ubicación geográfica de Egipto presenta dos ventajas: por un lado, el desierto (que actúa como defensa natural) y, por otro, el río Nilo (fuente de vida). Las dos grandes regiones son: el Bajo Egipto, que es un extenso valle formado por el delta del Nilo, y el Alto Egipto, que es una tierra árida donde solo es posible la vida en la estrecha zona irrigada por el Nilo.
El aprovechamiento de las aguas
Cada primavera, en las tierras donde nace el Nilo, se producen lluvias torrenciales que alimentan su caudal. Desde primero de junio hasta septiembre, el río experimenta una mansa y poderosa crecida. En octubre se inicia la retirada de las aguas y queda un limo negro que fertiliza los campos.
Los egipcios tuvieron que aprender a controlar estas crecidas. Para ello, construyeron diques y canales para contener el agua, almacenarla, etc. En las orillas del Nilo surgieron grandes ciudades como Menfis o Tebas.
Los avances técnicos
Para realizar todas estas tareas, lograron desarrollar el cálculo y la geometría, establecieron un calendario para prever las crecidas y crearon sistemas de contabilidad. El año fue dividido en 365 días y el día en 24 periodos.
La religión egipcia
Los dioses de Egipto
La religión egipcia era politeísta, es decir, adoraban a muchos dioses. Los principales dioses eran:
- Ra: dios del Sol
- Amón: dios de Tebas
- Osiris: dios de la muerte y la resurrección
- Seth: dios de las tinieblas y el caos
- Horus: dios de la guerra y el cielo
- Anubis: dios del infierno y la momificación
- Thot: inventor de la escritura y dios de la sabiduría
Los amuletos servían para proteger de la influencia de los malos espíritus. Los dioses habitaban en los templos. Los sacerdotes debían rendirles culto y obsequiarse con las ofrendas.
La vida de ultratumba
Cuando una persona moría, pasaba a la vida de ultratumba (el Ka), pero para ello el cuerpo debía permanecer incorrupto (momificación). Con este fin, la familia embalsamaba al difunto; tras 40 días se convertía en una momia disecada. Los difuntos debían presentarse ante el Tribunal de Osiris, que juzgaba su vida terrenal. Para superar el juicio, se empleaba el Libro de los Muertos. La familia colocaba ofrendas en las tumbas y las rodeaba de pequeñas estatuas cubiertas de inscripciones mágicas.
El templo, morada de los dioses
La arquitectura egipcia
El arte egipcio se caracterizó por seguir unas reglas fijas e inamovibles. Los artistas no debían innovar, sino conocer perfectamente las reglas y realizar obras de arte lo más parecidas posibles a las anteriores. La arquitectura egipcia era arquitrabada (sin arcos ni bóvedas). Los edificios se realizaban en piedra y se decoraban con grabados y esculturas y pinturas. Las grandes construcciones fueron los templos y las tumbas, que tendían al monumentalismo.
Los templos
El acceso al templo se realizaba a través de una avenida de esfinges que conducía hasta la puerta monumental. Delante de la puerta había dos obeliscos. Todo el recinto estaba amurallado. Ya en el interior, se accedía a un patio porticado, seguidamente a una sala hipóstila y, por fin, al santuario, donde en penumbra se guardaba la estatua del dios. Solo el faraón y los sacerdotes tenían acceso al santuario.
Las tumbas egipcias
Cómo eran las tumbas egipcias
Las primeras tumbas egipcias fueron unas sencillas construcciones rectangulares y de escasa altura llamadas mastabas.
De la superposición de mastabas nacieron las pirámides, entre las que destacan las de Keops, Kefrén, etc.
Para proteger el reposo de los faraones e impedir el pillaje, las entradas de las pirámides estaban escondidas y tenían galerías que conducían a falsas cámaras. El miedo a los frecuentes saqueos y robos en las tumbas hizo que los faraones prefirieran enterrarse en hipogeos, grandes cámaras funerarias excavadas en la roca.