Los Movimientos Migratorios
Las migraciones son desplazamientos de población en el espacio, por causas económicas o sociales.
Las Migraciones Interiores
Son los movimientos de población dentro de las fronteras del país.
Migraciones Interiores Tradicionales
Características:
- Tuvieron lugar entre el último tercio del siglo XIX y la crisis económica de 1975.
- El volumen de la migración fue muy elevado, afectó a más de 10 millones de personas, sobre todo entre 1951-1975.
- La motivación de la migración fue principalmente laboral.
- Protagonistas: sobre todo jóvenes con bajo nivel de cualificación.
Corrientes Migratorias Interiores Tradicionales
a) Migraciones Estacionales y Temporales
Se produjeron principalmente entre finales del siglo XIX y 1960 (su mayor auge). En unos casos, eran desplazamientos estacionales a otras áreas rurales para realizar labores agrarias (vendimia). En otros, eran desplazamientos temporales a las ciudades en épocas en las que el campo exigía menos trabajo, para realizar tareas de construcción, industria, etc.
b) El Éxodo Rural
Tuvo lugar entre el siglo XIX y 1975. Eran migraciones entre áreas rurales y urbanas, de larga duración o permanentes. La motivación principal era conseguir trabajo e ingresos más altos, así como acceder a un mejor nivel sanitario, cultural, etc. Los emigrantes procedían de zonas agrarias atrasadas de Galicia y el interior peninsular. Se dirigían primero a los núcleos industriales (Cataluña, País Vasco) y, posteriormente, también a nuevas áreas industriales (Mediterráneo) y zonas turísticas.
Etapas del Éxodo Rural:
Finales del siglo XIX – 1930: El éxodo rural tuvo un volumen moderado. Las causas fueron el exceso de mano de obra en el campo (exceso de brazos), el crecimiento de la industria que demandaba trabajadores y el auge de las obras públicas. Se trataba de una emigración en cascada: desde núcleos rurales a capitales provinciales y, desde allí, a las grandes ciudades de las provincias más industrializadas (Madrid, Gipuzkoa, etc.).
1931 – 1950: El éxodo rural se estancó. Las causas fueron la crisis económica de los años 30, la Guerra Civil y la posguerra. Durante este periodo, las ciudades sufrieron problemas de abastecimiento, la industria redujo su oferta laboral y el franquismo fomentó la permanencia de la población rural en el campo.
1951 – 1975: El éxodo rural alcanzó su mayor volumen. Las causas incluyeron el crecimiento demográfico, la crisis de la agricultura tradicional (debido a la mecanización), el auge industrial (Plan de Estabilización de 1959) y el boom del turismo (que impulsó los sectores de servicios y construcción). Predominó el éxodo rural hacia las grandes ciudades de las provincias más dinámicas, cuyo número aumentó (Madrid, Barcelona, Vizcaya, Valencia, Alicante, Baleares, Canarias, etc.).
Desde 1975: El éxodo rural decayó significativamente. Con la crisis económica, las antiguas áreas inmigratorias perdieron su atractivo y su saldo migratorio positivo se redujo. Mientras tanto, en las antiguas áreas emigratorias, disminuyeron las salidas y su saldo migratorio negativo se redujo, en parte debido al retorno de antiguos emigrantes.
En la actualidad: El éxodo rural alcanza valores muy bajos. Los emigrantes proceden de áreas agrarias más aisladas y envejecidas y se dirigen principalmente a los centros de actividad de su propia provincia o comunidad autónoma. No obstante, podría incrementarse en los próximos años debido a la crisis agraria.
Consecuencias de las Migraciones Interiores
- En el plano demográfico: Explican los grandes desequilibrios actuales en la distribución de la población española: vaciamiento del interior (excepto Madrid) y altas densidades en la periferia y Madrid. Han elevado el índice de masculinidad en algunas áreas rurales y han repercutido en la estructura por edad, causando el envejecimiento de la población que quedó en el campo y el rejuvenecimiento de la población urbana receptora.
- En el plano económico: En las áreas rurales, las migraciones inicialmente aumentaron los recursos de la población (remesas de dinero), pero a largo plazo generaron deseconomías de subpoblación (falta de dinamismo económico por escasez de población). En las ciudades, la inmigración masiva provocó deseconomías de congestión (problemas de vivienda, equipamientos, tráfico, etc.).
- En el plano social: Se produjeron problemas de asimilación para los emigrantes al pasar de una comunidad rural con valores tradicionales a una sociedad urbana y competitiva.
- En el aspecto medioambiental: En las zonas emigratorias, se abandonaron ecosistemas agrarios tradicionales (terrazas, bancales en montañas). En las grandes ciudades, la elevada inmigración contribuyó a problemas de contaminación atmosférica, ruido, acumulación de residuos, etc.
Las Migraciones Exteriores
Son los movimientos de población fuera de las fronteras del propio país.
Las Migraciones Exteriores Tradicionales
Se produjeron entre mediados del siglo XIX y la crisis económica de 1975.
Emigración Transoceánica Tradicional
Se dirigió principalmente a América Latina y, secundariamente, a EE. UU., Canadá y Australia. En muchos casos, fue una emigración permanente o de larga duración.
Etapas de la Emigración Transoceánica:
1850 – 1914: Auge. Al principio del siglo XIX, la emigración a América se había reducido bastante debido a la política populacionista de los Borbones (que puso trabas a la emigración) y la independencia de las antiguas colonias. Desde 1853, la situación cambió porque:
- Los países latinoamericanos necesitaban inmigrantes para poblarse y construir grandes infraestructuras, por lo que facilitaban la emigración e incluso instalaron en España «agentes de reclutamiento» de emigrantes.
- España limitó los obstáculos a la emigración, que se convirtió en una válvula de escape para el atraso agrario y el desempleo de algunas zonas.
- La procedencia de los emigrantes era mayoritariamente de Galicia, Asturias y Canarias.
- Su destino principal fueron Argentina (actividades agrarias de la Pampa), Cuba (plantaciones de azúcar) y Brasil, donde se requería mano de obra.
- El perfil característico del emigrante era: varón, joven, soltero y de bajo nivel de cualificación, predominantemente campesino.
1914 – 1945: Decadencia. La emigración transoceánica decayó debido a situaciones desfavorables:
- La inseguridad creada por la Primera Guerra Mundial.
- La crisis económica de 1929, que elevó el paro en los países latinoamericanos y restringió la inmigración.
- La Guerra Civil española y la posguerra, que dificultaron las salidas al exterior por la escasez de transportes y la política populacionista inicial del franquismo.
1945 – 1960: Auge. Las causas que lo permitieron fueron la autorización para salir libremente de España (1946), el levantamiento del aislamiento internacional y el cambio de actitud de EE. UU. ante el régimen de Franco.
- La procedencia siguió siendo mayoritariamente gallega y canaria (la asturiana decayó porque la minería y la industria ofrecían puestos de trabajo).
- Los destinos principales fueron Venezuela (explotación de petróleo), Argentina y Brasil (industria).
- El perfil cambió: la emigración familiar tuvo más peso, los emigrantes estaban algo más cualificados y predominaban los obreros y técnicos industriales, demandados por estos países para desarrollar su economía e industria.
1960 en adelante: Declive. La emigración transoceánica disminuyó por el declive de la economía latinoamericana y la competencia con la emigración a Europa, más cercana y con mejores ofertas laborales.
La Emigración Tradicional a Europa
Etapas de la Emigración a Europa:
Hasta mediados del siglo XX: Fue una migración escasa y estacional, procedente principalmente del Levante y dirigida a Francia. Estaba integrada por agricultores, obreros de la construcción y mujeres empleadas en el servicio doméstico. Acabó prácticamente con la Segunda Guerra Mundial.
1960 – 1973: Auge. Fue el periodo de mayor auge de la emigración a Europa. Era una emigración principalmente temporal, aunque con contratos de un año o más de duración, debido a varias causas:
- Por parte europea: La rápida reconstrucción económica tras la Segunda Guerra Mundial y el fuerte crecimiento económico posterior favorecieron una amplia oferta de empleo poco cualificado, que la población nativa no deseaba cubrir.
- Por parte española: La emigración se vio estimulada por el fuerte crecimiento demográfico, la insuficiencia de la industrialización para absorber toda la mano de obra disponible, el aumento del paro por la crisis de la agricultura tradicional y el Plan de Estabilización, y los mayores salarios europeos.
- La procedencia de los emigrantes se extendió a casi todas las regiones, aunque predominaban los andaluces y gallegos. El destino principal fue Francia, Alemania Federal y Suiza.
- El perfil de los emigrantes era: adultos jóvenes, poco cualificados, que desempeñaban los trabajos menos cualificados, más duros y peor retribuidos en la industria, la construcción y los servicios (hostelería, servicio doméstico).
A partir de 1975: Decadencia. La emigración tradicional a Europa decayó bruscamente. La crisis económica de 1973 provocó paro en los países de Europa occidental, que restringieron la entrada de inmigrantes. Muchos emigrantes españoles perdieron su empleo y regresaron a España.
Consecuencias de las Migraciones Exteriores
- Demográficas: Se manifestaron en la disminución de la población española y en su distribución territorial, contribuyendo a los desequilibrios actuales en el reparto de la población.
- Económicas: Fueron mayoritariamente positivas. Aliviaron el fuerte crecimiento natural y el paro. Además, las divisas (moneda extranjera) enviadas por los emigrantes contribuyeron a financiar el desarrollo económico español y a equilibrar el déficit de la balanza de pagos. Como aspecto negativo, muchos ahorros no se invirtieron productivamente en las áreas de partida de los emigrantes, perpetuando su atraso.
- Sociales: Para los emigrantes, las consecuencias fueron a menudo negativas. En los países de destino sufrieron problemas de desarraigo, al incorporarse a sociedades cuya lengua y cultura desconocían. Padecieron, en muchos casos, penosas condiciones de vida y trabajo: alojamiento en barrios de inmigrantes, alejados de la familia, con salarios bajos, etc. Tras la crisis de 1975, los emigrantes fueron los primeros afectados por los despidos y sufrieron actitudes xenófobas.